Radiografía de una Supercopa que no convence a nadie
El torneo es deficitario. La venta de entradas deja dudas, la idea de Arabia Saudí aviva la polémica y los clubes están descontentos.

10 de enero del año 2020. Salta la noticia. La Supercopa femenina vuelve y adquiere por primera vez oficialidad. Como aclaración a esto, se disputaron cuatro ediciones entre 1997 y el año 2000, pero no estuvieron recogidas en los estatutos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la falta de apoyo a esta categoría dejó desierto este torneo durante dos décadas. Una deuda que, en 2020, antes de que estallara la pandemia del COVID-19, se quiere empezar a olvidar. El comunicado, a un mes de la disputa del torneo, definía Salamanca como primera sede de esta 'nueva' Supercopa y la acogida no pudo ser mejor. Se alumbró una nueva ilusión y vía de crecimiento para el fútbol femenino español.
Sin embargo, y cinco años más tarde, esta oportunidad se ha torcido. O manchado, como queráis entenderlo. Los clubes, descontentos con la organización, tienen que asumir grandes gastos para poder jugar el torneo: la logística ronda, aproximadamente, los 70.000 euros. La competición es, a su vez, deficitaria y deja premios -el año pasado fueron desde los 10.000 euros para los semifinalistas hasta los 25.000 euros para el campeón-. Eso sí, este año, por primera vez, la RFEF ayudará a los clubes con el desembolso. "Es un paso", comentan a Relevo.
La planificación sigue siendo atropellada, con sedes anunciadas con poco margen y problemas en la venta de entradas. La falta de interés también deja unas semifinales que se emitirán en La2 y no en La1. Y, por si fuera poco, en esta edición, se ha sumado la idea de llevar el torneo a Arabia Saudí. Vamos por partes, empezando por esta última polémica.
"¿Por qué no una Supercopa de España femenina en Arabia Saudí?". Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), prendió la mecha en el descanso del Clásico disputado en Yeda hace poco más de una semana. Y su idea, tras la que se escondían conversaciones con los saudíes para intentar llevar este torneo allí, ha abierto un debate que divide y que tiene múltiples aristas.
¿Prolongar la #superSupercopa en Arabia Saudí hasta 2034?
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 12, 2025
Rafael Louzán: ''En eso estamos trabajando también. Quieren desarrollar mucho el fútbol femenino''. #superSupercopa #DeportePlus pic.twitter.com/yhQEZH6lm5
Aunque en el fútbol femenino la opinión mayoritaria, pese a que la mayoría se mantiene cauta con el tema por no ser oficial, se opone a esto por una cuestión de valores. Y cierta lógica. Pues el fútbol femenino español necesita soluciones más allá del dinero. Que también. Aquí es donde aparecen otras voces que, ante la falta de ingresos o acuerdos que impulsen económicamente a esta categoría, ven en Arabia Saudí una vía rápida para dar un empujón a la Supercopa.
Con este debate abierto, y lo de Arabia Saudí siendo uno de los temas de cada acto o rueda de prensa, la Supercopa arranca este miércoles con la primera semifinal: Barça y Atlético abren el torneo a las 19:00h en el estadio de Butarque en Leganés (Madrid). El jueves, será el turno de Real Madrid y Real Sociedad, con posibilidad de una final en la que haya Clásico, derbi madrileño o la reedición de aquel cruce Barça - Real Sociedad de 2020, con un 1-10.
La pelea por el título, por cierto, será a las 12:00h y las semifinales coincidirán con la Champions masculina. Con el equipo azulgrana como gran favorito -el año pasado lo ganaron todo y ha levantado cuatro de los cinco trofeos que se han disputado con este nuevo formato- el sabor de boca en cuanto a esta competición dista mucho de aquella citada euforia inicial en 2020.
Pere Romeu, del Barça, se quejó de la planificación de la RFEF
"A nivel de tiempo, me parece muy poco para una planificación deportiva y para los socios de los equipos visitantes. Tendríamos que saberlo con mucha más antelación porque todas las partes saldríamos claramente beneficiadas", decía Pere Romeu. El entrenador del Barça mostró su descontento con las formas y el modo en una previa de la semifinal que se celebró en Barcelona.
La mala planificación se repite una y otra vez en este torneo. Después de Salamanca, cuyo anuncio inesperado tapó la falta de previsión -solo con un mes de antelación-, el resto de ediciones también han caído en este error. Con una ilusión de cara a este torneo que ha ido de más a menos. Después de Salamanca vino Almería, en pleno COVID-19. Por lo que no hubo apenas reproches en este sentido.
Le siguieron la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, también comunicada un mes antes, Mérida -con el escándalo de la mesa de picnic para las medallas- y dos veces Butarque, que repite este año como sede. En todas, ha sobrevolado la duda por la mala organización. Con gradas a medio gas. Una imagen que apunta a repetirse en Leganés. La venta de entradas no está siendo boyante y, salvo giro inesperado de última hora, no habrá lleno en el templo pepinero.
Así, este torneo no convence ni a clubes ni a la RFEF, que ya tiene la propuesta de Arabia Saudí sobre la mesa y que evidencia una falta de interés en ella -la búsqueda de su sede no ha sido prioridad, a la vista de los anuncios a contrarreloj de estos años, ni a la televisión -se emite en el canal secundario de RTVE en vez de en La1- ni al público, con un goteo mínimo en la venta de entradas. Ahora, sólo queda que el balón empiece a rodar y que el espectáculo en el verde sea lo mayor posible para olvidar, o intentarlo durante 90 minutos -luego no habrá prórroga, sino penalti-, todo lo que sonroja a esta Supercopa.