Lorena González se adentra en la homosexualidad en el fútbol masculino con su novela 'Guarda Silencio: "Claro que he conocido jugadores gays, otra cosa es que lo reconozcan"
La periodista catalana ha publicado su primer libro, 'Guarda silencio', una novela en torno a la homosexualidad, la salud mental y el suicidio con dos futbolistas como protagonistas.
"Tengo entendido que en los próximos días un futbolista de primer nivel puede anunciar su homosexualidad", comenta la periodista Lorena González (Barcelona, 1984) cuando hablamos de cómo sería aceptado un futbolista gay en nuestro país. "Creo que tendrían que aguantar insultos, sobre todo, cuando las cosas no fueran bien en el fútbol. En el fútbol masculino hay demasiada testosterona mal llevada y es un ambiente hostil y muy machista", asevera la autora de 'Guarda silencio'.
Es el primer libro publicado por la comunicadora catalana, una novela que trata sobre a la homosexualidad, la salud mental y el suicidio y que tiene a Gabriel Baroli y Álvaro de la Cruz como protagonistas. Son dos futbolistas ficticios pero con semejanzas en las dificultades que entrañan sus vidas más allá de los focos con las de algunos jugadores a los que ha conocido y entrevistado Lorena. "Cuando podemos sentarnos con futbolistas, entrenador o gente del fútbol y te muestran cómo es su vida, realmente no es como creemos", reflexiona la periodista, que también analiza el papel de las redes sociales en el fútbol y en la sociedad, cómo vivió la polémica en torno a Camavinga que la apartó de la televisión, además de la generada en X entre Nerea Zusberro y Juan Carlos Rivero con motivo de la nueva temporada de 'Estudio Estadio'. "La verdad es que no me gusta ni mi tuit ni el de Juan Carlos, pero sobre todo no me gustó el comentario de Nerea", explica.
Vaya tres temas para una primera novela: la homosexualidad, la salud mental y el suicidio. Muy valiente por tu parte.
Bueno, creo que era necesario. Al final no quería centrar tampoco la novela en un solo tema y no pretendo que se encasille como una novela LGTBI, sino que pudiese tener un abanico de historias que puedan interesar y que puedan llegar a cualquier persona, y que no necesariamente sea homosexual ni le guste el fútbol. Y creo que eso sí que lo he conseguido con esos temas: hablando del desarraigo, del duelo, de la soledad, del miedo y todo lo que nos rodea, que en este caso es a un futbolista, pero es para intentar ponerlo en el mismo lugar que el resto de la sociedad, porque los tenemos siempre endiosados. Intentar bajarlo a tierra y lograr que el resto también se emocionara con ellos y con sus vidas.
Tu editorial compartía hace unos días un vídeo en el que explicabas cómo surge la idea del libro. Nace de la vida de la persona detrás del futbolista que todos vemos, ¿no? De la versión menos visible habitualmente de los jugadores, la que has querido naturalizar.
Eso es. Cuando nos dan diez minutos los jefes de prensa o los clubes para entrevistar a los jugadores no podemos sacar mucho de ahí, siempre llevamos el piloto automático puesto, ellos y nosotros. Entonces, cuando hemos podido sentarnos, mirarlos a los ojos y tener todo el tiempo del mundo, incluso off the record -que es también donde se abren más y te muestran su confianza y empiezan a contarte cómo es su vida-, y en lugar de preguntarle por el gol que ha marcado, por el partido que ha hecho, le preguntas por cómo está, ahí se te abre todo un universo que a veces tiene más sombras que luces.
También, las redes sociales creemos que nos están acercando a los artistas, a los futbolistas, a los que tenemos al otro lado, porque cogemos el teléfono en nuestra casa, nuestra habitación y parece que sepamos de sus vidas, y creo que es al contrario, creo que nos están alejando porque al fin y al cabo sólo están mostrando el lado bonito, el lado de las luces, de las marcas, de los coches, de las vacaciones, de los goles. Poca gente ponemos cuando salimos mal en una foto o cuando estamos tristes o cuando estamos aburridos en casa o solos o llorando.
