Una peineta, un "pedazo de mierda" y las críticas por el barro: el PGA saca lo peor de los jugadores
Jugadores como Shane Lowry, que no pasó el corte, y Tyrell Hatton esperan sanciones tras su comportamiento antideportivo.

El Quay Hollow Club de Charlotte, campo donde se está disputando el PGA Championship, está sacando la peor cara de los mejores jugadores del golf mundial. Y algunos incluso esperan ya las multas por su comportamiento durante una segunda jornada que ha dejado al venezolano Jhonattan Vegas como líder en solitario, a Jon Rahm como mejor baza española (está a seis golpes de la cabeza) y a varios favoritos sin pasar el corte.
Es el caso del irlandés Shane Lowry, que explotó contra el recorrido en el hoyo 8 después de ser incapaz de sacar una bola atrapada. El irlandés maldijo el recorrido ("Que le den a este lugar") después de estrellar su palo contra el césped al fallar el tiro, enviando la bola al búnker. Su enfado no terminó ahí y cuando embocó el bogey en ese hoyo le dedicó una peineta antes de fallar el corte y terminar su recorrido con dos golpes sobre el par.
El irlandés no fue el único jugador que mostró su peor versión en cuanto al comportamiento. También se espera que la PGA multe a Tyrrell Hatton, que fue cazado por las cámaras mostrando un lenguaje ofensivo contra el campo durante el segundo día del torneo.
Hatton estaba a un golpe del liderato al llegar al tee del hoyo 18, el noveno de su recorrido. Su drive se topó con un obstáculo de agua, lo que volvió a mostrar la peor cara del golfista inglés, propenso a dejarse llevar por la frustración en los campos de golf. El jugador de 33 años gritó "¡pedazo de mierda!" con la mirada fija en su driver.
Hatton terminó el hoyo con un triple bogey, lo que le alejó de la cabeza, aunque se mantiene con opciones a siete golpes de Vegas. "No fue mi mejor momento en el campo", dijo Hatton sobre su arrebato. "Estaba furioso en ese momento. A veces se me da bastante bien decir las cosas que no debo hacer".
Los dos golfistas británicos no fueron los únicos en mostrar su enfado con el campo. Scottie Scheffler, posiblemente el mejor jugador del mundo con los hierros, fallaba su segundo golpe en el 16. Desde el centro de la calle, a 221 yardas del hoyo, con un hierro en la mano, Scheffler ejecutó un golpe fácil para él. Pero esta vez, la bola pasó la bandera, se desvió a la izquierda, rebotó en la pendiente detrás del green y cayó en el estanque. Todo por culpa del barro y no tener la posibilidad de limpiar la bola.
"Pegué en el centro de la calle, y luego la bola se ensució con barro. Ahí ya es difícil controlar hacia dónde va después. No debería ser castigado por ello", dijo Scheffler sobre un recorrido que se ha visto afectado por las lluvias. Y mientras se trabaja por mantener los greens en las mejores condiciones, no pasa lo mismo con las calles de un PGA que ha comenzado con polémica en sus dos primeras jornadas.