ENTREVISTA

La malaria y un muro estuvieron a punto de costarle la vida a un Saúl Coco que no perdió la fe: "Estuve cerca de irme al otro lado"

El jugador del Torino repasa en Relevo esos episodios y su salida de Las Palmas entre otros temas.

Saúl Coco, durante un partido esta temporada con el Torino. /Saúl Coco
Saúl Coco, durante un partido esta temporada con el Torino. Saúl Coco
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

A Saúl Coco (25 años) le han bastando unos meses en el Torino para convertirse en uno de los defensas revelaciones del Calcio y para, poco a poco, ir atreviéndose con el italiano. Pese a que en Turín no están los suyos, el clima no es el de Las Palmas y tampoco hay mojo picón, el central hispano- ecuatoguineano sintió que había llegado el momento de abandonar el club de su vida para embarcarse en un nuevo reto profesional: "Entraba en mi último año de contrato con Las Palmas. Al club le estaba muy agradecido y quería evitar esa sensación incómoda de tener que entrar en pelea, en una disputa de: 'si no renuevas, no vas a jugar'… No fue una decisión fácil, pero no me arrepiento", explica el futbolista a Relevo desde la concentración de Guinea Ecuatorial.

Lograda con su selección la clasificación para una nueva Copa de África ("esto era impensable hace unos años"), para Saúl la vida no siempre fue un camino de rosas: "No sé qué hubiese pasado, pero por suerte, a día de hoy, lo estoy contando aquí. Sí en ese momento me dicen que dentro de cuatro años iba a a estar en el mundo profesional y viviendo todo lo que estoy experimentando ahora, me hubiese costado creerlo". A finales de 2019 contrajo la malaria y en 2020, en mitad de un partido, se chocó contra un muro. "Gracias a que me partí las dos muñecas no me partí el cráneo".

Lo primero de todo, ¿qué tal?, ¿cómo estás?

Bien, contento por la clasificación. Para nosotros era importante clasificarnos para nuestra tercera Copa de África, algo que en Guinea Ecuatorial era prácticamente impensable hace unos años. Aún recuerdo cuando nos clasificamos para la primera, que fue algo histórico y ahora parece que lo hemos normalizado. Hay que darle valor porque tiene mérito que un país como el nuestro, humilde y pequeño, esté peleando de tú a tú contra grandes potencias del fútbol africano.

Tienes 25 años, pero llevas ya siete jugando en la absoluta. Lo curioso es que el día de tu debut con el Nzalang no valió.

Así es. El partido fue contra Benín, en septiembre de 2017. Era un encuentro amistoso, pero que era oficial por fecha FIFA. Lo que pasó es que no contó como oficial porque el árbitro era de Guinea y no se le dio validez. Por suerte, un mes más tarde, ante Islas Mauricio ya sí que sí fue mi debut oficial.

Para el que no lo sepa, tu madre es española, tu padre es guineano, tú naciste en Lanzarote y decidiste jugar con Guinea.

Así es. Mi familia por parte materna es de Lanzarote, menos mi abuelo que es gallego. Por parte paterna, mi abuelo era nigeriano y mi abuela, guineana. Mi padre nació en Guinea, pero siendo muy joven se vino a vivir a España. Cuando se me planteó la posibilidad de poder jugar con Guinea Ecuatorial me gustó mucho el proyecto. Había mucha gente joven. Fue una buena decisión porque hemos conseguido cosas que para el país eran impensables y que están siendo históricas.

Decidiste representar a Guinea, pero imagino que el componente de poder jugar con España sería también muy fuerte.

Mucha gente me pregunta: '¿No te arrepientes? o, ¿no crees que algún día, a lo mejor, podrías haber jugado con España…?' Hubiese sido bonito, pero es algo que es muy complicado porque el nivel en la selección es altísimo. A día de hoy no lo pienso y no le doy muchas vueltas porque sé que en ese momento tomé esa decisión y no me arrepiento. A toro pasado es muy fácil hablar, pero tampoco sé sí, sin haber venido aquí (selección de Guinea), hubiese llegado al fútbol profesional. Mi explosión como futbolista fue después de la primera Copa de África. Empecé a jugar en Las Palmas y comencé a sentirme importante de cara al club y de vistas a todo el mundo. Hicimos un buen papel y llegamos a cuartos de final. Fue como el paso de estar en el filial de Las Palmas a, de repente, verme jugando al máximo nivel y compitiendo de tú a tú contra las mejores. Fue el momento de decirme a mí mismo: 'oye, creételo porque estás preparado'. Después de ese torneo volví a Las Palmas, justo se dio el cambio de entrenador, de Pepe Mel a García Pimienta, y ya empecé a jugar.

Saúl Coco y su decisión de irse de Las Palmas. Relevo

Un crecimiento se ha dado temporada tras temporada, este verano dejaste Las Palmas y fichaste por el Torino. Titular indiscutible y pieza importante desde tu llegada, ¿te esperabas mostrar este nivel tan rápido?

