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Pitar fútbol masculino con mujeres sale 'barato': así discrimina la RFEF el bolsillo de las mejores árbitras en España

A ellas les incluyen en su contrato un bonus por un "pack" de encuentros, que en ocasiones superan sin mayor retribución, mientras que ellos cobran por partido que arbitran.

El portero Aitor Fernández en un lance del juego con la colegiada durante la temporada 21/22. /Getty Images
El portero Aitor Fernández en un lance del juego con la colegiada durante la temporada 21/22. Getty Images
Natalia Torrente

Natalia Torrente

El Comité Técnico de Árbitros (CTA) no sólo no permite hablar ni participar a las colegiadas en las reuniones que semanalmente organizan para repasar las jugadas de competiciones masculinas, como sí lo pueden hacer con plena normalidad sus compañeros, sino que, además, el sistema de retribución de ellas es distinto que el de ellos. Pero vayamos por partes.

En España, sólo los colegiados de fútbol profesional, independientemente del género, tienen contrato. Es decir, los de Primera y Segunda división, y Liga F. Desde 1ª RFEF hacia abajo, los árbitros y asistentes no tienen acuerdo contractual por temporada, por lo que cobran y declaran por encuentro en el que participan. Como un empleado autónomo. Cuando un colegiado de campo ejerce de cuarto árbitro en categorías profesionales, el sistema de retribución para ellos es el mismo, por partido.

Sin embargo, la forma de remuneración a las árbitras es diferente. En nuestro país, tan sólo tres colegiadas han tenido contrato esta temporada en el fútbol masculino profesional. Es el caso de Guadalupe Porras, Eliana Fernández —ambas asistentes de Primera división—, y Judit Romano —que ejerció como asistente en Segunda y ha sido ascendida a la máxima categoría para la próxima temporada—. A ellas se sumarán también para la 2024/25 Marta Huerta de Aza, árbitro principal en Segunda división y Silvia Fernández Pérez, como asistente en la misma categoría.

Salvo ellas, que tendrán mejores condiciones económicas por formar parte del fútbol profesional masculino y sólo participarán en encuentros de competición profesional —también forman parte de algunas designaciones de Liga F y Copa de la Reina—, el resto de colegiadas tienen un contrato como árbitras de Liga F, pero también participan en encuentros de fútbol masculino. Las asistentes, como tal en 1ª RFEF y las colegiadas de campo, dirigiendo partidos en esa categoría o como cuatro árbitro en Primera o Segunda División. Pero, ¿las pagan a ellas como a sus compañeros? La respuesta es contundente: no. Lo que hace el CTA en su caso es incluir un bonus por exclusividad —opcional— y un segundo 'plus' por un 'pack' de encuentros de fútbol masculino en los que participen, ya sea como cuarto árbitro de Primera o Segunda, o como colegiadas de campo/asistentes en el fútbol no profesional, es decir, de 1ª RFEF hacia abajo.

Aunque algunas fuentes consultadas por Relevo apuntan a que hay algunos casos, más residuales, en los que las colegiadas salen beneficiadas económicamente —aunque no profesionalmente— por no realizar el número máximo de partidos de fútbol masculino contemplados en su contrato, y por los que se las remunera con ese bonus, lo cierto es que algunas de ellas superan el número de partidos establecido y, por tanto, salen perjudicadas monetariamente respecto a sus compañeros, que cobran por partido realizado.

Según ha podido confirmar este medio, al menos hay tres colegiadas que superaron con creces el número de partidos masculinos contemplados en su contrato la pasada temporada y por los que no han recibido ninguna retribución económica. Es el caso de las mencionadas Marta Huerta de Aza (con tres encuentros como cuarta árbitra en Primera, cuatro en Segunda y once partidos como colegiada en 1ª RFEF, además de Liga F y Copa de la Reina) y Silvia Fernández Pérez, (14 partidos como asistente en 1ª RFEF además de sus encuentros de competición femenina), junto a Rita Cabañero (también 14 partidos asistiendo en 1ª RFEF más allá de su trabajo en fútbol femenino). 

En el caso de Huerta de Aza, recientemente ascendida como primera árbitra de la historia en Segunda división, su cifra de encuentros en 1ª RFEF y como cuarto árbitro en Primera y Segunda (cuya remuneración a sus compañeros es de 1.208 y 763 euros respectivamente por partido) es mucho mayor que la correspondiente a la cantidad recibida por su contrato. La participación de sus compañeras en 1ª RFEF también superan la establecida en su bonus. Pero, ¿qué ocurre con el dinero que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) recibe por su participación? Que la cúpula del arbitraje español lo deriva al 'Fondo del CTA'.

Por ejemplo, en el caso de compañeros como Pablo Monterrubio, que ejerció como cuarto árbitro durante la reciente temporada en cinco ocasiones en Primera y once en Segunda, además de 12 encuentros en 1ª RFEF, el colegiado cobró según los horarios correspondientes por categoría, la cantidad correspondiente a cada uno de los partidos. El mismo caso de José Antonio Sánchez Villalobos, que que hizo de cuarto árbitro en ocho ocasiones en Primera, siete en Segunda, además de arbitrar 14 partidos de 1ª RFEF. Por cada uno de ellos cobró sus honorarios en función de la categoría. A diferencia de ellos, el CTA a sus compañeras les paga ese bonus y se acabó.

Ese fondo del CTA acumula, por tanto, las cantidades que deberían recibir las árbitras por su trabajo si no fueran discriminadas respecto a sus compañeros. Precisamente sobre la gestión de esos fondos, el éxcolegiado Xavier Estrada Fernández denunció en 2023 ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) por incorrecta utilización de fondos privados a Luis Rubiales —expresidente de la RFEF—, Andreu Camps —quien fuera Secretario general—, Carlos Velasco Carballo —expresidente del CTA y miembro en la actualidad del Panel de Desarrollo del Arbitraje de UEFA— y Luis Medina Cantalejo —presidente del CTA.

Hace tan sólo unas semanas, el pasado 17 de mayo, elevó su denuncia a la justicia ordinaria, concretamente en el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo de Madrid, por incumplimiento para la retribución del arbitraje profesional, firmado en agosto de 2018. Según Estrada Fernández, el montante total de las cantidades no destinadas a la retribución del arbitraje desde entonces ascendería a 1.921.289 euros.

A pesar de que las árbitras no cobran por su trabajo como sus compañeros, sí se plantaron al inicio de la temporada 2021/22 ante Liga F para lograr un aumento en su retribución. Tras parar la primera jornada de la competición, llegaron a un acuerdo con la patronal por el que recibirían, sólo por los partidos de la liga femenina, 25.000 euros por temporada. Pero, ¿qué hay de su trabajo en las competiciones masculinas? Más allá de sus méritos deportivos, que nadie los cuestiona, hay quien apunta a que desde el CTA compensan con los ascensos el déficit de las colegiadas que más encuentros de fútbol masculino acumulan.