PREMIER LEAGUE

El efecto Amorim empieza a notarse en el United y el Chelsea castiga a Emery

Los diablos rojos le metieron cuatro al Everton y el Aston Villa cayó por tres goles a cero en Stamford Bridge.

Marcus Rashford celebra uno de sus goles al Everton. /EP
Marcus Rashford celebra uno de sus goles al Everton. EP
Agencia EFE

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Ganador de cinco de sus últimos siete partidos, entre la transición de Ruud Van Nistelrooy y los tres encuentros ya dirigidos por Ruben Amorim, la reacción del Manchester United es ya indudable, a cuatro puntos tan solo de las plazas de la Liga de Campeones los diablos rojos superaron al Everton con tres goles entre el final del primer tiempo y el inicio de la segunda parte (4-0).

Los dos primeros, marcados por Marcus Rashford y Zirkzee, compartieron protagonismo con el defensa Branthwaite, cuyo despeje fue fatal para su equipo en el 1-0 y cuya salida de balón fue dañina en el 2-0. En el tercero, a los 20 segundos de la segunda mitad, repitió Rashford, a pase de Diallo. Y en el cuarto, en el 64, Zirkzee completó también su 'doblete'.

No fue un partido perfecto del United, ni siquiera convencía cuando el encuentro atravesó la media hora sin goles, perdonado el conjunto local por el delantero visitante, Beto, sin tino cuando se plantó en el otro área en un par de ocasiones y, por momentos, incluso mejor el Everton, el decimoquinto de la clasificación, a tan solo dos puntos de las plazas de descenso.

En seis minutos, sin embargo, los 'Diablos Rojos' resolvieron el encuentro con una autoridad desconocida toda la temporada, también imprevista este domingo. La estrategia de Amorim surtió efecto en el 1-0, ya en el minuto 34. Bien concebida, bien ejecutada, bien lanzada por Bruno Fernandes y bien rematada por Marcus Rashford, pero no habría sido gol seguramente de no haber intervenido decisivamente el despeje de Branthwaite.

No tuvo suerte el central del Everton, pero tampoco acierto. Salió en la foto del 1-0, pero más aún en la del 2-0, señalado por un error impropio de este nivel. En la salida de balón, se durmió ante la presión de Diallo. Quizá tampoco había recibido el mejor pase, pero fue tan lento en la ejecución posterior que se metió en un lío que desembocó en otro gol.

La recuperación de Diallo desencadenó el fácil contragolpe, apenas sin oposición, que condujo Bruno Fernandes y que culminó Zirkzee para anotar el segundo tanto, entre la fiesta del público de Old Trafford; nada acostumbrado en los últimos tiempos a triunfos tan cómodos tan rápido. En seis minutos, del 34 al 40, el United encarriló su renovada alegría.

No hubo reacción del Everton. A la vuelta del descanso, la derrota ya fue indudable. El 3-0 a los 20 segundos de la reanudación del encuentro, anotado por Rashford a pase de Diallo, fue la resolución absoluta de la segunda victoria consecutiva de Rubén Amorim, que gana tiempo a golpe de buenos resultados, tras su dubitativo debut con un 1-1 con el Ispwich, pero que no debe conformarse aún con tal botín, porque su equipo puede dar mucho más.

Después lamentó la tarjeta amarilla a Lisandro Martínez, que tiene consecuencias. El central argentino se perderá el siguiente duelo liguero contra el Arsenal. Un verdadero desafío para calibrar realmente cuál es el impacto de la llegada del entrenador portugués, cuyo equipo marcó el 4-0 por medio de Zirkzee, subió a la novena posición y piensa mucho más arriba.

El Chelsea le amarga la tarde a Emery

Después de superar al Leicester (1-2) y al Heiddenheim en la Liga Conferencia (0-2), el Chelsea cerró una semana perfecta con su tercera victoria consecutiva, 2-0 frente al Aston Villa, marcada por los golazos de Enzo Fernández y Cole Palmer que asentaron al conjunto londinense en la zona noble de la Premier League igualado a puntos con el Arsenal en la segunda plaza.

Parece que el técnico Enzo Maresca comienza a disfrutar de todo el desgaste que ha sufrido hasta ensamblar bien sus piezas. Comenzó la temporada con una plantilla inabarcable (a mitad de agosto tenía hasta 55 futbolistas) y poco a poco ha construido un equipo que ha conseguido que el objetivo de terminar entre los cuatro primeros clasificados sea algo realista.

