Ibai Gómez presagió en un entrenamiento ocho meses antes el histórico ascenso del Arenas de Getxo: "Tú chaval estás chalado"
El técnico de Santutxu descifra su manual de entrenador en Relevo después de subir a Primera RFEF con el Arenas de Getxo. "No ha habido ni una llamada ni ningún tipo de interés por parte del Athletic", asegura.

Ibai Gómez ha firmado una temporada de manual. El exfutbolista del Athletic y del Alavés ha llevado al Arenas Club de Getxo al ascenso a Primera RFEF con una propuesta atrevida, valiente y profundamente trabajada, tanto en el césped como fuera de él. Su éxito no es fruto del azar, sino de una metodología exigente, de un cuerpo técnico multidisciplinar y de una convicción inquebrantable en sus ideas. "Vamos a ganar la Liga", le dijo a su asistente en noviembre. No se equivocó.
En esta la primera parte de su charla con Relevo, Ibai desgrana los cimientos de un proyecto que ha devuelto la ilusión a Gobela, con un estadio lleno y un equipo que ha desafiado todos los límites de la Segunda RFEF. Su visión del fútbol, su transformación como entrenador, la importancia del entorno y hasta la anécdota con la ya famosa sudadera de 'This is Gobela' componen el retrato de un técnico que, a sus 35 años, tiene claro que su carrera como míster acaba de empezar. Y que lo mejor, probablemente, está por venir.
¿Estás afónico de la celebración o qué?
Pues sí, del partido y de la celebración. De todo un poco. En cada partido acabo todos los días afónico.
¿Sabe mejor el triunfo como jugador o como entrenador?
Como entrenador es una sensación absolutamente diferente y única. Cuando sientes que el equipo juega como tú quieres, es una sensación única.
Tuviste otras propuestas, ¿por qué elegiste el Arenas?
Cuando tomas una decisión yo siempre digo que hay muchos factores que hay que tener en cuenta. Uno de los que tuve muy en cuenta el año pasado fue pensar en lo que me iba a venir mejor para mi proceso de aprendizaje y crecimiento. A la propuesta del Arenas le di mucho valor porque vi un interés real. Cuando te sientas con ellos, miras a los ojos, hablas, se nota, ¿no? En el caso del Arenas, desde un principio yo lo sentí así. Y ellos también me lo demostraron no solo con palabras, sino con actos. Le doy mucha importancia a mi grupo de trabajo. Nosotros intentamos, dentro de las posibilidades de cada club, profesionalizarlo todo al máximo. Porque creo que hoy en día el fútbol se ha vuelto muy, muy físico.
Ya sabéis que le doy mucho valor al tema mental, que creo que es primordial, al tema físico, alimentación, a todos los cuidados. Para hacer todo eso necesito gente trabajando mano a mano conmigo porque si no sería imposible. Eso me lo permitía el Arenas, eso es algo que demuestra el interés que tienen en ti. Luego, ir a un club en el que tienes la exigencia de ascender o de descender, con las dificultades que tiene un club de esta categoría, porque al final las posibilidades económicas que tiene el club son bajas para la categoría. Seremos los sextos con menor presupuesto. Tiramos de gente joven, es algo que yo desde el principio lo tenía claro. Eso fue una de las cosas a las que le di mucho valor, el tener voz en la confección de la plantilla. Fue un cúmulo de cosas las que me hizo pensar que el Arenas era el mejor sitio para estar. Después de una temporada está claro que ha sido un absoluto acierto.
Leí un comentario de tu mujer que puso: 'hace meses que me lo dijiste'. Entiendo que era porque ibais a ascender. ¿Recuerdas ese momento en el que en tu cabeza dijiste: 'hostia, la vamos a preparar'?
