Perdón, Linda
Colombia perdió la final del Mundial Sub-17 (0-1, ante España) y yo no pude evitar conmoverme con las lágrimas de Linda Caicedo. La jugadora, desconsolada, se sentó en la portería tras el encuentro y necesitó su sitio para llorar esa derrota antes de recoger varios premios individuales: Bota de Bronce (pese a sumar los mismos goles que la Bota de Oro y la Bota de Plata) y Balón de Plata del torneo. Pidió unos instantes de soledad para soltar toda la tensión que había acumulado durante un torneo en el que acaparó muchos de los focos.
En ese momento, me puse en el papel de Linda. Me imaginé con 17 años, liderando a mi selección en un Mundial que lo cambiaría todo. Me imaginé desatando una fiebre inédita por el fútbol femenino en mi país. Me imaginé recibiendo llamadas y mensajes de todos mis conocidos, y no tan conocidos. Viendo vídeos de colegios, casas, restaurantes... gritando mis goles y vibrando con el equipo del que soy estrella. Me imaginé tantas cosas que incluso me agobié por ver a Linda en aquella portería llorando.
Porque no ha cumplido la mayoría de edad y ya lleva una mochila de referente y ejemplo. Tiene 17 años y su figura es histórica para Colombia, donde el fútbol femenino ha sido tema de primera plana en estas semanas. Sí. Linda Caicedo ha encabezado una selección que ha dado paso a un cambio social en el país cafetero. Y por eso ni ella ni ninguna de sus compañeras puede entender este subcampeonato del mundo como una derrota.
"Les pedimos perdón por no ganar", decía Linda tras caer en la final ante España. No, Linda. Te pedimos perdón todos por la presión. Por el peso de todo un país exigiendo victoria. Porque no es fácil y lo habéis hecho. Porque os merecéis también un premio. Y, aunque no lo valoréis ahora, habéis conseguido el mayor de los logros sociales. Os habéis ganado el cariño de mucha gente y de vuestro país entero. Porque lejos de vuestras fronteras, muchas nos sentimos orgullosas de vosotras. Yo fui un poco Linda Caicedo. Fui un trocito de Colombia. Y por eso pido y lanzo el mayor de los aplausos para ella y sus compañeras. No pidas perdón, Linda. El fútbol te debe una...