Dovbyk se adapta a Roma mientras piensa en Ucrania: "Cada mañana llamo para comprobar que todo está bien"
El jugador, que tiene la familia todavía en su país, está teniendo dificultades para hacerse con el estilo de juego de Italia.

Artem Dovbyk busca su lugar en Italia, pero no es fácil. El jugador ha llegado a la Roma y no encuentra los espacios y la fluidez que sí tenía en el Girona, donde la pasada temporada terminó pichichi. En su vida, además, late de fondo la guerra en Ucrania, su país, que le obliga a tener un ojo siempre puesto en casa.
Explica sus circunstancias en una larga entrevista que ha concedido a Il Messaggero, el gran periódico romano. "La situación obviamente no es buena, mi familia está allí, mi padre, mi madre, mi abuela están allí. Quise traérmelos primero a España y ahora a Italia, pero viven allí desde hace 50 años y quieren quedarse", explica el delantero.
"Desgraciadamente vivo una vida diferente a los demás, cada mañana me despierto y llamo para asegurarme de que todo está bien, que mi familia está bien, que no ha pasado nada especial ni ha habido ataques..." añade. El texto explica que, terminada esa frase, no puede continuar, la emoción se apodera de su voz y el periodista decide cambiar de tema. En la introducción se cuenta que esa misma mañana su abuela le ha enviado una fotografía de un ataque de un dron no muy lejos de Cherkasy, la población del centro del país donde residen.
El jugador prefiere no comentar mucho del tema, solo tiene una pregunta sobre Ucrania y una frase de vuelta, por lo que la mayor parte de la entrevista versa sobre la Roma y los problemas que está encontrando para situarse en el equipo. "No han sido fáciles estos meses, con un nuevo campeonato, tres entrenadores, nuevas tácticas que aprender y algunos problemas físicos. Ahora entiendo el fútbol italiano mejor que antes y espero que las cosas puedan mejorar", explica el delantero, que se ha tratado la rodilla con factores de crecimiento.
"El lenguaje del fútbol es universal. Vine a Italia tras mi experiencia en España, donde se juega un fútbol completamente diferente. Ahora estoy empezando a entender la Serie A, es más hombre a hombre, con defensas agresivas y compactas, es difícil pasar. No es fácil jugar contra tres defensores rivales en el área, hay un proceso de adaptación", estima el ucraniano.
El fútbol, al final, es un problema de espacios y a Dobvyk esta temporada le ha cambiado todo lo que tiene a su alrededor. "Me gustaría dar más asistencias como la que le di a Dybala en Milan, pero para un delantero jugar aquí es diferente. Con el Girona retrocedía mucho, empezaba casi en el medio campo, ahora me piden cosas diferentes, como presionar al central rival o liberar espacio para mis compañeros, jugar de espaldas a portería", explica el atacante, que lleva ocho goles en 20 partidos ligueros.
El periodista le pregunta también por dos críticas que se repiten sobre él en redes sociales: que no sonríe y que no sabe usar la pierna derecha. "No es cierto que no me ría, tú ya puedes confirmar que sonrío, bromeo, me gusta reír. El problema es que cuando juego muestro otra parte de mí, soy otro Artem. No me gusta celebrar demasiado por partidos sin importancia. Hago lo que siento en el momento, espontáneamente", responde a lo primero.
La otra crítica simplemente la acepta: "Lo sé, es verdad, todos los entrenadores que he tenido, y Ranieri es uno de ellos, me piden que también remate con el pie derecho. Y lo creas o no, creo que disparo mejor con la derecha que con la izquierda, pero luego cuando hago la carrera conduciendo con la izquierda termino rematando también con la izquierda, lo que es un error, porque los defensores ya lo saben".