Lo recuerdo perfectamente. Fue por finales de noviembre, más o menos. Yo en pretemporada ya vi cosas que dije: 'creo que no solo nos vamos a salvar'. Eso ya lo dije en mi interior. Es más, yo al presidente y al director deportivo les dije: 'preparaos, que vamos a pelear por los play-offs'. Al principio te tomaban por loco. Eso fue terminada la pretemporada. Una vez empezada la temporada, cuando llevábamos un par de derrotas, mis sensaciones eran de que habíamos jugado contra grandes equipos y no consideraba que hubiesen sido mejores que nosotros. Ya a finales de noviembre tuvimos ocho victorias, pero yo veía el día a día. De verdad, el nivel de entrenamiento, la energía, el ritmo, la pasión, y luego la mentalidad de los jugadores, que habíamos conseguido convencerles del todo… Yo sentía algo muy bueno. Veía ritmos de mucha más categoría. He jugado en Primera División y no se alejaba, de verdad os digo. En un juego de posición a finales de noviembre llamé a Larry, mi asistente, y le dije en voz baja: 'Vamos a ganar la Liga'. 'Tú chaval estás chalado', me respondió. Luego llegué a casa y hablando con mi mujer sobre cómo me había ido el día, le dije: 'qué apostamos a que ganamos la Liga'. Se quedó pensando como si estuviese loco: ¿cómo vais a ganar la Liga?'. 'Te apuesto lo que quieras a que vamos a ganar la Liga', le respondí. De ahí viene ese mensaje.
¿Cuál fue la apuesta?
'Si ganáis la Liga te voy a pagar un fin de semana donde tú quieras', me dijo. 'Perfecto', respondí. Ahora que he ganado solo me queda buscar una fecha para disfrutar de las vacaciones. Ya cuando estábamos en los últimos meses le picaba a mi mujer: 'empieza a ahorrar, eh'.
Tú que has mamado tanto campo de Vizcaya, ¿cómo has sentido la afición del Arenas en esta temporada?
Pues mira, para mí, sin duda, has sido el mayor éxito. Y el más difícil de todos. Nosotros, cuando llegamos aquí, me acuerdo de la primera reunión que tuvimos con el presidente y con Cristian, que es un directivo de Arenas. Hablamos de objetivos deportivos y de resultados, pero ellos tenían algo muy claro: 'mira, Ibai, nosotros queremos que el Arenas transmita lo que ha transmitido el Santutxu División de Honor este año'. Ellos querían modernizar la propuesta del club, a ver si enganchábamos a la gente. El año pasado no se dieron bien las cosas en el Arenas y había partidos que iban entre 200 y 300 personas. Eso era algo que los dejaba desencantados. El club es un histórico, los areneros son de verdad del Arenas. Las primeras veces cuando vi la grade de Gobela dije: 'uf, lo más difícil va a ser esto'. Poco a poco fuimos enganchando a la gente. Eso no solo se veía, también se sentía porque la gente cada vez animaba más. Recuerdo un comentario muy bonito: "el año pasado no para de mirar el móvil cada cinco minutos y este año estoy los 95 minutos atento al partido'. El mayor éxito, sin duda, ha sido ver los últimos meses el estadio. Cada fin de semana mínimo había 700 u 800 personas. El día del Tudelano el campo estaba lleno, con 1300 personas. El mayor ejercicio ha sido ese, volver a ilusionar a la gente.
Has conseguido hacer un fútbol que todo el mundo decía que era imposible ver en Gobela.
Sí, a mí me lo dijeron desde un principio. '¿Cómo te metes en ese campo, que lo que quieres hacer tú es imposible?' Bueno, confío mucho, mucho en lo que hacemos. Es más, creo que tiene mucho más que ver lo que es el terreno de juego, que las puras dimensiones. Si el terreno de juego está bien, los espacios son los mismos. En los entrenamientos ya jugamos en espacios reducidos. Siempre hay espacios, al final lo que hay que hacer es trabajarlo. Confiamos mucho en ello y lo hemos conseguido, la verdad. Es que al final, si no confiamos en lo que hacemos es imposible, eso está claro.
¿En qué has cambiado como entrenador desde que empezaste hasta ahora?
Bueno, yo creo que cada año vas aprendiendo muchas cosas. Yo intento analizar mucho y ver mucho fútbol. Aprendes de muchos entrenadores, cada día evolucionando dentro de tu propuesta. La mía es muy clara, intentar que un equipo juegue mucho tiempo en campo rival, para eso tienes que apretar arriba, estar muy enérgico, estar ordenado tanto en fase ofensiva como defensiva, pero dentro de esa propuesta tienes que ir variando en detalles. Este año ha sido un juego mucho más colectivo, en el que hemos tenido que crear más triángulos, más terceros hombres y más superioridades en diferentes zonas del campo.