Y una de las últimas decisiones de Maresca, permitir a Enzo Fernández acercarse más a la portería, ha sido todo un acierto. El centrocampista argentino sufría una carencia alarmante en el arte del gol. Hasta el choque frente al Leicester del pasado fin de semana, no marcaba desde el 12 de febrero, cuando celebró un tanto frente al Crystal Palace. Sumaba nueve meses de sequía y, en apenas en una semana, se ha anotado dos tantos de forma consecutiva.

El último se lo marcó a su compatriota y amigo Emiliano el 'Dibu' Martínez, que no pudo detener un sensacional derechazo de Enzo Fernández con el interior a bote pronto desde la frontal del área tras una asistencia de Cole Palmer. Fue el golazo del partido, a los 36 minutos, y el 2-0 que encarriló la victoria del Chelsea, mucho más vertical y eléctrico que su rival.

Y es que, además, el Aston Villa parece haber entrado en barrena. La derrota frente al Chelsea sirvió para desnudar unos números preocupantes para el equipo dirigido por Unai Emery, que acumula ocho partidos consecutivos oficiales sin conocer la victoria (dos empates y tres derrotas en la Premier League, una derrota en la Copa de Inglaterra y otros dos partidos perdidos en la Liga de Campeones).

Con ese bagaje tan negativo, el Aston Villa ha perdido nobleza en la clasificación y de pelear por los puestos europeos entre los cuatro mejores, ha caído hasta la undécima plaza, aunque sólo a tres puntos del Nottingham Forest, club que marca el límite de las plazas continentales. Todo es recuperable, no deberían saltar las alarmas en el Aston Villa porque tienen a un entrenador fiable y mucho más que competente, como ha demostrado con creces desde que firmó por el club inglés.

Pero el caso es que fue derrotado sin ningún 'pero' por el Chelsea, que desde muy pronto puso la directa con el tanto de Nico Jackson, antes de los diez minutos y después de rematar a la red un centro desde la línea de fondo de Marc Cucurella, también inmeso durante todo el choque. El lateral español fue una roca en defensa y dio una asistencia que aprovechó el ex jugador del Villarreal con una precisa volea desde el corazón del área que no pudo salvar el 'Dibu' Martínez.

Y hasta el portero argentino, siempre salvador con apariciones escandalosas, estuvo fallón, algo muy extraño. Poco después, pudo meterse en un lío tremendo tras una sesión ridícula a Jackson, que estuvo a punto de marcar otro tanto tras la errática entrega de el 'Dibu'. El mismo guardameta arregló el desaguisado con una estirada providencial, pero ya había mostrado un síntoma de extraño de debilidad.

Lesionado, acabaría sustituido por Roger Olsen en el descanso, aunque antes dejó alguna intervención de mérito, como las que sufrieron Palmer y Pedro Neto, mientras que en la otra portería, Robert Sánchez respondió a dos intentos de Ollie Watkins, el único que generó algo de peligro en la primera parte para el Aston Villa.

En la segunda, el choque continuó por los mismos derroteros, con el Chelsea dominador y con más capacidad para generar peligro del Aston Villa, que intentó sin éxito salir de la presión asfixiante de su rival y que, salvo un par de ocasiones aisladas de John McGinn, no tuvo mucho más mordiente.

Al conjunto londinense, no le importó vivir al contragolpe, a la espera de un tercer golpe definitivo que llegó con el golazo de Cole Palmer que selló la victoria del Chelsea. La estrella del equipo de Maresca se sacó de la chistera un zurdazo por la escuadra desde fuera del área marca de la casa. Fue el broche final a un partido perfecto para el Chelsea, igualado en la segunda plaza con el Arsenal e instalado definitivamente en la nobleza de la Premier League con permiso para soñar con cualquier objetivo que se le ponga por delante.

El Fulham frena al Tottenham

Ganador por 0-4 contra el Manchester City en la anterior jornada en el estadio Etihad, el Tottenham recayó de nuevo en la irregularidad, empatado en su campo por el Fulham (1-1) y fuera de las plazas de competición europea, incapaz de ganar más que tres encuentros en las últimas siete citas disputadas de la liga inglesa.