GOLF

Javier Pinedo repasa una legendaria carrera siendo la voz del golf en España: "Jon Rahm es un tío espectacular, pero me ha decepcionado"

El emblemático narrador de Canal Plus y Movistar rememora tres décadas de anécdotas

Javier Pinedo, en la redacción de Relevo esta misma semana. /RELEVO
Javier Pinedo, en la redacción de Relevo esta misma semana. RELEVO
Óscar Méndez
Salvador Fenoll

Óscar Méndez y Salvador Fenoll

Ha hecho del 'Saludos y bienvenidos' su seña de identidad y ya es una de las grandes coletillas de las retransmisiones deportivas en España. ¿Qué le parece?

Ahora que me he dado cuenta de lo que ha supuesto, pues un orgullo. No soñaba ni mucho menos cuando empecé con esa repercusión. No quería ser original ni nada, sino que fuese un saludo que se pudiese utilizar en cualquier momento. Que lo utilicen y me recuerden un poco por eso, es un orgullo.

¿Cómo fue aquel primer día en Canal Plus en 1992?

La historia es curiosa. Yo estaba en Augusta para cubrir el Masters en la revista que dirigía y el miércoles llegué pronto al campo para trabajar por el desfase horario que había. Cuando llegué estaba Martín Narrillos, compañero de El País, que me citó para las doce del mediodía para una buena noticia. Y a esa hora me pasó una llamada con Alfredo Relaño, director de deportes de Canal Plus. Me anunció que habían comprado los derechos de los cuatro Majors y no tenían a nadie para comentarlo. Me preguntó por mi experiencia, le dije lo que había hecho en Telemadrid y ya me anunció que era el elegido. Me quedé en shock porque Canal Plus era algo importante y ofrecerme la opción de comentar los cuatro grandes me hacía ilusión. Me pidió que buscase a alguien para comentar, pero era sencillo para mí. Ya tenía una buena amistad con Sergio Gómez, manager de Chema Olazábal, y él estaba encantado porque le gustaba mucho la tele. Hasta finales del 94 formamos un gran dúo. Ese primer día sí tuve nervios, pero como ya lo había hecho otras veces, sabía lo que tenía que hacer. Nos lo pasamos muy bien en esa época.

¿Se imaginaba llegar hasta aquí?

No, en absoluto. Hay que decir que soy una generación distinta. Hoy en día hay mucha movilidad en el trabajo y de aquellas había más sentimiento de pertenencia. En el fondo solo eran cuatro torneos al año, en 1994 lo ampliamos uno más, pero de repente a finales de 1995 Relaño me dijo que habían comprado los derechos de todo el Circuito Europeo. Ahí sí que fue un sentimiento de pertenencia, pero nunca pensé que duraría tres décadas.

¿Por qué eligió el golf?

Siempre me ha gustado. Lo descubrí con 14 años. Me gustaba una chica que lo practicaba y por eso empecé ahí mi relación. Antes había practicado todo tipo de deportes, porque vengo de una familia de baloncesto, pero también practiqué balonmano, hockey, algo de fútbol en Francia… Pero cuando descubrí el golf me enganchó. Profesionalmente empecé con fútbol e incluso cuando estuve como corresponsal en España era lo que más hacía. Aunque he cubierto de todo, sobre todo en mi etapa en L'Equipe. Luego poco a poco empecé en las publicaciones de golf con 'Dos bajo par', 'Hándicap' y 'Approach'. El mundo del golf era lo que me gustaba de verdad.

¿Cuál fue su momento más incómodo vivido en esta profesión?

Me acuerdo que recién llegado, con apenas 22 años y como corresponsal de L'Equipe, había pedido una entrevista con Luis de Carlos y me había citado en el Bernabéu a las doce. Allí llegué puntual y el conserje no me quería dar paso porque se pensaba que le estaba tomando el pelo con la entrevista. Una hora después sale De Carlos y me dice que qué había pasado, le conté lo del bedel y De Carlos le reprimió diciéndole 'usted no está aquí para pensar'. Luego tengo otra con José María Olazábal, que después de muchos años pasando el corte se quedó fuera en el PGA Championship. Era agosto, seis de la tarde (medianoche en España), y falló el corte. Le dejamos un tiempo para que respirara, pero cuando salió del vestuario lo hizo hecho una furia. Mi compañera Nuria lo único que recibió fue un bufido y entonces no le cuestionamos. Un mes después me lo volví a cruzar en Francia y le dije que no me había parecido correcto. Él me respondió que no pensaba igual porque hora y media después, había atendido a un periodista americano.Por suerte, no he tenido muchos momentos malos.

