Klopp, sin paracaídas: se inventa jugar con cuatro delanteros
El Liverpool ha perdido por lesión a Luis Díaz y a Diogo Jota y quiere recuperar su 'momentum'.
El momentum es el microuniverso que el Liverpool de Klopp logra crear en Anfield. El rival empequeñece, los de rojo se multiplican, presionan, atacan por todos lados y revelan el significado de la palabra inefable. A Klopp se le ha ido cayendo el Liverpool: la marcha de Mané, la dificultad de adaptación de los nuevos fichajes, el bajón de Alexander-Arnold, las lesiones... Para recuperar su esencia, esa atmósfera, ha optado por juntar a cuatro delanteros.
Un saque larguísimo de Alisson, un duelo ganado de Salah a Cancelo y Anfield entró en ebullición. La victoria del Liverpool ante el Manchester City reavivó el alma del estadio. Días antes, Klopp recriminaba a su equipo haber creado el momentum esta temporada tan solo en la remontada ante el Ajax.
Contra los de Guardiola, Klopp fue expulsado tras pasarse de revoluciones. "Tendría que haber actuado distinto, como normalmente hago. Pero en ese momento me fue imposible", comentó al acabar el partido, cuando también aprovechó para visitar el vestuario de los árbitros y disculparse.
Klopp definió la victoria contra el City como "el partido que necesitábamos". El peaje, sin embargo, fue grande: Diogo Jota cayó lesionado. El portugués se perderá el Mundial. El ex del Wolves se une a Luis Díaz en la lista de bajas del equipo red. La enfermería del Liverpool raramente está vacía. El partido contra el West Ham fue el primero sin los dos extremos izquierdos y Klopp siguió escribiendo su relato: jugar con más delanteros, recuperar la esencia por abrasión.
El Liverpool salió con un sistema que baila entre el 4-2-3-1 y el 4-2-4. Ya había avisado el alemán al ser preguntado tras las secuelas de la baja de Jota: "Tendremos que pensar en sistemas", comentó.
Más leña al fuego
Y su propuesta así lo demostró. La altura de los laterales fue asimétrica: mientras que Alexander-Arnold jugó más atrasado, como gestor de las posesiones, Tsimikas actuó como extremo en muchos tramos del encuentro. Henderson y Thiago fueron el sostén de los atacantes. Arriba, el supuesto extremo izquierdo, Carvalho, jugó por dentro, Darwin Núñez partió como lanza de ataque, Salah desde la izquierda y Firmino permutaba entre el centro del campo, la mediapunta y la delantera. En el segundo tiempo, diferentes nombres pero misma idea: Curtis Jones por la zona de Carvalho, Salah en punta y Harvey Elliott en la derecha.
"Es una máquina, físicamente es increíble, mejora cada día en los entrenamientos... pero obviamente quiere meter más goles. Todo lleva su tiempo", explicó Klopp sobre Darwin hace algunos días. El uruguayo le dio la razón: marcó el único tanto del encuentro, reavivó el 'momentum' durante algunos minutos y el Liverpool volvió a ser reconocible. Klopp quiere volver a hacer volar Anfield y lo hace con un todo o nada: más leña al fuego.