"Cuando podemos sentarnos con futbolistas, entrenadores o gente del fútbol y te muestran cómo es su vida, realmente no es como creemos"
Y cuando podemos sentarnos con estos futbolistas o entrenadores o gente del fútbol, gente muy joven habitualmente, que te muestran un poco cómo es su vida, realmente no es como creemos. Son chicos que manejan muchísima soledad, que además siempre me ha llamado la atención, y tú lo has vivido también, cómo pasan de estar en un estadio con 80.000 personas, vitoreados, con todas las luces puestas sobre ellos y, de repente, en una hora, pasan al silencio, a la soledad, a la inseguridad, a los miedos, porque el partido puede no haber salido como ellos han creído, porque pueden estar atravesando un momento difícil, como en la novela le sucede a los protagonistas, y sin embargo pasamos todo de soslayo. Unos, porque prefieren guardar silencio, todos, incluso los medios de comunicación. También pretendía con esta novela que a todos nos tocara un poco desde el lado que estuviéramos. Nosotros como periodistas también podríamos hacer una autocrítica con la novela por cómo tratamos esos temas, si bien están llevados al extremo para ver cómo reaccionaríamos todos y cuáles son las miserias que mostraríamos todos.
Es decir, que existe un Gabriel Baroli argentino pero con otro nombre.
Sí, claramente, claramente. Y tenía ganas también de personificar a ese futbolista, en este caso es argentino, pero el que viene de fuera, el que es muy joven, romper también con el estereotipo del futbolista que no está interesado o que no está sensibilizado con la sociedad porque está en esa burbuja, que no se interesa por leer, que no tiene inquietudes culturales ni políticas… Y creo que Gabriel rompe con todo eso, y además siendo tan joven.
Lo que sí que me encontré en Sudamérica, también por la forma de vida, la idiosincrasia de esos países, las dificultades que tienen, cómo empiezan jugando al fútbol, porque maman mucho más la calle, es esa resiliencia que tienen. Creo que les hace ser más curiosos y cuando llegan a este país o a Europa en sí, todos esos sueños, todo lo que dejan atrás, que creo que no lo valoramos lo suficiente, y queremos ya que fichen por el Madrid o por el Atlético de Madrid y que el primer partido la rompan. Pues no es así.
Cuánto cuesta adaptarse, hay que adaptarse a otro país y a otro vestuario, a otra gente. En el caso de Gabriel Baroli, que no voy a hacer spoiler, pero en este caso ya se sabe que fallece su padre y vive en ese duelo que él prefiere callar pero obvio que le afecta. Y es lo que intento también en la novela, que todos tengamos en cuenta que les afecta todo lo que les rodea y que en el campo se ve, y lo hemos visto con futbolistas de la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos, que todo lo que les sucede, que la parte mental te voy a decir es un 50, pero a veces lo pondría en un 80.
¿Y has conocido a futbolistas homosexuales?
Sí, sí. Otra cosa es que lo reconozcan, que me lo hayan reconocido, que tampoco es el caso. A mí no me interesa saber con quién se acuesta cada uno, a mí eso me da igual, lo que sí me hubiese gustado era encontrarme a esos futbolistas que realmente pudiesen vivir con más libertad, con menos miedo y que pudiesen mostrarse y que no tuviesen miedo de decírmelo a mí o… Pero eso es la intimidad de cada uno. Entiendo que si no lo quieren reconocer… Y lo entiendo perfectamente porque creo que serían sometidos a una presión por parte de todos los actores que formamos este mundo y esta sociedad que no todos están preparados para ello, sin duda. Y lo vemos en cualquier situación. Cuando en redes sociales hay que aguantar los insultos porque va en el sueldo. Bueno, pues imagínate.
"Tengo entendido que en los próximos días un futbolista de primer nivel puede reconocer su homosexualidad"
A ver, quizás nos llevaríamos a una sorpresa y todo sería más normal. Por eso me gustaría que algún futbolista de primer nivel, de clubes con muchísimo impacto y mucha exposición, lo reconocieran, porque creo que abriría muchas puertas al resto, y siempre se quedan en el camino. Vimos que había una intención, una supuesta intención en Alemania de varios futbolistas en salir del armario y al final no. Tengo entendido que en los próximos días un futbolista de primer nivel, según me han dicho, lo puede reconocer. Tengo mis dudas. Creo que eso no va a suceder a corto plazo.
¿Por qué crees que no sería bien recibida esa noticia? ¿Crees que España está preparada para que un futbolista de ese nivel reconozca su homosexualidad?