Ha viajado mucho. ¿Su mejor experiencia en el extranjero?

Los dos que hice a Sudáfrica. Sobre todo el segundo, donde conviví ocho días con Olazábal y tejimos una amistad que todavía perdura.

¿Y la peor?

Nos habían invitado a cinco periodistas la Copa del Mundo en Melbourne en el 88 porque al año siguiente se disputaba en Las Brisas, España. Los organizadores nos invitaron y nos pusimos de acuerdo para ir al mismo hotel. La sorpresa fue que cuando llegamos y nos recibieron, nos dicen que el precio era el doble que habíamos pactado. Y nos dicen:'Esta es la sorpresa negativa del viaje'. Cuando llegaron los compañeros no salieron de su asombro e incluso con los correos que teníamos en los que confirmaban el precio, nos decían que negociáramos con la organización. La situación fue bastante incómoda y los periodistas les dijimos a la organización y Federación española que no publicaríamos nada de la Copa del Mundo porque nos habíamos sentido muy maltratados. El sábado se pudo solventar, pero claro, salíamos el domingo para España, porque no fue un viaje de gra nrecuedo.

Ha conocido a muchos jugadores durante todos estos años. ¿Quién es el más especial de todos?

No tengo dudas, Tiger Woods. He tenido la suerte de disfrutar de la generación del 57 europea encabezada por Seve Ballesteros, a Norman, a Nicklaus.. He tenido la suerte de ver a Tiger en su máximo esplendor y estaba viendo a Mozart. He tenido la suerte de ver a Palmer en París, a Seve en su último Open Británico… El más especial sin duda es Tiger.

¿Cómo es Tiger Woods en corto?

Yo me acuerdo que cuando empecé, mi redactor jefe en L'Equipe me ha dado un consejo que todavía perdura. 'Mira, Javier, cuando entrevistes al que sea, Pelé, el que sea, te los imaginas en el baño y con los pantalones en el suelo, somos todos igual de ridículos' Eso me vino muy bien, salvo con Tiger. Tiene un aura impresionante, una prestancia que no he visto en ningún otro. La espinita que tengo es no haberle podido entrevistar.

¿Cómo fue ese primer Masters de Chema en 1994?

Recuerdo cada una de sus jornadas. Estaba con Sergio Gómez comentándolo y cuando le vimos jugar bien, nos animamos. La mística empezó el domingo. Me llamó Alfredo Relaño ese día para decirme que habían decidido levantar la película de Canal Plus del domingo para emitir la última jornada. Era un logro muy grande, habíamos empezado con el golf en el 92. 'Nos jugamos mucho' decía él. Desde por la mañana me llamaba diciéndome la importancia que tenía, que no podía ser un fracaso… Y eso generó más presión, claro. En el hoyo siete, que fue cuando conectamos, Olazábal seguía líder. Fue una jornada preciosa y el final fue un éxito porque ganó. Yo le hice la entrevista al ganador y para mí sigue siendo la mejor experiencia profesional de mi carrera, por el abrazo que nos dimos al vernos. Él se puso a llorar, yo también lloré mientras nos veían todos los jefes de Augusta. Lo mejor de aquella historia es que el viernes Canal Plus estrenó 'Arma Letal 2', una de las películas más vistas del año, y la última jornada del Masters tuvo más audiencia, con cifras que solo alcanzaba un Madrid-Barcelona.

¿Alguna intrahistorioa de aquel fin de semana?

Augusta es muy rigído y tiene unas normas para las entrevistas que yo desconocía. Yo no tenía americana o corbata y en el camino de la cabina a la salita en la que tenía que esperar me consiguieron una. Sergio lo comentó en la retransmisión y quedó esa bonita anécdota.

Ha acompañado a Sergio García en toda su carrera. ¿Cómo es?

