Mientras la RFEF elige Papa, De la Fuente tiene un sueldo y siete cargos
Pese a que la Euro le elevó, el riojano sigue un año después como seleccionador, presidente, portavoz, director deportivo, capo de la cantera, captador, psicólogo, jefe de eventos...
Murcia.- La Real Federación Española de Fútbol no debería incomodarse lo más mínimo si su seleccionador en la Absoluta, Luis de las Fuente, a veces -pocas- eleva la voz. En la previa de Dinamarca, eso sí, zanjó rápido los comentarios al respecto. No tocaba: "No hablo de eso y no estoy nervioso". Pero cuando lo hace es sobre todo para recordar que el contrato que le une a la casa, firmado voluntariamente por él en enero de 2023 con Luis Rubiales y Albert Luque y ampliado automáticamente tras añadir una cláusula anexa, no se ajusta a sus méritos. O para desahogarse porque no lo podrá hacer hasta que haya presidente electo en Las Rozas para no meter la pata con el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y Miguel Ángel Galán, que en realidad es la audiencia que más miedo da en la RFEF. Un año después de la crisis que no cesa, el riojano es, además de técnico, presidente en funciones, portavoz, director deportivo, capo de la cantera, captador, psicólogo, jefe de eventos... Y quien piense que es una broma es que no sigue a diario sus pasos.
En el último parón, y custodiado por los resultados del verano -con Juegos Olímpicos incluidos-, De la Fuente llegó a decir que tuvo que hacer de portavoz de la Federación en su día pero que eso ya se había acabado y quedaría para el recuerdo. Que su responsabilidad está en el verde. Pensaba que las soluciones al enredo institucional estaban al caer. Sin embargo, la situación se volvió a enredar y continua igual de anquilosada hasta que en 10 días eche a andar el nuevo proceso electoral que derivará en la proclamación de un presidente o presidenta en enero de 2025. Y con esta realidad, el entrenador, ha podido comprobar que todas las decisiones que hay que tomar con urgencia en la Ciudad del Fútbol siguen bloqueadas. Muchos quieren mandar pero ninguno puede hacerlo en realidad. Y ese atasco en forma de embudo desespera a muchos currantes de la RFEF y carga de trabajo a la mayoría porque el trabajo de los que fueron despedidos se reparten entre los supervivientes sin refuerzos.
Ante esta tesitura, con María de los Ángeles García Chaves (Yaye) al frente de la nave recorriendo los pasillos de acá para allá sin ocupaciones reales, con Pedro Rocha inhabilitado, y con los presidentes territoriales a la espera de si regresa el extremeño con una cautelar bajo el brazo o se desata la Guerra Civil, De la Fuente sigue confirmando que su Selección vuela mientras su cúpula directiva, que debe darle protección, se arrastra. No hay sustituto de Rubiales ni nadie que hable en nombre de la institución. No se concreta la llegada de un Mateu Alemany como cabeza pensante. No hay relevo para el destituido Albert Luque como director deportivo. Y nadie ha ocupado el puesto de Francis Hernández en las categorías inferiores, con Tito Blanco -su segundo- al quite como puede y sin querer romper nada.
De esta manera, De la Fuente es pluriempleado. Hay quien se sorprende que aún le dé tiempo a recoger premios por toda España como representante federativo, a participar en cursos de entrenadores, a conceder entrevistas en cada parón internacional y hasta a exponerse con gracia en El Hormiguero. Su vitalidad y buena actitud, y un staff en el que confía ciegamente, lo hacen posible. Pero, aun así, nadie en esta expedición quiere que esta peculiar organización se dilate más en el tiempo. Ahora son días de vino y rosas, porque los resultados acompañan, y ya no se discuten ni las convocatorias. Hasta no llamar a Nacho apenas se debate (el otro día sólo hubo una pregunta al respecto). Pero Luis, experto, sabe que en cualquier momento se pueden torcer las cosas y que no hay más escudo que su pecho. Dinamarca no es una broma y lidera el grupo, la fase final de la Nations League no está atada y al fondo asoma la clasificación para el Mundial 2026 en la que España irá como una de las candidatas para ser campeona.
