ÁLEX SÁNCHEZ

"Gané títulos, marqué goles, pero lo que más me marcó de Australia fue aprender a cortarme las uñas"

"Era mi única preocupación", reconoce entre risas Álex Sánchez, que nació sin mano derecha y que ha sido el primer jugador con discapacidad en debutar en Primera.

Álex Sánchez, en el Santa Ana de Utebo. /RELEVO/SALVA FENOLL
Álex Sánchez, en el Santa Ana de Utebo. RELEVO/SALVA FENOLL
Clara Pardo
Salvador Fenoll

Clara Pardo y Salvador Fenoll

Ser futbolista profesional, debutar en Primera, estudiar Derecho, hacer un doctorado, ganar títulos en Australia, escribir dos libros, ser el máximo goleador histórico del Tudelano en Segunda B… A sus 33 años, Álex Sánchez ha conseguido todo lo que se ha propuesto en la vida, pese a haber nacido sin la mano derecha.

Álex Sánchez hablando sobre la discapacidad. Salva Fenoll

Una peculiaridad en la que no quiere centrar su vida ni sus logros. De hecho, recalca que él ha debutado en Primera porque es futbolista profesional y siempre ha querido que las noticias en torno a él se centren en eso, en lo deportivo, como pasó en su época en Australia, donde los medios "citaban de forma secundaria la discapacidad".

Álex Sánchez en su primera convocatoria en Primera ante el Valladolid.  Ramón Gómez
Álex Sánchez en su primera convocatoria en Primera ante el Valladolid. Ramón Gómez

De su paso por el Sydney Olympic, donde estuvo dos temporadas, también recuerda con especial orgullo cómo aprendió a cortarse las uñas. "Es la única preocupación que tenía", bromea. "Gané títulos, marqué goles, viví experiencias increíbles, pero me acuerdo de que aprendí a cortarme las uñas. Me costó dos días. Era lo que me faltaba para ser completamente independiente. Australia me vino fenomenal".

Desde pequeño se ha esforzado y ha logrado ser uno más, haciendo exactamente lo mismo que hacían sus hermanos o sus amigos. Por eso no le da demasiada importancia a su afán de superación: "La discapacidad en cuanto a la superación, el esfuerzo, etc. no la valoro porque es una cualidad inherente a mí. Es cierto que me ha podido servir a la hora de la mejora constante, quizá por ese orgullo personal. Ese amor propio te hace mejorar día a día".

En gran medida, lo ha conseguido gracias a la educación que recibió: "Mis padres lo hicieron de una forma tan inteligente que he tenido la capacidad de desarrollar mi confianza sin estar pendiente de ella. Me trataron igual que a mis hermanos y mis hermanos me trataron igual que al resto de ellos", explica.

Atarse los cordones, algo que a todos nos parecería imposible si pensamos hacerlo con una sola mano, no lo recuerda como especialemente complicado: "Un día llegó mi padre con un muñeco y me dijo: 'Mira qué muñeco más chulo', y aprendí. De forma sutil conseguían que tuviera la autonomía necesaria para un niño".

"Los insultos siendo un niño tienen mucha más repercusión. Veía la reacción de mis padres y me dolía"

Sí recuerda, en cambio, cómo le afectaban los insultos que recibía a causa de su discapacidad cuando era pequeño: "Siendo un niño, tiene mucha más repercusión a nivel personal y emocional que cuando eres un adulto. Veía la reacción de mis padres, sobre todo de mi madre, y me dolía". En cambio, ya como futbolista profesional, aunque ha vivido algún momento desagradable, supo reaccionar: "Primero pagándolo con el compañero que me había insultado y luego haciendo consciente a la gente de que me habían insultado por mi discapacidad. Es un poco lo que hace Samuel Eto'o el día del racismo en La Romareda. Me parece una acción sensacional para que la gente sea consciente de lo que ha pasado y para que no se vuelva a repetir".

Pero Álex prefiere quedarse con lo bueno, con la reacción de los demás compañeros: "Siempre ha sido fenomenal, tremenda, me han apoyado, me he sentido superquerido y no he pensado en que tenía una discapacidad cuando he jugado salvo en estos dos episodios".

Esa forma que tiene de ver la vida también le pudo ayudar cuando sufrió una lesión de pubis que le tuvo alejado de los terrenos de juego casi año y medio. Quirófano, infiltraciones, dolores que le impedían dormir… "Volver a jugar después de esa lesión, como ocurre con un cruzado, es una de las mejores sensaciones que puede tener un futbolista, es una sensación inigualable", reconoce. Estaba en Osasuna, club al que le estará siempre agradecido: "En las peores circunstancias me trataron de manera fenomenal y creo que ahí se demuestra la grandeza de un club. Osasuna me lo demostró, desde luego".

Ahora, mientras sigue marcando goles con el Utebo en 2º RFEF, está volcado en dos proyectos, con los que pretende dar visibilidad a la discapacidad y llegar a la mayor gente posible gracias al gran altavoz que es el fútbol.

El primero de ellos es Special Olympics, una organización deportiva de la que es directivo y que busca conseguir una mayor integración haciendo jugar juntos a personas con y sin discapacidad. "Si a mí me hubieran puesto a jugar con niños con discapacidad desde pequeño me estarían estigmatizando. El deporte paralímpico no me parece verdadera integración. La verdadera integración es que yo pueda competir en 2º RFEF, en este caso, con gente que no tiene discapacidad. Una forma de normalizarlo sería celebrar los deportes olímpicos y paralímpicos durante el mismo tiempo, no un mes después", explica.

El segundo de los proyectos es la fundación Álex Sánchez que acaba de crear y que lidera su hermano Álvaro. "Todavía está en proceso de inscripción, pero tenemos ideas avanzadas. Queremos hacer cosas que mejoren la sociedad, sobre todo en el tema de la discapacidad. La idea principal es elegir un club en algún barrio desfavorecido de Zaragoza, mejorar alguna instalación que tengan y que, mientras los niños juegan, sus familias puedan formarse, estudiar… Intentar mejorar todo ese entorno, porque eso va a redundar en que mejore la sociedad, y ese creo que es el fin último: mejorar el mundo a través del deporte".

Esa idea de intentar visibilizar la discapacidad es la que le ha llevado también a publicar dos libros. 'Sin límites' es un libro benéfico infantil que acaba de ver la luz y que cuenta con una versión con pictogramas para llegar al mayor número posible de niños.

Antes había publicado 'La vida al alcance de la mano'. Lo escribió después de la pandemia, y ahora se va a publicar en braille, pero lo lleva pensando casi desde su debut en Primera: "A los tres días de debutar fuimos a jugar la Copa del Rey a Málaga y vino al hotel un chico al que le falta la mano izquierda. Le di la mano y le dije, eres un afortunado porque has nacido en un mundo para diestros. Ese momento me llamó mucho la atención. Después he vivido más episodios con madres que han venido con chicos, que no tenían otra referencia, y me han agradecido mucho serlo yo. Por eso creía que tenía que hacer algo".

Álex no sabe cuánto tiempo más seguirá jugando, pero tiene claro cuál será su futuro: "Todo en la sociedad está influenciado por el derecho, porque cuando vivimos en sociedad todo está regulado. El deporte también y me encanta aunar las dos cosas".