Esperármelo sí porque si hice este cambio fue con total confianza y pensando en que las cosas iban a salir bien. Cuando afronto un reto como este lo hago siempre siendo muy positivo y con la mentalidad de ir a por todas. Cuando hay un cambio tan grande de todo, de fútbol, de vida, de entorno, siempre tienes esa pequeña duda de 'a ver si sale bien o, a ver si no'. Pero es lo que te digo, estaba convencido de que iba a dar el 100%. La adaptación está siendo muy buena y es para estar contento.

¿Te costó mucho tomar la decisión de irte de Las Palmas?

Sí que cuesta pero, por un lado, llegó un momento en el que pensé que lo mejor era un cambio de aires, tanto para mí como para el club. Entraba en mi último año de contrato. Al club le estaba muy agradecido y era una situación que quería evitar. Esa sensación incómoda de tener que entrar en pelea, en una disputa de: 'si no renuevas, no vas a jugar'… Creía que era el momento justo para hacer un cambio, para probar una experiencia fuera y para intentar dejar dinero en el club. Fue una decisión difícil porque Las Palmas no deja de ser el equipo de mi corazón, el club de mi tierra, donde me he criado y donde tengo muchísimos amigos. No fue fácil, pero no me arrepiento porque fue una decisión que tenía que ser así.

No quisiste entrar en conflicto con el club y priorizaste salir bien de allí, ¿no?

Son negociaciones que son un poco complicadas. Está esa parte sentimental del cariño que le tienes al club y luego está esa parte de decir, 'vale, ¿hasta qué punto puedo ceder en qué cosas? o ¿hasta qué punto dejo que mis intereses se vean un poco perjudicados?' Era importante llegar a un acuerdo en el que las dos partes quedáramos contentas y así ha sido. Tengo buena relación con Luis (Helguera) y con el presidente (Miguel Ángel Ramírez) porque para mí era importante salir bien de cara a la afición y como aficionado de Las Palmas que soy.

"Entraba en mi último año de contrato con Las Palmas y no quería entrar en una pelea con el club de 'si no renuevas, no juegas"

Saúl Coco Jugador de Torino

¿Priorizabas salir de España?

No tenía claro el destino. Lo que sí tenía claro es que quería seguir compitiendo en una liga europea de nivel. Tuve alguna oferta de alguna liga más exótica, que económicamente era mucho más potente. Pero con 25 años y habiendo jugado mi primera temporada en Primera mi sueño era seguir compitiendo contra los mejores. Todavía tengo tiempo de, en un futuro, priorizar lo económico, pero ahora priorizaba más lo deportivo. De algún equipo de LaLiga hubo acercamientos, pero no se concretó nada y salió esta opción del Torino, que para mí era bastante buena.

Saúl Coco y el episodio de la malaria. Relevo

Parece que el fútbol te sonrié, pero hace unos años atravesaste dos situaciones muy dramáticas que pudieron costarte la vida. La primera, precisamente, empezó en una convocatoria con Guinea Ecuatorial.

Ocurrió en la temporada 2019-2020. Para mí ese curso fue un auténtico desastre. Yo estaba jugando en el Espanyol y firmé con Las Palmas para incorporarme a las Palmas C, en Tercera División. Tenía ganas de demostrar lo que había mejorado y lo que había progresado, pero me fue muy complicado. Al empezar la temporada tuve una pequeña rotura en el isquio. Me recuperé y volví a recaer. Después, por fin, pude enlanzar un par de partidos con continuidad y a finales de diciembre fui convocado con la selección. A la vuelta del parón jugué un partido y después de ese encuentro empecé a encontrarme bastante mal. A los pocos días de eso, disputé otro partido. Cuando volví a casa empecé a tener 41 de fiebre y vomitaba sangre. Llamé a mi madre y me dijo que avisara al club y que me volviera para Lanzarote. Desde Las Palmas, me dieron permiso y regresé a casa. Nada más llegar nos fuimos al hospital y allí me dijeron que tenía la malaria. Cuando llegué ya no me enteraba de nada. De lo poco que me acuerdo es que entré, me acosté en la camilla y me dormí. Cuando me desperté habían pasado dos días. Estuve ingresado en la UCI y entubado por todos lados. Cuando abrí los ojos, me dijeron que había estado en una situación muy crítica. Estuve una semana en la UCI, otra, en planta y ya después me dieron el alta. Yo no lo sufrí porque no me enteré de nada, pero mi familia lo pasó muy mal.

Tu padre me contó que el médico les dijo que no sabían si ibas a salir de esa.

