MUNDIAL CATAR

Una verdad a medias: "¿Eres de Israel? Entonces no hablo contigo"

Catar es un aliado estratégico de Palestina y muchos cataríes preguntan si eres israelí antes de aceptar una entrevista.

Catar es un aliado estratégico de Palestina y el trabajo para los periodistas de Israel no está siendo fácil en Doha./AFP
Catar es un aliado estratégico de Palestina y el trabajo para los periodistas de Israel no está siendo fácil en Doha. AFP
Sergio Fernández

Sergio Fernández

Todas las restricciones que había en Catar antes del inicio del Mundial se han relajado. Hemos podido comprobar que sí se puede caminar abrazado a alguien, sí se pueden besar las parejas en un bar y cómo el esfuerzo por tolerar 'actitudes occidentales' que a los ciudadanos cataríes les chocan, se está notando día a día.

Hay un colectivo que sí parece estar notando cierto rechazo a pesar de que la orden general parece ser la de "tolerar" por encima de todo: los periodistas que vienen de Israel. Al menos si hacemos caso a las redes sociales. Luego, en el cara a cara, las experiencias son distintas.

Catar es un aliado estratégico de Palestina y sus ciudadanos se sienten muy cercanos a ellos. No sólo los cataríes (la clase alta, apenas 50.000 de los casi 2,5 millones de ciudadanos de Doha), sino también muchos de los trabajadores que provienen de países como Arabia Saudí o Pakistán. Y claro, cuando algunos periodistas han ido a preguntar por las calles, se han encontrado escenas como las han viralizado en Twitter que pueden verse en el vídeo bajo estas líneas.

Además, advirtieron antes del viaje sobre los problemas que podría suponer para la población judía tanto las banderas como el rezo en público. Aunque, por ahora, no se ha registrado ningún incidente.

Este rechazo no es, sin embargo, la experiencia que nos encontramos entre la mayoría de los periodistas que nos encontramos trabajando en Doha durante el Mundial. A ellos, el trato por ahora les está pareciendo muy correcto.

Para Uzi Dann, de Haaretz Daily, la realidad vivida en primera persona está lejos de esos vídeos: "Debo decir que, a mí, por ahora, todo me ha ido bien .En el aeropuerto, al ver mi pasaporte de Israel, actuaron con profesionalidad y también al ayudarme a arreglar mi ordenador. Creo que están dejando la política de lado durante estos días al menos".

"Es verdad que no podemos visitar Catar en circunstancias normales, y sí gracias a la celebración del Mundial, pero yo tengo que decir que, por ahora, mi experiencia está siendo buena", asegura Dann.

Sin vuelos hasta ahora

El aeropuerto de Doha no tenía vuelos directos a Tel Aviv hasta ahora, que los han puesto por el Mundial. No había manera. Las dificultados para un ciudadano de Israel en Catar eran parecidas, por ejemplo, a las de un iraní en los EE.UU.

Ahora, estos días, con la "apertura" a otras costumbres durante el Mundial, este rechazo se está relajando. "No he tenido problemas ni hablando hebreo, ni haciendo reportajes ni preguntando a fans, por ahora", explica a Relevo Roy Jankelowitz, de isport.co.il. "Mi experiencia está siendo muy positiva hasta ahora", remarca. "No he hablado con ciudadanos cataríes por ahora, sólo con periodistas, pero no he tenido ningún problema", finaliza.

"No ha habido ningún caso de un ciudadano israelí que haya sido molestado en su rezo"

Roy Jankelowitz Periodista de Israel

"La gente que está viniendo al Mundial no están teniendo problemas relevantes, pero los israelíes no tiene, normalmente, permiso para venir a Catar. No es una opción real en sus visados. Otro problema es que los cataríes no permiten rezos públicos, sólo porque aseguran que no pueden garantizar la seguridad. Sin embargo no ha habido ningún caso de un ciudadano de Israel que haya sido molestado en su rezo. Eso sí: recibieron órdenes de no traer sus banderas. Y están obedeciendo esas órdenes"

Hay muchas dudas, lógicas, sobre si la celebración del Mundial va a mejorar las condiciones de vida de algunos sectores oprimidos en Doha. Si va a acelerar las libertades como dio a entender el presidente de FIFA, Gianni Infantino, pero lo que sí es indiscutible es el esfuerzo por relajar las normas y recibir bien a todo el mundo que está haciendo el país, al menos durante el Mundial. Lo importante sería que perdurase.