¿Qué te pasa Yamal? Estás tristón, cohibido. Es mejor que te llamen 'chupón' que esconderse detrás del defensa...

Fue titular. Marcó un notable gol con dos quiebros de 'potrero' puro. Además, ese tanto es que los que tiene un doble valor, porque es de esos que abren el marcador de manera temprana y ayudan, y mucho, a encarrilar las victorias. Parecía la tarde idónea para darse un festival. Para aparecer y aparecer. Para ofrecerse. Para pedir el balón y si te tienen que acusar de algo, que te acusen de 'chupón', no de pasar de puntillas por un partido que podía haberle dado otro aldabonazo en su incipiente carrera.
Cierto es que tiene 16 años, que hasta julio no cumplirá los 17 y que toda toda crítica exacerbada sobre su rendimiento sonaría a inoportuna, pero con todo el respeto que se merece por estar donde ya está, por su explosión en la élite... a Lamine Yamal le pasa algo. Se le ve medio tristón. Cohibido. ¡Claro que celebró su tanto! Pero el resto del partido estuvo medio cohibido. Sin llamar la atención. Me da la sensación que en los últimos encuentros no está jugando con el desparpajo de los primeros.
Contra Chipre jugó 72 minutos y muchos de ellos se los pasó medio escondido en su banda. Mejor dicho, fuera de su banda. En una zona de nadie en la que no parecía sentirse cómodo. Decidió De la Fuente que la amplitud al equipo se la tenía que dar el lateral, Jesús Navas y que Lamine se tenía que meter por dentro y en el carril del '8' quedó desubicado. No es lo suyo ese juego de interior-segundo delantero y quizás por eso intervino poco. La constante presencia del lateral sevillista le comió terreno y protagonismo.No pudo tirar casi ninguna de sus clásicas diagonales. No encaraba. No pedía el balón. Parecía como enjaulado. Soltaba de primera, sin querer quedarse con el balón para jugársela como él sabe.
Cuentan los que le conocen que es un chico tímido y reservado. No sería extraño tampoco que le haya afectado más de la cuenta su rifi-rafe con Lewandowski del pasado domingo o que alguien le haya recomendado que peque de precavido antes que de imprudente. Sea como fuere, el caso es que se echa de menos que no aparezca más en el juego de ataque de su equipo, se llame Barça o España. Tiene que mostrarse más. Dejarse ver. Bajar a pedir. Buscar al mediocentro. Huir del lateral. No esconderse detrás suyo. Tiene que hacer lo que sabe hacer. Lo que lleva dentro. Recibir y encarar. Conducción y regate. Y si ve hueco y opción de remate... disparar por mucho que le moleste al Lewandowski de turno.
A sus años, es mejor llevarte una bronca por descarado, futbolísticamente hablando, que por tímido. El domingo, en Valladolid, ante Georgia tendrá otra oportunidad. Puede que no sea titular porque habrá rotación masiva, pero seguro que tiene minutos y así sumar su cuarto partido con la Selección. Cuando antes, mejor. Para evitar sorpresas de futuro si Marruecos sigue runruneando en su entorno. Que a Lamine le quede toda una vida deportiva por delante no le debe inducir a dejarse llevar. Si con 16 está donde está es porque es bueno, posiblemente, muy bueno y por lo tanto debe sentirse seguro de sí mismo. Y, sobre el césped, sacar todo lo que tiene dentro. Que es mucho más de lo mostrado en los últimos partidos.
Por lo demás esta visita a Chipre no pasará a la historia del fútbol español, como aquella del 98 que le costó el cargo a Clemente. Los menos habituales en la titularidad tiraron de oficio y sentenciaron en la primera parte para sestear de mala manera en la segunda. El líder de la Liga, el Girona de Míchel se dejó ver con la presencia de los debutantes Aleix García y Riquelme, que ya es un 'ex', pero debe mucho de su internacionalidad a todo lo que la temporada pasada realizó a las órdenes del técnico de Vallecas.
En una noche muy de la Real, con cuatro titulares entre los once de salida, como durante el Mundial 82, donde era el equipo que más jugadores aportaba a la Selección, seis, hay que lamentar la lesión de uno de sus líderes, Oyarzabal. Desde su lesión España fue otra. Y por desgracia, peor.