España sí, pero en el mundo del fútbol quizás no, y por mucho que entre todos digamos que sí, creo que todavía hay muchos reparos, porque no está normalizado. No pienso, por ejemplo, que sus compañeros no lo aceptaran, ni muchísimo menos, todo lo contrario. Creo que los futbolistas de todo esto es lo mejor que hay: el más noble, gente joven, es otra generación también que viene ya con la mente mucho más abierta, pero por esa falta de hábito creo que podrían sentirse a lo mejor extraños. Por eso que si aparecieran más Gabriel Baroli o Álvaro de la Cruz, que es el otro protagonista, todos lo tendríamos más en el día a día. Nuestro comportamiento sería más normal y se podrían dar más casos en el fútbol.
¿Preparados? Pues es que ahora mismo también viendo cómo está la sociedad de caldeada, aunque siempre intento pensar que las redes sociales y la opinión de los bares no es la realidad, pero sí que creo que tendrían que aguantar insultos, sobre todo, cuando las cosas no fueran bien en el fútbol, en este caso, que me parecen muy injustas. Forman parte de esos prejuicios que tenemos todos con los futbolistas.
En el caso del fútbol masculino, ya lo hemos visto, por ejemplo, con Alberto Lejárraga, portero del Marbella que besó a su novio en la grada después del ascenso de su equipo, pero no tiene la trascendencia que tendría un gran nombre. En el femenino, a pesar de los muchos comentarios despectivos que tristemente despertó la reciente foto de Jenni Hermoso y Misa, la homosexualidad sí está absolutamente naturalizada. ¿Por qué crees que existe esta diferencia entre el fútbol masculino y el femenino?
Muy buena pregunta. Yo creo que en el fútbol masculino hay demasiada testosterona mal llevada y es un ambiente hostil y muy machista, donde todos tienen que ser muy machos alfa, ponerle cojones y meter la pierna porque si no, eres un maricón. Ya hasta en el lenguaje lo llevamos implícito. Sin embargo, en el fútbol femenino, como sí que es un espacio en el que ellas han podido desarrollar con mucha más libertad, ha estado menos mal vista la homosexualidad entre mujeres que entre hombres, han encontrado ese lugar donde poder ser libres. En el fútbol no, lo vimos en ese futbolista del Marbella, pero cuando hablamos de futbolistas de primer nivel, de equipos muy grandes con esa exposición que te decía, no lo hay, y estadísticamente es imposible que no lo haya, así que ahí es donde tenemos que hacer la reflexión y ahí es donde intentaba llegar con la historia de la novela de 'Guarda silencio'. ¿Por qué no hay? ¿Por qué no hay públicamente si realmente existen?
En el caso de la novela, Gabriel inicia una relación de amistad, de apoyo, con Álvaro, por la muerte de su padre. Tú que has tratado y tratas de cerca a muchos futbolistas, ¿cuál es la situación más dura que has sabido que estaba viviendo un jugador, que guardaba silencio, y de la que no hayamos sido conscientes al verlo en el campo? No le ponemos nombre y apellidos, claro.
Pero ¿relacionadas con la homosexualidad?
No, no, no. Situaciones como la pérdida de un familiar, situaciones de peso, problemas de todo tipo que pueden estar afectándoles y que pasan inadvertidos para el gran público, porque no lo saben. Luego te voy a pedir alguna confesión que te hayan hecho en alguna entrevista, algún testimonio impactante que puedas contar, pero esto es off the record y no le ponemos nombre.
No, prefiero no dar nombres porque al final es romper la confianza. También en la novela Pablo, que es el becario, es el que realmente tiene llegada de verdad a los futbolistas y representa a ese periodista que no está corrompido, que no le importa el titular rápido y al final el futbolista es el que confía en él, y a eso deberíamos volver, porque entiendo también la desconfianza que ellos tienen, porque hemos llegado a esa jungla del clickbait y entiendo que no quieran hablar con nosotros por si acaso se tergiversa.
Pero con tu pregunta, sobre todo en off the record, y te habrá pasado también, a mí se me han echado a llorar muchos futbolistas en entrevistas, porque además he intentado siempre buscar futbolistas que estuvieran pasando un momento difícil de lesión, un momento difícil personal, porque al final tienen los mismos problemas que nosotros. Por mucho dinero que ganen, no evita los problemas de una separación, una enfermedad de un hijo o la muerte de un familiar o un problema económico. Muchos se arruinan y eso no sale a la luz, y luego también hay un transcurso que es cuando está acabando su carrera o cuando se retiran, esos dos primeros años cuando se retiran, que es muy duro para ellos y a mí me han reconocido muchas veces que han caído en depresión en ese momento. Es el momento en el que más divorcios se dan, en el que se sienten muy inútiles porque se creen que sólo saben jugar al fútbol, que es lo que han hecho toda su vida y de repente se encuentran en un mundo sin experiencia laboral, sin estudios y que no saben por dónde tirar. Y es ahí, en ese momento, cuando más sufren y yo me he encontrado muchos casos de futbolistas que estaban inmersos en una depresión.
