OPERACIÓN SOULE

El 'modus operandi' con los partidos de la Selección que manda a Ángel María Villar y a su hijo al banquillo

El juez de la Audiencia Nacional ha cerrado la instrucción de una de las piezas del caso Soule.

Gorka Villar (izq.) y Ángel Villar (centro) a su salida de la cárcel en el verano de 2017 tras depositar sus fianzas. /EFE/Kiko Huesca
Gorka Villar (izq.) y Ángel Villar (centro) a su salida de la cárcel en el verano de 2017 tras depositar sus fianzas. EFE/Kiko Huesca
Darío Ojeda

Darío Ojeda

Siete años y medio después de su detención y paso por la cárcel, el caso Soule aún persigue a Ángel María Villar. Este martes, la Audiencia Nacional cerró la instrucción de una de las piezas y dejó al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) al borde del banquillo de los acusados. Si la causa no sufre un giro de 180º, muy poco probable, Villar tendrá que enfrentarse a un juicio por su gestión en la federación.

El juez Francisco de Jorge considera que hay indicios suficientes para juzgar a Villar y a otros directivos de la RFEF por delitos de administración desleal, corrupción en los negocios, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil.

Junto a Villar, el auto también señala, entre otros, a Juan Padrón, exvicepresidente de la RFEF; José María Castillón, exadministrador general; y a Jorge Pérez, secretario general. Entre los investigados en la causa también está Gorka Villar, hijo del expresidente de la RFEF.

3,8 millones de perjuicio para la RFEF

En su auto, el juez describe que "desde al menos el año 2009, Ángel María Villar Llona habría impuesto algunas de las selecciones rivales de la Selección Absoluta de Fútbol de España en partidos amistosos de acuerdo con lo convenido con su hijo (...) en perjuicio de la Real Federación Española de Fútbol y con el fin de beneficiar a éste personalmente y a través de la sociedad Sport Advisers S. L. mediante la obtención de contratos de las Federaciones que resultaban favorecidas en esos partidos".

En total, esas actuaciones habrían supuesto un perjuicio para la RFEF de 3,8 millones de euros, mientras que Gorka Villa habría obtenido más de 350.000 euros a través de Sport Advisers.

El auto señala siete partidos amistosos (seis de la selección absoluta masculina y uno de la sub-20) jugados entre 2010 y 2013. La RFEF pactaba recibir por esos amistosos menos dinero del que podría ingresar y Sport Advisers firmaba acuerdos con esas mismas federaciones.

En julio de 2011, según el relato del juez en el auto, la RFEF cerró un acuerdo con la federación chilena para un amistoso que acabó se jugó en septiembre de ese mismo año en Ginebra (Suiza). La federación habría obtenido 400.000 euros en vez de los 2 millones que hubiera podido recibir. En abril, la empresa de Gorka Villar había firmado un contrato de asesoramiento legal con la federación chilena a cambio de 4.000 euros mensuales. Ese mismo modus operandi se habría repetido con las federaciones de Corea del Sur, Venezuela, Perú y Colombia.