NÁPOLES

Pierluigi Gollini, el último producto de Spalletti que superó problemas de salud mental para ser importante

La figura del técnico fue fundamental para Gollini, que lidió con problemas psicológicos en su anterior etapa en la Fiorentina.

Gollini y Spalletti celebran la última victoria en liga. /EFE DEPORTES
Gollini y Spalletti celebran la última victoria en liga. EFE DEPORTES
Álvaro Valdemoro García

Álvaro Valdemoro García

El Nápoles sigue a lo suyo y ha puesto la directa para intentar conseguir su tercer Scudetto, más de 30 años después de lograrlo con Diego Armando Maradona como estrella del equipo. Los de Spalletti tienen media liga encarrilada, sobre todo, tras la derrota de su perseguidor, el Inter de Milán ante el Spezia y ganar frente a la Atalanta. Este encuentro fue especial para Pierluigi Gollini, que realizó su debut con los colores del equipo del sur de Italia.

Todo parecía ir normal en el calentamiento previo al choque frente al conjunto de Bérgamo. Los jugadores y porteros realizaban sus respectivos ejercicios hasta que el portero titular, Alex Meret, se retiró antes de lo previsto, por una molestia en la muñeca derecha. Desde ese momento, todas las cámaras miraban al portero suplente.

El guardameta debutó con la camiseta del Nápoles y disputó su primer partido con sus compañeros contra su ex equipo. Mejor no le pudieron salir las cosas: realizó una notable actuación, con tres paradas clave y, además, consiguió algo crucial para un portero, que es no encajar ningún gol.

El jugador llegó en el mercado invernal, cedido por Atalanta con opción de compra por ocho millones de euros. Fue un movimiento a tres bandas, ya que en el primer tramo de la vigente campaña, el portero jugó en la Fiorentina. En enero, el equipo "viola" acordó con el club sureño un intercambio de cromos: Salvatore Sirigu por Pierluigi Gollini.

Intercambio de mensajes

En su paso por su antiguo equipo, defendió la portería de los de Vincenzo Italiano nueve veces en tres competiciones: cinco en la Conference League, uno en la Coppa Italia y tres en la liga doméstica, dejando en cuatro ocasiones la portería a cero y concediendo ocho goles.

Pese a ello, su aventura no le fue tan bien como se esperaba. Al principio fue titular, pero con el tiempo fue perdiendo protagonismo y su papel quedó relegado en el banquillo por Pietro Terracciano. Personalmente, para él fue muy duro. Su deseo de jugar al deporte que ama se desvaneció en Florencia, donde sentía que no le respetaban. Incluso, el jugador comentó, sin miedos ni tapujos, después del último partido, que había padecido una problema de salud mental.

"En Florencia se burlaron de mí, nunca me había pasado en mi carrera. Nos pagan para entrenar lo mejor posible, pero para mí el fútbol siempre ha sido mi vida y cuando no estoy bien me cuesta expresarme en el campo", dijo el portero azul para los micrófonos de DAZN.

Las palabras, tras concluir el partido, causaron un alto revuelo que no gustaron nada a los tifosi de la Fiorentina. De hecho, una vez que las pulsaciones disminuyeron después del encuentro, Gollini recurrió a Instagram para explicarse mejor, tras recibir insultos de los fanáticos de su ex equipo.

"Lamento si mis palabras fueron mal interpretadas. Desafortunadamente, las cosas no siempre salen como uno espera, describí mi estado de ánimo personal en un momento de mi vida, sin rencores y con la mayor gratitud para quienes creyeron en mí y me apoyaron".

La respuesta a las declaraciones, por parte de algún dirigente viola, tampoco tardaron en llegar. Joe Barone, director deportivo del club, habló en la entrevista previa al partido ante la Cremonese. "Fue una situación extraña. Un jugador que vive de jugar al fútbol y de ganar un sueldo, que comenta algo así... no es un profesional. En Florencia queremos jugadores enamorados de la camiseta y de la afición", explicó el mandatario.

Lo que sí quedó claro es que tanto el jugador como el club no acabaron de la mejor manera. Cosas del fútbol. Sin embargo, pese al intercambio de mensajes por ambas partes, a cada uno le va bien en sus respectivos caminos. Gollini debutó y podría jugar la vuelta de los octavos de final de la Champions League y la Fiorentina lleva siete partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Un psicólogo llamado Luciano Spalleti

Dentro de la intrahistoria de su fichaje por el líder de la liga italiana, nace una figura muy importante para él, la de Luciano Spalletti. Aparte de ser su entrenador también se ha convertido en su psicólogo, siendo uno de los soportes fundamentales y unas de las personas que más le han ayudado. La imagen al final del partido de ambos protagonistas fundidos en un abrazo lo dice todo.

"Ha sido muy humano conmigo desde que llegué", decía el guardameta al ser preguntado por su nuevo técnico. En estos instantes, pese a que ha venido como suplente, a esperar su oportunidad, reconoce que el club actual es una familia y lo asemeja a su etapa en Bérgamo.