FÚTBOL

El juez Garzón y Luis del Olmo sacan a la luz cómo surgió el partido 'Drogas no' y sus secretos: "Me hacían llamar 'La araña de Ponferrada'"

Durante 13 ediciones, el fútbol y la sociedad civil fueron capaces de celebrar un partido anual por una causa que alarmaba al país.

Montserrat Caballé hace el saque de honor en la edición de 1998 en el Camp Nou ante la mirada de los jugadores del Barcelona y los organizadores./
Montserrat Caballé hace el saque de honor en la edición de 1998 en el Camp Nou ante la mirada de los jugadores del Barcelona y los organizadores.
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Si se revisan los barómetros del CIS de mediados de los 90 uno puede darse cuenta de la alarma que llegó a tener en la sociedad española por el drama de la droga. En 1995 era el cuarto problema más nombrado por los encuestados, con casi un 18,7% de los participantes en el sondeo. Hoy, casi 30 años después, solo un 0,7% se acuerda de las sustancias cuando tiene que valorar en qué momento se encuentra este país.

Son los tiempos de la Operación Nécora, de las madres gallegas manifestándose, hartas de todo lo que estaba ocurriendo. También los mayores picos de mortalidad relacionada con el consumo de estupefacientes. De drogas se hablaba mucho y se hacía, lógicamente, con extrema preocupación. Incluso en uno de los programas líderes de las mañanas radiofónicas, Protagonistas, había una sección dedicada en exclusiva a este tema.

Lo explica el locutor, a preguntas de Relevo: "En Protagonistas teníamos el espacio semanal 'Todos contra las Drogas', en el que intentábamos dar respuesta a las inquietudes de nuestros oyentes y dar voz a los profesionales que en ese momento asumían el tratamiento de drogodependientes, todavía muy escasos. En ese ambiente surgió la idea de aunar el deporte más popular, el fútbol, con una necesidad social. El doble objetivo era decir a esas familias que sufrían el problema que no estaban solas, que los mejores futbolistas y líderes de opinión les apoyaban y también fue esencial obtener fondos para conseguir tratamientos profesionalizados. Hay que recordar que las administraciones en ese momento no tenían dispositivos para atender a los adictos a las drogas".

Del Olmo era, por lo tanto, una de las caras visibles de la lucha contra la droga. También lo era Baltasar Garzón, que desde la Audiencia Nacional había llevado a cabo algunas de las operaciones judiciales más importantes contra el narcotráfico.

Fue el juez quien dio el primer paso. "Un amigo ya fallecido, Ramón, asesor fiscal en la época del Barça y de Johan Cruyff, en 1992 me propuso hacer un partido de fútbol entre veteranos y jugadores del Barça. Yo le dije que podíamos intentar hacer algo más grande, contando con Cruyff, Luis Del Olmo", explica Garzón.

La relación entre el locutor y el juez se estrechó cuando empezó a gestarse el encuentro. "En ese momento no nos conocíamos personalmente. Fue iniciativa suya ponerse en contacto conmigo, igual que lo hizo con el Barça. En cuanto nos conocimos fuimos conscientes de que había que hacer algo y que contábamos con muchas complicidades para conseguirlo. Desde el primer momento nos entendimos, colaboramos cada uno con lo que podía aportar y, en su caso, recordemos que en el año 93 era el juez estrella de la Audiencia Nacional", cuenta el ponferradino. Ambos plantearon también que la Casa Real apadrinase el proyecto, y durante años fue muy habitual ver miembros de la familia del rey e incluso al propio monarca en el encuentro.

Fijarse en Del Olmo para ser su compañero en esta lucha era algo lógico, al fin y al cabo ambos estaban muy concienciados en la materia. "La relación vino por mi compromiso en la lucha contra el narcotráfico como juez de la Audiencia Nacional, y mi compromiso social en la prevención de las drogodependencia y colaboración con Proyecto Hombre a través de Lino Salas y el presidente de la ONG, Tomeu Catalá, dos grandes personas a quienes le debemos mucho por su labor solidaria y desinteresada por los más vulnerables. Y Luis Del Olmo, con su compañera Begoña del Pueyo, alma mater del proyecto que dedicaron grandes esfuerzos en el compromiso social", remarca Garzón.

Muchos años después, cuando ya el partido no se disputa, aquella amistad fraguada contra la droga se mantiene viva: "Tal ha sido nuestra complicidad, que muchos años después continuamos manteniendo una amistad entrañable".

Presentación del partido de 2003 con la Reina Sofía y representantes del Atlético.  Javier Prieto
Presentación del partido de 2003 con la Reina Sofía y representantes del Atlético. Javier Prieto

Junto a ellos, Proyecto Hombre, la ONG que canalizaba la recaudación. y que era un importante motor de esta lucha. Para ellos el partido era algo más que una acción para recaudar. "Más allá de un aporte económico, que es verdad que había un apoyo económico importante detrás de los partidos, que permitió atender a muchas personas con problemas de adicciones, que permitió incluso poner la puesta en marcha del centro de Barcelona, lo que realmente supuso para Proyecto Hombre, en mi opinión, fue el darnos a conocer como una marca de confianza, como un proyecto de confianza", explica Elena Presencio, directora general de la asociación.