Luego, poco a poco, también te van reconociendo que acuden a terapia, que son los menos, porque cuando están en activo que te lo reconozcan cada vez es más difícil, porque creen que eso es síntoma de debilidad y que entonces van a pensar que mentalmente no es fuerte y que el entrador quizás muestra desconfianza en él o la afición. Entonces, para no dar motivos… Cuando creo que ir a terapia es una muestra de fortaleza más que debilidad, pero volvemos un poco a lo mismo que hablábamos antes de que el mundo del fútbol es machista.
Y ahora sí te pido nombres y apellidos, porque se habrá publicado, alguna entrevista que tú hayas tenido y en la que te hayas impactado por la historia de vida del futbolista, por aquello que te contó que mostraba un sufrimiento que no estaba llegando antes al aficionado.
Me he encontrado a futbolistas realmente pasando un calvario. El primero que me viene a la cabeza fue Cazorla en su día, porque no le aseguraban que iba a volver a caminar. Entonces, cuando le vi con todos esos dolores, con once operaciones, con el pie que no parecía un pie y solo, porque estaba solo rehabilitándose en Salamanca y había caído en el olvido… Lo que pasa que Santi tiene una sonrisa y tiene una vitalidad y una fuerza que no la he visto nunca en un futbolista en una situación física tan límite.
Por ejemplo, Saviola cuando aterriza con 20 años en Barcelona, se separa de su familia y está solo en Barcelona, está en la habitación, compartiendo con Xavi Hernández, y suena el teléfono y le dicen que su padre ha fallecido. Bueno, es Xavi quien le da la noticia. Pues imagínate a un chico con ese desarraigo que bien puede ser Gabriel Baroli, cómo se puede sentir y cómo le puede afectar eso en el campo. Pues así hay un montón de futbolistas que me han confesado que lo estaban pasando mal o que han tenido una vida dura, que no es todo color de rosas. Futbolistas como Saviola, como Aimar, como Casillas, como Diego Costa, como Carlos Tévez en su día que tuve también la oportunidad de entrevistarlo. Raúl, incluso, que también me contaba los peores momentos que había pasado, cómo fue el retiro, la salida del Real Madrid, que a nivel familiar también afecta muchísimo. Giménez, del Atlético de Madrid, también llegó con mucho peso familiar a Madrid, sin saber si realmente se iba a poderle ir bien en un equipo top en Europa. Ángel Correa también es otro caso.
No sabemos lo que hay detrás, siempre anteponemos al futbolista a la persona y deberíamos hacer al revés. Y, además, que porque sean famosos ya nos pensamos que los conocemos y que podemos opinar. Se puede opinar, pero con respeto y siempre pensando: 'Ha hecho esto, está así por algo'. Hay muchos y no pensamos nunca qué se les está pasando por la cabeza y por aquí (se lleva la mano al corazón).
Decías que muchos futbolistas asocian la salud mental a debilidad, pero estamos viendo muchos casos que están hablando abiertamente de ello, que están potenciándolo, como Álex Remiro, por ejemplo. Alfredo Matilla publicó hace unos días un artículo sobre cómo la salud mental está siendo una prioridad en el mundo del fútbol y que hasta las instituciones están sorprendidas de la demanda.
Sí, hemos evolucionado, sin duda, en todo. Y somos cada vez menos homófobos y menos racistas y en el mundo del fútbol también se ve plasmado. Eso sí, pero falta mucho camino y sigue habiendo cierto prejuicio con el tema de la salud mental. Que hay un discurso que sí, que cada vez tiene más fuerza en la sociedad y en el mundo del fútbol, que la cuidamos más, que los clubes ponen a disposición de sus jugadores psicólogos, otra cosa es que asistan, y normalmente no van. Al psicólogo del club no suelen ir porque creen que lo van a contar, que se va a enterar el staff técnico y al final lo que hacen es, también lo he hablado con psicólogos deportivos: 'Yo hasta donde puedo llegar es a tratar en grupo normalmente', de forma individual, no acuden a su consulta, sino en las charlas sobre todo motivacionales en grupo, a veinte personas, y en una hora no puedes abarcar las veinte personalidades y los veinte problemas multiplicados por cinco de cada uno. No puedes indagar, no puedes profundizar en ello. Queda todo como muy superficial.
