El portero del futuro se cocina en Marbella: "Me gusta el juego de pies de Ter Stegen y cómo para Oblak, pero quiero ser yo"

Marbella (Málaga).- Todo avanza a velocidad de vértigo en la vida de Dani Martín (Madrid, 2005), el portero titular de un Marbella que, pese a su condición de recién ascendido, se codea en la parte alta de la tabla de Primera Federación y sería líder de haber ganado su partido aplazado de este fin de semana en casa del Hércules. Aunque a muchos ni les sonará su nombre, en la RFEF se subraya al meta como uno de los talentos del futuro y los grandes le tienen en el radar: fue el más joven en debutar en la categoría (lo hizo con 17 años y 334 días con el Rayo Majadahonda), sus actuaciones le catapultaron a la Selección Sub-19 y el Levante le ató este verano con un contrato por cuatro temporadas. A los pocos días salió cedido a la Costa del Sol… y el asunto le va rodado.

Además de lo colectivo, clasificados para la segunda ronda de Copa y a tres puntos del líder Betis, sus actuaciones le han convertido en una de las sensaciones del curso y demuestran por qué ha batido tantas marcas de precocidad. Los consejos de José Callejón le curten, su primera experiencia lejos de casa le hace "madurar" y sus pasos adelante refuerzan su confianza en sí mismo. "Me gusta el juego de pies de Ter Stegen y cómo para Oblak, pero quiero ser yo", defiende con firmeza desde la ciudad deportiva de Coín. Un rato de conversación con Relevo da para conocer mejor a uno de los elementos a los que se agarran Granero (es el responsable institucional) y la propietaria Best of You para fantasear con el salto a Segunda.

Qué va, qué va. Estoy supercontento y feliz. El Marbella ha confiado en mí, el equipo va arriba, yo estoy jugando… ¿Qué más se puede pedir?

Empecé en la escuela de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Tenía cuatro años, más o menos, y surgió lo típico: mis padres me querían meter a alguna actividad extraescolar para cansarme un poco (risas). Antes allí había un montón de niños. Luego, cuando era cadete de primer año, me marché al Rayo Majadahonda. Ahí estuve cinco temporadas, demostré mi nivel… y hasta hoy.

Yo empecé siendo portero, me gustaba, pero hubo un año que me puse de delantero (risas). Después dije: 'Bah, esto no es lo mío, mejor me vuelvo a la portería'. Se me daba mejor. No había metido muchos goles.

Cuando era pequeño no me daba cuenta ni pensaba en ello: iba, me entrenaba y lo pasaba bien. En la etapa de juveniles, el Rayo empezó a subirme de categoría y ahí fue cuando me di cuenta de que tenía que tomármelo más en serio.

Como un tío con sangre fría, buena salida de balón y rápido.

Siempre digo que me gusta mucho Ter Stegen, por su juego de pies, y Oblak, por la manera de parar, pero quiero ser yo.

El míster del primer equipo, Carlos Cura, ya había sido mi entrenador en el filial y tanto él como el club confiaron en mí para subir. Intenté responder lo mejor que pude. El Rayo es un club muy cercano y eso lo facilita todo; al principio, aun así, siempre te choca. Una cosa es subir a entrenarte y otra, jugar. Cuando me deslizaron la posibilidad… uf. Mi entrenador de porteros, Basilio Sancho, me ayudó a mantener la cabeza tranquila y afrontar el partido de Riazor como si fuese uno más. Lo peor que puedes hacer en esas situaciones es ponerte nervioso. Claro que sientes las mariposas en el estómago, pero salí a hacerlo como sé… y funcionó. Mis padres, mi hermano y mis amigos viajaron a verme.

Sí, sí. Era la primera vez que me veían en un estadio así, en un ambiente profesional… Al acabar el partido hablé con ellos y estaban superorgullosos.

Quizá sí en las primeras acciones, pero en el calentamiento ya vas cogiendo sensaciones, sabiendo cómo está el balón, cómo va el césped… Si la primera jugada del partido es buena, ahí ya se te hace todo más fácil.

Todos. Ellos sabían lo que suponía para mí y lo que podía implicar; me transmitieron tranquilidad y confianza. Eso lo agradecí. Jorge Casado, Pelayo Suárez y Kike Hermoso me ayudaron mucho. Eran de los más veteranos. Y Basilio lleva siendo importante para mí muchos años. Gran parte de lo que soy ahora es gracias a él.

Estaba casi volviendo de A Coruña y me lo comentó mi repre: 'Oye, que sepas que hay una posibilidad de que vayas con España'. A las pocas horas me confirmó que estaba en la convocatoria. En cuanto me lo dijeron, lo primero que hice fue ponerlo por el grupo de la familia y avisarles. Me respondieron que lo disfrutase, que es algo que logra muy poca gente. Mis padres me pidieron que mantuviese la calma y la cabeza y que me entrenase lo mejor posible. También tengo que dar las gracias a José Lana y a David Gordo, que fueron los que confiaron en mí.

Eso… no lo sé. Me llamó el Levante hace unos meses, pensé que era la mejor opción y decidimos firmar allí.

Por la confianza y el interés que mostraron en mí. Me dijeron que yendo con ellos iba a seguir mejorando y progresando. Luego salió la opción de venir cedido al Marbella; ellos también me comentaron que contaban conmigo y que querían que creciésemos de la mano. El proyecto de ambos clubes me pareció muy interesante en lo deportivo y en lo personal.

Con el Levante firmé en las últimas semanas de mercado. Mi objetivo, a este edad, es jugar. Me interesaba tener minutos y ahí me llamó el Marbella.

Mi madre no quería que me fuese a vivir solo (risas), pero le dije que me va a servir mucho para mejorar. Es una experiencia. Puede estar tranquila. Estoy bien.

Sí, sí: el grado de Ingeniería Industrial. ¿Un coco? Bueno… No tanto. Estaba entre algunas opciones, pero debo estudiar a distancia por los entrenamientos y las opciones se redujeron mucho. En cualquier caso, tenía claro que no quería dejar los estudios.

Claro. Eso siempre suma. Allí mejoras muchísimo. La temporada pasada fui a todas las convocatorias salvo a la última, la del Europeo, y de momento no ha salido ninguna lista de mi edad. Ojalá pueda seguir yendo.

Cuando el ambiente es bueno, todo se hace más fácil. Noto que es un club muy cercano. Eso se valora.

Sí, sí. Confía en los jóvenes y eso, sobre todo en mi posición, no suele ser muy común. Te hace mejorar y competir a alto nivel. Estoy agradecido por que me haya dado la oportunidad.

Es una persona superhumilde y que te ayuda lo máximo posible. Él sabe perfectamente lo que es que un chico joven debute con un primer equipo. Tanto él como Bernardo (Espinosa, ex del Girona) me dan consejos que me sirven de mucho.

Se tendría que ver… No me mojo, no me mojo (risas). Sólo prometo ser ambicioso, llegar lo más arriba posible y trabajar y pelear para ello. Pero, bueno, algo haríamos en el pelo (risas).

Muchas gracias a vosotros.