"Tuvimos que esconder a Alexia en la planta baja de un bar porque no paraban de pedirle fotos"
Marc y Miriam, dos de sus amigos de toda la vida, retratan a la capitana del Barça y jugadora de la Selección.

Marc y Miriam sienten a Alexia -aquí, será Alexia, y no Alexia Putellas- como su hermana. Si no, sería imposible hablar así de ella. Marc la conoció con tres años y Miriam, con 12. Desde entonces, se han convertido en dos de sus mejores amigos y en dos de las personas que mejor le conocen. ¿Sabéis eso que dicen de: "Eres de la primera persona a la que llamas cuando te pasa algo bueno"? En su caso, son ellos.
En una conversación telefónica a tres, que duró más de media hora, Marc y Miriam retratan a la Alexia más familiar y más cercana (gracias a ambos, que acababan de salir de trabajar). Bastan 30 segundos de charla para darse cuenta. "Entre nosotros, nos llamamos hermanos", confiesa la segunda.
Los amigos de Alexia son los de toda la vida. Se me ocurren pocas formas mejores de mantener los pies en el suelo. En su grupo, "los que menos se conocen, llevan juntos desde hace 15 años", destaca Marc. "Alexia siempre ha sido igual. Es que yo no he visto un cambio en Alexia. A ver, de madurez, sí, lógicamente. Pero siempre ha sido una persona que lo que ha querido lo ha luchado. Es muy amiga de sus amigos, aunque suene muy típico", resalta Miriam.
Pero, por mucha 'normalidad' que Miriam y Marc le den a que su amiga sea la mejor jugadora del mundo, a su lado viven situaciones inimaginables hace tan solo unos cuantos años. "Fue ganar el Balón de Oro y no recuerdo ningún día de estar sentados, ya sea en una playa o tomando algo por la calle, y que no la paren para que se haga una foto o firme un autógrafo", subraya Marc. "No somos conscientes", es la frase más repetida por su entorno. Al final, ellos también han vivido la evolución del fútbol femenino a través de su compañera de pupitre. Se dice pronto.
«Ale, la plaza va a estar a reventar de niños, no sé yo si...»
Alexia y sus amigos siempre van al mismo bar de la plaza de Mollet del Vallès, su pueblo, a tomar algo. Ese día, Miriam quedó con ella y con Olga, otra amiga. Recorrieron el camino de siempre: de casa de su madre, la de Alexia, hasta el centro. Miriam, que ya veía venir el percal, le advirtió: "Ale, es viernes, son las seis de la tarde, va a estar a reventar de niños, no sé yo si va a ser la mejor opción...". Alexia le respondió: "Anda, tía, qué dices".
Y se plantaron en medio de la plaza. Miriam se paró un segundo a hablar con su tía y... "La gente empezó a corear el nombre de Alexia, se formó una cola gigante para hacerse fotos con ella, autógrafos... ¡Llegaba hasta el medio de la plaza! Mi amiga Olga la cogió del brazo y la metió en la planta de abajo de un bar", recuerda Miriam todavía flipando. "Eso nunca nos había pasado, pero es que ella va a querer seguir yendo a la plaza del pueblo, moviéndose por allí, va a seguir queriendo hacer su vida".
Su obsesión por el fútbol, 'a pesar' de sus amigos
A Marc, que conoce a Alexia desde que ambos tenían uso de razón, le cuesta recordar el momento exacto en el que empezaron a ser amigos: "Siempre nos hemos llevado bien. Tengo una teoría... que no sé yo si es muy válida", comenta entre risas. Ella es de febrero y yo soy de enero, por lo que éramos los más mayores de la clase. Igual, con 15 años, eso no se nota. Pero con tres, cuatro años...", detalla. "¿Y por eso os hicisteis amigos, ¿no?", le interrumpe Miriam riéndose.
Marc, Miriam, Olga... todos han vivido el fenómeno Alexia a su lado. "Muchas veces nos han preguntado: ¿Cómo habéis llevado que Alexia se haya perdido tantas cosas?", dicen. "Con 18 años, pues Alexia no salía. Llegaba un cumpleaños, pues quizá no estaba. Pues bien, es que era lo normal, lo raro es que estuviera. Ella siempre lo ha compensado de otras maneras. Pues cuando está, está, ¿sabes?", señalan.