También cuenta en qué consistía sus trabajo: "Empezamos en los 80 con la heroína, pero ya en los 90 empezamos con la cocaína, que venían personas con problemas de cocaína, que quizá tenían un perfil menos desestructurado en ocasiones que las personas que venían del consumo de heroína. Lo que hicimos fue tener programas residenciales, pero pasar a tener también programas nocturnos, programas ambulatorios que permitían que las personas que tenían una estructura, también tuvieran una respuesta. Surgieron los primeros programas durante esos años de los 90 para personas que estaban trabajando o que tenían un apoyo familiar fuerte y que podían hacer otro tipo de tratamiento no ambulatorio. Los objetivos eran los mismos, pero había esa evolución. También surgieron los programas de jóvenes".

El montaje

Ya en aquellos días, montar algo así era un follón. Aunque el calendario hoy sea impracticable, los jugadores siempre han sido gente muy ocupada y con poco tiempo para estas cosas. A pesar de eso, fueron capaces de echarlo andar, y uno de los motivos fue el empuje de otro personaje de esta historia: José Luis Núñez.

"Puso a nuestra disposición todo su equipo humano para que fuera un éxito, incluidos los jugadores titulares del primer equipo. Algo impensable hoy en día. Johan Cruyff junto con Garzón y conmigo fuimos las cabezas visibles, pero junto a nosotros hubo un buen número de profesionales que se dejaron la piel para que esa fiesta del deporte consiguiera el mensaje de solidaridad que queríamos transmitir", explica el locutor, ya retirado.

Núñez, Cruyff —con lo difícil que fue siempre la relación entre ambos—, Garzón, Del Olmo, más adelante también Emilio Aragón, un batiburrillo de nombres con una causa justa de por medio, porque es posible que no se hubiesen puesto de acuerdo por nada más. También empujó La Liga, que en esos días todavía no tenía el poder que puede alcanzar ahora, pero que no deja de ser clave para que algo así salga adelante.

Porque el fútbol, sin duda, estuvo presente, empujando en lo que podía. Lo resume Garzón: "Fue impresionante ver como el mundo del fútbol se volcó en la lucha contra la drogas y con la ayuda de la televisión recorrimos los campos de Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Coruña, Sevilla, Castellón… Toda la liga participó". En la parte televisiva uno de los responsables due un clásico en cualquier cosa que tiene que ver con fútbol de los 90, Jaume Roures.

"Contamos con la complicidad de La Liga de Fútbol que estableció una fecha en su calendario oficial y se respetó en años sucesivos cuando se celebró en el Santiago Bernabeu y el resto de los estadios emblemáticos de toda España. Eso nos permitía que cada equipo enviara a dos de sus mejores jugadores para el combinado que disputaba el encuentro frente al equipo anfitrión", explica Del Olmo.

"Esas fiestas en las que se implicaba a más de 100 participantes en el césped y muchos más en organización, hoy no serían posibles, pero, en su momento, pudimos demostrar que solucionar el problema con las drogas era tarea de todos. Ese mensaje, hoy continúa vigente, aunque ahora se empleen otras iniciativas solidarias, igualmente necesarias", remarca el veterano comunicador.

El partido, como es lógico, tenía también una parte de show, sobre todo en la previa donde hacían de teloneros un partido con artistas, famosos y, por supuesto, también Del Olmo y Garzón. "Los partidos 'Drogas No' se plantearon como una fiesta del deporte. El más popular. Y tanto para los jugadores como para los espectadores, a través de TVE o de las cadenas privadas como Antena 3 más tarde, disfrutaron de esos partidos que consiguieron reunir a los futbolistas más importantes de ese momento", rememora el radiofonista.

"Reuníamos a casi medio centenar de veteranos de todos los equipos en los que habían estado en activo y personajes populares. Yo me pedí la portería… me hacía llamar "La Araña del Bierzo", explica el carismático locutor que, además, era bastante alto.

Él podía dar la planta de futbolista, pero no se puede decir lo mismo de otros muchos que se vistieron de corto y se tiraron al césped, a ver qué pasaba. "Recuerdo imágenes impagables de Jesús Gil en pantalón corto disputándole el balón a Jose María García. Esas cosas pasaban en un ambiente lúdico y de compañerismo, donde siempre imperó la deportividad entre rivales en el césped", explica.

En el partido que se jugó en A Coruña, en 1996, se pudo ver a Augusto César Lendoiro corriendo detrás del balón. No le salía muy natural, aunque solo fuese porque él msimo reconocía que llevaba demasiado tiempo sin calzarse unas botas: "Me gustaba mucho el fútbol, pero al atender a los estudios lo abandoné para siempre, llevaba 20 años sin jugar. El tiempo no pasa en balde. Si no llega a ser con un motivo como este no hubiese vuelto a jugar. Hay que luchar contra la droga, y más que nadie todos los gallegos".

