Detrás de las misteriosas goleadas de Corea del Norte: un plan estatal para el fútbol femenino y el éxito en categorías inferiores

"Corea del Norte confirma su favoritismo", "el equipo coreano enseñó sus credenciales en Medellín"... La selección asiática acapara miradas y sorprende con sus goleadas en el Mundial Sub-20 femenino que se disputa en estas semanas en Colombia. Bajo estos titulares y la curiosa atención de quiénes no esperaban que las coreanas se plantaran en cuartos de este torneo, hay un equipo que ha dejado por el camino a cuadros como Austria (5-2), Países Bajos (0-2), Costa Rica (9-0) y Argentina (6-2). Su último triunfo fue ante las austriacas, con doblete de Sin Hyang y un partidazo que le sirvió para plantarse en cuartos, ronda en la que se medirá a Brasil.

Un golpe sobre la mesa que sorprende a medias, teniendo en cuenta las características de un país hermético a nivel mundial. Aun así, este éxito esconde un plan estatal destinado al fútbol femenino que no es puntual y que ha dejado un gran nivel de la selección femenina de Corea del Norte en los últimos tiempos. El objetivo: mejorar la imagen internacional del país con logros a nivel deportivo. En la novena posición del ranking FIFA, las coreanas llevan décadas manteniéndose en el top 10 de mejores selecciones a nivel mundial.

De hecho, participó en cuatro Mundiales absolutos (1999, 2003, 2007 y 2011). Y se perdieron el siguiente, el de 2015, por varios casos de dopaje en jugadoras registrados en 2011. Para el de 2019 no se clasificó y en 2023 tampoco estuvo presente. Aunque sus buenos resultados, más allá de llegar hasta cuartos en la Copa del Mundo de 2007 en China, han llegado en categorías inferiores. Pues ha ganado cuatro Mundiales: dos Sub-20 (2006 y 2016) y dos Sub-17 (2008 y 2016), más un subcampeonato.

A pesar de la ausencia de grandes logros con la Absoluta, también han protagonizado el doble de participaciones en Copas del Mundo que la selección masculina. Por ello, las norcoreanas son el orgullo de su país, que destaca por estar aislado del resto del mundo y ha sido señalado por organizaciones internacionales por no respetar derechos fundamentales a nivel social.

Un escenario en el que se ha fomentado durante años el fútbol femenino, con formación específica en los colegios y en escuelas dedicadas a ello. "Desde 2012, los chicos y las chicas juegan juntos para ayudar a los chicos a mejorar", indicó en Bleacher Report hace unos años uno de los entrenadores que trabaja en estos espacios para curtir el talento desde la base. En este reportaje se señaló, a través de varios testimonios, que las jugadoras eran "más populares".

Ese 2012 al que se refiere es una fecha marcada en rojo en el calendario norcoreano. Fue el año en el que llegó al poder Kim Jong Un, que ascendió al trono de la dinastía comunista tras la muerte de su padre, Kim Jong-il. El entonces nuevo mandamás, que a día de hoy sigue controlando el país, es un gran aficionado del fútbol y plasmó esta pasión en sus estrictas normas sociales. Aunque su padre ya había dado los primeros pasos en este sentido.

"Las aulas de secundaria se reorganizan de repente en equipos de fútbol para entrenar. Un desertor me dijo: 'No importaba si les gustaba el fútbol o no. A Kim Jong Un le gustaba el fútbol'", apuntaron en Bleacher Report. Todo se reorganizó en torno a la Escuela Internacional de Fútbol de Pyongyang, con el fútbol femenino siendo uno de los deportes más seguidos y admirados por todo el país.

No es para menos. Además de los títulos en categorías inferiores, su novena posición en el ranking FIFA dista de la que ahora mismo ostenta la selección masculina: en el puesto número 110 de la misma clasificación. Según señalan varios medios, las jugadoras son tratadas allí de manera especial, con "comida suficiente". No obstante, apenas hay información sobre su situación.

Según la agencia DPA, el fútbol femenino no estaba bien visto hasta el año 2000 en Corea del Norte, donde incluso se prohibió a las mujeres usar pantalones cortos en 2023. Con el cambio de paradigma a inicios de este siglo, entendiendo que el fútbol femenino era una oportunidad para mejorar la imagen internacional del país, se empezó a fomentar la práctica de este deporte entre las mujeres. Varias informaciones señalan que el propio Kim Jong-il, padre del actual dictador, se involucró personalmente en el proyecto, con entrenamientos exigentes que pronto dieron resultados: Corea del Norte se coronó campeón de Asia en 2001, 2003 y 2008.

Fue el comienzo de un periplo en el que, pese a sus limitaciones (todas las jugadoras militan en su país), siguen caminando con paso firme. Ahora, el Mundial Sub-20 supone una nueva ilusión para las norcoreanas, que buscarán el pase a las semifinales ante Brasil.España, que se enfrentará a Japón, es otra de las selecciones que ha alcanzado como favorita esta ronda. Sin embargo, no se podría cruzar con Corea del Norte hasta la final, pues se cruzaría en semifinales con el ganador del enfrentamiento entre Países Bajos y Colombia.