OPINIÓN

Ceballos coge la estela de Mbappé

Mbappé y Ceballos, en la goleada a Las Palmas. /GETTY
Mbappé y Ceballos, en la goleada a Las Palmas. GETTY

Escribir en general y escribir cotidianamente sobre el Real Madrid en particular encierra sus riesgos. Con este Real Madrid ya líder del campeonato hay que ir partido a partido. Y, si me apuran, rato a rato, cuarto de hora en cuarto de hora. Lo que escribías hace tres jornadas ya no vale para hoy. Y lo que reseñas hoy puede quedarse obsoleto para el próximo encuentro. Pontificar sobre este equipo y estos jugadores es un campo de minas. A la que te descuides eres carne de redes sociales. Las que machacan al prójimo desde el anonimato de la cobardía. Es lo que hay.

Un día te da por juntar una líneas sobre Camavinga y lo importante que es para el funcionamiento colectivo del equipo por su capacidad para recuperar y el territorio que ocupa con su despliegue físico y al partido siguiente el amigo de los rizos te hace un penalti tonto y le da un pase de oro al contrario que acaba en gol. Otra noche, quieres ensalzar la regularidad de Rüdiger, quien sin apenas descanso mantiene el tipo en un equipo creado para atacar... y al fin de semana siguiente a ese mismo equipo le meten cuatro y el alemán queda en evidencia... Y así podríamos ir caso por caso y jugador por jugador.

Por ejemplo, el partido contra Las Palmas deja la sensación generalizada que iba tomando tomando cuerpo en los últimos encuentros: el Real Madrid ya se mueve a golpes de Mbappé. Ofensivamente, el francés ya está al mando de las maniobras. Con 18 tantos y cuatro pases de gol en todas las competiciones y una presencia mayoritaria en casi todas las acciones de ataque. Kylian cada partido es más Kylian. Baja, controla, encara, acelera y remata. Además, continúa mostrando esa tendencia solidaria con el compañero que siempre acompañó su manera de entender el juego. Contra los canarios se vio que le da lo mismo, que le da igual tener al lado a Vinicius que a Rodrygo. Y ni si enfada cuando Bellingham le quita el 'hat-trick' en la boca de gol. Además, se entiende y se asocia con cualquiera.

Apostar porque el rendimiento del galo de Bondy, distrito XIX de París, solo puede ir a más o que, en la segunda parte de la temporada, doblará la cifra de goles que consiguió en la primera, puede ser una de las pocas situaciones probables y posibles que se puedan aventurar sobre este irregular Real Madrid que recibe un gol en el primer minuto del partido siguiendo estático y con la vista en todo el ataque del contrario, pero que luego pudo redondear la goleada del curso gracias a sus 26 remates a puerta y sus nueve claras ocasiones de gol.

En ese comentario partido a partido aconsejable para no quedar en evidencia, es obligado señalar que Ceballos comienza a sentirse importante en el funcionamiento colectivo de su equipo. Cada vez se atreve a más. Lógico. Los buenos jugadores, cuando se sienten bien, sacan a pasear su repertorio y su osadía técnica. A Ceballos le corre el balón y, además, a una velocidad que permite a sus compañeros afrontar las jugadas en ventaja y llegar antes que el enemigo.

También teniendo como referencia el duelo contra Las Palmas fue importante la aportación de los dos laterales blancos en el juego ofensivo. Lucas, a pesar del trauma que le debió suponer verse envuelto en otro gol del rival, fue más extremo que nunca. Dio el segundo gol a Brahim y demostró que siempre rendirá mejor en el campo contrario que en el suyo. Y, sobre todo, que nunca se esconde. Fran García también se mostró más liberado por su banda. Más profundo que en otra ocasiones, suyo fue el paso a Rodrygo del cuarto gol.