NEWCASTLE 2 - MANCHESTER CITY 3

Guardiola se 'reencuentra' con Iniesta gracias a la genialidad de Bobb

El Newcastle llegó al 74' ganando 2-1, pero De Bruyne revolucionó desde el banquillo con gol y asistencia.

Golazo de Bobb ante el Newcastle./REUTERS
Golazo de Bobb ante el Newcastle. REUTERS
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Pep Guardiola tiene una plantilla cargada de diamantes. Y el Manchester City, más allá de petrodólares, está conformado por una estructura sólida, años y años de trabajo y una juventud que cada vez da más éxitos. Los Zidanes y los Pavones de la era moderna. Bobb y De Bruyne fueron esta vez los que salvaron la papeleta de un equipo que es consciente de que le tocará sufrir incluso más que la pasada campaña si quiere ganar una Premier que jamás defrauda.

El espíritu de sus jugadores siempre está a la altura. Aunque esta vez necesitaron un mago belga para crear. Quién sabe si su estatua acabará al lado de la de David Silva, pero por méritos no será. Kevin de Bruyne, que regresó recientemente de su grave lesión, entró en el minuto 69', tiempo suficiente para iluminar a St. James' Park con su fútbol, al alcance de los elegidos.

Primero marcó el empate a dos, a pase de Rodri. Aunque poco tuvo que ver el español. El '17' condujo y acabó soltando un derechazo al fondo de la red. Con la sutileza de un jugador diferencial que ya es con total certeza el mejor fichaje invernal de todo el continente europeo. Su repertorio mágico aún tenía espacio para llevarse el triunfo. Con la colaboración, eso sí, de Oscar Bobb, un talento noruego que recaló en la academia en 2019 y ha despuntado hasta ser uno de los jóvenes de moda en la Premier League.

Más tras lo de este sábado. De Bruyne cogió el teledirigido, lo colocó en el balón y diseñó con el mando a distancia un envío de ensueño rumbo al canterano. Bobb recibió, controló con la izquierda, se aproximó al portero, gambeteó al más puro estilo Andrés Iniesta y se la colocó a la pierna derecha para un tanto aspirante a uno de los mejores del año en plena cuesta de enero.

Fue el culmen a otro partido de esos que estresa a la vista. Bernardo Silva anunció al City en el minuto 26, para contradecir el enorme contraste entre Newcastle como local (tercero mejor de la Premier) y visitante (ha perdido los últimos cinco partidos y sería el penúltimo de la competición si solo contaran los duelos fuera de su estadio). St. James' Park aún lamentaba el gol anulado a Longstaff y el City la lesión de Ederson, cuando el marcador cambió.

El Newcastle, entonces, buscó brillar desde la aceleración y se encontró con un señor tanto de Isak, conducción, orientación y zarpazo a la escuadra. A cientos de kilómetros, la Real Sociedad lamentaba no contar con un 'killer' de tan valía. Gordon, solo dos minutos después, alimentó dudas y puso el 2-1. Mucha paciencia necesitaban para aguantar la tormenta. No resistieron. De Bruyne entró para entonar un 'aquí mando yo'. Efectivamente, marcó él. Bobb, sin embargo, se apunta a la lista de sucesores de su enorme clase. Y a la de Oliver Atom. Y a la de Iniesta.