FÚTBOL Y REPORTERISMO

Las batallitas de los reporteros de antes que hoy son imposibles: "Teníamos que salir escoltados por la policía"

Roberto Gómez, Iñaki Cano, Ricardo Sierra y Miguel Ángel Díaz, corresponsales de ayer y hoy, hablan con Relevo sobre cómo ha cambiado el trabajo de campo del periodista deportivo.

Roberto Gómez, en la celebración argentina del Mundial'86./CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ
Roberto Gómez, en la celebración argentina del Mundial'86. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ
Lorena González

Lorena González

Entrenamientos a puerta cerrada, medios y preguntas vetadas, accesos más que limitados, los no derechos televisivos, adiós a los empujones en las zonas mixtas, a los testimonios crudos sobre el césped de los protagonistas. Sin entrevistas, ni ruedas de empresa de los jugadores, nada de banquillos o vestuarios... Los tiempos han cambiado demasiado y el periodismo deportivo, con ello.

Se acabó el compadreo entre periodistas y futbolistas, el "me llevo bien contigo y te meto en directo". Fulminaron los viajes de la prensa en los aviones de los equipos, ya no hay saludos, se perdió el 'piel con piel' con los jugadores y entrenadores, para dar paso a los breves 'canutazos' en un acto publicitario... con suerte. A entrevistas pactadas que no superen los diez minutos. A las preguntas prohibidas, a retirar la acreditación y atenerse a sanciones si pisas donde no debes, y a tener que conocer a los futbolistas por las publicaciones que hacen en sus redes sociales, si es que eso es posible.

Los aficionados han sido coartados de ver y sentir a sus ídolos a través de los reporteros deportivos. Por todo ello, ver imágenes como las cedidas a Relevo para este reportaje y leer las anécdotas que cuentan algunos de los periodistas más experimentados de este país, los que han vivido y sufrido ese antes y después, se convierte en algo insólito.

Roberto Gómez, «el mejor reportero que ha habido»

Si hablamos de reporterismo puro y de antaño, hablamos de Roberto Gómez, el enviado especial de José María García allí donde se olía la noticia o había que 'cazar' a sus protagonistas antes que nadie: "Lo dice la gente, que he sido el mejor reportero que ha habido. A mí me gustaba el salir, oír y contar. Había campos que llegábamos y no nos permitía que estuviéramos abajo. En el campo del Barça era imposible. En una final de Champions del Madrid contra el Valencia vinieron dos de seguridad y me llevaron casi esposado. Te quitaban la acreditación también. Íbamos a esos campos de París, Milán, etc. y tenía relaciones con los responsables de los equipos. Ya me conocían. En Gijón era un campo muy cabrito, había un delegado que no veas. Lo mismo que en el Sevilla. Caparrós me decía que me pusiera cerca de la banda para que viniera el árbitro y perdiera tiempo", recuerda sus andanzas con el micro para Relevo.

Como se ve en una de las imágenes cedidas, Roberto pudo estar en el centro del campo junto a los jugadores de Argentina que acababan de proclamarse campeones del mundo en 1986. A punto estuvo de interrumpir el abrazo entre Bilardo y Maradona, aunque supo esperar unos segundos y entrevistarles en exclusiva: "Eso no lo ha conseguido nunca nadie. Hablé con Valdano el día anterior en el hotel, donde habían convocado a Relaño y Quique Guasch para una entrevista con Maradona. Me dijo que fuera pronto al estadio Azteca, y así hice, entré con los utilleros de Argentina. Nunca pensé que podía lograr aquello, me puse en la puerta del vestuario y nadie me dijo nada. Me senté al lado del banquillo, y los de Argentina se pensaban que era de la FIFA y estos, de la delegación argentina. Bilardo y los jugadores me iban dando los cambios. Al final, entrevisté a todos los jugadores, incluido a los alemanes. Recuerdo que Valdano coge a Maradona, me mira y me dice 'vamos a dar la vuelta olímpica', y me uní. A los diez metros, con la altitud, le dije que no podía correr más. Y me dice 'Roberto lleva 33 años esperando dar una vuelta, a ver si no la voy a dar por ti'. Valdano es más que un futbolista para mí, es una de las personas que más incidencia profesional han tenido en mi vida", rememora, entre risas.