Pero por eso la importancia de que salgan futbolistas y digan, como Cavani, por ejemplo, que reconoció en Relevo en aquella entrevista que pude tener, que después de aquel partido, de la remontada del Barça al PSG, acudió a terapia porque empezó que no podía dormir, no podía comer, conoció lo que era el estrés, la ansiedad, el miedo, el tener miedo de jugar a fútbol… Lo que le pasó a Morata, lo que le pasó a Iniesta, lo que le pasó a Bojan, a Darder, a muchos tantos que van saliendo.
Y eso es lo que te decía, la importancia de tener referentes, porque yo no conozco otra vía, otro instrumento, otra herramienta más directa, más rápida y mejor que un futbolista para todos. Porque los niños todos quieren ser futbolistas y los quieren imitar. Entonces, igual que muestran un coche o una marca o un golazo que han metido, los niños y las nuevas generaciones se van a educar y van a verlo eso como normal. Y por eso lo de tener referente también que abra esas puertas en la homosexualidad en el fútbol.
Hablamos de salud mental, de homosexualidad y también nombrabas el tema del racismo. Tú fuiste acusada de tal cosa por un comentario en televisión en la presentación de Camavinga, que te apartó un tiempo de las pantallas. ¿Cuánto te afectó y cuánto te fortaleció psicológicamente?
(Suspira). Me pasó en un momento que ya era difícil de por sí, porque acabábamos de salir de la pandemia, yo me había quedado sin trabajo y cuando empiezo a remontar un poco cometo ese error, ese comentario que creo que se sacó de contexto. Visto desde fuera, de alguien que no me conoce, entiendo que pueda pensar eso, pero yo intentaba sobre todo escuchar a la gente que me quiere y me conoce, y que mi conciencia estaba muy tranquila. Entonces, pude estar calmada en ese sentido. Lo que sí que me impedía dormir era que tenía muchísimo miedo a que no volviese a poder ejercer mi profesión. Yo pensé: 'Hasta aquí. Tantos años de estudio, de irme de mi casa, de años de prácticas, de bajar al barro currando para que en cuestión de tres segundos se te sentencie'. Yo pensaba eso, yo pensaba que estaba sentenciada realmente.
Gracias a lo que estábamos hablando también del tema de la salud mental y que ya estamos más concienciados, yo hacía ya dos años que asistía a terapia, en ese momento estaba con medicación, estaba pasando un momento muy difícil en mi vida y eso me hizo daño, me hizo mucho daño, pero ahí vi también la gente que me quería, la gente que me apoyaba, que me dio una segunda oportunidad. Tuve la suerte de tener a esa gente y ahora pienso: 'Qué pena todos los futbolistas, en este caso, que reciben esas críticas tan fuertes de todo el mundo y quizás no están tan preparados porque no han hecho ese trabajo psicológico antes, o no tienen esa contención en casa o de un profesional'. Creo que no somos conscientes de la magnitud que tiene eso. Yo pienso que si le hubiese pillado otra persona lo que a mí me pasó en ese momento, pues no sé cómo hubiese reaccionado. Pero no sé, tengo un mal presagio.
¿Te fortaleció?
Sí (dice y ladea la cabeza a un lado y otro). Sí, es que me dolió por mi familia (Se emociona).
(Silencio). Bueno, pasamos página. Una de las personas con las que trabajabas en ese momento y ahora vuelves a hacerlo es Juan Carlos Rivero.
(Vuelve a hablar y retoma la pregunta anterior). Es que no ha vuelto a ser lo mismo (se seca las lágrimas).
¿No está superado? ¿No ha quedado en el pasado ya?
Siempre lo acaban sacando. Siempre lo sacan. En Internet, además, las cosas no se borran y eso ahí está. Y fastidia, porque a veces intentas abrirte camino en algún sitio y si buscan mi nombre, lo primero que les va a salir es eso. Pero confío en la gente que intenta conocerme y sentarse un par de minutos conmigo, y se dará cuenta que estoy muy lejos de eso.
Te decía que una de esas persona que te conoce bien es Juan Carlos Rivero, con el que estás también en esta nueva etapa de 'Estudio Estadio', con él de presentador y con el que hubo una situación convulsa esta pasada semana. ¿Cómo viviste la polémica entre Juan Carlos y Nerea Zusberro? Porque hablábamos de salud mental y de redes sociales y sin duda fue un highlight.