De la Fuente desea, por encima de todo, entrenar única y exclusivamente. Otros, haciendo sólo eso, han cobrado en su puesto más del doble. Y entre bajas, lesionados, desconvocados y retirados, lleva un par de meses más ocupado con no olvidarse ni de un detalle con cada jugador y que los clubes reciban actualizado cada parte que en cómo parar a Jonas Wind o escapar de las ganas de Serbia como sucedió en Belgrado. El míster compartía esas funciones con Luque hasta hace nada, pero ahora ha tenido que liderar un montón de funciones que, sintiéndolas y haciéndolas con gusto, poco a poco le consumen. Llamar de vez en cuando a un futbolista de baja, como Gavi, le carga las pilas mientras intenta darle alas al afectado. El problema es que, desde que triunfase en Alemania el 14 de julio, ha tenido que ocuparse de Unai Simón, Morata, Le Normand, Rodrigo, Carvajal, ahora Yeremy Pino, Brian Gil, Ferran Torres, Olmo... Si el seleccionador tiene a veces hasta 140 chats de whatsapp sin contestar es por algo. Cuando vuelva a Haro a finales de este mes ya irá dando a cada uno su espacio. Mientras todo esto pasa le han nominado al Balón de Oro, que es lo que pasa con los que ganan mucho, pero él no se da importancia: "Con estar en la terna yo ya me siento ganador".
No se estresa o al menos no lo dice
La actualidad no le da una tregua. Este jueves ya hizo hasta de maestro de ceremonias en perfecta comunión con su equipo de trabajo. La plantilla estaba recibiendo un día tras otro malas noticias en forma de lesiones. Y la estrategia para paliar ese estado de ánimo era darle la vuelta a la tortilla y que todos, sanos y lisiados, compartieran una cena en la Residencia de la RFEF. Así, Carvajal, Rodrigo y Le Normand aprovecharon su estancia en Madrid para acercarse a saludar, como ya hizo Morata en la concentración de octubre. El seleccionador, cuentan los que mejor le conocen, estaba emocionado con la energía que desprendió el encuentro. El psicólogo que tan buenos consejos le da y del que tanto está aprendiendo, López Vallejo, fue otro de los ideólogos. Carvajal estaba a orillas del quirófano. Rodrigo acababa de realizar otra de sus sesiones de movilidad y refuerzo en su casa familiar de Villanueva de la Cañada. Y Le Normand, mientras se adapta a la capital, quiso tranquilizar a todos sobre el percance craneoencefálico que tuvo en el pasado derbi con Tchouameni. Simplemente cumple con los protocolos.
Ésta es quizás la gran preocupación y ocupación de De la Fuente desde que se hizo cargo de La Roja hace 20 meses. Crear un caldo de cultivo idóneo para que su vestuario se parezca más al de un equipo que convive todos los días que al de una Selección que se ve de vez en cuando. Por eso, los únicos movimientos en los que se centra es en cómo encajan los nuevos. Y ahí se queda tranquilo. Mingueza parece que lleva ahí toda la vida. Cucurella no se separa de su lado. Todo el mundo anda encantado con el optimismo y las ganas que transmite Porro. Cubarsí está encantado de regresar y algunos, como es tan crío aún, le han visto crecer en todos los sentidos de la última concentración a esta. Y Morata ha regresado como una moto. No faltan sus bromas y su incansable función como pinchadiscos. Milán, dicen los que pasan muchas horas a su lado, le ha liberado.
Lo demás, para el seleccionador, es secundario. Tras una pequeña intervención médica, Pablo Lozano, presidente de la federación de Andalucía, parece que repetirá como máxima autoridad en torno a la Selección, con permiso del barón autonómico de la Región de Murcia, José Miguel Monge Carrillo. Lo hará desplazando, para su enfado, al canario Alejandro Morales Mansito, que fue el titular en Alemania. Ni reparará en que Yaye se quedará en casa y que su puesto lo ocupará el secretario general Álvaro de Miguel, que estará rodeado de algunos barones más. Al final, el entrenador, sabe que el que hablará antes y después del partido, el que dará la alineación, el que diseñará los pasos a seguir desde Murcia a Córdoba -donde toca Serbia-, el que motivará a los titulares, consolará a los suplentes y dará mimos a los tocados será él. De nuevo él. Como siempre ha hecho a pecho descubierto por 600.000 euros desde el septiembre pasado. Un salario que, si ahora parece algo escueto con la Nations y la Eurocopa en el bolsillo, imagínense lo que supone si se divide entre los siete cargos que ocupa y que le exprimen.