Pedro y Luis León, como nunca han hablado: "Si Mourinho me hubiese querido la mitad que Manolo Saiz a mi hermano, me habría conformado"

Murcia.- De los hermanos Luis y Pedro León conocemos al dedillo sus orígenes (Mula), sus edades (40 y 37 años respectivamente), que los dos nacieron un 24 de noviembre, sus hitos (todoterreno de prestigio y la elegancia personificada en la bici uno; leyenda del Real Murcia y juguete roto en el Madrid el otro) y hasta cada uno de sus pasos en una trayectoria para enmarcar (ONCE, Liberty, Caisse d'Epargne, Rabobank, Caja Rural, Astana, Team Bahrain…; Levante, Valladolid, Getafe, Éibar, Fuenlabrada...). Y, sobre todo, sabemos con pelos y señales cómo han vivido sus instantes en la élite a través de sus numerosas comparecencias. Por eso, en este encuentro, Relevo les propone una entrevista diferente: ver cómo el ciclista digirió la carrera del futbolista -con esa relación tormentosa con Mou y las numerosas ofertas de la Premier que rechazó- y, al revés, cómo el jugador vivió la carrera del corredor -con esas cuatro etapas ganadas del Tour y los bajones del dopaje en sus equipos-.

La cita se produce en casa del centrocampista. Y en ella, no faltan las risas, la asertividad, las confidencias, las bromas, los dardos, la complicidad y la emoción, mucha emoción. Pedro acaba de llegar de un nuevo entrenamiento para preparar a conciencia el asalto a Segunda con su Real Murcia. Luisle también viene de machacarse en la carretera pese a que se retiró hace un año. La charla, de 70 minutos, es tan deliciosa que es mejor fraccionarla en dos partes para no quitar ni una sola coma.

Luis León: Practicamos deportes desde críos y guardo muy bien esas imágenes. Nosotros empezamos a jugar con la bici. Quién nos iba a decir que luego íbamos a ser profesionales y nos dedicaríamos a eso. Empezamos con mi padre. Para nosotros era todo un juego. En invierno cambiábamos de deporte para no saturarnos. Y ahí se veía que a Pedro le llamaba más la atención el mundo del fútbol que montar. Por su físico, escalador no hubiera sido. Hubiera sido un buen rodador, tiene una excelente potencia y encima en la bici se le ve muy bien. La planta nunca la ha perdido. Pero como lo dejó siendo tan joven, uno realmente no se ubica. Él tenía muy claro que quería ser futbolista. Mi padre, en casa, al principio no lo miraba con buenos ojos. Y eso que no le había dado tiempo a ser alguien en el mundo del ciclismo.

Pedro León: A ver, era muy coordinado. Estéticamente no jugaba mal, pero lo que es al choque no iba nunca. Era un cagao. Sigue siéndolo, ¡eh!, porque cuando jugamos partidos benéficos o alguna vez que se le va la pinza y juega con nosotros, con los niños, ya se nota que lo de ir al choque no le gusta. Igual que de niño. Como él ha dicho, nosotros somos de una familia de ciclismo. Mi padre es un enamorado de la bici. De hecho, para él, el deportista profesional de mi casa es Luisle y no yo, porque el deporte de verdad es el ciclismo. Cuando en invierno jugábamos al fútbol, a mi hermano mayor [Antonio], que era más vivo y tenía más chispas, sí le gustaba el contacto, y Luisle era lo contrario. La tocaba bien, golpeaba bien, pero no utilizaba el físico. Y el problema que hay en el fútbol es que, sin contacto físico, es imposible.

PL: Este hubiese sido organizador... De estos que solo quieren la pelota.

PL: Como decía mi buen amigo Mendilibar... 'Mediapuntita', pero sin la 'n'.

LL: Yo realmente con el mundo del fútbol no hice tanto, fue un par de años o así. Mi hermano tiene razón, a mí el contacto nunca me gustaba. Eso de dar patadas o sentirme dolorido por un contrario… Huía de eso. En nuestro deporte es totalmente lo contrario, nosotros no tenemos impacto, no tenemos que ir al choque ni mucho menos. A mí el fútbol, pues bueno, me gusta verlo por televisión, es el deporte rey en nuestro país y es difícil encontrar a un chaval que no le guste. Pero de ahí a buscarme la vida o a pensar que iba a ser futbolista, ni mucho menos.