"'Ibai, vas a ser mejor entrenador que jugador', esa frase me la dijo Marcelo Bielsa. Eso no se me va a olvidar en la vida. Y para mí es un referente. Pasión, trabajo, ilusión, eso no va a faltar, os lo aseguro. Querer aprender y crecer cada día tampoco va a faltar"
Siempre me genera curiosidad preguntar a los que habéis sido jugadores y luego entrenadores, en qué momento vives una situación que dices: 'si hubiese sabido cuando era jugador y no me comporté bien, lo que vivió mi entrenador'. ¿Tienes alguna situación así?
Hay una cosa que yo como entrenador tengo muy claro y cada día creo que lo tengo más claro aún: quiero absoluta sinceridad sobre el jugador. Yo al jugador le quiero ser lo más sincero posible, que no me pueda reprochar nada. Hay que ser sincero con los jugadores, es muy difícil tomar decisiones. La parte más difícil de los entrenadores es dejar a gente sin jugar y dejar a gente sin invocar, sin ninguna duda. Sobre todo cuando se deja en el alma, cuando el límite de exigencia que propones ellos lo llevan a cabo, es el momento más difícil del entrenador. El día que haya un jugador que no llega a ese punto de exigencia que nosotros exigimos a todos, pues te lo pone fácil, pero este año eso no ha pasado. Siempre les explico a los jugadores que yo me he dado cuenta de que ha habido fases en las que he sido un buen suplente y otras fases en las que no he sido un buen suplente.
Que me arrepiento de ellas, porque al final creo que a los jugadores les pagan por entrenar y el fin de semana tenemos que verlo como un premio. Al final el club te paga por entrenar. El fin de semana, creo que es un premio lo que haces durante la semana y para eso te lo tienes que ganar. Hay muchos factores externos al jugador, incontrolables, que yo de jugador no me daba cuenta de ellos. Al final el jugador es egoísta por naturaleza. Entonces intentamos, desde lo que hemos vivido nosotros y ese aprendizaje, ser lo más sincero posible con los jugadores para que ellos tengan ese grado de exigencia y para que ellos, sea conmigo o sea en el futuro, se lleven ese aprendizaje.
Me consta que la exigencia que les habéis puesto a los chicos está muy por encima de Segunda RFEF, ¿cómo te has visto tú gestionando a un grupo en el que hay chavales que además de entrenar, tienen que estudiar o incluso otro trabajo?
Les he agradecido cada semana, porque teníamos una media edad de 22 años, que es muy joven. Creo que tras los filiales es la plantilla más joven. Es cierto que para lo que queremos hacer nosotros, tenemos muy claro que queremos gente joven. Si es gente ya con más veteranía, tienen que dar ejemplo. Le damos mucho valor a eso. Dentro de esa juventud, la vida social que hay hoy en día, es muy difícil llevar a cabo toda la exigencia que les hemos pedido, pero nosotros no obligamos. Creemos que la única forma de convencer a los jugadores es con el ejemplo. Los primeros que hacemos todo lo que pedimos somos nosotros. Cuando vamos concentrados comemos exactamente lo mismo que los jugadores. No nos hemos vuelto locos. Les hemos recomendado, les hemos dado las herramientas y a partir de ahí han sido ellos los que han tomado las decisiones. Por eso te digo que con la edad que tienen, las decisiones que han tomado son muy difíciles porque yo, con esa edad, no sé si hubiese sido capaz.
En las fotos que publicabas en Instagram después de cada partido se pueden apreciar varias frases escritas en las paredes del vestuario, ¿esto cómo surge?
Bueno, hay frases que estaban en el vestuario y ha habido otras que hemos añadido en los últimos meses. Nosotros este año hemos incorporado a un coach, que es Iker Martínez, que ha tenido un punto importante en toda la evolución del equipo. Al final, siempre digo, yo he pasado por momentos delicados mentalmente y creo que la cabeza es clave. Tienes que estar preparado y nosotros, como una de las herramientas que les hemos dado a los jugadores, pues dábamos una charla cada dos semanas en Gobela. Luego, si la gente quería a nivel individual, también tenía acceso al coach. Iker ha sido el que ha marcado un poquito ese camino a seguir en lo que a la cabeza se refiere. Hemos inculcado valores en los que había que visualizar energía, positividad, valor a lo que estábamos haciendo, que muchas veces te confunden.
