PERÚ - MARRUECOS

Pedro Gallese y Perú, diario de una noche de previa en comisaría

El portero peruano golpeó en un ojo a un Policía durante la reyerta. Llegó al hotel pasadas las cinco de la madrugada.

Así fue el conflicto entre Perú y la Policía./
Así fue el conflicto entre Perú y la Policía.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Hasta este lunes, pocos conocían la disputa de un partido amistoso entre Perú y Marruecos hoy en el Civitas Metropolitano. La noticia se difundió a nivel local cuando un empleado del hotel Eurostars de Madrid publicó en sus redes sociales insultos racistas contra la delegación comandada por Regragui. Y ya se viralizó a nivel mundial cuando una reyerta entre los jugadores del combinado peruano con la policía terminó de agitar las aguas antes de que el balón ruede sobre el césped rojiblanco. Cerca de una hora después del grave incidente, las aguas aún estaban revueltas en los aledaños del NH Collection Eurobuilding, de la calle Padre Damián, en la capital. Y a altas horas de la madrugada, continuaba la incertidumbre, en especial en la delegación de Perú, al continuar en comisaría su jugador Pedro Gallese. Finalmente, este llegó al hotel pasadas las cinco de la mañana.

Steve Romero, de ATV, explica lo sucedido.RELEVO

A la llegada de Relevo al lugar de los hechos, aún quedaba cerca de un centenar de aficionados rodeando el recinto, entre los que reinaba el enfado y la incertidumbre por la actuación de los cuerpos de seguridad del estado y el desconocimiento en torno a lo que ocurriría con sus jugadores. Porque además del mencionado Gallese, al menos otros dos miembros de la plantilla se encontraban en dependencias policiales: José Carvallo y Alex Valera. Las informaciones resultaban algo contradictorias y los allí presentes, pese a haber presenciado en primera línea la escena, buscaban en los medios de comunicación una explicación más profunda de las consecuencias de lo ocurrido.

No ayudaban las versiones contradictorias. Con el paso de las horas, el casi centenar de aficionados fue reduciéndose hasta quedarse un pequeño grupo de fieles, encantados de interactuar con las conexiones en directo de los diferentes medios peruanos que se habían desplazado con el equipo nacional. Relevo consultó entre tanto a la Policía su versión de los hechos, que es la siguiente: "Sobre las 19:00 horas se han concentrado en torno al hotel de la selección de Perú unas 300 personas. Algunas de ellas llevaban bengalas, por ese motivo se desplaza la UIP (Unidad de Intervención Policial) a las inmediaciones. Cuando llegaron los jugadores, con la aglomeración de tantas personas y por motivos de seguridad, para evitar avalanchas, los miembros de la UIP se interponen entre los jugadores y los aficionados. En esos momentos, un jugador de la selección de Perú da un golpe en el ojo a uno de los policías, que tuvo que ser asistido por el SAMUR, y en esos momentos queda detenido y se abren las diligencias para llevar detenido al jugador a comisaría".

El Cuerpo Nacional de Policía no identifica a ese jugador, pero se refieren a Gallese, que no solo encaja en la descripción de los hechos, sino que también es el futbolista de Perú que estuvo hasta altas horas de la madrugada en la comisaría. Junto a él, otros dos jugadores acudieron voluntariamente a declarar a las instalaciones policiales. Gallese, por el contrario, se marchó retenido por los agentes. Es aquí cuando se da un choque de versiones, ya que un miembro de la federación peruana se personó ante los periodistas presentes en el hotel con el objetivo de aclarar que la información de los medios de comunicación era errónea. Su versión es que ninguno de los miembros de la expedición estaba detenido, sino que habían acudido libremente a declarar. Y los aficionados también desmienten que hubiera bengalas en el momento de recibir a la selección. Un enorme contraste con respecto a la información expuesta por el CNP.