Roberto Gómez, en banquillo del Real Madrid detrás de Molowny y Juanito tras ser expulsado ante el Bayern. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ
Roberto Gómez, en banquillo del Real Madrid detrás de Molowny y Juanito tras ser expulsado ante el Bayern. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ

Aquel no fue el único momento que hoy sería imposible repetir: "He tenido muchos momentazos, como el pisotón de Juanito a Matthaus, que al irse expulsado me dice 'Rober, la he cagado, este es mi final'. Butragueño marcó cuatro goles en Querétaro y allí estaba; la primera entrevista a Schuster también se la hice yo. Me hacía amigos de los árbitros, delegados, entrenadores, etc. Había mucha complicidad. Me acuerdo de una final de Copa del Rey que yo estaba en el banquillo con Fernández Trigo, Luis Molowny... Tenía jugadores que no me fallaban, como Camacho, aunque hubiera perdido".

Entre los corresponsales competían en busca del testimonio in situ de los protagonistas. Había piques, subidas de tono, empujones… Pero lo que pasaba en el campo, ahí quedaba: "Con Fernando Soria, Eduardo Torrico y el resto éramos íntimos amigos. Con Iñaki Cano, Rafael Recio, Jesús Álvarez, De la Morena… En el momento no había amigos, me ponían zancadillas, había codazos. Pero luego nos íbamos a cenar o me traían en coche a Madrid. En un partido en Escocia, me siento con Soria, y Torrico… Y nos ponen en un lugar al fondo en la zona con los minusválidos. Al descanso vino una señora a darnos una pastilla tranquilizante que no nos la tomamos, claro", se ríe.

Roberto Gómez, con Butragueño tras sus cuatro goles en Querétaro. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ
Roberto Gómez, con Butragueño tras sus cuatro goles en Querétaro. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ

Roberto Gómez destaca las cualidades esenciales que debía tener un reportero de su época: "En los Juegos Olímpicos, en el palco presidencial, el jefe de seguridad de Barcelona 92 era amigo mío, así que estaba en el palco al lado del Rey. Se trataba de contactos, habilidad, ser educado y sobre todo, profesionalidad. Explorar el campo con tiempo, por ejemplo, era fundamental".

"Me dieron una hostia por defender a Valdano, un partido de España en Sevilla, él iba de comentarista, me volví para que no le insultaran. Y me reventaron las gafas. Valdano, De la Morena, Lama, Xuancar, hicieron de capitanes araña".

Roberto Gómez, con Juanito, yéndose expulsado ante el Bayern.  CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ
Roberto Gómez, con Juanito, yéndose expulsado ante el Bayern. CEDIDA POR ROBERTO GÓMEZ

Iñaki Cano, «El Poulidor»

"Iñaki Cano era magnífico y soberbio, yo le llamaba 'El Poulidor', porque siempre era el eterno segundo, siempre llegaba detrás de mí, jajaja", concluye Gómez.

Por alusiones, Iñaki Cano atiende a Relevo con el brillo en los ojos y su mítico bigote de siempre: "Cuando Roberto decía que era el mejor reportero del mundo, mi mujer siempre responde 'con el permiso de mi marido'. Él fue el primero en todo. Éramos seis o siete, y él y yo estábamos siempre juntos. Le hice de chófer toda la vida, porque por entonces teníamos que hacer muchos kilómetros en coche y él no conduce. También se venía siempre Manolete. Yo era más independiente porque no necesitaba ponerles los auriculares a los protagonistas, hacía yo las preguntas de turno. Así que a menudo a Roberto le tiraba los auriculares al campo, pese a que éramos y somos íntimos amigos. Alguna vez tuvimos que huir de un estadio escoltados por la policía".

