Cuando Paco González y Manolo Lama se llevaron a los de deportes a la COPE: "Pepe Domingo Castaño me decía 'Lama nos la va a clavar, nos la clava"
Una bronca histórica en la Cadena de la SER llevó al despido del director actual de Tiempo de Juego y un terremoto en las ondas españolas.
Manolo Lama y Paco González eran las voces del deporte de la Cadena SER junto con José Ramón de la Morena, pero en la primavera de 2010 una relación extensa y productiva saltó por los aires. Tuvo algo de trauma y mucho de terremoto, la sensación de que el mundo se movía debajo de sus pies.
"¿Que cómo se gestó? Pues este, que nos metió en un lío de tres pares de cojones y tuvimos que arreglar el lío. Así se gestó, a este se le cruzó un día el cable y mira lo que nos dio".
Manolo Lama apunta como culpabre, entre risas, a Paco González, porque él fue quien desencadenó la historia. Aquello fue la bomba final que hizo saltar por los aires todo, pero el director de Tiempo de Juego explica que no todo empezó con su despido.
"La cosa venía larvada. Tú sabes lo que pasó el verano anterior. En 2009 habíamos tenido un ofertón de COPE, de Alfonso Coronel de Palma. Y nosotros la rechazamos. Se lo agradecimos mucho y lo rechazamos, y a cambio le dijimos a la SER que no nos íbamos a ir pero que íbamos a pedir una cosa", explica Paco González.
"Tonterías pedimos, subirle a cuatro el sueldo, que eran sueldos ridículos", añade Lama. Un par de contratos mercantiles que querían pasar a laborales, un par de aumentos de dos sueldos bajos en gente importante de la redacción. "Igual eran en total 50.000 euros. Como mucho", explica Paco.
"Se pusieron... Fue un momento muy chungo, yo nada más que decía 'Vámonos, vámonos, vámonos' Era en un pub en Rosales, una bronca que yo alucinaba, y ya se quedó la cosa muy mal", termina de contar el director de Tiempo de Juego.
Siguieron en el mismo sitio, con las mismas condiciones y un grado más bajo de satisfacción laboral. El germen de lo que estaba por pasar llegó en ese pub. Eso y una sanción de la empresa a Jorge Hevia, el productor de Paco González, uno de los miembros más cercanos del equipo.
"Al siguiente año, cuando vino la sanción de Hevia yo les dije 'Vale yo te hago lo que me estás pidiendo de quedarme aquí en el Mundial y luego ir para allá, pero le quitas la sanción a Hevia' y me dijeron 'El programa de las tres, lo vas a hacer' yo no lo tengo por contrato, mi contrato es dirigir Carrusel", rememora.
Las respuestas subieron de tono. "Pues lo vas a hacer por mis cojones", espetó el directivo. "Para cojones los míos, vais a hundir la radio, hazlo tú o tu prima la coja".
No fue la conversación más edificante, eso está claro, y a Lama le pilló la cosa muy lejos, en Hamburgo, donde esa noche iba a narrar la final de la Europa League el Atlético contra el Fulham: "Yo estaba con Antoñito Ruiz, los dos jodidos, muy jodidos, ese día me pasa a mí lo del mendigo, no te olvides".
La historia del mendigo
Un pequeño inciso aquí, porque lo del mendigo es importante. Es una imagen que persigue a Lama, una que no le deja muy favorecido. En un directo del informativo de Cuatro, que él presentaba, termina dándole una limosna a un mendigo entre el bullicio de los aficionados, un gesto muy criticado al considerar que le había humillado
El relato de aquello lo empieza Paco González. "Yo no sé si quieres hablar de eso, hay cosas que a cada uno... Pero yo desde el principio decía, ¿sabrán los que critican a Manolo, lo que es un directo en la tele? Que estás hablando, te están hablando, y a veces, si pasa por delante el rey, no lo reconoces. Porque estás a 'tengo que intervenir 15 segundos más, qué me está diciendo este, me ha dicho que me enrolle' nadie tiene ni puñetera idea de lo que es".
