MUNDIAL FEMENINO

Un vestuario "jodido", 'mudo' y sin un faro: así fue la peor noche de la Selección en este Mundial

La dura derrota ante Japón hirió al vestuario, en el que la falta de comunicación y de un mensaje claro hicieron mella.

Corro de las jugadoras de la Selección con Jorge Vilda y el staff tras el partido ante Japón en el Mundial femenino. /RFEF
Corro de las jugadoras de la Selección con Jorge Vilda y el staff tras el partido ante Japón en el Mundial femenino. RFEF
Mayca Jiménez
Sandra Riquelme

Mayca Jiménez y Sandra Riquelme

Wellington.-"Estamos jodidas". Así de claro hablaron varias jugadoras minutos después de que Ekaterina Koroleva pitara el final del partido. El vestuario de la Selección acababa de vivir su momento más crítico desde que llegara al Mundial de Australia y Nueva Zelanda hace apenas un mes. El 4-0 de Japón a España dolió. Fue uno de esos partidos que dejan huella. Que nunca se olvidan. Pero, ¿cómo sucedió todo? ¿Cómo se vivió esta derrota dentro del vestuario? ¿Cómo están siendo las horas posteriores al desastre?

Sería difícil describir una única sensación, pues cada una las integrantes del equipo experimentó una realidad diferente. Sin embargo, coinciden varias sensaciones entre ellas, tal y como ha podido saber Relevo. Desde la preocupación por la mala imagen del equipo hasta la falta de un mensaje claro y permanente, la ausencia de un faro con el que guiarse, tanto dentro como fuera del verde, o las carencias que deja la falta de comunicación en el vestuario.

Tanto las jugadoras como el seleccionador fueron conscientes de que el plan había fallado. Y su principal mazazo mental llegó tras finalizar el encuentro. La frustración de no haber sabido reaccionar atormentó a las futbolistas en las horas posteriores. Sobre todo por la mala sensación que dejaba el partido a sus aficionados. No habían sido capaces de plantarle cara a una Japón a la que ganaron hace unos meses en La Cartuja. Y es

Una sensación de desprotección

Aquí está el quid de la cuestión. Con muchos matices y personas involucradas. Pero la mayor preocupación es cómo hacer creer a este equipo. Ante las niponas, la Selección se sintió perdida. Con esa cruel soledad de quien no siente el respaldo aún estando muy acompañado. Las heridas del pasado aún laten, pese a que la ambición y competitividad de unas y otras han forzado su cicatrización 'exprés'.

No obstante, cualquier movimiento brusco amenaza con hacer saltar los puntos. Aquí es donde el equipo quiere demostrar su fortaleza. Reponiéndose tras la tormenta. Tratando el problema. Conviviendo con el trauma y haciendo de él un aprendizaje. 

Aunque, en este sentido, y tal y como ha podido saber Relevo, aparece otra debilidad en este vestuario: la escasa comunicación entre sus miembros. Especialmente, entre las jugadoras y Jorge Vilda. No hay una relación bidireccional, de confianza, de futbolista a entrenador. Una emoción que se agravó tras el desastre ante Japón. El sentimiento de mirar hacia el banquillo y no ver nada, como quien dice, como si se sintiesen desprotegidas.

Tan sólo el tiempo dirá si los problemas se agrandan o si los buenos resultados y la ambición de seguir avanzando en el Mundial -como ocurría hasta ahora- siguen camuflándolos.