TERCERA RFEF

UE Olot, el 'Athletic Club' catalán que compite entre volcanes y que le ganó un pulso a Hacienda se pone a rueda del Girona

El club de la Garrotxa, que acaba de ascender a Segunda RFEF, defiende que "otro fútbol es posible".

Pablo Ufano, delantero del Olot, saluda a los aficionados tras un partido. /UE OLOT / PAU GONZÁLEZ
Pablo Ufano, delantero del Olot, saluda a los aficionados tras un partido. UE OLOT / PAU GONZÁLEZ
Marc Mosull

Marc Mosull

La Garrotxa es una de las comarcas más bonitas y verdes de España; un lugar de desconexión y de inmejorable gastronomía, enclavado entre valles, cascadas y pueblos con encanto medieval como Besalú, Castellfollit de la Roca o Santa Pau, que bien merece una visita. Pero si por algo es conocida la zona, históricamente de las más aisladas de la comunidad autónoma, es por sus formaciones volcánicas. No hay niño en Cataluña que no haya ido de excursión a la Fageda d'en Jordà o al Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa, un espacio protegido que es el mejor ejemplo de paisaje volcánico de la Península Ibérica. La capital es Olot, un municipio que no llega a los 40.000 habitantes y que sirve de centro neurálgico para los que viven entre Vic -a 40 kilómetros- y Girona -a 50 kilómetros-.

La gran mayoría de los campos de fútbol de la Garrotxa, por humildes que sean los clubes que compiten en ellos, son de hierba natural; un auténtico oasis futbolístico para los que patean el balón y, también, para los que lo disfrutan desde la grada. Y es que los prados garrotxins nada tienen que envidiar a los idílicos parajes en medio de la nada de la non-league escocesa o irlandesa que tanto fascinan a los groundhoppers. Y allí, entre volcanes y paisajes que parecen sacados de las Highlands, juega la Unió Esportiva Olot, un club diferente que defiende que "otro fútbol es posible".

"Somos un equipo identitario y nacionalista, comprometido con nuestra tierra", se arranca Joan Agustí, presidente de la UE Olot, una entidad centenaria que ahora compite en Tercera RFEF. "Todos nuestros jugadores están formados deportivamente en Cataluña o en los países catalanes, como son Valencia y las islas baleares", desvela el directivo olotí acerca de una idea de club única en la comunidad autónoma, algo así como un 'Athletic de Bilbao' a la catalana que se nutre del talento de proximidad. "Bueno, este año el director deportivo me coló un brasileño, pero cuando terminé la temporada lo arreglaremos", comenta medio enfadado Agustí, que señala que la gran mayoría de los futbolistas actuales proceden de la Garrotxa y de sus comarcas limítrofes, prueba del arraigo que tiene con el territorio el Olot, claro exponente del fútbol local.

Final de la Copa Catalunya, en Olot.  UE OLOT / PAU GONZÁLEZ
Final de la Copa Catalunya, en Olot. UE OLOT / PAU GONZÁLEZ

“Entrenar en Olot, entre montañas y sin ningún ruido, es otra película”

No es un tema baladí si tenemos en cuenta que el banco principal de futbolistas en la comunidad autónoma está en Barcelona y su área metropolitana -con una población de más de tres millones de habitantes-. "Tanto para mí como para el director deportivo es un reto añadido el poder firmar solo jugadores de los países catalanes, pero forma parte de la idiosincrasia del Olot", reconoce Pedro Dólera, el entrenador del equipo garrotxí que aterrizó en la entidad el pasado verano. "Es un club distinto que no solo piensa en los resultados, lo notas desde el primer día. Y si no, te lo recuerda el presi (ríe). Tiene una vertiente social que yo no había visto en ningún otro equipo", destaca el extécnico del Prat y el Europa. "Acostumbrado a Barcelona, entrenar aquí -el campo del Olot es precioso, por cierto-, entre montañas, sin ningún ruido y con las instalaciones que tenemos; es otra película. En eso tampoco hay comparación… y creo que hay pocos sitios en Cataluña que ofrezcan algo así", ensalza Dólera.

"Si tuviésemos las condiciones, los apoyos y los mismos recursos que tienen algunos equipos de barrio importantes de Barcelona, podríamos estar arriba y dar alguna que otra sorpresa. Pero en una comarca con menos de 60.000 habitantes y a una distancia de más de una hora en coche de la capital, se nos hace muy difícil", reflexiona un Agustí que entró a formar parte de la junta directiva de la entidad en 2005 y que en 2007 asumió la presidencia. En aquella época, el Olot competía en Primera Territorial -equivalente a la Segunda Catalana actual-, en las catacumbas del fútbol regional. Pues bien, hace unos días el club certificó su regreso a Segunda RFEF y se confirmó como el segundo equipo de la provincia de Girona gracias, en gran medida, a una gestión sostenible -y transparente-. El primero, ya lo saben, debutará en Champions League en setiembre. La próxima será la novena temporada en la categoría de un Olot que entre 2008 y 2013 consiguió cuatro ascensos en cinco temporadas y que, desde entonces, fluctúa entre Segunda y Tercera RFEF.