Cuando se repasan los vídeos de la época se ve que los jugadores lucen contentos, entienden la causa por la que están jugando y ponen su mejor sonrisa para llevarlo a cabo.

Garzón recuerda aquellas tardes como un evento muy especial: "Los futbolistas se divertían, jugaban sin nervios, sin tensión, se les veía felices y distendidos, a la par que los veteranos se reivindicaban como ejemplo y todos nosotros, con la gente, nos sentíamos parte de un gran proyecto. Recuerdo que mis hijos y amigos estaba esperando con ansiedad que llegara el día. Pisar el césped de los campos míticos y saludar a los ídolos futbolísticos era especial y maravilloso. Teníamos la sensación de formar una gran familia".

El Sevilla y el Betis, juntos

La primera edición fue en Barcelona y con el actual rey de España en el palco, porque esa era en aquel momento la preocupación que reinaba sobre este tema.

"Por su simbolismo, es quizás la más recordada por todos los que participamos de esa organización. Allí estuvo el entonces Príncipe Felipe y hoy rey, presidiendo un encuentro con el estadio lleno y entregado a los jugadores y también arropando a quienes a través de Proyecto Hombre simbolizaban la necesidad de aportar solidaridad", cuenta Del Olmo.

Para Garzón también fue algo muy particular, aunque en su caso por algo bastante particular. Acababa de dejar la judicatura para enrolarse en política. Y eso le generó ciertas dudas.

"En el primer partido, que fue a final de mayo del 1993, estaba a una semana de las elecciones generales. Yo me presentaba como número dos en las listasdel PSOE por Madrid. A pesar de haber iniciado todo el proyecto y aspirar a jugar en el partidito previo en el Camp Nou de mi Barça, planteé a todos que no lo haría por si se consideraba que quería protagonismo. Fue emocionante porque todos a una, y especialmente Luis Del Olmo y José María García me impusieron jugar, sin saber que vestirme la camiseta del Barça con Johan, Alexanco, Marcial, Fuste… para mí era mayor premio que ganar las elecciones. Que, por cierto, las ganamos", explica el que juez de importantes casos en la historia de España.

En la segunda edición, que se disputó en el Bernabéu, quien apareció fue el rey Juan Carlos I y la reina Sofía, que antes del partido se dedicó a saludar a algunos de los allí presentes. Con el tiempo, se tuvo que tirar un poco de creatividad e, incluso, se llegó a cierta osadía, a juntar en un mismo equipo lo que parece que no se puede mezclar.

"En esos partidos se producían simbólicos gestos, como cuando los jugadores del Real Madrid y del Atlético compartieron camiseta, frente al combinado de la Liga de las Estrellas. Eso fue en el Santiago Bernabéu, pero más tarde también el Sánchez Pizjuán permitió aunar esfuerzos a los jugadores del Sevilla y el Betis en una imagen solidaria para combatir los problemas de las drogas", recuerda el radiofonista. Sí, una camiseta con el pecho cruzado con los dos escudos de Madrid o de Sevilla, eso ha pasado pero, como terminaban casi todas las entrevistas que se hacían aquellos días, solo se hacía por una buena causa.

Garzón también recuerda aquel partido sevillano: "Todas las ediciones fueron especiales, pero ver al Betis y al Sevilla jugar juntos fue espectacular".

Fueron trece años, trece partidos, con saques de honor de estrellas de la canción, jueces y artistas vestidos de cortos y los clubes poniendo a sus jugadores para que la cosa funcionase. El fútbol fue cambiando, industrializándose, y con el tiempo dejó de hacerse el encuentro 'Drogas no'.

Partido contra la droga del año 2000.  Andreu Dalmau
Partido contra la droga del año 2000. Andreu Dalmau

Baltasar Garzón echa la vista atrás y cree que con esa pérdida nos hemos dejado por el camino algo que estaba bien hecho. "Me apena que, ahora, se impongan los intereses corporativos de los clubes y no dejen espacio para una acción conjunta de toda la corporación, los clubes y futbolista más los medios de comunicación para esta gran obra. Es fundamental este tipo de acciones solidarias", explica.

Es consciente de que los clubes siguen trabajando en la sombra en muchos ámbitos sociales, pero le falta algo: "Probablemente con las fundaciones respectivas lo hacen, pero esta iniciativa tenía una gran importancia porque unía, veteranos, jugadores en activo, directivos, instituciones y sociedad en general. Era un ámbito de acción conjunta en el que todos nos uníamos. Un ejemplo democrático indiscutible y además por una causa justa".

Y, por si alguien lo duda, el partido ha terminado, pero el problema no. Lo relata Elena Presencio: "La percepción es que hoy no hay la misma corresponsabilidad social. Están cada vez menos visibilizados y eso afecta a todas las cuestiones sociales. No estamos en la agenda política como antes, pero estamos atendiendo prácticamente el doble de personas con problemas de adicciones. Con perfiles más normalizados, ese perfil de heroinómano de los 80 o los 90 es cada vez más residual, son gente que tiene una vida más normalizada, pero el mismo problema".