La primera reacción de Perú tras el regreso de Gallese.CEDIDO: MULTIDEPORTES/ATV/AMÉRICA DEPORTES

El 'taxi' de la afición

Los minutos pasaban en las cercanías del NH Collection y el reloj era augurio de que algo no iba bien. A menos de 24 horas de la disputa de un partido, Perú vivía con incertidumbre la llegada de sus jugadores de nuevo al hotel. El asunto, mientras, ya era objeto de conversación alrededor del globo. La noche madrileña en pleno centro, pese a ser un lunes, siempre deja decenas y decenas de fiestas. Los focos alumbraban y sorprendían a los viandantes, que antes de cruzar por el foco de concentración periodística ya murmuraban. "Ostras, la tele, ¿qué ha pasado aquí?", mencionaba uno. "Lo de Perú con la Policía, ¿no lo has visto?", respondía otro. Es solo un ejemplo de las constantes conversaciones cruzadas que se sucedían por Padre Damián, calle cercana al Santiago Bernabéu.

La Policía procede a llevarse retenido a Gallese.

Y los aficionados de Perú, pese a ser ya una cifra considerablemente inferior a los minutos posteriores al incidente, continuaban aguardando la llegada de los suyos, fieles hasta el último instante. Las furgonetas negras blindadas y los taxis se convirtieron en santo y seña del entretenimiento superada con creces la madrugada. El hotel, de lujo, contaba con varias puertas de entrada y salida, lo que implicaba que cada vez que un vehículo hacía un movimiento extraño próximo a uno de esos conductos, se produjera una carrera popular en plena acera para no perderse a los (posibles) protagonistas.

En la mayoría de ocasiones, esos esprints se tradujeron en decepción, hasta la llegada de diferentes miembros de la federación peruana. Evitaron hacer declaraciones y rápidamente se metieron al interior del hotel. No llegaron los futbolistas, aunque sí un hombre desconocido incluso para los profesionales de la información de Perú. Natural, porque era un residente en Madrid, de nacionalidad peruana y que se había ofrecido a desplazar a los integrantes de la federación a la comisaría donde se encontraban los jugadores tomando declaración.

Así fue la pelea entre la Policía y los jugadores de Perú.

A diferencia de los miembros de la delegación de Perú, el hombre sí se detuvo con los periodistas para contar lo que había visto. En su caso, no tenía constancia de que Gallese estuviera detenido, si bien tampoco lo podía confirmar. Sí pudo desvelar que miembros del consulado estaban apoyando diplomáticamente a la selección y que los integrantes de la expedición habían regresado al hotel para facilitar abrigo y comida a los que todavía aguardaban en instalaciones policiales.

Bajo su testimonio, la reyerta incluso había generado tensión dentro de la policía, dada la gravedad de los hechos. No obstante, el aficionado, pese a haber entrado en comisaría, no pudo dar una respuesta franca, dado que no compartió sala con futbolistas como Gallese. Tanto él, que estuvo en contacto con la federación peruana, como el trabajador que atendió a los medios tiempo atrás confirmaron que el partido no corría peligro. Al menos, en ese momento. Se sobreentiende, tras la puesta en libertad de Gallese, que este continuará tal y como estaba previsto.

También quiso aclarar: "Todo se está rigiendo según las normas, aunque la Policía guarda mucho hermetismo". Su llegada al hotel fue una de las últimas noticias antes de que las inmediaciones se vaciaran, por las horas, por el frío y porque nada hacía indicar que Gallese fuera a aparecer pronto para descansar y preparar el amistoso ante Marruecos. Este, efectivamente, llegó cerca de dos horas después.

Los jugadores José Carballo y Álex Valera se marchan en un taxi rumbo a la comisaría.

Una hinchada fiel

Mientras el foco informativo mundial se centraba en las posibles penas a las que debía hacer frente Gallese y la delegación peruana, la hinchada de Perú comentaba indignada lo sucedido y esperaba la aparición de sus hombres para volver a rendirles una calurosa ovación. Minutos atrás, habían vivido la tensión desencadenada por un empujón de un Policía a Yoshimar Yotún, al confundirlo con un aficionado que trataba de hacerse un hueco y compartir unos minutos con sus ídolos.