Iñaki Cano junto a Kiko Narváez en una celebración del Atlético de Madrid. CEDIDA POR IÑAKI CANO
Iñaki Cano junto a Kiko Narváez en una celebración del Atlético de Madrid. CEDIDA POR IÑAKI CANO

"Aunque no saliéramos por televisión, éramos muy populares entre las hinchadas más radicales, así que a menudo teníamos grandes problemas y nos agredían", cuenta. "También aparezco en una imagen de un partido del Madrid en Alemania y me puse a separar en una discusión de los jugadores con el árbitro, en la que sobre todo Míchel estaba muy encendido. Me llevaron a declarar al juicio como testigo y a él le metieron 14 partidos de sanción".

"Los futbolistas y entrenadores nos atendían antes de los partidos en el vestuario. Como Johan Cruyff, en el mismo banquillo, mientras yo fumaba…", recuerda, como se ve en la fotografía. "Y los árbitros luego se quedaban explicándonos por qué había pitado eso en algunas jugadas".

Iñaki Cano entrevista a Johann Cruyff en el banquillo. CEDIDA POR IÑAKI CANO
Iñaki Cano entrevista a Johann Cruyff en el banquillo. CEDIDA POR IÑAKI CANO

La forma de cubrir un pie de campo ha cambiado por completo: "Yo siempre seguía la huella de Roberto porque se sabía todas las puertas secretas de los estadios, por dónde entraba y salía cada uno, quiénes eran los responsables de campo, delegados, utilleros… Eso era fundamental. Ahora no me gusta ver que a algunos de los periodistas que están a pie de campo están más pendientes del 3-2-1 que de contar lo que no se ve en televisión. Yo había algunos goles que me perdía porque estaba mirando las reacciones en el palco. En la actualidad, además, algunos lo primero que cuentan es que están ellos ahí, los guapos o guapas que están, como si fueran los protagonistas y no estuvieran allí porque les ha mandado su empresa. Me revienta que el narrador de turno tenga que avisar al que está a pie de campo de que hay jugadores calentando. Apórtame algo distinto", anhela cuando habla del reporterismo de hoy.

"Ahora van al entrenamiento quince minutos que les dejan y se van para la redacción. Es verdad que los clubes no dejan, pero nosotros estábamos todo el día en la calle, antes de los partidos íbamos al hotel, a las comidas de directivas, estábamos en el estadio cuando llegaban los jugadores para saludarles y supieran quiénes estábamos…".

Iñaki Cano junto a Pelé. CEDIDA POR IÑAKI CANO
Iñaki Cano junto a Pelé. CEDIDA POR IÑAKI CANO

Cano se muestra crítico con la forma de ejercer el reporterismo en la actualidad: "El periodismo está en la calle, no sentados en una redacción. Hay que intentar moverse, esta es una profesión de 24 horas los 365 días del año, he tenido la suerte de que mi mujer lo ha entendido, porque ha habido años que, entre Tour, Mundial, etc., han sido más las noches de ausencia que las que he dormido con mi mujer. Admiro a Mónica Marchante, por ejemplo, que pregunta siempre lo que se debe preguntar. Pedrerol en los palcos conseguía un montón de noticias. De eso cada día hay menos".

Entre sus coberturas inolvidables, Iñaki destaca cuando el Atlético de Madrid consiguió la Liga en el año del doblete: "Los jugadores me metieron en el jacuzzi del vestuario". Ganarse la confianza de los protagonistas era crucial para ser un buen corresponsal: "Yo tenía un truco. Cuando me enteraba que la mujer de algún jugador había sido mamá, le mandaba un ramo de flores. Por entonces no había móviles, así que llamábamos a los teléfonos fijos. Lo solían coger ellas y te decían que no estaba 'fulanito'… Hasta que les decías quién eras, se acordaban del ramo y te lo ponían".

Iñaki Cano junto a Marcos Llorente en el banquillo. CEDIDA POR IÑAKI CANO
Iñaki Cano junto a Marcos Llorente en el banquillo. CEDIDA POR IÑAKI CANO

Iñaki también vivió la famosa época de la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Plaza Castilla: "Cuando llegó Di Stéfano, me acerqué a él y me preguntó que para qué medio venía. Me respondió que si eso lo escuchaba alguien… Desde ese momento fuimos íntimos amigos. Había que estar, entrar en la caseta del míster… Luis Aragonés daba miedo, pero si veía que eras bueno y respetuoso, te daba todo. Eso sí, si te contaba algo en confianza tomando una cerveza y lo publicabas, te metía una bronca que no veas. Había que respetar esos valores y muchas cosas me las llevaré a la tumba".

