Willy enseña lo que pasa en el 'futfem' cuando se habla del amor sin tabús: "Casi cada día llega un mensaje"
La exjugadora ha visibilizado su relación con Merel Van Dongen: "Si se puede ayudar a alguien...".

Amor, fútbol y homofobia. Ana Romero 'Willy' y Merel Van Dongen han hecho de su relación de pareja un ejemplo de libertad para sumar su granito de arena a la normalización de la homosexualidad. Todo ello con el fútbol como altavoz en esta lucha social. "¿Cómo se lo puedo decir a mis padres?, ¿Cómo has salido del armario?...". Estas son algunas de las dudas que le han trasladado seguidoras en sus redes sociales tras darle visibilidad a su relación. Willy, última invitada de Quiero ser Como, recuerda algunos de los casos más cercanos que les han agradecido la naturalidad con la que llevan su relación.
"Tenemos unos vecinos que son gays. Un padre de ellos les mandó el reportaje en Mujer Hoy y él me dio las gracias por salir porque les ayudó. El hecho de que su padre enviara ese reportaje por el grupo de la familia ya era importante", cuenta Willy. A esto, Merel añade: "Casi cada día tengo un mensaje de una chica con una pregunta sobre esto. Yo no me siento especial. Cuando lees lo que les ocurre y ves que tienes todo tu entorno bien, te das cuenta de que no todo el mundo lo tiene tan fácil". La neerlandesa intenta responder a todas las cuestiones a las que le da tiempo. "Les doy consejos y luego, a las semanas, me dicen que lo han contado y ha ido bien. Es la hostia", apunta.
«Me costó contárselo a mis padres»
Tanto ella como la exjugadora española rompieron también su propio muro cuando hablaron por primera vez de su homosexualidad. "Me costó contárselo a mis padres. En el momento en el que ellos y mi hermano lo aceptaron, a mí el resto me daba igual. Me es indiferente. Si encima puedes ayudar a visibilizar y ayudar. La gente sigue con las ideas y las creencias que tenga, pero si se puede ayudar a alguien…", expone Willy.
La que fuera extremo de equipos como el Betis o el Barça repasa cómo inició su relación con Merel Van Dongen, con la que se casó el pasado verano y a la que conoció a su llegada al Ajax en 2016. "Era simpática", comenta entre risas. "El primer día me preguntó si estaba nerviosa y no le entendía", comenta sobre sus primeros recuerdos con la defensa neerlandesa, que responde con seguridad al hablar de lo que sintió al ver a la exjugadora sevillana: "Fue amor a primera vista". Un flechazo que les ha convertido en una de las parejas más icónicas del fútbol femenino.
Ambas compartieron vestuario en el Ajax y en el Betis. En 2020, Willy cambió la camiseta verdiblanca por la bata de médica, profesión a la que dedica su vida. No se ha alejado por completo de los terrenos de juego, ayudando como agente en BePlayer y siguiendo muy de cerca el Atlético de Madrid, donde ahora juega Merel Van Dongen.
Sin duda, su carrera ha tenido un color muy especial. Empezó y acabó en Sevilla, en los dos clubes que dominan la ciudad hispalense (Sevilla y Betis). Si bien la verdiblanca fue la camiseta que vistió con más orgullo, con una pasión heredada de su padre, la exjugadora andaluza fundió las bandas de clubes históricos en España como el Rayo Vallecano, el Espanyol, el Barça o el Valencia. Después, disfrutó de dos años en el extranjero, en el Ajax. Y, de allí, regresó a casa para retirarse en el Betis, el club de su vida.
La Selección de Quereda: el 'cara de perro', sus convocatorias...
Paralélamente, hizo carrera en la Absoluta, a la que llegó tras pasar por las categorías inferiores. "En la Sub-17 sólo íbamos para entrenar. No había competiciones. De hecho, entrenábamos en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid con una ropa... Luego fui a la Sub-19, que ganamos, y a la Absoluta, en la que coincidí con Vanesa Gimbert, Vilanova, Iraia, Itxi, Ruth, Vero Boquete, Adriana Martín, Laura del Río, Tirapu…", recuerda. También coincidió con Nacho Quereda, seleccionador español durante 27 años.
Willy señala que tuvo una relación de "amor y odio" con el técnico español, que le dejó fuera de la convocatoria de la Eurocopa de 2017 para que entrara Alexia Putellas. Además, repasó algunas anécdotas con el técnico, al que define como una persona que tenía sus "cosillas" y no soportaba cualquier alboroto. "Antes del partido nos decía: 'este partido hay que jugarlo a cara de perro'. No se analizaba al rival. Al final, en el vestuario y si alguna conocía a alguna rival, se hablaba. Vero, que en esa época jugaba fuera, nos decía 'esta es tal' y tú te montabas un poco tu plan o decíamos 'podemos hacer esto'. Pero no había indicaciones como si fuera un análisis del rival", destapa.
