El extraño cambio en la línea de sucesión del Real Madrid para colocar a Solari por delante de Raúl… cuando la historia dice lo contrario
Los últimos tres antecedentes de cambio de entrenador durante la temporada acabaron con el técnico del Castilla en el primer equipo.

El Real Madrid es un polvorín. La derrota en Copa del Rey tras la eliminación en Champions, la plaga de lesiones con dos quirófanos esta semana, la sanción a Rüdiger... y, sobre todo, el caso Ancelotti. El italiano iba a dirigir a Brasil en junio, pero el Madrid bloqueó ayer su salida. El ambiente está de lo más enrarecido y aunque Carletto tiene contrato hasta 2026, nadie puede asegurar ahora mismo ni siquiera que pueda acabar la temporada, mucho menos que siga hasta después del Mundial de clubes. En ese escenario de cambio, el Madrid puede necesitar un técnico interino para esa cita mundialista que arranca a mediados de junio. Santiago Solari es el favoritísimo, como informó Relevo, una elección contranatural estando Raúl en el Castilla, pero en el club hay un argumentario para apostar por el argentino antes que por el español, por raro que sea en la línea sucesoria del banquillo madridista.
Los antecedentes con Florentino Pérez a los mandos son inequívocos. Cuando un entrenador deja el equipo durante la temporada, el sustituto casi siempre dirigía al Castilla en el momento de dar el salto. Y por mucho que el campeonato se celebre en junio, la disputa del Mundial de clubes sitúa el final de LaLiga en ese durante. Echaron a Luxemburgo y asumió López Caro desde el filial (2006). Se cargaron a Benítez y Zidane empezó a escribir su leyenda como técnico (2016). Volvió a suceder cuando cayó Lopetegui y ascendió el propio Solari (2018). El propio Solari llegó a primavera (2019) y regresó Zidane. La única ocasión que no sucedió con Florentino de presidente fue cuando Camacho dimitió y se quedó García Remón, que estaba en su staff, que a su vez fue relegado ese mismo curso por Luxemburgo.
Solari ya sabe, como lo supo hace meses, que si se va Ancelotti tiene todas las papeletas para ser el entrenador, aunque la idea le hace torcer el morro. El director de fútbol de Valdebebas está en la pole de esa línea sucesoria aunque no le convenza del todo. El argentino es en teoría, no siempre en la práctica, el jefe de Valdebebas, porque la bicefalia con Manu Fernández, director de fútbol base, se lo impide. Pero desde que dirigiera al América en la temporada 2021-22 no ha vuelto a desempolvar la pizarra. Su rol es otro, más de despacho, desde hace ya tres años.
Sin embargo, en el club le han valorado siempre los seis meses que dirigió al Madrid en un año traumático, el post Kiev con las salidas de Cristiano y Zidane. Cogió un Madrid en la UCI tras el 5-1 del Barça con Lopetegui y revitalizó el equipo con jugadores denostados, principalmente Vinicius, aunque también proyectó a Reguilón y Llorente, que dejaron más de 60 millones en caja. Puso la cruz a Isco, Bale y Marcelo. Solo admite debate el último, porque sobrevivió, aunque con otro papel.
Solari, además, sería un interino sin ambiciones, porque su etapa como entrenador está de lo más aparcada. Es decir, un éxito en el Mundial de clubes no plantearía ningún problema a corto plazo, con la más que probable llegada de Xabi Alonso al banquillo. En otras palabras, ni es un gallo ni se hará fuerte en el banquillo blanco, permitiendo una transición tranquila al entrenador de la 25-26. Lo que no pasaría con Raúl.