Sí. Otra persona que aguanta lo inaguantable es Juan Carlos Rivero con las redes sociales, pero yo me fijo mucho en él y creo que todos nos tenemos que fijar en que está muy por encima. Recuerdo lo que estaba comentando antes también, que él ya lleva muchos años y nadie le va a hacer dudar de si es un buen periodista, un buen narrador, que lleva cientos de partidos a sus espaldas, de grandes finales, de ponerse horas y horas en directo delante de millones de personas, y que los errores evidentemente tienen más magnitud.
"Twitter es un estercolero cada vez mayor, que sin nombre y apellido están esperando tu error para insultarte, porque son miserables"
Supongo que hay mucha más gente que apoya su trabajo que esos haters de Twitter, que es un estercolero ya cada vez mayor, que sin nombre y apellido lo único que hacen es estar esperando tu error, porque son miserables, para insultarte. Pero ¿cuántos son? ¿2.000? ¿3.000? De 10 millones de personas que pudieron ver una final de Eurocopa. No tiene sentido, el porcentaje es mínimo. Y él lo ha soportado. Pero ¿y si le toca a un periodista que está más o menos empezando o que tiene dudas o que está en un momento personal con más inseguridades? Imagínate que te caiga eso, pues no es plato de gusto para nadie.
Y… no sé qué me ibas a preguntar exactamente.
Te preguntaba cómo habías vivido la polémica con Nerea, pero la retomo con tu comentario, porque tú saliste al paso, saliste a respaldar a Rivero, no quiero decir a atacar a Nerea. Pusiste literalmente: 'Desde luego que con el compañerismo y la humildad que muestras en este tuit formarás parte de poco bueno'. Se tambaleó todo. ¿Qué pasó? ¿Cómo lo viviste?
Sí. La verdad es que no me gusta ni mi tuit ni el de Juan Carlos, pero sobre todo no me gustó el comentario de Nerea, que si en algún momento tenemos la ocasión de hablarlo personalmente, a mí me sonó a falta de compañerismo, como a desmerecer lo que viene y como que ella si no se siente parte es porque yo entendí (se lleva las manos al pecho) que quizás no hacemos un programa a la altura de lo que ella espera, o que no vemos y entendemos el fútbol como algunos creen. Yo creo que 'Estudio Estadio', no por mí, 'Estudio Estadio' lleva 40 años, que han pasado los mejores profesionales, que siguen pasando los mejores profesionales y para mí no sobraba eso. Creo que nadie ha salido, con renombres, cuando han ido cambiando; unos entran, otros salen y creo que no hacía falta ese tuit.
Y yo cuando contesto no estoy defendiendo a Rivero. Entiendo que Rivero responda, porque él es el director al fin y al cabo y está respondiendo por su equipo, por sus periodistas, por su programa. Yo intervine no por mí, por mis compañeros, básicamente, porque creo que todos lo intentamos hacer lo mejor posible y entre nosotros no deberíamos tirarnos esas piedras sobre nuestro tejado, ni muchísimo menos. Menos, públicamente. Para mí sobraba todo, sí.
Y a raíz de ese comentario mío en Twitter, yo no hago caso, ya me río, pero todas las respuestas son 'Ponte rodilleras', comentarios machistas, que estoy ahí porque me acuesto con Juan Carlos Rivero o me acuesto con los de arriba, o que me gustan mucho los despachos. Bueno, nada que ver. Es que no voy a dar explicaciones, pero vamos, creo que no hace falta explicar por qué trabajo o no trabajo en 'Estudio Estadio'. Creo que ya son trece años y no hace falta explicarlo. Pero qué pena esos insultos, la verdad. Hablan más de los que insultan que de mí, sin duda.
¿Y qué mensaje, para terminar, le mandas tú a todos esos futbolistas que están guardando silencio? ¿Qué les dices?
Que hay que ser muy valiente, que no están obligados a serlo. Y que confío que si todos ponemos nuestro granito de arena -yo creo que la novela es un pequeñísimo granito de arena-, para que entre todos tengamos más empatía… Y que si realmente sienten que lo quieren decir porque pueden ayudar a los demás, sobre todo a los más jóvenes, decirles que muchos somos los que le vamos a arropar y le vamos a intentar hacer el camino más fácil. Creo que lo que se calla duele un montón y cuando uno dice la verdad puede vivir feliz y libre. Así que yo les animo a que lo hagan, pero comprendo perfectamente a todos los que guardan silencio.