Los 45 minutos de Jon Rahm para soñar con ganar el Open Británico: "Me sentía invencible"
El de Barrika luchará este domingo por ganar la 'Jarra de Clarete' para España 35 años después.
Eran las 14:15h. en un mediodía lluvioso sobre el Royal Liverpool. Jon Rahm se encaminaba al tee del hoyo 9 con un -1 en la primera mitad de la jornada con la sensación de que podía ser algo mejor por las opciones desaprovechadas. Fue ahí cuando todo cambió y el de Barrika estaba a punto de cambiar todo un Open Británico con la segunda mejor vuelta de la eterna historia de los 'majors' que le deja a seis golpes de la cabeza, de Brian Harman, que firmó un -2 para colocarse con un total de -12.
Un buen hierro, que se había resistido en las dos primeras jornadas, termina a unos ocho metros del hoyo. Un putt complicado de resolver y donde el objetivo ya parecía ser acumular un nuevo Par. Ahí, con la bola entrando, llegó el punto de inflexión de la jornada. Aunque Jon confiesa que "desde el hoyo 1, sabía que la iba a liar".
Camino del 10, una salida perfecta que dejaba la opción de atacar, de nuevo con el hierro, un nueva opción de birdie con una buena aproximación. Y ahí llegó, con un golpazo que dejó la bola a unos 6 metros... y dentro. Dos birdies seguidos para abrir camino y ver la 'E' de empatar al campo por fin. El torneo, o al menos las buenas sensaciones, acababan de empezar. Rugía el campo, rugía el 'León de Barrika': "Esos 20 minutos hasta el 10, han sido los mejores golpes del día".
El rugido de Jon.
— Golf en Movistar Plus+ (@MovistarGolf) July 22, 2023
Rahm, un león que ha despertado. #AquíGritamosGolf pic.twitter.com/uaWfWNyZzC
"Me sentía invencible, sí", cuenta Rahm al terminar su vuelta sobre sus sensaciones en esos 45 minutos para el recuerdo del golf español y de la historia del legendario The Open. La fuerza llegaba a los brazos de un Rahm que, en la salida del 11, ponía la bola a apenas 10 metros del green nada más salir. El 'modo' arrollador había aterrizado.
Un golpe de libro para las escuelas de golf colocaba la bola a un metro y medio del hoyo. Solo había que resolverlo y, en tal estado de euforia, era muy complicado de que se escapara. No lo hizo y la racha seguía. Tercer birdie consecutivo y escalando a lo loco por el tablón de líderes. No le daba tiempo a los operarios subir el nombre de Rahm a esa velocidad. "¿Qué pasaba por mi cabeza? El siguiente birdie", nos cuenta.
El primer golpe del 12 parecía calmar los ánimos, la bola caída en unos hierbajos típicos de estos campos británicos. Se complicaba atacar el hoyo con unos 100 metros por delante y con la incógnita de saber cuánto de rodeada estaba esa bola. Cuando Rahm se levanta con el pie derecho, nada parece ser difícil. Desde ahí, en una bandera que ni se veía en qué lugar estaba pegó un tirazo que no pasó ni a un palmo de entrar y se quedó rondando el hoyo. La resolución estaba asequible... y asequible fue: cuarto birdie consecutivo.
Tocaban las 15h. en las tres iglesias que rodean el campo. No era el fue el final de un día espectacular donde llegaron dos birdies más en el 15 y en el 18, pero estos 45 minutos mostraron algunos de los mejores momentos de golf del año e hicieron realidad el sueño de romper una racha de 35 años sin ver a un español ganando el Open Británico [Seve Ballesteros, 1988].
Una vuelta para recordar. 🤩
— Relevo (@relevo) July 22, 2023
Jon Rahm se abraza a sus padres tras una actuación brillante en el British Open.
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"Es la mejor vuelta completa de mi carrera", señala Jon, que solo ve un nivel similar de juego en los últimos 17 hoyos de la 1ª jornada del Masters de Augusta que terminaron colocándole la chaqueta verde. Unos 63 golpes en un campo señalado para 71 que sientan bien y que nunca llegó a hacer ni siquiera un Seve Ballesteros con tres títulos en el Open Británico. "Preferiría tener tres 'Jarras de Clarete' [el trofeo de The Open] y no un 63", dice el vasco anunciando guerra para la última jornada del domingo.
Su salida del campo, camino de la Casa Club, había cambiado de la tristeza de los dos primeros días a un gran abrazo con sus padres, Edorta y Ángela, de "felicitación". Antes la presencia de Relevo, la alegría de Rahm relucía como solo lo hace en las grandes ocasiones. "He hecho todo lo posible para darme opciones de ganar mañana", decía marchándose orgulloso a casa.