FÚTBOL

El verdadero trabajo del psicólogo deportivo: "No estamos aquí para reparar nada roto"

Carlos Rey, responsable del área de psicología deportiva del Leganés, nos ayuda a conocer una parcela de la que se habla mucho pero se sabe poco.

Carlos Rey, responsable del área de psicología deportiva del Leganés. /CD LEGANÉS
Carlos Rey, responsable del área de psicología deportiva del Leganés. CD LEGANÉS
Sergio Sánchez

Sergio Sánchez

Nervios, confianza, motivación… Son múltiples los conceptos que empleamos para intentar explicar el momento que atraviesa un equipo. A veces, buscamos las causas más en la cabeza que en los pies y es, a partir de ahí, cuando se mira a la psicología. De vez en cuando, se le añade el apellido deportiva al saltar alguno de sus responsables a la palestra. La última vez fue la aparición junto a Luis Enrique del que era el encargado de esta labor en la Selección. Sin embargo, el interés suele quedarse en la anécdota y prevalece el desconocimiento.

Para descubrir en qué consiste el trabajo de una figura cada vez más extendida en los clubes, charlamos con Carlos Rey (Madrid, 1984), psicólogo deportivo incorporado al Leganés hace un par de meses. Antes de empezar, quítense prejuicios.

¿Qué es la psicología deportiva?

Estamos aquí para engrasar la maquinaria y conseguir mejor rendimiento. Cada vez que hay una noticia de un psicólogo, enseguida decimos: '¡Qué ha pasado!'. Suena erróneamente a curar algo porque hay un enfoque clínico. Por eso, yo hablaría de bienestar y no de salud mental. ¿Es importante el bienestar para la salud? Sí, pero no es lo mismo.

¿Cuáles son los objetivos?

Satisfacción, bienestar y rendimiento.

¿Y cómo se consigue que un deportista esté más satisfecho?

Tiene que ver con cómo me autoevalúo, en lugar de cómo me evalúan otros. A partir de ahí, puedo mejorar. Debo elevar mis niveles de satisfacción independientemente del resultado obtenido. Lo que pienso afecta a lo que siento y eso, a lo que hago. Una buena gestión de los sentimientos ayuda a conseguir el bienestar.

Entonces, ¿se trata de evitar sensaciones como nervios o ansiedad?

Se suele hablar de los síntomas, pero hay que ir al problema. Hay mucha gente que se mueve por patrones de evitación: trata de evitar un problema. Decimos 'tengo que estudiar para no suspender' en lugar de plantear un objetivo que fomente la motivación, como tener unas buenas vacaciones o disfrutar sabiendo cosas. El examen será el mismo, pero visto de forma muy diferente. En un caso puedes sentir temor y en el otro, ilusión.

¿Cómo se trasmite el mayor bienestar personal a un mejor rendimiento futbolístico?

Se puede jugar para no perder o tener ilusión por conseguir un objetivo. Controlar esas sensaciones optimiza el rendimiento. Se puede hacer un buen partido y perder igualmente. Lo que se busca desde nuestro ámbito es enseñar al deportista a controlar lo que puede controlar. Ese es el camino para conseguir los resultados deseados.

¿La confianza es una variable fundamental en el jugador?

La confianza depende de cómo la estemos alimentando, algo que nadie nos enseña a hacer. Muchas veces mezclamos variables inadecuadas: cómo hacemos nuestro trabajo, que depende de nosotros, y los resultados, que no dependen completamente de uno mismo. Desde pequeño nos enseñan en la escuela que si sacas buena nota eres bueno y si sacas mala nota eres malo. Sin embargo, a veces hay variables que no podemos controlar y en el deporte más todavía. Es importante saber nutrir la confianza de cosas controlables, como tu actitud ante la dificultad. Siempre ponemos de ejemplo a Rafa Nadal. Obviamente, ha obtenido resultados, pero independientemente de las victorias o derrotas, siempre es estable.

¿El aspecto mental es decisivo en un futbolista?

Cuando el factor físico y técnico-táctico es muy elevado, las diferencias son mínimas. Si partimos de una base de alto rendimiento, es entonces cuando se puede considerar determinante el factor mental de un jugador.

¿Qué influencia tiene la presión de los medios y las redes sociales?

Disfrutamos de más tiempo con las comodidades que nos presta la actualidad y eso muchas veces en psicología se traduce en pensamientos que no me hacen ningún bien. Solo por el hecho de pensarlo, no se convierte en verdad. Sin embargo, cuando lo pienso una y otra vez, me hace sentirme mal y para mí puede ser verdad. La gestión de las expectativas es clave. Siempre lo que se frustra son expectativas, por eso enseñamos a auto gestionarlas mejor, es una labor primordial.

Si ponemos un ejemplo práctico, ¿cómo se calman los nervios antes de lanzar un penalti?

El bagaje personal de experiencias da mayor o menor aplomo y luego hay estrategias como rutinas de concentración o técnicas de relajación. Es psicoeducación para saber manejarse mejor. Es como llevar un coche: sabes que tienes que llevarlo en equis revoluciones y si suena de tal manera tienes que cambiar de marcha o soltar el acelerador, con el cuerpo pasa algo similar.

Una reflexión final sobre esta labor cada vez más extendida en el fútbol.

El psicólogo no existe solo para ayudar a quien tiene un problema, sino para mejorar al que quiere conseguir un objetivo. Que un deportista tenga ansiedad competitiva ante un partido al que él concede una gran relevancia, no es un trastorno. Eso es algo puntual derivado de la importancia que yo le estoy dando a la situación. Si en tu trabajo, futbolista o lo que seas, te sientes bien y sabes apartar determinados pensamientos que te pueden amargar el día, estarás más motivado y enchufado.