REAL MADRID - LAS PALMAS

El minuto que desesperó al Bernabéu señaló a un Lucas Vázquez que dio la vuelta al calcetín en el 3-1... y no lo celebró

El estadio pitó tras el tempranero gol de Fabio Silva y silbó cada vez que el lateral tocaba la pelota. Después, acabó aplaudido y con Brahim agradeciéndole la asistencia.

Sandro y Fábio Silva celebran el gol ante la mirada de Lucas. AFP
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

La intranquilidad del Bernabéu se notó desde que el árbitro marcó el inicio del Real Madrid-Las Palmas. Y por si había dudas, el equipo demostró que las dudas de la afición eran justificadas encajando antes del primer minuto de juego. Fabio Silva aprovechaba un buen centro de Sandro para adelantar a los amarillos, que entraron valientes al terreno de juego.

En ese momento, comenzó el sonido de viento en las gradas del estadio. No fue atronadora, pero sí evidente por parte de una afición que vio cómo su equipo volvía a darles un disgusto. Ni siquiera había ocupado todo el mundo sus asientos que ya veían a los blancos por detrás. Mientras tanto, los visitantes gritaban un gol que ni siquiera esperaban. Se trataba del tanto más tempranero en un partidos de Liga en el Bernabéu desde el gol de Benzema al Barça a los 22 segundos el 10 de diciembre de 2011, según informa Pedro Martín.

Aunque todos salieron desconectados, el principal señalado por la jugada fue Lucas Vázquez. El gallego, en tela de juicio por sus últimos partidos y más errores de la cuenta, vio como Fabio Silva le ganaba la espalda por facilidad, una situación que se ha repetido últimamente y que los rivales empiezan a ver como un filón ofensivo.

"La crítica del Bernabéu es útil y motiva"

Desde ese momento, Lucas empezó a notar el malestar del Bernabéu. Cada vez que tocaba la pelota, parte de la afición pitaba. Había unos tímidos aplausos, pero la realidad es que la mayor parte de los que se expresaban lo hacían con silbidos.

La cosa se fue calmando. Primero, con un gol cantado fallado por Brahim, que si bien volvió a desesperar al estadio sirvió para que el equipo notase que podía darle la vuelta al marcador más pronto que tarde. Después, gracias a un penalti forzado por Rodrygo, Mbappé marcaba el empate y calmaba las aguas. También para Lucas, que fue poniendo poco a poco a la gente de su lado. Sobre todo a partir del minuto, cuando asistió a Brahim para que adelantara a los blancos (2-1).

La jugada nació en los pies de Ceballos, que metió un pase interior a Mbappé. El francés, que estaba tirando del equipo, lanzó un latigazo desde fuera del área que repelió Cillessen, la pelota llegó al lateral gallego y le regaló el tanto al internacional por Marruecos. El Bernabéu estalló con el gol, pero Lucas no lo celebró. El defensa no lo pasó bien al inicio y su no celebración fue una respuesta a ese malestar casi consigo mismo. Brahim, consciente del estado de su compañero, miró a la grada y señaó a Lucas para ponderar su esfuerzo ante la afición.