El sueño americano de Luca Clavero: "Es más fácil compaginar fútbol y estudios"
El meta sevillano, elegido el mejor del año, se ha proclamado campeón de la División 2 universitaria con la Lynn University.
El sueño americano también ha llegado al fútbol. Jóvenes como Luca Clavero (Sevilla, 2003), que quieren continuar con su formación pero también probar fortuna en el balompié. Del Tomares a la Lynn University. De la División de Honor juvenil española a la División 2 universitaria de Estados Unidos. "Allí es más fácil compaginar fútbol y estudios", cuenta el portero que ha sido elegido portero del año mientras estudia Investment Management en esta universidad situada en Boca Ratón, Florida, a unos 50 km. de Miami.
Todo empezó a través de Instagram. Varias agencias especializadas en llevar a jóvenes, que potencialmente pueden acceder a una beca, le ofrecieron la posibilidad de iniciar la aventura americana. "Primero tuve que preparar un vídeo con mis mejores acciones. Luego ya me llamaron directamente varios entrenadores de universidades. Uno me convenció y, hablando con mis padres, llegamos a la conclusión de que era la mejor idea para mi futuro tanto académico como futbolístico", dice Clavero, que se encuentra en su tercer año de estudios y cumpliendo las expectativas: "Hablando con mi entrenador me dijo que era el segundo portero de la historia de la universidad con más porterías a cero. Estoy muy contento, me están saliendo muy bien estos tres años".
Además de su nivel como portero, a Luca Clavero le preocupa su formación, dos cuestiones indisolubles en el modelo americano. "Si no apruebas, no juegas", resume, aunque incluso la exigencia va un poco más allá, ya que se necesita un mínimo de nota para estar en el equipo. "Si no lo tienes, te quitan del equipo", asegura el sevillano, que también agradece que en Estados Unidos le sea más sencillo compaginar fútbol y estudios. "Te ayudan mucho más. Por ejemplo, ahora cuando fuimos a la Final Four, que se juega en una sede neutral, tuvimos que viajar a otro estado. En la última semana de clases nosotros no estábamos en la universidad, te envían una carta de justificación que tú se la reenvías al profesor y así no tienes que hacer todos los trabajos ni estar en clase", relata sobre ese aspecto tan necesario para que un estudiante también pueda ejercer deporte a nivel universitario.
"Hay que tener en cuenta que las universidades te pueden pagar lo que viene siendo estudios, comida, casa, pero, por ley, tú no puedes recibir dinero. No es un trabajo. Tú allí estás para estudiar y ellos te cubren lo que viene siendo el día a día para que no tengas ningún tipo de gasto", señala sobre esas facilidades económicas que pueden suponer unos 60.000 dólares al año para un estudiante de su nivel. Eso sí, la dedicación diaria también es más elevada, tanto para los entrenamientos como para buscarle hueco a las tareas de las clases. "Primero empiezas el día con el entrenamiento. Si hay gimnasio, estamos sobre las 8, y a las 10 luego ya pasas al campo. A partir de que acabas, ya lo que te queda durante el día es ir a clase y cumplir con tus obligaciones académicas", cuenta sobre lo que le supone cada jornada.
Esas horas de entrenamiento también provocan diferencias con el estilo de fútbol que se practica en Estados Unidos. "Hay un cambio brutal, sobre todo en el aspecto físico, aunque también hay jugadores con mucha calidad. También se nota ese paso de la edad juvenil a jugar con gente de entre 19 y 25, y con un fútbol de más ida y vuelta. Aquí entrenamos todos los días e incluso durante la pretemporada dos veces al día", explica Clavero, que también hace la distinción entre la División 1 universitaria y la 2 en la que él participa en este momento: "En la 1 están las 20 universidades de mayor tamaño, que no quiere decir que sean las mejores. De hecho, en pretemporada siempre jugamos contra un equipo de media tabla de la 1 y les ganamos. La División 2 no tiene restricción por edad, mientras que en la 1 no hay jugadores mayores de 24 años, que ya no se considera edad de estudios. Por eso en la 2 vienen jugadores de un nivel alto y con más experiencia, que vienen a sacar un máster".
"Las universidades te pueden pagar los estudios, la comida y la casa, pero por ley no puedes recibir dinero"
¿Pero de qué nivel futbolístico estamos hablando? "El fútbol universitario es curioso. Puedes encontrarte jugadores que son de Primera Andaluza, claramente esos no llegan a la final. Y después jugadores que, en mi opinión, yo creo que podrían llegar a jugar en Segunda RFEF sin ningún tipo de problema. En mi equipo hay muchos alemanes y antes de venir a Estados Unidos han jugado en Regionalliga (participan los filiales de los grandes equipos alemanes), que aquí en España sería como la Segunda RFEF", dice Clavero, que sí está viendo un renacer del fútbol en Estados Unidos: "Todavía claramente está a años luz de lo que viene siendo los deportes más importantes allí. El fútbol americano es el primero sin ningún tipo de duda, después baloncesto y béisbol, pero, por ejemplo, el otro día me salió en Instagram un dato de una universidad que había batido el récord de espectadores en un partido de soccer, con cerca de 10.000, que para un partido universitario no está nada mal".
Pero un asunto es el nivel futbolístico y otro el de las instalaciones, uno de los grandes cambios que Clavero ha notado y que copiaría para España. "Allí vas a una universidad y tienen mil veces más recursos que un equipo de aquí de Primera o Segunda RFEF. Tienen una cámara de crioterapia en la universidad para los atletas, las botas de recuperación o parches que te dan electroestimulación para también recuperar las lesiones. Tienen un presupuesto muy alto", relata el meta, que incluso vislumbra un futuro en Estados Unidos. "Yo me fui con una idea, que es estudiar la carrera. Eso es lo primero. Y una vez que termine, si puedo, quedarme allí jugando, que al final es mi sueño y lo que más me gusta hacer. Por lo que me cuentan mis compañeros y la gente que tengo alrededor, creo que sí podría llegar a tener el nivel para jugar en la MLS. Pero lo primero siempre es terminar la carrera", agrega Clavero, que obliga al desvelo de sus progenitores para seguir sus evoluciones: "Los partidos son a las seis de la tarde, las 12 de la noche en España". Una nocturnidad necesaria para seguir en vivo ese sueño americano de fútbol y estudios.