Pero ahí seguían, fieles. Entre ellos, el Manolo el del bombo peruano, vestido con unos peculiares ropajes. Él acompaña a Perú allá donde va, viaja siempre con su selección y aguarda un entusiasmo atroz. Se desconoce si esta noche dormirá o esperará hasta que deje de sonar la música a los futbolistas de su país. Entre tanto, vive con entusiasmo la oportunidad de estar en una ciudad tan lejana a su tierra para vivir con su equipo un amistoso ante toda una semifinalista de Mundial como Marruecos. Todos se fotografiaban con él.

El aficionado más fiel de Perú.RELEVO

En una pequeña charla con Relevo, parece restarle importancia a la reyerta. Incluso no llegaba a recordar del todo lo que había sucedido tan solo unos minutos atrás. "Aquí estoy dándoles fuerza, esperamos que el espectáculo del fútbol sea agradable para todos. A eso es lo que vengo yo siempre", reflexiona. "Acompaño a Perú, allá donde va. Siempre. Me cuentan que Manolo el del bombo se viste también. Me han hablado mucho de él. Yo llevo conmigo cultura y tradición. Mi país es una de las maravillas del mundo, con el Machu Picchu", cuenta. Y cierra: "Hay que ponerle fuerza. Hay que aceptar lo que venga. No siempre uno tiene lo que espera, no es una maravilla todo".

Un conflicto diplomático con severas penas

Por supuesto, la vitalidad del protagonista anterior no es viable dentro del hotel peruano. Sus miembros, preocupados, esperaban la llegada de Gallese con los brazos abiertos y deseando que no haya consecuencias de índole mayor. Tal fue la relevancia de lo sucedido que miembros de la embajada de Perú acudieron a comisaría para ofrecer su apoyo y valorar conjuntamente lo ocurrido.

En la escena, chocan dos realidades. Por un lado, los peruanos presentes relatan como un miembro de los cuerpos de seguridad empujaba a Yotún. Por otro, la Policía cuenta que un jugador de Perú (Gallese) golpea en el ojo a uno de ellos. Ambas versiones, beligerantes, ponían en jaque la relación diplomática impoluta entre ambas naciones. Por tanto, más allá del fútbol, se trataba de un delicado asunto con muchas aristas de por medio. La Federación peruana, tras el fin del incidente, quiso manifestar su postura:

Así contaba un aficionado peruano lo suceidod en comisaría.RELEVO

"La Federación Peruana de Fútbol (FPF) lamenta los hechos ocurridos en Madrid, donde se realizaba el tradicional banderazo de los hinchas en apoyo a "LaBicolor".

La FPF es totalmente solidaria y respalda a nuestro seleccionado Pedro Gallese a quien, como corresponde, hemos acompañado desde que se suscitó el incidente en los exteriores del hotel de concentración de la Selección, previo al partido amistoso contra Marruecos.

Asimismo, reiteramos que somos respetuosos de las autoridades y procedimientos de cada país que visitamos. Por esta razón, estamos a plena disposición de los organismos de control internos y externos para ayudar a esclarecer lo sucedido.

La FPF agradece la colaboración del Consulado de Perú en Madrid, liderado por el Sr. Fernando Álvarez, así como el apoyo del abogado Carlos Quiñónez. 

Finalmente, desde la FPF, invocamos a la calma y tranquilidad de nuestros hinchas y expresamos nuestro total rechazo a la violencia. Continuaremos promoviendo el respeto mutuo y velaremos por la integridad y derechos de Pedro Gallese y de todos nuestros seleccionados, comando técnico y equipo de trabajo".

Finalmente, el conflicto se ha resuelto con la puesta en libertad de todos los miembros de la expedición peruana. A las 21:30 rodará el balón en el Metropolitano con Marruecos y Perú de adversarios. El duelo sigue en pie, de momento, aunque el fútbol y la fiesta que querían presenciar los miles de ciudadanos con nacionalidad de uno de los dos países que residen en Madrid ya han quedado en un segundo plano...