Celebración del ascenso a Segunda RFEF.  UE OLOT / DAVID SUBIRANA
Celebración del ascenso a Segunda RFEF. UE OLOT / DAVID SUBIRANA

“Es la mejor temporada de nuestra historia”

"Esta es la mejor temporada de nuestra historia porque hemos ascendido a Segunda RFEF como campeones del grupo catalán de Tercera -con siete puntos de ventaja respecto al segundo, como mínimo- y porque hemos llegado a la final de la Copa Catalunya por primera vez en nuestra historia. Y no fuimos campeones por medio metro de distancia a 30 segundos del final", expone con resignación Agustí. "Todo el mundo nos da como vencedores morales porque nuestra actuación fue espectacular; Oier los mantuvo vivos y nos ganaron en los penaltis", comenta Dólera acerca de la final perdida ante un Andorra que compite tres categorías por encima de los garrotxins. "Además, en las rondas anteriores, eliminamos a Sant Andreu, Badalona Futur y Europa, que son tres clubes que disputarán la promoción a Primera RFEF. Y en el Nou Sardenya, somos el único equipo -además del Elche- que ha ganado esta temporada. Tiene mucho mérito", complementa el preparador barcelonés.

"Las cuatro veces que hemos bajado a Tercera RFEF, hemos subido a la primera. No hay ningún otro club catalán que lo haya logrado", subraya con orgullo el directivo. "Era una presión añadida. No iba a ser yo el primo que dirigiera al Olot tras un descenso y no lo ascendiera", responde media en broma el entrenador de un equipo por el que en los últimos años han pasado futbolistas gironins como Eloi Amagat, Pep Chavarría o Àlex Granell. "Ferran Jutglà lo tuvimos una semana a prueba, pero no teníamos dinero para ficharle", descubre Agustí, un presidente, como comentaba Dólera, que entiende que el fútbol va más allá de los goles.

Albert Blázquez, con uno de los jugadores del equipo inclusivo del Olot.  UE OLOT
Albert Blázquez, con uno de los jugadores del equipo inclusivo del Olot. UE OLOT

Un club social y con posicionamiento

"Además de primer equipo, fútbol base, femenino -representan el 25% de las licencias del club-, y tres equipos de fútbol inclusivo para discapacitados; también tenemos un proyecto de fútbol social, destinado a jugadores procedentes de familias en riesgo de exclusión social. Así pues, el 26% de los niños y niñas que juegan en el Olot lo hacen con una beca del 95%", relata con satisfacción Agustí. Y es que desde la entidad garrotxina se entiende "el deporte como una herramienta de integración" y es por ello que el club ha adquirido "compromiso competitivo, pero también educativo y social". Además, la UE Olot colabora y aporta recursos a siete entidades sin ánimo de lucro de distinta índole.

"Somos un club que tiene proyecto y posicionamiento. Para empezar, creemos que hay que cambiar el sistema para lograr un fútbol sostenible y regulado, y acabar con el clientelismo que hay alrededor de la Federació Catalana de Futbol (FCF) y la RFEF. ¿Cómo? Proponemos una reforma en el reparto de recursos: que el 10% de los derechos audiovisuales, en lugar del 2,5% actual, se destinen al fútbol base y al fútbol amateur -tanto masculino como femenino-", formula con convencimiento Agustí. "También reclamamos que se regulen económicamente las competiciones para que los clubes no se endeuden de forma ilimitada y, así, evitar la posibilidad de que caigan en manos de fondos de inversión extranjeros", prosigue el directivo olotí. Por cierto, la entidad también se posiciona en contra del machismo, el racismo y la homofobia.

Uno de los equipos femeninos del Olot.  UE OLOT
Uno de los equipos femeninos del Olot. UE OLOT

"Por otro lado, pensamos que el fútbol territorial está organizado de forma injusta. Si, por ejemplo, Cataluña tiene 200.000 licencias federativas y hay otra comunidad autónoma que dispone de 20.000 no es de recibo que ambas tengan un grupo propio de Tercera RFEF -la categoría que marca el paso de fútbol regional a nacional- y que el mismo número de equipos de cada zona asciendan a Segunda RFEF"; se queja Agustí. "Hay que refomularlo; quizás Cataluña debería tener dos grupos, por ejemplo, o los equipos de las regiones con menos futbolistas tendrían que hacer algunas rondas de ascenso previas, como sucede en la UEFA con las federaciones menores. Ahora mismo, los derechos y las oportunidades de los futbolistas con licencia en Cataluña -la que más tiene- no son los mismos que los de jugadores de otras regiones", manifiesta el dirigente garrotxí, que alza la voz en relación con este asunto cada vez que se reúne con los entes federativos catalanes o nacionales.

Una victoria contra Hacienda en defensa del aficionado

"Desde que llegamos al cargo, declaramos un 10% de IVA en las entradas y los abonos de temporada. Hacienda nos reclamaba el 21% -al determinar que se trataba de un espectáculo de tipo profesional-; avalamos las cinco actas que recibimos y, a la postre, los tribunales nos dieron la razón, resolviendo que las categorías por debajo de Segunda División son de carácter aficionado y, por lo tanto, el IVA debe ser del 10%", revela Agustí sobre una victoria en los juzgados en beneficio del aficionado que sienta un precedente de vital importancia para todos los equipos del territorio. Una más para la UE Olot, un club valiente y combativo, que, a través de hechos, demuestra día tras día que social, deportiva y económicamente "otro fútbol es posible".