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Por qué hay agua en la carrera de obstáculos de atletismo

Los participantes de los 3.000 obstáculos no solo deben saltar vallas, también deben pasar por un foso de agua.

Carrera de obstáculos en París 2024./REUTERS
Carrera de obstáculos en París 2024. REUTERS
Javier Mercadal

Javier Mercadal

El atletismo es percibido como la quintaesencia de los Juegos Olímpicos. La disciplina que encarna los valores del lema "más rápido, más alto, más fuerte" de la manera más pura. Sin embargo, no todo es ortodoxia en su manera de explorar los límites del ser humano. En el deporte rey de los JJ.OO. también caben modalidades más imaginativas. Sin duda alguna, la más llamativa son las carreras de obstáculos. Una pequeña locura que contrasta con la solemnidad que rodea al estadio olímpico.

En los 3.000 metros obstáculos, además de ser más veloces que sus rivales, los atletas deben sortear una serie de vallas repartidas por la pista, así como un foso de agua. Sin duda, el elemento que más llama la atención del espectador neófito. Además, el paso por el agua es obligatorio para todos los participantes. No en vano, el caso sortearlo por un lado implica la descalificación.

Por qué hay un foso con agua en los 3.000 metros obstáculos

Para comprender el motivo por el que las carreras de obstáculos incluyen un foso de agua hay que acudir a la historia de la prueba. Originariamente, las pruebas de obstáculos derivan de las carreras a caballo que se realizaban en Irlanda e Inglaterra en los siglos XVIII y XIX. De hecho, su nombre en inglés, steeplechase, hace referencia a los campanarios de las iglesias que servían como referencia para los participantes.

Aquellas carreras rurales, generalmente disputadas entre pueblos, no tenían un recorrido delimitado concreto. Por ello, los participantes debían sortear varios obstáculos, generalmente en forma de muros y ríos. Son estos ríos los que en la actualidad son representados por el foso sobre el que los atletas deben saltar en la actualidad. Con el paso del tiempo, las carreras a caballo también se comenzaron a realizar a pie. De hecho, en la actualidad se disputan carreras de obstáculos tanto en hípica como en atletismo, ambas con fosos de agua incluidos en sus recorridos.

Según la Federación Internacional de Atletismo, el actual circuito de obstáculos del atletismo se adoptó por primera vez por la Universidad de Oxford en 1860. Con algunos matices cabría añadir, a distancia era de 3,2 kilómetros y se disputó campo a través. En 1865 cambió a ser una disciplina de lo que hoy entenderíamos como de estadio, siendo este el precedente más claro de la prueba. En 1879 se celebró el primer campeonato de Inglaterra de la especialidad y, finalmente, en 1920 fue incluida en los Juegos Olímpicos. Eso sí, la prueba femenina no se disputaría hasta Pekín 2008.

Cómo es el foso de agua de la carrera de obstáculos

Actualmente, el foso de agua se sitúa en uno de los fondos del estadio olímpico. Posee una profundidad de 70 centímetros en su parte más profunda, la cuál está situada junto a la valla. El foso posee una forma rectangular de 3,66 metros por lado y cuenta con una pendiente ascendente que se llena de agua hasta llegar al nivel de la pista.

Para acceder al foso es necesario saltar primero una valla que posee una altura de 0,914 centímetros en las pruebas masculinas y de 0,762 centímetros en las femeninas. Además, hay que tener en cuenta que el fondo del foso está compuesto de una sustancia con un espesor suficiente para que los clavos de las zapatillas de los atletas puedan agarrar y así no se produzcan caídas.