ARGENTINA 1- ARABIA SAUDÍ 2

¿Por qué Argentina quedó en evidencia en su debut?

La selección de Scaloni perdió su racha de imbatibilidad ante una Arabia Saudí que fue mejor equipo.

Messi y De Paul en el Argentina-Arabia Saudí./Reuters
Messi y De Paul en el Argentina-Arabia Saudí. Reuters
Albert Blaya

Albert Blaya

Que la baja de Lo Celso era sensible se sabía antes del debut en este Mundial de Catar, pero que desnudaría las carencias de Argentina ante Arabia Saudita era algo que no imaginábamos. El combinado de Scaloni llegaba al primer partido con 36 partidos consecutivos sin perder y la sensación que este primer encuentro sería una puesta a punto. Y fue una pesadilla. ¿Por qué?

Argentina vivió en una constante contradicción. Scaloni situó al Papu Gómez como nexo entre centro del campo y delantera, pero los saudíes, desde un gran trabajo defensivo en zonas intermedias, les negaron el carril central, comprimiéndose mucho pero tampoco sin acularse demasiado, lo que dejaba a Argentina con la necesidad de jugar en largo para poder amenazar la defensa de Arabia Saudí de Hervé Renard. ¿El problema? Argentina tiene demasiados jugadores que la piden al pie y casi ninguno que corra al espacio.

Renard, el artífice del milagro

El trabajo de Renard con su bloque es admirable. Partiendo de un 4-4-2 que permutaba en distintas formas, dejaba sin apenas espacio la zona central (la de Messi y Papu) y llamaba a los argentinos a jugar en largo. Con un De Paul muy impreciso, Argentina se quedó sin ese futbolista que se viste de muchas cosas y le permite ser flexible. Sin De Paul hay menos Messi. Y Leo apenas pudo entrar en juego. Todo esto sumado a una finísima defensa saudí, que tiraba el fuera de juego con precisión, dejó cada intentona argentina en fuegos artificiales.

Scaloni reaccionó metiendo a dos futbolistas que, desde mi punto de vista, deben estar en el once titular. Enzo Fernández para mandar en primeros pases y desde su movilidad y capacidad de batir líneas empezar a tener más estructura y un Julián Álvarez que ofrece mucha agresividad al espacio y que siempre se mueve para habilitar espacios vitales para que los jugadores creativos aparezcan.

Hubo nervios, imprecisiones y un regreso al pasado. A un fútbol tenso que vive en una constante alarma. Argentina nunca fluyó y Messi estuvo errático, poco participativo en un bosque de piernas que no solo tapó por abrasión, también por posicionamiento. Arabia, que solo había encajado 2 goles en sus anteriores 17 partidos, cogió la llave y la tiró al mar, y Scaloni no encontró forma de penetrar un bloque que le daba una ventaja que Argentina no supo aprovechar. Le quedan dos balas.