Una vez que consigues un objetivo, parece que el objetivo tiene que cambiar. El objetivo no ha cambiado esta temporada, que era la permanencia Luego vas asumiendo diferentes retos, pero el objetivo no debe cambiar en la temporada. El objetivo estaba ya conseguido. Pero claro, es difícil gestionar eso. Porque cuando te plantas segundo a falta de tres jornadas, dices: 'joder, si no meto un playoff es una catástrofe'. No, tenemos que trabajar en que no. Iker ha sido el encargado de gestionar ese tema desde las frases, desde las imágenes, desde visualizarlo, desde todo.
Cuando todavía no estaba tan claro el ascenso, un amigo tuyo me dijo que entre tu círculo cercano están totalmente convencidos de que serás mejor entrenador de lo que fuiste como jugador. ¿Qué te dice a ti esa frase?
Bueno, si es por parte de mi gente, eso quiere decir que tengo buenos amigos. Me miran con buenos ojos. No sé hasta dónde seremos capaces de llegar. Solo sé que quiero disfrutar cada día, que me gusta lo que hago, me apasiona, confío mucho en lo que hago. Luego ya sabéis que esto depende mucho del resultado y el resultado tiene muchos factores incontrolables, entonces veremos lo que pasa. Esa frase me la dijo Marcelo Bielsa. 'Ibai, vas a ser mejor entrenador que jugador'. Eso no se me va a olvidar en la vida. Y para mí es un referente. Pasión, trabajo, ilusión, eso no va a faltar, os lo aseguro. Querer aprender y crecer cada día tampoco va a faltar. Y a partir de ahí, pues ojalá los resultados se den lo mejor posible y pueda disfrutar lo máximo del fútbol, que es lo que me gusta.
"Por mi forma de trabajar pienso que no soy un entrenador de filiales, lo siento así, de verdad. Así que se puede desmentir totalmente. Tampoco ha habido ningún interés por parte del Athletic. No ha habido ni una llamada ni ningún tipo de interés por parte del Athletic".
Sobre los rumores sobre una oferta del Athletic¿Tuviste problemas para tener un staff tan numeroso en Segunda RFEF?
El Arenas a mí me da una bolsa de dinero, a partir de ahí soy yo el que la gestiona. Obviamente, hay gente que está trabajando conmigo que no puede estar aquí porque son de Madrid, o son de Asturias, o son de Pamplona. Pues nos visitan una vez al mes o una cada dos meses. Ellos lo gestionan de manera online, pero es que lo digo de corazón que no podría hacer yo todo lo que hacemos. Y para conseguir lo que hemos conseguido hay que hacer todo lo que hacemos. Así lo veo yo. Al club que se interesa por mi yo le digo que 'lo que estás viendo y lo que estás contratando no soy solo yo'. Simplemente, les digo que si hay confianza real necesito a la gente que tengo a mi lado porque confío mucho en lo que hacen y es necesario.
Pero entiendo que económicamente es un socavón para ti pasar de ser un futbolista profesional de primer nivel a entrenar en estas categorías. ¿Cómo gestionas eso?
Ahora es una inversión desde el disfrute. No hay un punto económico que me dé dinero, y menos teniendo tres hijos. Afortunadamente, tengo una base económica que me permite invertir desde el disfrute y en ello estoy. Estoy disfrutando mucho, doy mucho más valor a otras cosas que lo meramente económico. Siempre siendo consciente de que parto de una base de una persona afortunada.
¿Cómo gestionas en casa tus horas de trabajo como entrenador?
Hay una cosa que sí que es innegociable para mí. Es cierto que tengo muchísimo menos tiempo que cuando era jugador. Esto al final lleva muchas más horas y si lo haces con la pasión que intentamos hacer, pues mucho menos tiempo libre. Hay una cosa que tengo muy clara: cuando se hace de noche, el horario de ir a dormir con los niños, para mí eso es innegociable. A partir de ahí no me pongo horas de trabajo, porque hay unos días que se alargan más que otros, es así. El otro día, en la celebración, cuando cogí el micro les dije que al final lo que tengo en casa es una suerte, porque al final tienes que formar un equipo en el que todo vaya de la mano. Es imposible sostener una relación familiar en ese caso.
¿Por dónde pasa tu futuro ahora mismo?