"Lo de hoy no me da pena, me da rabia. Mismamente, LaLiga impide preguntar algunas cosas, pero la culpa no es del bicho, sino de quien le abre la jaula", concluye el veterano Iñaki Cano.

Ricardo Sierra, la cara más visible

Ricardo Sierra es la cara más visible de los partidos estrella de la jornada de Movistar, sobre todo a pie de campo. Lo hace en una televisión con derechos que le permite poder acceder a los protagonistas. Lo que parece más cómodo, también puede ser un arma de doble filo. Los tiempos han cambiado mucho también para él: "Empecé en 1998 haciendo pie de campo y palcos en Segunda división. Recuerdo mi primer partido en Primera, fue el debut de Eto'o en Santander y marcó. Así que al final del encuentro le entrevisté. Estoy a caballo entre aquel periodismo y el de ahora, con todas las limitaciones. Antes no había filtro de La Liga, ni de los clubes. Se disfrutaba más antes porque hacíamos entrevistas en el descanso, antes de los partidos, cuando había cambios… En los de Canal + ya empezaron a controlar más".

Ricardo Sierra entrevista a Messi a pie de campo. CEDIDA POR RICARDO SIERRA
Ricardo Sierra entrevista a Messi a pie de campo. CEDIDA POR RICARDO SIERRA

Ricardo, al menos, puede beneficiarse de ese nuevo orden: "Recuerdo que en el debut de Robinho en Cádiz estuve a punto de pegarme con un guardia de seguridad, que no me dejaba acercarme al brasileño. Y en un partido del Barça, Ronaldinho, que venía de recibir críticas de que estaba gordo, me fui con él hablando hacia el túnel de vestuarios. Al llegar ahí, se levantó la camiseta para que le viera que tenía abdominales".

"Siempre he tenido una especial relación con Iniesta, supongo que porque le empecé a entrevistar cuando tenía 12 años en algún torneo. Nuestras carreras han ido más o menos a la par, empezamos juntos, digamos. Con Cesc Fábregas tuve un altercado y en el partido siguiente me pidió perdón en directo. Pero al final el trato con ellos es algo puntual". Nada que ver con el trato que podían mantener cuando empezó en la profesión, y lo que le requería en el momento: "Ahora, el reportero desde luego que no es intrépido. Antes teníamos ese acceso directo, empecé cubriendo los entrenamientos del Real Madrid en la antigua Ciudad Deportiva. Cada día nos atendía un jugador y el contacto del día a día se ha perdido. Todo eso también se ha trasladado al inalámbrico, aunque antes podías quedarte sin protagonista si no te querían atender, ahora al menos los tienes ya pactados, es todo más ordenado", compara con la nueva era.

Ricardo Sierra, con Andrés Iniesta en dos etapas. CEDIDA POR RICARDO SIERRA
Ricardo Sierra, con Andrés Iniesta en dos etapas. CEDIDA POR RICARDO SIERRA

El reporterismo deportivo actual parece tener más de márketing que de periodismo, y Sierra tiene claro el panorama: "Sin que suene peyorativo, el fútbol hace tiempo que ha pasado a formar parte de la industria del entretenimiento, es más difícil hacer periodismo. Vamos más hacia el formato de la NBA. En la última final de la Champions Lenny Kravitz era el que actuaba. Siendo televisión con derechos nos ofrecieron entrevistarle, pero en los días previos nos pidieron pactar las preguntas y hacer algunas de forma obligatoria. No tenía ningún interés futbolístico, así que no la emitimos". Esa casi censura sucede en el fútbol, aunque a Sierra no se las pautan, hasta ahora: "No, pero en LaLiga te prohíben preguntar lo que no tenga relación con el partido. En la Champions no tienes esa limitación. No hay clubes más complicados, sino momentos. El año pasado en el Barça ponían más problemas porque las cosas no le iban bien".

