Cuando André Agassi hace escuela: la lucha antidopaje, en su peor momento
La Agencia Mundial Antidopaje y su permisividad demostrada con algunos países ponen en jaque la lucha contra las sustancias prohibidas.
París.- Las lecturas conspirativas suelen ser desaconsejables, pero hay veces que la pregunta es tan obvia como legítima: ¿por qué se le permite a Estados Unidos y China algo que, si lo hicieran otros países, significaría una hecatombe para su deporte?
En China surgen 23 positivos de la selección nacional de natación y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) acepta que todo se debe a un medicamento que contaminó la comida en la cocina del hotel en el que se alojaban. No se cuenta nada, asunto terminado. Es el periodismo el que saca el hecho a la luz.
Estados Unidos se pasa una década haciendo competir, batir récords y ganar medallas a deportistas dopados para que ejerzan de "informantes encubiertos", la AMA lo sabe y no hace nada. Es el periodismo el que saca el hecho a la luz.
Aquí hay una lista de problemas:
- La Agencia Antidopaje Estadounidense (USADA) está convencida de que trabaja mucho mejor que la AMA, y es cierto que Travis Tygart, jefe de la USADA, tiene credenciales bastante más interesantes que mostrar que Witold Banka, presidente de la AMA. Si por los estadounidenses fuera, asumirían directamente el control mundial de la lucha contra el dopaje, tal es el desprecio que sienten por el trabajo de la AMA.
- La lucha de egos es grande: después de verse acorralada por las críticas de los estadounidenses ante su actitud en los 23 positivos chinos, la AMA se beneficia de que la información de los trapos sucios de la USADA llegue a una gran agencia internacional de noticias, como es Reuters, y complique a Tygart y compañía.
- China es otro beneficiado: ¿por qué me hablan a mí de mis 23 positivos cuando tenemos un país, como Estados Unidos, que decide qué se puede y qué no se puede hacer? Por favor, más cuidado con volver a molestarnos con minucias.
- La lucha contra el dopaje pierde credibilidad a raudales: el "Parque de los Campeones", una de las muchas muy buenas ideas de París 2024, es escenario este viernes de la entrega de una medalla en forma retroactiva... ¡24 años después! El bronce en los 200 metros del atletismo para la jamaicana Beverly McDonald, que había quedado fuera del podio en Sydney 2000.
- Queda así claro que ningún resultado de los Juegos es hoy firme, todo puede cambiar. Las agencias antidopaje almacenan durante diez años las muestras tomadas a los deportistas para volver a analizarlas posteriormente en busca de sustancias por entonces desconocidas y que mejoran el rendimiento. Los nuevos análisis de muestras de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012 han dado lugar a docenas de descalificaciones.
¿Es bueno analizar todo con el tamiz de lo conspirativo? No. Pero no todos los deportistas ni todos los países reciben el mismo trato. Baste con recordar el gran negocio que hizo el ex tenista estadounidense Andre Agassi con su autobiografía, Open, un éxito de ventas en el que cuenta que consumió metanfetamina y que, al ser alertado por la ATP de que había dado positivo, engañó al ente rector del tenis masculino con una carta en la que "combinaba mentiras con intervalos de verdad".
Mintió con éxito tras ser alertado por la ATP de su positivo, un gesto fuera del reglamento que no se tuvo con otros jugadores sancionados en esos turbulentos años finales de los '90.
Aquello sucedió en 1997, faltaban aún dos años para que la AMA naciera. Pero en el fondo da igual: Agassi hizo escuela.