"Ya sabemos que si hay partido, pase lo que pase, ella -si lo quiere ver- va a hacerlo"
Una de las mejores amigas de AlexiaPero con excepciones... "Sí, lo de que es una enferma -en el buen sentido- del fútbol, es verdad", se ríe Marc. "Ya sabemos que si hay partido, pase lo que pase, ella -si lo quiere ver- va a hacerlo", añade Miriam. Como en el cumpleaños de Olga o el día de la final de la Copa de la Reina. "El cumpleaños fue en marzo y quisimos darle una sorpresa a Olga. Ella se pensaba que iba a cenar sola conmigo en mi casa y, cuando llego, estaban allí todos. Y tal y como empezamos a cenar dijo: 'Bueno, quitad la música, que hay partido (era de Champions, del City)'. Le dije: 'Ale, tía' y me dijo: 'Ya lo siento, así de fondo, un poquito'". Recuerdan ambos entre risas.
"O, a veces, incluso se va", añade Marc. "En la final de la Copa de la Reina, que estábamos cenando aquí, en un sitio de Mollet, fue a decirle al camarero que le cambiara la tele", dice. "Y como cerraban el bar y se iban a los penaltis, fue salir por la puerta e irse corriendo a su casa para ver el partido allí", terminan.
El mal perder y los retos con sus amigos
Mención aparte a su mal perder. O como diría Marc: "A ella le gusta ganar por el hecho de no perder". Y no se equivoca. Es hablar del mal perder de Alexia y las anécdotas se acumulan. Como, cuando el día de su cumpleaños, estaban jugando al Virus -un juego de cartas- y merendando en casa de su madre. Jugaban en parejas y Alexia iba con su hermana. "Se enfadó con ella porque estaba con el móvil y no estaba concentrada en el juego. Al final, le pidió perdón porque era una tontería. Nosotros nos reímos muchísimo, pero ella se enfada, claro", cuenta Miriam. "Hay veces que decimos: 'Vamos a jugar, pero vamos a dejar ganar a Alexia'. Y ella nos dice que somos tontos", añade Marc.
"Hay veces que decimos: 'Vamos a jugar, pero vamos a dejar ganar a Alexia'. Y ella nos dice que somos tontos"
Uno de los amigos de la infancia de AlexiaEn el círculo de amigos de Alexia, pocos -o casi ninguno- sabe de fútbol. Vaya, tú, que estás leyendo, seguro que te sientes identificada (yo, sí). Y a Alexia le encanta ponerles a prueba. "Hubo un día que estábamos todos y empezó a preguntarle a su hermana qué era el fuera de juego, que era una volea y no sé qué y no daba ni una. Y yo le decía: '¿Cómo puede ser que no des ni una con la de años que llevas viéndola jugar al fútbol?'", recuerda Marc riéndose.
Además, Alexia repite un juego con ellos: le gusta nombrarles equipos y que ellos adivinen a qué ciudad pertenece. "Pues imagínate, los básicos los sabemos, pero depende de cuál sea... Si hay uno difícil y lo adivinamos, vamos, lo celebramos muchísimo", añade Miriam.
Los paparazzis de Ibiza...
La agenda de Alexia Putellas -perdón, de Alexia- es difícil. Por eso, en cuanto la jugadora del Barça tiene un hueco, su 'familia' se moviliza. "Una cosa que sí que hacemos mucho es que cuando Alexia dice: 'Este viernes estoy por aquí, ¿quedamos?' Todo el mundo paraliza su calendario, sus horarios, para quedar", señala Marc. "Realmente es: 'Hoy tengo fiesta, bajo a Mollet'. Ya sabemos que su rutina es ir a casa de su madre, de su abuela, de su tía y luego ya es tiempo para nosotros. Un domingo libre, ¿hacemos comida de hermanos?", añade Miriam.
La última quedada fue después del España - Panamá, que se disputó en Avilés, un viernes. Poco antes de que la Selección se concentrase para el Mundial. "Nos dijo: 'Despedida, que me voy mucho tiempo y muy lejos". Ese día, además, fue cuando Alexia se tiñó el pelo de rosa... y Miriam fue con ella.
En todos los grupos de amigos, siempre hay un viaje -o un momento en concreto del mismo- que se recuerda de forma recurrente. En el de Alexia, es un crucero. "Fue en 2010, en cuarto de la ESO. Nos fuimos de crucero, de final de curso. Fue por el mediterráneo, por Italia. Siempre damos la chapa con ese viaje", describe Marc. "Ese es un viaje que nos marcó mucho. Hay mucha gente que no estuvo, pero todos te podrían explicar qué pasó en ese viaje porque siempre hablamos de él", añade Miriam entre risas.
[Sobre las fotos en el barco] "Y va Alexia y nos dice: '¿Será por nosotros?' Y le dije: '¡No, no! Para nosotras, no. ¡Será para ti!'"