"Antes, si te lo currabas mucho, podías tener llegada a los jugadores; ahora, no tienes tantas herramientas. Intervienen las agencias de representación de los futbolistas, de comunicación propia, la de los clubes… Aunque normalmente nos suelen poner a los futbolistas que pedimos. En el último partido de Champions del Madrid me dejaron entrevistar a Mbappé y Rüdiger, que habían marcado, y a Courtois, que fue el hombre del partido".

'Miguelito' y las mil anécdotas

Miguel Ángel Díaz, alias Miguelito en el periodismo deportivo, cubre al Real Madrid y a la Selección española desde hace más de tres décadas. Lo hizo en Radio Marca, en la Cadena SER y en la actualidad en la Cadena COPE. Tiene mil anécdotas que contar y, sobre todo, ha vivido todo el trasvase del reporterismo deportivo hasta hoy, donde cada vez le cuesta más conseguir información. Sin embargo, no deja de hacerlo, aunque sea menos divertido: "Antes era un parque de bolas para un reportero, tenías más vis a vis con los jugadores, cada día una rueda de prensa, no entrabas en el vestuario como los periodistas más viejos, pero todos los días podías pactar entrevistas directamente con los futbolistas. Eso empezó a recortarse, desaparecieron las ruedas de prensa, los entrenamientos se hacen a puerta cerrada, se prohibieron los viajes con el equipo para ganar privacidad y velocidad en los regresos…".

'Miguelito', tras Roberto Carlos después de un decisivo Recreativo-Real Madrid. CEDIDA POR MIGUEL ÁNGEL DÍAZ
'Miguelito', tras Roberto Carlos después de un decisivo Recreativo-Real Madrid. CEDIDA POR MIGUEL ÁNGEL DÍAZ

"Podías empezar el partido metiéndote en el palco, luego bajabas al césped y podías poner un micro para escuchar los tacos de los jugadores, las voces de los entrenadores, veías a cinco metros los codazos de un defensa a un delantero y la camiseta ensangrentada… Después, llegaba lo más divertido, cuando acababa el partido. Intentábamos esquivar a los guardias de seguridad para recoger algún testimonio. Cuando había habido alguna acción polémica, sabías a qué jugador ir porque iba a rajar del árbitro. En la zona mixta, según tu destreza y de la voluntad del jugador, podías ponerle el auricular y meter a varios en directo. Ahora que si "habla con mi agencia de comunicación", con el jefe de prensa, no hacen ruedas de prensa… En Radio Marca hice algunas entrevistas en el coche de Roberto Carlos o McManaman porque llovía", cuenta en Relevo como algo impensable hoy en día.

Ha estado presente en los mayores logros de la Selección española, con viajes por todo el mundo, así que reúne cientos de anécdotas divertidas. Sin embargo, hay una que explica la curiosa imagen: "Era una rueda de prensa en Lituania, y los altavoces del hotel estaban colocados muy altos. Tuve que pedir una escalera para acercar el móvil al altavoz. Luque daba la rueda de prensa y cuando le fui a preguntar, miró hacia arriba y me dijo '¿Qué pasa, Spiderman?'. El trato antes era súper cercano". Prueba de ello, "Del Bosque, que ha sido y es un gran oyente de radio, iba los domingos a la antigua Ciudad Deportiva a ver los partidos del Madrid Castilla o del C. En muchos descansos le pedíamos que nos atendiera en directo y accedía, imagínate. El entrenador del primer equipo del Madrid haciendo eso".

Miguel Ángel Díaz subido a una escalera durante una rueda de prensa de la Selección. CEDIDA POR MIGUEL ÁNGEL DÍAZ
Miguel Ángel Díaz subido a una escalera durante una rueda de prensa de la Selección. CEDIDA POR MIGUEL ÁNGEL DÍAZ

 

Quién sabe si cualquier tiempo pasado, también en el reporterismo deportivo, fue mejor. Seguramente sí. O al menos podía acercarse a la esencia más periodística, con acceso directo a sus protagonistas, información de primera mano, un caos ordenado que permitía más improvisación y libertad a la hora de ejercer la profesión. Y qué hay más importante que sentirse libres con un micrófono, se preguntan.