Sigue Manolo: "Y aquello también lo tengo pasado, yo me equivoqué porque evidentemente aquel hombre... no lo hice voluntariamente, pedí disculpas. Pero bueno que eso fue un miércoles y el mogollón no se montó hasta el martes siguiente. Aquello fue una campaña montada y orquestada porque se querían cargar a Los Manolos que íbamos bien y los de la acera de enfrente querían promocionar su programa deportivo".
Termina esta pieza separada, volvemos al relato principal, el de la salida de la SER y la llegada a la COPE. Sigue Lama. "Cuando me contó lo que pasó yo le dije 'Bueno, Paco, tranquilo', porque yo pensaba que eso se iba a arreglar, yo dije 'Esto se pasará', pero cuando yo vi que se enrocaba... porque el problema ahí ya no era el director, era el consejero delegado, Delkader [Agusto, uno de los nombres más históricos de la cadena] que se puso increíblemente insoportable con aquella historia, no quería dialogar. Eso se enrocó y terminó dramáticamente para la SER, porque nos perdió, mal para nosotros porque nos llevamos un disgusto, pero al final fuimos felices", explica.
Ha pasado el tiempo, González reflexiona. "Yo nunca he almacenado rencor contra nada de la SER. Contra la SER nunca, al revés, agradecimiento. Que hay tíos que si veo en la calle, esos tres jefecillos, no los saludo, pues evidentemente".
"Yo sí los saludo", responde Lama entre risas.
Se cerró un capítulo, pero el siguiente iba a ser, si cabe, más interesante. Porque había dos cadenas de radio que, de repente, se metieron en una guerra de ofertas y contraofertas. Mucha gente ganó bastante dinero por el camino.
"Pero es verdad que hubo meses entretenidos, muy entretenidos. Las ofertas que les hacían a todos para que se quedaran... Yo no sé lo que les prometían de pasta", explica Paco.
"Todo lo que ningunearon para gente que lo necesitaba, luego querían bañarnos de oro para que nos quedáramos. Yo se lo decía: 'Me parece increíble. Habéis montado un tema porque os hemos pedido que a Rebeca Revilla, Evangelio, Joseba y no me acuerdo quién más se les suba un poquito y ahora resulta que sí tenéis dinero en un dispendio increíble para comprarnos'. A mí cada día me ofrecían más, y yo siempre decía que no. Yo decía '¿Pero qué locura es esta?", dice Lama.
A Paco le habían echado, pero con Lama veían que tenían mejores opciones, al fin y al cabo él también trabajaba en la televisión de PRISA, la empresa editora de la SER, y por unos meses incluso pudieron retenerle. Él no llegó en verano, sino en el siguiente enero. En todo caso, él había firmado.
"Había un cachondeo los primeros meses aquí. Habíamos firmado los tres a la vez, Lama y yo desde una planta 17 en un rascacielos en Johannesburgo y Pepe por teléfono desde Madrid, desde Aravaca. Él no vino hasta enero, y Pepe de vez en cuando, los domingos, me decía 'Lama no va a venir, nos la va a clavar' yo le decía que no, que habíamos firmado juntos y él me decía '¿Y por qué no está aquí? No sé, no va a venir, nos la clava".
"Me mandaba mensajes, me escribía '¿Cuándo coño vienes?' y yo le decía, Pepe, que hasta enero... nada. Pero Pepe era así, tampoco había que tomárselo muy en serio", dice Lama, que durante unos meses fue Mister X para la COPE.
¿Cómo fueron para el narrador estrella aquellos meses? Mejores de lo que se podría pensar. "Tengo que decir que en la SER fueron cuatro meses duros, pero que yo estuve bien porque mis compañeros de la SER, no tuve ningún problema. Hubo un cambio de jefes y los que vinieron también estuvieron muy bien conmigo. Vino el colombiano [Alejandro Nieto] que murió, que conmigo encantador. Pons, que conmigo fue encantador, porque ahí ya empezó a haber relevos. Y luego yo recuerdo Relaño, Gavela, intentando mediar para solucionar, pero Delkader dijo 'No, no'. Se equivocaron".