Una de las mejores amigas de AlexiaSin embargo, este verano tanto Alexia como su círculo más cercano vivieron una situación nueva -o peculiar, según por dónde se mire- para ellos. Si hay una futbolista celosa de su intimidad, es la capitana del Barça. Pocas veces, contadas, comparte su vida privada. Un aspecto que dio un giro de 180º tras el estreno de su documental, en el que el gran público descubrió su lado más personal. Incluso, como ella misma confesó: "No lo hubiese autorizado si existieran los mismos documentales de hombres que de mujeres. Mi intención, mi idea, nunca fue reivindicar, pero sí naturalizar".
El caso, que lo que pasó este verano... "En Ibiza, han pasado cositas que no habían pasado nunca", advierte Marc, entre risas. Las famosas fotos de Alexia con sus amigos y su familia, que fueron portada de Mundo Deportivo. "Estábamos parados en esa parte, veníamos de comer, las fotos en la lancha, no éramos conscientes", recuerda Miriam todavía en shock.
"Luego sí que vimos una lancha con un trípode y mi primera reacción fue: ¿Quién debe haber en ese barco, en el de al lado, para que haya un paparazzi?'", añade. Miriam, que ya se había percatado de la presencia del paparazzi, les avisó. "¿Qué dices? ¿Sabes a quién le va a hacer fotos? Y yo le dije: "Pues eso digo yo". En ese momento, Leonardo Di Caprio estaba en la isla. "Pues será por él", dijimos.
Sin embargo, el capitán del barco desveló el final inesperado y les contó que llevaban siguiéndoles desde que salieron de comer. "Y va Alexia y nos dice: ¿Será por nosotros? Y le dije: '¡No, no! Para nosotras, no. ¡Será para ti!", cuentan ambos entre risas. "Vivirlo fue... ¡Y verte en portada, ni te cuento!", añade Marc, que se descubrió a sí mismo en la portada del periódico según iba al trabajo.
Dos puntos de inflexión: el primer Balón de Oro y la lesión
A lo ya sabido, que Alexia se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda el 7 de julio del año pasado, Miriam y Marc añaden su perspectiva. Y tratándose de quien se trata, dos de sus pilares, cobra más importancia.
"Yo he visto una Alexia antes de la lesión y otra después desde hace 15 o 20 años que la conozco. Creo que ella le ha dado sentido y valor a cosas cuando ha estado lesionada que, quizá, en su día a día, no ha sido consciente porque no tenía tiempo para pararse y decir, tiempo suficiente para ver lo que había en la vida, más que el fútbol y su día a día, lógicamente", describe Miriam. En definitiva: "Ha visto que hay una vida después del fútbol".
Desde el punto de vista de Marc y Miriam, hay otro momento que marca un punto de inflexión en el vida de su amiga de la infancia: su primer Balón de Oro. "Con ese tema, que fue cuando se produjo el boom, le ha dado mucha mas importancia a su día a día y a nosotros. Quizá ahí, antes no valoraba, que no es así, ¿eh?, pero este finde no tengo partido, tengo libre, voy a descansar, ¿no? Ya quedaremos... Y ahora es como: 'No, no, estoy cansada, pero voy a quedar con mi gente...'".
Si algo ha destacado siempre Alexia en sus entrevistas es la importancia de su entorno y la necesidad de compartir con los suyos todos sus sueños. Nunca antes una futbolista española había sido tan mediática. Sus fans se cuentan por miles y las marcas no paran de llamar a su puerta. Una circunstancia que le hace vivir situaciones que nunca antes había imaginado.
"Es lo que te decía antes, igual que sabemos que en las malas va a estar, en las buenas nos quiere a todos. Entonces, todo lo que ella pueda disfrutar con su gente, de cosas que nosotros en nuestro día a día no podemos hacerlo, ella lo va a hacer siempre con nosotros", explica, hasta orgullosa, Miriam. Porque ya sabéis lo que dicen, los éxitos en familia, saben mejor. "O sea, ella sus éxitos, ella nos lo dice, si no fuera porque lo pudiera compartir con mi familia y mis amigos, no tendría sentido nada. Entonces, si ella puede irse, no sé, yo que sé, si ella se puede ir de viaje a algún sitio, lo va a hacer si puede irse con sus amigos, sola no lo va hacer.".
"Yo creo que ella, cuando queda con nosotros o está con su familia, se siente que está en casa y se siente que es Alexia. y no es Alexia Putellas, la jugadora de fútbol", resumen ambos. Por eso, durante los 23 párrafos anteriores, le hemos quitado el apellido a la dos veces Balón de Oro, porque eran Marc y Miriam, sus amigos de toda la vida, los que estaban hablando de ella.