REAL MADRID 2 - BARCELONA 5

La confesión de Hansi Flick que guarda su mejor secreto: "Debatimos mucho, no fue fácil"

El entrenador se apoyó en su cuerpo técnico para decidir qué cambios hacer tras la expulsión de Szczesny.

Szczesny fue expulsado al inicio del segundo tiempo./AFP
Szczesny fue expulsado al inicio del segundo tiempo. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El Barcelona afronta los Clásicos de la misma manera que el Real Madrid espera la Champions. Contextos, relatos y dinámicas quedan apartados. Poco importa cómo llegan los blaugrana a enfrentarse a los blancos, siempre empiezan de cero. Cuando Hansi Flick aterrizó en la ciudad deportiva, después de haberse sacado máster en barcelonismo en una visita exprés a Manchester, pronto se encontró con problemas extrafutbolísticos que amenazaban con retocarle el plan. También en estos días previos a la Supercopa.

La claridad con la que Flick y su cuerpo técnico dibujaban el equipo que se imaginaban chocaba con una planificación deportiva entonces difusa y los problemas económicos que seguían techando el proyecto. En la gira, el Barça de Flick dejó unos mimbres prometedores. En octubre, disparó al equipo. Y este mes de enero, con Joan Laporta salvando el enésimo matchball con las inscripciones mediante la cautelar de Dani Olmo y Pau Víctor, el equipo ha vuelto a centrar el debate en el balón.

El Barça permitió a Flick traerse a su gente de confianza. Llegaron con Heiko Westermann, Marcus Sorg y Toni Tapalovic. Y más tarde amplió. Tras las prácticas veraniegas de Thiago Alcántara, que ha vuelto a instalarse en la capital catalana, promocionaron a Arnau Blanco. Cambiaron la rutina de entrenamientos, establecieron un código interno del que Jules Koundé e Iñaki Peña pueden dar fe y retocaron el estilo de juego. "Trabajamos duro desde el inicio de temporada. Sabemos lo que tenemos que hacer en el campo. Confiamos en el mister y él en nosotros", explicó Raphinha con el trofeo MVP en el brazo.

El dilema de la expulsión de Szczesny

Al final fue una manita y gracias. De no haber sido por la expulsión de Szczesny, en el minuto 56, quién sabe cuánta sangre podría haber hecho el Barcelona. En aquel momento, previa revisión del VAR, en el área técnica empezaron a preguntarse cómo podían recomponer el equipo. El guion de partido acababa de cambiar. "Cuando expulsaron a Tek no fue fácil para el staff. Debatimos mucho, pero tengo que agradecerles a todos porque tomamos la decisión correcta. Iñaki lo ha hecho fantásticamente. From zero to hero [De cero a héroe]. Estoy orgulloso por cómo hemos defendido", señaló un Flick que quiso mantenerse en la sombra durante la celebración. No se le ve en la foto 'oficial'.

El Barça recuperó en Yeda todos los ingredientes que le convirtieron en un monstruo para Europa. Durante el inicio de temporada fio su ataque, siempre vertical, a la voracidad de su tridente. Raphinha y Lamine Yamal dejaron su mejor versión en la final. Lewandowski, además, también anotó. El polaco ya lleva tantos goles (26) como los que anotó la temporada pasada. Por detrás de ellos, brillaron Marc Casadó -una apuesta personal de Flick-, Gavi ha vuelto de una lesión gravísima a un nivel extraordinario y Pedri está en el mejor momento de su carrera.

"Desde pequeños en La Masia jugamos este tipo de partidos, estamos acostumbrados", valoró Pau Cubarsí. El Barça es un equipo con un claro sello de los jugadores de la casa, a quienes Flick halagó desde el primer día. Algunos debuts llevan su firma. El propio Cubarsí, Lamine o Casadó estrenan su vitrina blaugrana con el primer equipo. La goleada al Real Madrid marca un punto de inflexión en la temporada. Primer trofeo para el proyecto de Flick.