La vida y las audiencias
Cambiaron de escudería y se esperaban resultados. La inversión de la COPE había sido grande y se esperaba que el EGM les ayudase para que todo ese pacto tuviese sentido. Las audiencias son parte de la vida de los profesionales, por más que se intenter relativizar. Es algo importante.
Y, de todos los de su vida, quizá el más importante fue con el que debutaron en al COPE. Lo explica Paco González: "Para mí lo esencial fue el primer EGM, cuando nosotros llegamos aquí, Tiempo de Juego estaba en 400 y pico mil, no sé exacto, Radioestadio estaba en 600 y pico mil, por ahí, 650. Y nosotros habíamos dejadp Carrusel en 1.800.000 o 1.900.000, no me acuerdo ya, una barbaridad. En el primer EGM nosotros pasamos a un millón y algo, Carrusel bajo a un millón, no me acuerdo si 100 o 200 mil, y las otras dos se quedaron en 500 mil. Para mí ese era el gran refrendo, el saber que habíamos conseguido arrastre luego lo demás yo sabía que iba a ser cuestión de tiempo"
El EGM fue un proceso, de ahí pasaron a liderar algunas horas, de sábado o de domingo, más tarde franjas más amplias, finalmente los días completos y ya, al final, incluso la noche. Un proceso que llevó tiempo, pero que no fue tan angustioso como se pudiese pensar desde fuera.
"La ventaja que tiene la radio es que no estás preso de las audiencias como por ejemplo en la tele que te salen día a día, minuto a minuto y no te imaginas la cantidad de gente que se suicida a la tele por las audiencias, porque se vuelven locos con las audiencias. Yo siempre les digo lo mismo, el EGM es la calle y yo, afortunadamente, trabajo en la calle, porque yo soy el que viajo y estoy en todos los partidos. Igual que cuando El Larguero ganó a García, nosotros sabíamos que aunque el EGM nos decía que no éramos líderes, éramos líderes. Mira, yo voy a un campo de fútbol y digo 'eso es penalti'... y se me vuelven 10. '¡Hijoputa! o ¡Muy bien!'. Me contestan. Yo pienso, los que están en las cabinas de al lado mío también dirán, si es penalti o no es penalti ¿no? Coño, no se les vuelve nadie. Si no se les vuelve nadie será porque me están escuchando a mí y no les están escuchando a ellos", desarrolla Lama.
Paco explica que en esto cada uno es de una manera, va más con el carácter lo mucho o lo poco que te afecte: "Para no ser cínico, yo sé que hay gente a la que el EGM le importa. A Pepe le ponía de un cabreo el que saliéramos, por ejemplo, líderes el domingo y el sábado segundos por 15.000. Se encabritaba. Juanma también. No quiero ser faltón, está muy bien ganarlo pero a mí lo que me molaba era el primer salto ese que he contado y las cosas medibles. Por ejemplo, los ingresos publicitarios. Y claro como eso desde el primer mes, gracias sobre todo a Pepe, fue de puta madre pues claro, la gente que se anuncia... en todo lo medible salíamos ya primeros. El que se anuncia no lo hace porque le caiga bien Pepe, ese era el que me importaba a mí, que fuéramos rentables a la casa".
La SER fue la cadena más oída en todas las franjas horarias durante muchos años, pero eso ya no es así. "Si solo pierde en dos programas... cómo tiene que ser para que lo diga el EGM. Desde que se crea, desde Antonio Herrero hasta nosotros no perdían ni una sola hora. Y ahora no es solo Tiempo de Juego, es el Tiempo de Juego y El Partidazo".
Ese último programa, El Partidazo, necesitó de un tercer hombre para llegar al liderato. Es Juanma Castaño, y de él se hablará en el tercer capítulo de esta entrevista.