La exjugadora andaluza quiso también volver a algunos de los momentos que más le marcaron a nivel personal con Quereda. Uno de ellos fue durante una convocatoria en la que le dejó fuera. "Acabamos de entrenar y él iba al vestuario a dar la convocatoria. Nos juntaba e iba diciendo quien no iba. Todas sentadas y él estaba enfrente mía literalmente. Empezó a señalar con el dedo y dijo: 'Las que no van al viaje son tal, tal y tal'. A mí me saltó y yo tenía la sensación de que me iba a quedar fuera. Era con la Sub-19. Terminó de decir los descartes y dijo: 'Nos vamos'. Y yo me había dado cuenta de que le faltaba una y Javi, el preparador físico, le dijo: 'Nacho, te falta una'. Y empezó: '¿Dónde está? ¿Dónde se ha metido?… Yo sabía que era yo y ya dijo: 'ah sí, Ana Romero'", narra.
Y reflexiona sobre la falta de preparación en la Absoluta durante aquellos años. "Era todo el rato lo mismo. Yo en el tiempo que estuve, hace años, aunque tampoco tantos, tácticamente no me aportaba nada ir a la Selección. Nos decían que si no sabíamos darle bien con la otra pierna, que nos quedáramos después del entrenamiento dando pases a una pared con la pierna no dominante", subraya. Una falta de profesionalidad que cree que sigue perdurando.
"De cuando estaba Quereda a cuando estaba Ángel Vilda, tampoco cambió mucho. Íbamos allí nos concentrábamos, entrenábamos. Tampoco cambiaba nada… Por mucho que haya cambiado, he seguido teniendo amigas allí y viendo las cosas y ha seguido siendo igual. Lo peor es que creo que esto sigue pasando en muchos equipos. Yo veo equipos en Primera que tácticamente son malísimos y preparan el partido fatal. O lo preparan a la vieja usanza. Todavía existe", denuncia.
Emma Hayes le echó el ojo tras el Rayo de Teresa Rivero
Por su parte, Willy charló sobre su paso por clubes históricos como el Rayo Vallecano o el Barcelona. En ambos clubes ganó Ligas y Copas. Aunque el más "especial" de ellos fue el club franjirrojo. "En esa época, celebrábamos los títulos de Liga en la fuente de la Asamblea. El Rayo masculino no ganaba nada y no se aprovechaba que ellos salían para hacerlo, sino que salíamos nosotras. La gente lo celebraba con nosotras", dice.
Era la etapa de Teresa Rivero como presidenta, con la que guarda muy buenos recuerdos. "Me acuerdo que llegó una vez en la última cena antes de ganar la Liga y dijo: "10.000 euros por jugadora". Luego el Rayo entró en ley concursal. No sé si eran 10.000 euros, pero era una cantidad importante. Ella venía mucho. Era muy familiar el club y te trataban muy bien. En todas las categorías, cuando decían que venía el femenino te tenía un respeto. Para la época que era, la gente de verdad le tenía mucho cariño al femenino", destaca.
Después del Rayo Vallecano llegó el Espanyol, el Barça, el Valencia y una oportunidad frustrada para irse a Estados Unidos o de recalar en el Chelsea. Ambas opciones después de que le echara el ojo Emma Hayes, una de las entrenadoras de mayor prestigio en el fútbol femenino.
La exjugadora lo cuenta así: "Estuve a punto de fichar por el Sky Blue, pero fue el único año que la Liga quebró con deudas. Lo tenía todo cerrado. La directora deportiva era Emma Hayes y tuve la oportunidad de irme allí. Me quiso fichar ella. Luego, no me fui y me rompí el cruzado. Cuando me recuperé, me iba a ir al Chelsea, que estaba ya Emma Hayes, o al Barça. Y me quedé en el Barça. Luego me fui al Valencia y, después, me llegaron ofertas del Betis, de la Real Sociedad y de un equipo de Noruega. Yo me quería ir fuera. Y una jugadora del Espanyol, Aída, me dijo que me fuera al Ajax, en el que estaba Eli Sarasola. Ella habló con ella, vinieron a verme a la final de Copa de la Reina y me ficharon".
El Betis también tuvo su momento, siendo el club en el que quiso retirarse: "Sabía que tarde o temprano iba a llegar la hora de jugar de verdiblanca". Y llegó, cumpliendo el sueño de su padre para poner la guinda a una carrera que le convierte en una de las futbolistas españolas más míticas de la historia reciente.