Para mí es el mayor talento que he visto, pero creo que no lo ha aprovechado. Él lo ha dicho siempre, que no le gustaba el golf, él quería ser futbolista, pero tenía un don natural e innato para este deporte. Tuvo obsesiones en su carrera que no le han sentado demasiado bien, por ejemplo con Tiger Woods. Tuvo un Open Británico que tenía ganado, sobre el que ciruela una leyenda en la que había dicho que una bola estaba dentro, pero nunca lo dije. Desgraciadamente, perdió aquel torneo en el desempate. Por suerte, el golf le dio la revancha y consiguió la chaqueta verde.

¿Y Jon Rahm?

Lo dije el otro día en la televisión, para mí es la mayor decepción que he tenido en mi carrera como periodista. Es un tío espectacular, un jugador de otra pasta, pero me ha decepcionado ese giro que ha dado. Y mucho. El irse al LIV no lo he entendido y sigo sin entenderlo. El mismo dinero lo iba a ganar, con la única diferencia que en ese mismo periodo iba a acumular muchos torneos de mucho prestigio. Dinero no necesitaban ni él ni sus próximas generaciones. Eso es lo que no nos había dicho. No lo juzgo, pero a mí me ha decepcionado. Es un pedazo de jugador y creo que es un error haberse ido y en los resultados de los grandes se demuestra. Ojalá, y lo digo de corazón, la situación del golf se arregle porque necesitamos que todos compitan juntos.

¿Qué piensa del LIV y de la situación actual del golf?

Esta situación que hay ahora viene dada por la sed de venganza de Greg Norman hacia el PGA Tour. En otros deportes, Arabia Saudí ha entrado y no ha cambiado las reglas. Aquí sí. El golf se juega a 72 hoyos con corte y ellos lo hacen a 54 hoyos. Se sale desde cualquier tee. Los campos están creados para jugarse en un orden para que haya tensión el domingo. En el LIV un ganador puede acabar en el hoyo cuatro. Si fuese el paraíso, si fuese lo que la gente estaba deseando, se habrían ido todos los jugadores. El LIV ha nacido mal. De momento, encontró principalmente a cuarentones cuya carrera ya está hecha, a jugadores que están hartos o son pasotas como Dustin Johnson, con dudas sobre su estado físico como Brooks Koepka… La competición se limita a pocos jugadores, no hay más de 10-15 que puedan ganar. Yo no sé si todo el mundo está tan satisfecho de todo esto. La realidad es que las audiencias están bajando en el golf y hay que arreglarlo de alguna manera.

¿Qué supone para usted una Ryder Cup?

Todo. El que no haya tenido la experiencia de vivirla in situ, no sabe lo que es. Es un ambiente que no he vivido en ningún otro deporte. Ni un Madrid-Barcelona se asemeja a lo que se vive allí. Si no, no sería el tercer acontecimiento más visto en televisión de todo el planeta. Solo hay 60 millones de golfistas en el mundo, así que es un evento que engancha. Yo he vivido experiencias de todo tipo en este torneo. En 1991, con el vicepresidente de Estados Unidos diciendo que el honor del país estaba en juego… Es algo increíble la Ryder Cup.

¿Alguna vez pensó que le pondría voz a un videojuego?

Cuando empecé no sabía ni lo que era un videojuego. Fue Michael Robinson, que triunfaba con el PC Fútbol, y querían hacer uno de golf. Fue una experiencia muy divertida y saber que hay gente que recuerda frases de aquello, me hace ilusión.

Andrés Montes en baloncesto, José Ángel De la Casa en futbol y Javier Pinedo en golf? ¿Se lo imaginaba?

He intentado a lo largo de toda mi carrera seguir las enseñanzas de mi madre, que me pedía ser lo más honesto posible con mi trabajo. Estoy bastante abrumado desde que anunciaron en la tele que me jubilaba, no he parado de recibir mensajes de cariño y homenajes. Vinieron muchos amigos de fuera el día de mi despedida… Yo no soñaba con todo eso. Cuando vi llegar a Olazábal, que venía de jugar en Portugal, que había dormido en San Sebastián y de repente cogió el coche y se vino para verme. Y viene un ministro…¿La voz del golf? Lo dice todo el mundo, pero es que no ha habido un narrador que haya estado tantos años en un mismo deporte. La pena es no haber podido retransmitir un grande de Seve, pero me voy con mucho orgullo y agradecido.