ESPAÑA 1 - DINAMARCA 0

Zubimendi ya es líder y se apunta a la fiesta interminable

Un gol en el 79' del mediocentro, sublime supliendo a Rodrigo, da la victoria a la Selección y le aúpa al liderato de grupo ante un excepcional ambiente en Murcia con una afición entregada.

Zubimendi celebra por todo lo alto su gol ante Dinamarca. /GETTY
Zubimendi celebra por todo lo alto su gol ante Dinamarca. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Murcia.- Es lo que tiene haber ganado otro título recientemente con grandeza y ser la actual campeona de Europa. Todos los rivales, desde el verano, van con el cuchillo entre los dientes. Ya no les basta con replegarse ante España y acumular más defensas de los que caben al borde un área. También muerden en la presión. Y si hace falta pegar, pegan. Dinamarca no fue sólo eso, porque se despliega en ataque con inteligencia, pero fue otro ejemplo más que confirma que la Selección va a tener que sudar sangre para ganar como acostumbra. Ya empezó a darse cuenta ante Serbia y Suiza en el parón de septiembre.

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De la Fuente, sabedor de lo que se iba a encontrar y obligado por las bajas, metió dos laterales de largo recorrido. Porro, que adelantó a Mingueza a las primeras de cambio por el puesto, apareció para intentar hacer olvida a Carvajal. Se remangó en defensa y volvió a mostrar buenas dotes en ataque a la espera de afinar más en los centros. Un pase suyo a Lamine estuvo a punto de desatascar el enredo antes del descanso. Grimaldo, por su parte, llegó para paliar la ausencia de Nico Williams en ese carril y complementar las prestaciones de Oyarzabal, un falso extremo que se mete hacia adentro y que parece brillar más como revulsivo que como titular.

La puesta en escena, con ellos y con el picante habitual, no fue nada mala. Corrió el balón, se dominó el juego y se llegó en pocos toques a la portería contraria. Pero querer hacer creer al mundo como que Olmo y Nico no se notan -obviando en la ecuación a Carvajal, Rodrigo y Gavi- no cuela. Es más, España sufrió algunos sustos en el primer tiempo obligando a Raya a lucirse con un par de buenas manos que empiezan a abrir el debate de la portería seriamente. El guardameta del Arsenal está en un estado de forma excepcional.

Lo que mejor le funcionó a la Selección, a falta de goles, fue esa presión ardiente. Vivian está en plan jefe y, mientras otros meritorios se encogerían por la presión de tener que dar la talla y mantener el nivel de Le Normand, él estuvo a un paso de coger de la pechera a Laporte nada más empezar para decirle que no se comiera ni una más a la espalda. Dolberg estuvo a un paso de dejarle retratado mientras suplicaba una falta que no pareció. El gran nivel físico del vasco, y sobre todo su mordiente, empujan a todos los demás como si ejecutara un toque de corneta. Esa fe contagia a Zubimendi, que no sólo toca, apoya, se ofrece y llega, sino que se adelanta a su marca, muerde y regala coberturas a todo el que lo requiera.

Con las bases bien consolidadas, el partido pedía magia. Y ahí Lamine estuvo igual de insistente que siempre pero algo más fallón. Le faltó un mediapunta más lúcido como socio y le sobraron piernas para encontrar a Morata al espacio. Pedri sigue corriendo más de lo que su cabeza necesita y Fabián estuvo bien atado en corto. La pidió sin cesar e intentó romper líneas con ese galope tan seductor que tiene. Y, aun así, le costó llegar más al área desde segunda línea, algo casi imposible porque faltaba fluidez y mucha más paciencia. Las ocasiones de Zubimendi (19'), Morata (21') y Lamine (28' y 46') no eran suficientes.

Segundo parto

De la Fuente no quiso mover el árbol en el descanso porque, a falta de efectividad, el plan estaba siendo bien ejecutado. Había que madurar el encuentro, no agobiarse e ir encontrando las rendijas a la misma velocidad que se iban destensando las marcas. El balón parado no era una alternativa con tanta torre danesa. Así que la estrategia pasaba por buscar a Pedri entre líneas y a Lamine pegado a la banda, desde donde paseaba por primera vez un dorsal, el 10, reservado a las estrellas que protagonizan los libros de historia.

De la Fuente, sobre ganar con tantas bajas.

Eso sí, una cosa es no cambiar por cambiar en el intermedio, y otra no mandar a toda la tropa del banquillo a calentar a la banda. El seleccionador quiso tener a todos enchufados cuanto antes porque era consciente de que iba a ser necesario echar mano de piernas frescas y de nuevas ideas. Por eso, y porque el ambientazo inicial fue decayendo por momentos en ese intervalo de dudas, fueron llamados a filas en el minuto 62 Mikel Merino (por Pedri) y Baena (por Oyarzabal). Y el efecto fue inmediato. Fue verlos agitarse en la banda y Morata volvió a tener su gol.

Los recambios aportaron el nervio adecuado. Activaron a la grada hasta elevar a la gente como no se recuerda en un partido de la Selección en casa. Parecía el España-Dinamarca del 93 en el Sánchez-Pizjuán antes del Mundial de EEUU. Ésta era la primera vez como local tras el éxito de Alemania y vaya si se notaba. 29.870 almas se dejaron las palmas y las gargantas. Morata, agradecido, la tuvo de nuevo poco tiempo después. Schmeichel, de nuevo también, lo volvió a bordar. Lo que no pudo frenar fue el zambombazo de Zubimendi desde la frontal. Su gol, en el 79', y tras un rechace proveniente del área, puso a España por delante hasta abrazar el primer puesto de un grupo repleto de huesos.

El estadio del Real Murcia se vino abajo un par de veces. Primero con el gol y luego con la ratificación del VAR de que allí no había sucedido nada raro. Desde ese instante y hasta el final el personal fue alternando los cánticos a Cucurella -y eso que no salió-, con los halagos a Joselu, con olés y más abrazos. Murcia fue la extensión de lo que hoy por hoy es esta Selección. Una fiesta interminable. Por eso, como en Alemania, volvió a sonar al final del encuentro como himno ganador Mi gran noche. Y ya van muchas.

- FICHA TÉCNICA

España (1): David Raya; Pedro Porro, Vivian, Laporte, Grimaldo; Zubimendi, Pedri (Mikel Merino, 62'), Fabián Ruiz; Lamine Yamal (Sergio Gómez, 92'), Morata (Joselu, 77') y Oyarzabal (Baena, 62').

Dinamarca (0): Schmeichel; Kristensen, Vestergaard, Nelsson; Bah, Pierre-Emile Hojbjerg, Hjulmand, Kristiansen; Gronbaek (Hojlund, 78'), Dolberg (Poulsen, 72') y Eriksen (Isaksen, 72').

Árbitro: Ivan Kruzliak (Eslovaquia). Tarjetas amarillas a Hjulmand (21'), Kristiansen (84'), Bah (87'), Nelsson (93') y Raya (93').

Goles: 1-0 Zubimendi (79')

Estadio: Enrique Roca de Murcia. 29.870. Casi lleno.