Un escapista de la guerra se cuela en el Mundial

Insensible al delirio, persiguió el balón hasta encontrar cobijo en Australia. Sus padres escaparon de una guerra civil. Se exiliaron a Egipto y poco tiempo después, cuando Garang Kuol ya había nacido, la Primavera Árabe explotó. Como pedazos de metralla repartidos por el campo de batalla, salieron propulsados hacia el país de los canguros. Allí encontraron asilo. Allí Kuol descubrió que, como para tantos otros, el fútbol sería una vía de escape.

Apenas ha jugado un puñado de minutos en la élite. Y qué importará eso, pensó el seleccionador australiano Graham Arnold. Kuol estará en Catar. Será uno de la lista de los 26. Pero no uno más. Es de la generación del 2004, tiene una de las mejores medias de producción de goles por minuto del planeta y el Newcastle ya lo tiene fichado. Se presentará en Catar con la inocencia del adolescente incapaz de entender la magnitud de lo sucedido. Y, sin saberlo, ya ha presentado candidatura para ser una de las revelaciones de la Copa del Mundo.

Los padres de Garang Kuol escaparon de una guerra y cayeron en brazos de una revolución. El delantero de Central Coast Mariners nació en Egipto, después de que sus padres huyeran de la guerra civil de Sudán del Sur. En el país de las pirámides estalló la Primavera Árabe y la familia Kuol encontró asilo en Australia. Al mismo tiempo que la joven promesa cambiaba de país, el mismo conflicto llevó a Mohamed Salah o Mohamed Elneny a abandonar su cuna.

"Garang ha demostrado que puede cambiar los partidos. No tiene miedo, tiene ganas de dar espectáculo", dijo hace un tiempo el seleccionador Graham Arnold. Kuol ha sido titular en un solo partido de su corta carrera en la élite. Fue, además, en un encuentro copero. Debutó hace menos de un año y su producción ofensiva asusta. La campaña pasada marcó cuatro goles y repartió una asistencia; produjo un tanto cada 40 minutos. Esta temporada ha mejorado sus registros: dos goles y dos asistencias, genera un tanto cada 34 minutos.

Kuol se dio a conocer contra el Barcelona. Formó parte del combinado de estrellas de la liga australiana que se enfrentó a los de Xavi Hernández. En la segunda parte, en un acto de rebeldía, agarró el balón a 55 metros de la portería de Arnau Tenas, se giró y empezó a correr. Fue la metáfora de su camino hasta allí: un sprint, la búsqueda de la vía de escape sin mirar atrás. Se dejó por el camino a Adama Traoré, superó la entrada de todo un Ronald Araújo y mandó al suelo a Umtiti. Delante del portero, sangre de hielo. La picó y solo la caricia del palo le arrebató uno de los mejores goles de su carrera. "Me sorprendió. Es muy rápido, nos ha creado dos o tres ocasiones. Es un gran jugador con un futuro brillante, un futbolista talentoso", dijo Xavi al acabar el partido.

"Garang tiene las armas que tienen algunos de los mejores jugadores del mundo", comentó su entrenador Nick Montgomery. Es descarado, tiene un uno contra uno endiablado y nunca duda en encarar a su par. "Sabemos que en los momentos clave es letal y tiene gol. Por eso va al Mundial", explicó Montgomery. En el último partido que disputó con su club, entró a poco más de media hora del final y le bastó con quince minutos para marcar un doblete. El primero lo hizo de penal. El delantero Jason Cummings había fallado desde los once metros tres minutos antes y Kuol no tembló a la hora de tomar la responsabilidad para lanzar la segunda pena máxima.

Su irrupción como game changer le presenta un nuevo escenario a Australia. La selección de Graham Arnold no tiene problemas a la hora de ceder la posesión al rival. El combinado australiano se abraza a la varita de su jugador más creativo, Ajdin Hsrustic, para generar. El comodín de Kuol, que puede jugar tanto en banda como en una doble punta, será una de las cartas que Arnold usará durante el torneo. El Mundial será su gran escaparate antes de volar a la Premier League. Inglaterra, probablemente, tendrá que esperar a verle a causa de la dificultad de conseguir un permiso de trabajo.

Su irrupción pareció un espejismo, algo surrealista. Lleva un año jugando tramos de partidos y demostrando que puede ser determinante en la jugada menos esperada. Su convocatoria es la primera confirmación.