Todas las variantes de Raúl
Porque Raúl merece capítulo aparte. Su puesto actual, como muestran los antecedentes citados, le debería situar como el entrenador del primer equipo en ese Mundial que la directiva quiere ganar a toda costa por prestigio y dinero. De hecho, la navaja de ockkam diría que Rulo, como le llaman los amigos, estará en Estados Unidos. Pero en el club nunca han mostrado ni cariño ni mucho menos una apuesta firme por él, aunque sus ya seis años en el Castilla han mostrado rendimiento deportivo contra la adversidad y económico en las ventas de sus pupilos. La promoción interna de Arbeloa es notablemente superior al calor que se le ha dado al excapitán.
En cualquier caso, Raúl se mantiene en su sitio, sin haber tomado una decisión respecto a su futuro. "Estoy contento de estar aquí, en el sitio que quiero estar. Cuando llegue el momento de valorar y cuando el club tome decisiones, si es que las toma, que tampoco lo sé, veremos", dijo el pasado domingo. De hecho, lo que él tenga que decidir va a esperar. Por dos razones de peso. La primera, que el Castilla, a pesar de caer contra el Ceuta, sigue vivo en la pelea por el playoff, al menos matemáticamente. La segunda, esa diminuta vía que pueda abrirse cuando se confirme que Ancelotti no estará en el Mundial de clubes. Cuando se dé, quiere que le pille disponible y listo para asumir, aunque es cierto que si se colara en la fase de ascenso, su candidatura, que ya cuenta con opciones mínimas, se complicaría más por las fechas.
La lógica, si no se atendiera a las fuerzas centrípetas y centrífugas que mueven el Real Madrid, le situaría arriba. El movimiento de colocar a un Solari algo desactualizado a pie de campo y sin staff vigente por delante de un Raúl en funcionamiento pleno y con su cuerpo técnico disponible es anti natural. Más allá de lo que pueda aportar uno y otro. Las ganas de Rulo por llegar a ese banquillo y competir al máximo son inigualables. También cogió al Juvenil A tras la pandemia y lo convirtió en campeón de la Youth League, la única que tiene el club, por cierto, y cuya foto está enmarcada por Manu Fernández. Además, Ancelotti, interna y externamente, habla muy bien de Raúl. Por si le quisieran escuchar.
Con todo y con eso, es probable que Raúl no esté en el Castilla la próxima temporada y sí Arbeloa, pero para ello tienen que darse dos escenarios. Por un lado, que Raúl decida motu proprio volar —lo que no es sencillo— porque es una leyenda que se ha ganado el derecho a decidir. Es feliz con su trabajo de formador (Asencio, el penúltimo), forma parte del club de su vida, cada temporada es una reinvención y además su casa está en Madrid, y su hija María, en el cadete del Madrid. Tiene que aparecer un proyecto que le convenza de verdad. El Schalke quiere volver a la carga por él, pero no parece que lo vaya a contemplar. Tampoco un Segunda. Ni muchos Primeras.
Y por otro, que el club tome esa decisión de sacarle de filial. Si bien hay voces que aseguran que la dirección deportiva ya le deslizó hace meses que no seguirá, esa conversación no se da por determinante. Y echar a Raúl son palabras mayores, por mucho que le ofrezcan una recolocación a quien es empleado del club, no un entrenador más con x años de contrato. Es más probable lo segundo, porque además se ha dado alguna reunión de planificación de próxima temporada sin Raúl y eso al entrenador no le ha gustado un pelo.
Si hubiera un cambio en el plan inicial, Raúl fuera el elegido y en último término ganara el Mundial de clubes, en el club saben que se les complicaría sobremanera el relato de un cambio. Cómo quitar a un técnico que sube del filial y gana y que además es un ídolo... No se puede pedir más a un entrenador que salga de abajo en la casa, porque nunca nadie habría demostrado tanto.
En definitiva, la historia y la lógica dicen que Raúl debería ser el entrenador del Madrid en el Mundial de clubes, aunque en el club la apuesta es claramente Solari. Pero como otras tantas cosas en el club durante estas semanas, falta confirmación. Y hasta que llegue, 'Rulo', como cuando era jugador e inculca a los chavales, estará atento por si hay rechace pelearlo y clavarla en la red.