LL: Es diferente si yo soy ciclista y practico fútbol que al revés. No lo aconsejo, porque es un deporte totalmente diferente en el que yo no tengo impacto, incluso ni apoyo los pies para andar ni nada. Es un ejercicio que mueve la pierna en un pedaleo redondo. En cambio, si él es futbolista, sí que puede practicar el ciclismo para soltar los músculos, para que obtengan un tiempo menor de recuperación.

PL: Te lo voy a explicar yo, porque parece que si lo explica el ciclista habla mal de los futbolistas... Esto lo hemos hablado en casa porque para mi padre, como te he dicho, el deportista es el ciclista. El futbolista es.... Son deportes totalmente diferentes en cuanto a la exigencia. En el ciclismo hay entrenamientos mucho más largos, de mucho más desgaste físico, de pruebas mucho más exigentes físicamente porque son 20 etapas o 21 en tres semanas en las grandes vueltas. Pero, a la vez, al no haber contacto físico, al no haber impacto, te permite el hecho de rodar un día, rodar otro y rodar otro. Eso en el mundo del fútbol es imposible. Yo termino el partido con los tobillos, las rodillas y músculos reventados. Es imposible que mañana vuelva a tener impacto. Eso no quiere decir que yo mañana no pueda coger la bicicleta después de un partido y hacerme 60 ó 70 kilómetros, claro que sí, porque no hay impacto. La exigencia es diferente. Ahora bien, está claro que en el mundo del ciclismo, al no estar implícito el talento, hace que sea mucho más exigente físicamente. En el fútbol, donde no puedes llegar físicamente puedes llegar por el talento, la intelectualidad o la táctica. Eso hace que llegue un momento en el que, por la edad, Luka Modric, con 39 años en este caso, o yo salvando las distancias, no podamos rendir físicamente como un chaval de 24 años. Pero donde no llega el físico, pues llegan otras cosas que en el mundo del ciclismo no puedes implicar. Por muy bien que leas tácticamente las etapas, si no le das a los pedales, no te llega. En el mundo del fútbol es diferente. Para mí son exigentes los dos.

PL: Evidentemente, como tú dices, el mundo del fútbol está mucho más reconocido que el del ciclismo. Pero como también puede pasar en el atletismo, que también es un deporte muy sacrificado y tampoco está reconocido. Yo, que soy un amante de la bicicleta, me encantaría que el ciclismo estuviese mucho más reconocido, pero por la sociedad en la que estamos, el fútbol lo es mucho más.

PL: Luisle, ¿tú cuando pierdes una etapa te silban?

LL: Hay de todo, pero no.

PL: ¿Te insultan?

LL: No.

PL: Ésa es la presión del fútbol. Es una presión totalmente diferente al ciclismo. El tenista pierde y le aplauden. En el ciclismo pierdes y te aplauden. Y en el atletismo. En el fútbol, no. En el fútbol pierdes un partido o dos y ya empiezan a criticarte o a silbarte. La vara de medir es muy muy diferente. Eso no quita que físicamente es mucho más sacrificado el ciclismo porque son más horas de entrenamiento, son más horas de etapas y sobre todo hay una cosa que la gente no sabe: es mucho más sacrificado porque yo, por suerte, vivo en mi casa 365 días al año, aunque puedo jugar un domingo e irme un sábado a dormir por ahí, y en el ciclismo no. De 365 días no sé si son de 100 a 250 fuera.

LL: Sí, cuatro años en Andorra porque las concentraciones en altura las quería evitar. Ahora se está viendo que muchos corredores pasan casi la mayoría del año fuera de casa, no sólo corriendo sino entrenando en altura. Entre una cosa y otra decidí con mi mujer irnos a Andorra. Estuvimos muy bien, muy a gusto. Pero bueno, cuando surgió el tema de la pandemia, ella decidió volver otra vez para acá. La familia cuenta muchísimo, así que otra vez de vuelta a Murcia.

