Qué pasó con el accidente del Chapecoense

En noviembre de 2016, el mundo del deporte quedó en shock ante la catástrofe del Chapecoense. El que estaba siendo uno de los grandes cuentos de hadas del balompié mundial finalizó de manera abrupta, con una tragedia que se cobró un total de 71 vidas en los prolegómenos del que debía haber sido el día más feliz en la historia del club.

Hasta entonces, el Chapecoense era una entidad humilde que había logrado hacerse un nombre en el escenario internacional gracias a su buen hacer sobre el terreno de juego. No en vano, el conjunto radicado en Chapecó consiguió ascender desde la cuarta división brasileña hasta la primera en solo cinco años, aprovechando la reestructuración que en aquellos años experimentó el fútbol brasileño. No solo eso, además había logrado clasificarse para competiciones continentales de manera frecuente. En 2015 alcanzó los cuartos de final de la Copa Sudamericana, donde fue eliminado por todo un gigante americano como River Plate. En 2016 llegó hasta la final, momento en el que sucedió la tragedia.

El accidente aéreo del Chapecoense sucedió el 28 de noviembre de 2016. El avión que trasladaba a la delegación del conjunto brasileño a Medellín, para disputar la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional, se estrelló en Cerro Gordo, una montaña situada en la localidad antioqueña de La Unión, a escasos kilómetros de su destino. En total, en el aeronave, un Avro Regional Jet 85, viajaban 68 pasajeros y nueve miembros de la tripulación. Entre los viajeros se contaba toda la plantilla del Chapecoense, así como miembros del club, familiares y también periodistas que viajaban para cubrir el partido. De todos ellos, 71 personas perdieron la vida en el accidente, que dejó solo a seis supervivientes.

Según determinó la investigación llevada a cabo por las autoridades colombianas, el avión en el que viajaba el Chapecoense se estrelló a causa de una falta de combustible. La aeronave, de la compañía aérea LaMia, realizaba un vuelo desde Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, hasta Rionegro, Colombia. Sin embargo, según la investigación realizada por Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) no cargó la cantidad suficiente de fuel para completar la ruta. "La aeronave se abasteció con 1.636 kilos de combustible en Santa Cruz para completar un total de 9.300 kilos (...). Esta cantidad era insuficiente para completar el vuelo entre Santa Cruz, Bolivia, y Rionegro, Colombia; la cantidad mínima del combustible debía ser 11.603 kilos", dijo el coronel Miguel Camacho, encargado de la investigación.

El informe establece que la compañía preparó un viaje sin escalas pese a no contar con el combustible suficiente para ello. Tampoco tenían fuel suficiente para, en caso de un imprevisto, volar a un aeropuerto alternativo, que en este caso hubiese sido el de Bogotá. La investigación también apunta que, pese a que la tripulación era consciente que no contaban con combustible suficiente para completar el recorrido, no tomaron la decisión de aterrizar en algún aeropuerto intermedio.

Llama la atención que el Chapecoense eligiese una compañía boliviana para realizar un trayecto entre Brasil y Colombia. Sobre todo porque la expedición tuvo que desplazarse hasta Santa Cruz de la Sierra, en el país boliviano, para poder realizar el vuelo. No en vano, la normativa solo permite realizar un vuelo charter entre Brasil y Colombia si la compañía pertenece a uno de los dos países.

Aunque inicialmente solicitó poder volar con una aeronave de LaMia desde Brasil a Colombia, las autoridades brasileñas les denegaron el permiso. Sin embargo, en lugar de buscar una compañía brasileña (o colombiana) para efectuar el trayecto, desde el club brasileño optaron por continuar con LaMia. Según indicó BBC Brasil, el Chapecoense poseía un contrato con la aerolínea que le hubiese penalizado económicamente en caso de incumplirlo. De hecho, el conjunto verde ya había realizado un vuelo similar para desplazarse a Barranquilla en su eliminatoria de cuartos de final contra el Junior.

De esta manera, la expedición viajó desde el Aeropuerto Internacional de Guarulhos hasta el aeropuerto Viru Viru de Santa Cruz de la Sierra, donde realizó un cambio de avión. Allí se subieron al fatídico vuelo 2933 de LaMia.

Evidentemente, la final de la Copa Sudamericana entre el Atlético Nacional y el Chapecoense nunca se celebró. El conjunto brasileño fue declarado campeón a petición del Atlético Nacional. El título, además del valor simbólico, le supuso un beneficio económico de dos millones de dólares y el poder disputar la siguiente campaña la Recopa Sudamericana y la Copa Libertadores.

En conmemoración de la tragedia, el Chapecoense modificó su escudó. Le añadió una estrella blanca en referencia al título de campeón de la Copa Sudamericana de 2016. Además, en la letra F añadió una pequeña estrella en memoria de los 19 futbolistas que perdieron la vida en el accidente aéreo. Deportivamente, después de unos años en la élite brasileña, el Chapecoense regresó a la Serie B brasileña en 2019, convirtiéndose desde entonces en un equipo ascensor.