Un desfile 'obligado' y unos ojos llorosos radiografían el sentir del vestuario del Real Madrid tras su último palo ante el Barça
La zona mixta tras la final de la Supercopa fue reveladora: las caras de las futbolistas madridistas eran un poema.

Las zonas mixtas siempre son reveladoras. Normalmente, y más tras un gran partido, sirven para pulsar el sentir de las futbolistas. Ayer, valió para conocer el estado de ánimo de las futbolistas del Madrid después de caer goleadas (5-0) por el Barça en la final de la Supercopa.Y sus caras eran un poema.
Además, en el caso del Madrid, la Supercopa brinda a los periodistas una oportunidad de oro. Por normativa de la RFEF, los clubes deben prestar a sus protagonistas para las ruedas de prensa y para atender a la televisión con derechos (RTVE) durante el partido. Pero que se paren en zona mixta es una "recomendación". Y es especial porque en Liga F no hay ningún tipo de obligatoriedad ni para comparecer en rueda de prensa ni en zona mixta y el Madrid nunca aparece.
Loso ojos llorosos de Teresa Abelleira y la sinceridad de Antônia Silva
Una de las primeras jugadoras en desfilar fue Linda Caicedo. La colombiana, con rostro serio, encaró rápidamente la salida 'escoltada' por dos miembros del club. Al igual que Caroline Møller y Filippa Angeldahl. Después, apareció Athenea del Castillo. La futbolista cántabra aparecía con cara de pocos amigos y charlando con un miembro del club. Avanzaba rápida y se escuchó un "No me dejan", que podría tener que ver con atender a los medios de comunicación (es el club quien elige quién les atiende).
Quizá, y a juzgar por lo visto en zona mixta, Teresa Abelleira y Signe Bruun fueron dos de las futbolistas más afectadas. La primera de ellas lleva tiempo relegada a un segundo plano y saltó al campo cuando el partido ya estaba decidido (en el minuto 79 y con el 4-0 en el marcador). Su cara, con los ojos llorosos, lo decía todo. La gallega no está pasando por su mejor momento. La delantera danesa lucía igual.
Sus caras no eran más que un reflejo del decimo sexto varapalo blanco ante el Barcelona. El conjunto madridista fue inferior a su rival y volvió a demostrar estar unos cuantos escalones por debajo de ellas. Incluso en el año en el que cuenta con "la mejor plantilla" de siempre, en palabras del propio Toril. La sensación volvió a ser de impotencia, de que hay algo que no fluye y que, por qué no, un cambio de rumbo no le vendría mal a nadie, ni al cuerpo técnico ni al vestuario.
Cuando parecía que nadie se iba a parar, el jefe de prensa blanco trajo a Antônia Silva. La brasileña fue la elegida por el club blanco para dar la cara ante los medios de comunicación. Lejos de cortarse, acababa de disputar su primer partido de entidad con la camiseta madridista, fue muy contundente. Algo que, tras la rueda de prensa de Alberto Toril (que estaba ocurriendo casi a la vez), la parroquia madridista agradeció.
"Es un momento muy duro, tú llegas a una final y te llevas cinco, pues es muy duro", confesó. "Primero, ni podemos encajar tantos goles. Tenemos que encontrar una manera de hacer daño a ellas. No puede ser que en todos los partido salgamos con cero goles", añadió.
La defensa brasileña continúo con la autocrítica: "En un partido contra el Barça tú sabes que te van a llegar a la portería muchas veces y tenemos que estar atentas a todo lo que viene para no encajar, por ejemplo, goles de balón parado. Tenemos que estar atentas a esto y seguir mejorando, no hay otra [...] Es un momento muy duro porque tú ves a tu espalda tener una, dos, tres, cuatro jugadoras del Barça, pero no hay otra", sentenció.