LL: No, no, no… Soy consciente de que son dos deportes totalmente diferentes y no se pueden comparar. No somos como el tenis ni como la Fórmula 1. Muchas veces escucho por ahí que tenemos que parecernos a la Fórmula 1, con el tema de los puntos y tal. Nosotros tenemos que tener nuestro propio camino y nuestras propias reglas. Por desgracia para nosotros, ni económicamente nos podemos comparar con el mundo del fútbol, ni socialmente tampoco. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Porque al final el fútbol mueve muchísimas masas, se está viendo ahora: es increíble la cantidad de gente que va a ver cualquier competición y sólo tienes que ver al Real Murcia. Está en Primera Federación, que es una Segunda B antigua, y se llena un campo de fútbol con casi 14.000 o 15.000 butacas. Y te vas a una carrera como la Vuelta a Murcia, y sí, ahora la siguen los que les gusta el ciclismo, pero ya está. No se puede comparar en ningún momento. El sacrificio…

LL: Cada uno lo tiene como puede o como su deporte le deja. Mucha gente dice que nuestro deporte es sacrificado. Sacrificado para mí es lo que ha hecho mi padre en su momento, es lo que ha hecho mi mujer ahora y lo que están haciendo mis hijos en la última parte de mi vida deportiva. Si lo haces a disgusto, sí que es sacrificio, pero para mí el ciclismo nunca lo ha sido. En ningún momento. Los futbolistas tienen muchísimas más lesiones que nosotros por el tipo de deporte que hacen, por el contacto. En el fútbol puedes tener cualquier lesión. En el ciclismo, salvo que haya caídas, es difícil que tengas una. Es más duro el ciclismo porque al final tienes que pelear contigo mismo. Ellos, desde mi punto de vista, si un día no tienen un buen partido pues se pueden meter en la banda, escondidos, y que corra el otro compañero. Al final son 11 jugadores. En la bicicleta es totalmente diferente. Si tú no tienes buenas piernas, la bicicleta no va a andar para arriba sola.

PL: Bueno... Con naturalidad. Al final me acostumbré muy joven, por suerte. Con 18 años ya había debutado en el mundo profesional con el Real Murcia. Y te acostumbras. Lo normal es que te piten fuera de casa y que te insulten cuando fallas o cuando pierdes. Lo llevas.... A veces te pilla cabreado porque vas perdiendo, o porque no estás haciendo un buen partido, y lo llevas peor. Pero te acostumbras, aunque no los compartes evidentemente. Para mí el aficionado debería ir a animar a su equipo y no insultar o meterse con los contrarios.

LL: Yo, por suerte, no tengo que vivir eso cada fin de semana o cada 15 días. Mis padres lo han llevado peor. Yo, por ejemplo, me hacía a la idea de que esto es parte del circo que tienen montado en el fútbol. De que parece que por pagar una entrada tienes derecho a todo. A insultar a un jugador sabiendo que tiene madre, padre y familiares, Y que incluso puede estar cerca de ti. Te tienes que callar y morderte la lengua muchas veces. Es parte del juego de ellos, de que si las cosas no le salen tienen la gente tiene la capacidad de insultar e incluso de amenazar al futbolista. Y los utilizan muchas veces como marionetas sabiendo que detrás hay una familia.

LL: En mi caso soy bastante más comedido. Por desgracia para mí me hubiese gustado ir muchísimo más a verle jugar de lo que he podido. Por ejemplo, el Bernabéu no lo he pisado. Es cierto que jugó poco allí, pero no lo he pisado cuando él estuvo en el Real Madrid. En Getafe sí, y en Eibar y Valladolid también. Por circunstancias de mi trabajo no me han permitido estar tan cerca como me hubiese gustado. Estando en Rabobank, antes de que Pedro firmase con el Real Madrid, siempre me decían que yo tenía un hermano. Tu hermano, tu hermano, tu hermano el futbolista...

LL: Pero cuando se hizo internacionalmente público que él iba a jugar en el Real Madrid, yo pasé a ser el hermano de... En un día te puede cambiar la vida así. Es lo que hace el firmar o llevar un escudo tan grande como el del Real Madrid. Parece que no eres ciclista ni existes, sino que ya eres el hermano de Pedro León, el que juega en el Real Madrid. Y yo creo que eso lo garantiza también el deporte que practica.

