BARÇA ATLÈTIC

Las viajes por tierra, mar y aire le dan a Marc Casadó un billete al primer equipo

El capitán del Barça Atlètic se acerca al conjunto de Hansi Flick tras una temporada llena de sacrificio y compromiso con el club.

Marc Casadó en el partido del primer equipo en el Metropolitano de esta temporada./AFP
Marc Casadó en el partido del primer equipo en el Metropolitano de esta temporada. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Marc Casadó tiene 20 años y ya es todo un hombre de club. El capitán del Barça Atlètic ha vivido esta temporada en el ascensor que va del filial al primer equipo. Los fines de semana se le multiplicó el trabajo. A lo largo del curso ha sido habitual verle dirigir el fútbol del equipo de Rafa Márquez y entrar en las listas de Xavi Hernández. Y aunque el debut en Liga con los mayores se le resistió, nunca puso una mala cara.

"Estamos muy pendientes de Casadó, subirá al primer equipo", aseguró Joan Laporta en una entrevista en Barça One. Las declaraciones del presidente sorprendieron tanto a Marc como a su familia. "Cuando lo vi quedé en shock", reconoció el canterano, feliz por la confianza que se le tiene en las altas esferas del club. Le queda un reto que pocos se habían planteado dentro de la institución: luchar por el ascenso a LaLiga Hypermotion.

Esta campaña, Casadó ha sido titular en todos los partidos a los que ha ido convocado con el Barça Atlètic. Además, ha acumulado cuatro apariciones con el primer equipo: dos en Liga y dos en Champions League, en un total de más de 30 veces que ha sido llamado. Aunque Xavi explicó que no tenía minutos por la gran competencia en el centro del campo, su idea era llevárselo a la pretemporada. El plan no debería de cambiar con Flick, que ya le ha visto entrenar en directo.

Una 'agencia de viajes' particular y un fisio como respuesta

Casadó ha construido la escalera al primer equipo pieza por pieza. Y eso le ha llevado mucho trabajo en la sombra, aunque es necesario reconocerlo y contarlo. En muchos de los fines de semana que tuvo que doblar entre primer equipo y filial, Marc llegó a viajar solo, acompañado por gente del club, de un partido al otro. Si el itinerario de uno de los dos equipos no le permitía llegar a tiempo a la segunda cita, se las tenía que ingeniar para llegar puntual a ambos compromisos.

A pesar de que en sus viajes con el primer equipo era llamado para actuar únicamente en caso de emergencia, los desplazamientos y las horas lejos de casa le restaron horas de descanso. Para ello, Marc empezó a trabajar con un preparador físico en las horas del día en que no está en la Ciutat Esportiva. Sabe que el físico es clave y lo cuida al detalle. También al entrenamiento 'invisible', el que no requiere ni de esprints ni de trabajos de fuerza.

En el club ven al capitán del filial como un ejemplo para el resto de chicos que crecen en La Masia. Porque los casos de Cubarsí o Lamine son 'accidentes'. "Es un líder", comenta uno de sus compañeros de vestuario. "Solo suma, es un currante", añaden desde el staff. "Ha encantado a todos los entrenadores que ha tenido", comenta desde Can Barça. Para el club es un perfil ideal. No solo talento, sino por su compromiso -y ahí tienen peso los viajes de los fines de semana-, su personalidad, liderazgo y, sobre todo, su sentimiento blaugrana.

El valor añadido de la polivalencia

El reto de Casadó es plasmar en la élite lo que hace con naturalidad en Primera Federación. Con la dificultad añadida de hacerlo como mediocentro, la posición más delicada en el sistema culer. Cuando llegue su momento, necesitará tiempo y rodaje. Aunque esta temporada no ha tenido problemas en desenvolverse en un rol mixto: centrocampista en ataque y lateral en defensa, cuando Xavi llamó a filas a Héctor Fort y Márquez se quedó sin opciones en la derecha. De hecho, en el club siempre han valorado la polivalencia de Marc y creen que es justamente lo que le puede ayudar a hacer carrera en el primer equipo.

En un conjunto joven -por media, el que más de las primeras tres categorías del fútbol español-, Casadó tuvo que madurar mucho más rápido que la gente de su edad. Cogió el brazalete que dejó Arnau Tenas, otro futbolista abonado a los viajes de los fines de semana. El portero se marchó a París, mientras que Marc cerrará la temporada con una renovación. Y eso que no le han faltado novias. Su compromiso le ha convertido en un jugador de culto del Barça Atlètic.