EL FÚTBOL DE 'MENDI'

Mi primer ídolo mundialista fue Cruyff, ¡qué velocidad y qué cambio de ritmo!

Johan Cruyff, con la selección holandesa./GETTY
Johan Cruyff, con la selección holandesa. GETTY

Mis primeros recuerdos mundialistas me llevan de cabeza a mi infancia. Tenía 13 años y se jugaba el Mundial 74 en Alemania. Tengo grabada en la memoria la jugada que ha pasado a la historia como la del penalti de Vogts a Cruyff nada más comenzar el partido, aunque, realmente, como se puede comprobar en la televisión, quien termina derribando al holandés, en su afán de cortar su carrera, es Uli Hoeness. Johan ya se había marchado por velocidad de Vogts y él, al intentar cortarle el pase, le derriba con los dos pies.

En esa larga acción de saque de centro que acaba en penalti y en la que los alemanes no llegan a tocar el balón hasta el derribo se puede ver a Cruyff en estado puro. Arranca desde cerca de la divisoria, un poco dentro del terreno alemán, conduce y cuando ya ve cerca el área rival hace un cambio de ritmo impresionante, se va de Vogts, que había salido a buscarle, y tiene que ser derribado por el compañero en la ayuda. Aunque estuviera un poco escorado, se plantaba solo ante el portero. Desde aquel día, Cruyff fue mi primer gran ídolo. Me impactaban precisamente eso, su velocidad y su cambio de ritmo. En esa final yo iba con Holanda. Me gustaba su estilo. Cómo se cambiaban de posición y con sus movimientos constantes creaban los espacios. Nunca estaban quietos. Ese era el fútbol total de Rinus Michels del que tanto se ha hablado a lo largo de la historia

Por el año que era, ese partido lo tuve que ver en un bar con los amigos. La tele llegó tarde a mi casa. De hecho, por aquellos tiempos, los partidos de la Liga de los sábados a las ocho también los veía en el bar y luego, para casa corriendo. A mí entonces me gustaba el fútbol, sobre todo jugarlo, pero no era un fanático. No estaba ni federado. El equipo que teníamos jugaba partidos o torneos cortos por los pueblos de alrededor. Hasta los 14 no tuve mi primera ficha oficial, con la Cultural de Durango en infantiles. Tengo que reconocer que entonces me tiraba más la Liga que las grandes competiciones, como el Mundial o la Eurocopa.

El Mundial de España 82 ya me pilla con 21 años. Ese mes de junio el Athletic me da la baja y me tengo que buscar la vida. Mientras todo el país estaba con el Naranjito para arriba y para abajo yo estaba sin equipo. Fiché por el Logroñés en Segunda B. Fue la primera vez que salí de casa. El primer Campeonato que ya comencé a ver con la conciencia de entrenador fue el de Estados Unidos 94. Fue el verano que dejé de jugar y fiché por el Arratia de Primera Preferente. Acababa de sacar el título y ya me fijaba más en los sistemas, en las tácticas. Me llamaban mucho la atención Alemania, por su poderío físico, y luego siempre he tenido, también, una cierta implicación con el fútbol inglés. Me gusta su intención de atacar siempre, de especular lo justo.

Aparición de Maradona

A nivel de jugadores, el salto en mis preferencias fue de Cruyff al Maradona del Mundial 86, aunque no me gustara su gol con la mano. Entre tramposo y listo, yo diría que ese día fue más tramposo que listo, por mucho que los argentinos lo supieran vestir muy bien con lo de la 'mano de Dios'. Después me quedo con el Zidane del Mundial 98, su elegancia, su efectividad, hasta marcó goles de cabeza. Y con el Ronaldo de Corea y Japón (2002). Nos demostró a todos que había otra clase de delantero centro que no tenían que vivir como una boya en el área para marcar goles. Él regateaba, buscaba los desmarques, la espalda de los defensas. Realmente quien le puso Fenómeno como apoyo, acertó plenamente.

Nunca tuve la tentación de irme a presenciar tres o cuatro partidos de un Mundial en directo. Para los entrenadores no es buena época. Si estás con equipo estás casi de pretemporada y si no tienes, estás esperando una última oportunidad por si viene alguien a buscarte. Eso me pasó por ejemplo en el Mundial 2010 que ganó España. Estaba en el paro. Habíamos salido de Valladolid en febrero y hasta el siguiente febrero no fichamos por Osasuna. Vimos el gol de Iniesta desde Laredo y supuso una profunda satisfacción.

Aquella Selección llegó ya como favorita porque venía de ganar la Eurocopa con Luis Aragonés, pero esta vez no somos favoritos. De hecho, no creo que haya un favorito claro. Si tuviera que apostar lo haría por Brasil o Argentina. Me parecen que están más hechas como equipo. Una europea también estará en la pelea y ahí también meto a España. Del estilo Luis Enrique me gusta que, aunque corre el riesgo de querer salir siempre con el balón jugado desde atrás, cuando llega al centro del campo, acelera y quiere ser profundo y llegar pronto al área rival. No se entretiene mucho. Por mi manera de entender el juego, yo siempre jugaría con un '9' clásico. No me gusta eso del delantero centro falso, pero a Luis Enrique sí le gusta jugar con esos jugadores que vienen a asociarse con los centrocampistas o con los extremos. De mi estilo solo tiene a Morata. Yo hubiera llevado otro nueve-nueve.