PL: Bueno, yo he tenido la suerte de poder verlo en directo mucho más, en los campeonatos de España, en la Vuelta a Murcia, en la Vuelta a España... La mala suerte es que a mí me hubiese gustado verlo en el Tour o en el Giro, pero claro, me pillaba en competición o en pretemporada y era muy difícil. A mí me preguntan un ídolo de la infancia y es él. Nosotros siempre lo hemos tenido en la figura de Miguel Indurain, luego más adelante en el fútbol con Zidane y Ronaldinho, pero mi ídolo siempre ha sido él. He visto cómo se sacrifica, cómo se cuida, cómo se lo toma todo a rajatabla, y para mí el ídolo ha sido él y eso ha hecho que cada vez que han televisado sus carreras, lo haya visto competir. Muy, muy rara vez, si han televisado su carrera y yo no he estado trabajando, me he quedado sin verle. Me ponía de los nervios, porque estas etapas del Tour de Francia donde se escapaba, que al final ganó cuatro, eran tremendas y sabías que podías estar ahí cerca. Lo vivía con mucha intensidad. Me ponía el doble de nervioso que cuando yo jugaba al fútbol. En Valladolid y luego también en Eibar coincidí con Mendilibar, que es un enamorado del ciclismo, le apasiona, y muchas veces, cuando iba escapado, nos escribíamos mensajes, nos llamábamos e incluso en las concentraciones se acercaba y siempre me decía 'venga, vete a descansar que jugamos ahora dentro de cuatro o cinco horas'. Y es verdad que me ponía tan nervioso que ese día, si jugábamos a las ocho de la tarde, era imposible que pudiera descansar por la tarde.

LL: No, yo personalmente nunca me he metido en el tema laboral suyo. Yo si he tenido que opinar, ha sido de algo personal. Lo que yo pueda vivir se lo puedo transmitir a él, pero es él el que tiene que tomar la decisión. Yo del tema deportivo nunca le he dicho nada de nada. Incluso cuando supe que volvía a Murcia le dije que eso era una decisión personal. Que si iba para adelante bien y si no, que bueno, que tomara su propio camino. Si se tiene que equivocar, se tiene que equivocar él. Si me ha tenido que escuchar decirle algo ha sido solo personal. De lo otro él sabe bastante más.

PL: A ver, sin ánimo de parecer soberbio y nada por el estilo... Si es que no tiene ni idea de fútbol...

[Miradas asesinas antes de romper a reír]

PL: En lo personal sí que es verdad que yo lo he preguntado muchas veces cuando he estado dubitativo. Y él a mí. Pero en lo meramente deportivo él no se metía mientras que yo le he podido decir cosas en alguna etapa. Por ejemplo, en estas del Tour que al final no remataba... Me acuerdo que una vez le ganó Sandy Casar y le dije que por qué hizo eso, que había una curva antes en la que entró antes el otro, que por qué no lo había hecho él. O en alguna, en un campeonato de España, que por qué ha tirado él, que va en cabeza. Historias en las que él mismo al final te dice 'pues mira, me he equivocado' o me explicaba por qué el otro le ha ganado o por qué había sido más listo. Pero, más allá de eso, tampoco tengo yo el conocimiento en el ciclismo como para poder corregirle.

LL: Es que nosotros no venimos de ninguna trayectoria deportiva, pero por suerte para mí, mi padre nos ha inculcado solamente el mundo del ciclismo, ciclismo, ciclismo y más ciclismo. Tú le preguntas a mi hermano Antonio y sabe más de estrategia que cualquier director deportivo que va en un coche en el Tour. Y mi hermano Pedro sabe más de visión de carrera a veces que yo mismo, pero porque nosotros hemos visto muchísimo ciclismo por televisión. Fútbol ha sido más difícil. Fútbol hemos visto estos últimos momentos cuando él ya ha sido profesional. Entonces Pedro sabe más de ciclismo de lo que yo puedo saber de fútbol.