Mi primo tenía confianza con uno de los doctores. Habló con él y le dijo, 'no sé qué decirte, témanse lo peor porque la cosa está complicada'. Afortunadamente todo salió bien y a día de hoy lo puedo estar contando como una anécdota, pero sí que fue un momento complicado. Eso fue en diciembre de 2019. Perdí 10 kilos. Me quedé flaquísimo porque mientras estuve en el hospital no podía comer, si comía algo lo vomitaba. Me estuve alimentando a base de suero y lo que me metían por vena. Al principio sentía que casi no podía ni caminar, yo decía: '¿cómo voy a volver a jugar?' Me puse a trabajar con un nutricionista y un preparador físico. Fueron tres semanas como si fuera una mini pretemporada y recuperé bastante rápido el tono muscular y el ritmo para lo grave que había sido y lo mal que estaba mi cuerpo. A finales de enero, ya estaba otra vez con el equipo y pude volver a jugar.

"Cuando contraje la malaria perdí 10 kilos. Casi no podía ni caminar"

Saúl Coco Jugador del Torino

Volviste a jugar, pero, al poco tiempo, una imagen tuya durante un partido sembró el terror: te chocaste contra un muro.

Como te decía, volví a jugar finales de enero (2020). Disputé dos partidos y al tercero, que era el día de mi cumple, el 9 de febrero, fue cuando me pasó el golpe contra el muro. Fue una acción fortuita. Me rompí las dos muñecas. Tuve también una herida abierta en la rodilla y una conmoción en la cabeza. En ese momento dije: 'este año no está para mí, no sé qué está pasando'. Pero dentro de lo que fue la situación, me lo tomé bastante bien. No me dije eso de 'por qué me está pasando todo a mí'. Me lo tomé con naturalidad, como cosas que tenían que pasar y vi más el lado positivo de decir: 'joder, he estado en dos situaciones cercanas de irme para el otro lado y estoy aquí y eso es lo importante y lo que hay que valorar'. Después de eso, en marzo, empezó el COVID. La cuarentena la pasé, primero, con los yesos y después con las férulas.

Saúl Coco cuenta el impacto que tuvo contra un muro en pleno partido en 2020. Relevo

Del impacto que causó tu golpe, los que están en el campo pensaban que habías muerto.

El vídeo del impacto lo he visto más de 100 veces y es impactante. Cuando se escucha el golpe se escucha literalmente a roto. Gracias a que me partí las dos muñecas, no me partí el cráneo y con la rodilla igual, porque la rodilla la clavé antes en el suelo y eso, quizás, hizo que frenara un poco. No sé qué hubiese pasado, pero por suerte, a día de hoy, lo estoy contando aquí. Sí en ese momento me dicen que dentro de cuatro años iba a a estar en el mundo profesional y experimentando todo lo que estoy viviendo ahora, me hubiese costado creerlo.

Tras esos dos episodios, ¿no le cogiste miedo a jugar o a que te volviera a pasar algo?

Fue un poco lo contrario. Lo primero que pensé era en volver a jugar. Podría haberle cogido miedo, un poco de respeto y frenarme un poco, pero lo que me pasó fue más eso de 'tengo ganas de volver y disfrutar de lo que me gusta, porque este último año no lo he podido hacer'. A finales de ese año me subieron a Las Palmas Atlético. Empiezo a ir a algún entrenamiento con dinámica de primer equipo y a finales de ese año, el 17 de diciembre de 2020, el día del cumpleaños de mi madre y de mi hermana, debuto con el primer equipo. Cómo empezó el año y cómo acabó.

Saúl Coco reflexiona sobre qué hubiera pasado si no llega al fútbol profesional. Relevo

Dejemos esos momentos complicados y hablemos de una característica que tienes y que no es propia de un defensa: tu golpeo en las faltas. ¡Qué golazo metiste la temporada pasada en La Cerámica!

Desde pequeño lo he practicado. Me acuerdo que mis compañeros me decían: 'vaya golpeo, tienes que aprender a tirar faltas porque es increíble'. Es un golpeo un poco peculiar porque requiere tanta potencia que, o te sale muy bien y va ahí, o la mandas literalmente fuera del estadio (risas). No tiene término medio. He tirado algunas que han ido bien y otras que las he mandado fuera. De pequeños llamábamos a mi disparo 'el tiro del tigre' porque me gustaban mucho los dibujos de Oliver y Benji (risas).

Me gustó mucho una reflexión tuya en la que decías que para ti no habría sido un fracaso no llegar al fútbol profesional.

Fracaso hubiese sido no haberlo dado todo y no haberlo intentado. Esto es un premio. Hay miles de niños que en su momento soñaron con esto y yo fui uno de ellos. Llegar al mundo profesional es muy complicado. Por mucho que quieras, no depende solo de ti, dependen de miles de factores que se tienen que alinear. Es muy complicado y yo lo valoro muchísimo. Estoy súper agradecido y súper contento por haber llegado a dónde estoy, pero si no hubiese llegado no considero que hubiese sido un fracaso siempre y cuando hubiese sentido que he dado todo lo mejor de mí.