Yo tengo un año más de contrato con el Arenas. Es cierto que hay bastantes equipos que han contactado con nosotros. Esta semana la quiero disfrutar muchísimo, porque es algo que me he propuesto. Ya no solo en mi carrera como entrenador, sino en mi vida, de cada momento bueno celebrarlo al máximo, disfrutarlo al máximo, porque normalmente con el tiempo te vas dando cuenta que no abundan los momentos como este y son muy efímeros, porque ya como estáis viendo, se está hablando de la temporada que viene. A partir de la semana que viene ya le daremos forma un poquito a escuchar a todos los equipos que se han interesado, porque les voy a escuchar a todos. Siendo conscientes todos que hay un año más de contrato, veremos de qué forma va fluyendo todo y qué decidimos. Pero es cierto que durante la temporada yo he dicho que hasta que no termine el año no quiero hablar del tema. En principio hemos conseguido algo brutal, y creo que poder estar con el Histórico en Primera RFEF sería algo precioso.
¿Podemos desmentir que vuelves al Athletic?
Sí, absolutamente. Además, creo de verdad que ni para mí, ni para los clubes es una buena decisión ir a un filial. Por mi forma de trabajar pienso que no soy un entrenador de filiales, lo siento así, de verdad. Así que creo que para mi proceso de aprendizaje y crecimiento no sería una buena decisión y para los clubes en este caso tampoco creo que sea una decisión acertada contratarme para un filial. Obviamente, para el primer equipo de Athletic no estoy, ni me lo planteo porque tienen al mejor entrenador que puede tener el Athletic. Así que se puede desmentir totalmente. Tampoco ha habido ningún interés por parte del Athletic. No ha habido ni una llamada ni ningún tipo de interés por parte del Athletic.
Cuando hablas de la gestión del grupo con los temas de salud, ¿hay cosas que son obligatorias?
Voluntario es todo. Nosotros no ponemos obligaciones en nada. Es cierto que, dentro de las funcionalidades del club, este año hemos hecho unos análisis de sangre en verano antes de empezar la temporada y unos análisis de sangre en diciembre, para ver un poquito cómo ha ido evolucionando todo. Hemos llevado un orden de pliegues, ese porcentaje graso de los jugadores, cada dos o cuatro semanas, dependiendo un poco cómo estuvieran. Y a partir de ahí les hemos dado las herramientas de todo lo que queríamos, desde el departamento médico y de salud. Les hemos ofrecido todo lo que creemos que era lo mejor para el rendimiento y para la salud, de alimentación, de suplementación. Y cada uno ellos decidían si llevarlo a cabo o no. Al final es bastante medible, los datos no engañan. Los análisis han sido mejorados por absolutamente todos. El porcentaje de graso ha sido absolutamente mejorado por todos. Creo que tiene mucho que ver en el rendimiento del equipo y en las pocas lesiones que hemos tenido. Confío mucho en ello, ya lo sabéis. Hemos tenido, en todo el año tres o cuatro lesiones musculares, me parece una barbaridad. En este caso no hay secretos. He confiado mucho en lo que hacemos. Entonces, a medio y largo plazo, yo no tengo ninguna duda de que el que lo coge es el que acaba participando más.
En tu Instagram te hemos visto jugar la mayoría de los partidos con una sudadera que pone 'This is Gobela'. ¿Ha habido algo de superstición ahí?
Pues mira, no era supersticioso, pero es cierto que este año me he vuelto un poco más. Al principio iba alternando la ropa, pero después de esas tres derrotas de la segunda vuelta que tuvimos, me puse esa sudadera de 'This is Gobela'. Ganamos al Barbastro y al Subiza. El siguiente partido en casa me la quité, y perdimos. Entonces, ya esa sudadera no la volví a cambiar. Y aparte de esto, lo más supersticioso de todo el año ha sido que al principio de temporada, mi hija me hizo una pulsera roja y negra para los partidos de casa. Ganamos absolutamente todos. Y me hizo una verde, que era el color con el que jugábamos los de fuera de casa normalmente, la segunda equipación. Los dos primeros partidos fuera de casa los perdimos. 'Hazme una verde para fuera de casa'. Desde entonces ganamos fuera. No me las he quitado nunca. Antes no era nada supersticioso, pero este año ha sido un poquito más.