LL: En su momento no era fácil decirle que se había equivocado en tomar esa decisión, porque decirle que no a un Real Madrid... Yo creo que muy poca gente lo hubiera hecho. Mi hermano va al Real Madrid por el presidente, no va por Mourinho. Yo creo que cuando dice que es el número uno como entrenador, bueno... Hay que ver cómo lo dice y qué clase de persona es. Fue algo más doloroso para la familia por el hecho de que salga un energúmeno así comparándolo con otros jugadores sin saber realmente el motivo. Pero como te digo, son cosas de su deporte. Nosotros nos mantuvimos muchísimo al margen. Hubo muchísimas entrevistas en las que lo primero que decía es que yo no hablaba de fútbol. Me dolió más el tema humano, lo personal de mi hermano, que lo deportivo. A veces pasa. Se cruzó por mitad de su trayectoria o de su camino esta persona y poco más que decir.

PL: Con naturalidad. cuando él ya sube a profesionales, cuando salta por los aires todo el tema del dopaje, es.... Lo bueno es que el ciclismo pasa una época en la que definitivamente se limpia todo, se hace todo más normal, más legal y es la etapa de transición que le toca vivir. Al final entra en el mundo del ciclismo en la época que le toca. Fue una pena, sobre todo por el tema del Rabobank. Era un equipazo. Me gustaba mucho. Me alegré mucho cuando firmó allí. Y luego que, por un caso que pasó allí cuando él ni siquiera estaba, que desapareciera y retiraran el patrocinio... Fue una pena. Son cosas que no puedes controlar. Jode, porque él estaba muy a gusto en el equipo y se le rompieron todos los esquemas. Son cosas del deporte.

LL: ¿De Manolo? Buah...

PL: Espera, que respondo a la primera parte: si Mourinho me hubiese querido la mitad, sólo la mitad, que Manolo quería a mi hermano, me hubiese conformado. Porque lo quería como a un hijo. [Risas]

LL: Yo tuve la suerte de conocer a Manolo cuando era cadete de segundo año. Me ofreció una bicicleta de la ONCE, me ofreció material del equipo, el poder tener cualquier casco, ropa, de todo. Para mí eso era un privilegio. Me sentía como niño mimado de Manolo Saiz porque me llamaba muchísimo. Y yo lo conocí por una desgracia, porque me quitaron la licencia de la Federación Española por negarme a ir al Mundial de Pista. Me llamó interesándose por el caso y a partir de ahí mantuvimos la relación. Para mí Manolo ha sido mi padre deportivo. Luego, pues bueno, sucedió lo suyo [involucrado en la 'Operación Puerto'] pero sigo manteniendo el contacto con él. Mi padre habla mucho con Manolo y ha sido una persona que ha ido 10-12 años por delante. Con el tema de la visión, el tema de túnel del viento, el tema de los avances de la bicicleta. Hay muchas cosas en las que ha evolucionado el ciclismo que Manolo ya las tenía en mente. Por suerte para mí lo conocí en un momento muy bonito de mi vida y siempre tendré que agradecerle que mi paso a profesional me lo dio él.

PL: Evidentemente Mourinho. Al final él del Madrid se va al Chelsea, Tottenham... Y yo vuelvo al Getafe con la idea de recuperar las sensaciones que había tenido el año antes de firmar por el Madrid. Ahí tenía ofertas de muchos equipos de nivel top mundial. Pero bueno, al final, por ciertas circunstancias, culpa mía siempre, no vuelvo a tener ese nivel y no se vuelven a reproducir esas ofertas que me llegaron en su día. El paso por esos equipos ha hecho que la evolución suya haya sido mucho mejor que la mía. Pero es verdad que el nivel que él también tenía como entrenador tampoco lo ha mantenido luego.

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* En la segunda parte de esta tertulia, asoma lo que pudo ser y no fue por esas ofertas rechazadas y los caprichos del destino, el miedo que siempre aparece, el significado del dinero, la retirada y la preparación psicológica para ese momento, las prioridades de la vida, los planes de futuro y la manera de enfrentarse a una muerte que nunca se olvida. En concreto la de León, uno de los hermanos que también era ciclista y que ya no está por un maldito accidente en 2005 cuando sólo tenía 23 años.