OPINIÓN

Hablar de los títulos que no ganarán Nico Williams y Zubimendi es no haber entendido nada

Nico Williams y Zubimendi celebran junto a Morate el gol del rojiblanco en la final de la Eurocopa./AFP
Nico Williams y Zubimendi celebran junto a Morate el gol del rojiblanco en la final de la Eurocopa. AFP

Nico Williams y Martín Zubimendi seguirán deleitando a las parroquias de San Mamés y el Reale Arena. Y eso es una enorme noticia para el Athletic Club y la Real Sociedad, para su gente y, con permiso de quienes se han quedado con la miel en los labios, para el fútbol. Que una estrella mundial de solo 22 años, que ya ha sido capaz de ser decisivo en una final de una Eurocopa y ganar dos títulos en un año, decida seguir jugando en su club de formación, con el '10' de Muniain, junto a su hermano y muchos de sus amigos, debería ser una de esas historias que nos recuerdan que el fútbol es mucho más que negocio. Qué decir de 'Zubi', que ha plantado a todo un Liverpool un año después de hacer oídos sordos a otros grandes.

Negar que el aspecto económico es importante sería hipócrita, ya que Nico gana mucho dinero en Bilbao y se ha tensado la cuerda en varios momentos para conseguirlo. También el pivote realista tiene un contrato acorde a su importancia en una entidad que compite recurrentemente en Europa. Sus proyectos deportivos y económicos son claves, pero igual de cierto es que si hubiesen dado el paso de salir este verano sus cuentas tendrían un puñado de millones más cada año. Pero... ¿serían igual de felices?

Y es que Athletic, como lo es también la Real Sociedad, son diferentes. El sentimiento juega un papel decisivo y, con políticas que potencian a sus canteranos, el escudo tiene un protagonismo mucho más importante que en otros lugares. Ese apego hace que haya más cosas que sopesar a la hora de dar el paso de salir y que apenas se recuerden operaciones en las que el club busque una salida a una de sus estrellas incipientes para cuadrar cuentas. Sí, seguramente ganarán menos títulos Zubimendi, Oyarzabal, Sancet o Nico en el corto plazo que Ceballos, Fabián Ruiz o Ferran Torres -no me quiero olvidar de Gayá y su amor por el Valencia-, por decir algunos, pero hay cosas más importantes y así lo han demostrado durante estos años, independientemente de que en algún momento de sus carreras prueben suerte lejos de casa.

Por eso me hace gracia, por decirlo de alguna manera, que la manera de muchos de intentar ridiculizar a Nico Williams -también lo vi anoche con Zubimendi- sea el de ironizar sobre los 40 años que ha estado el Athletic sin levantar un gran título (sí ganó dos Supercopas al Barça en este tiempo). Hablar de cantidades de títulos es no haber entendido nada, aunque es lógico cuando se opina desde el prisma de clubes que basan su éxito en cuántas veces acuden a celebrar con su gente a la fuente de turno, más que en el sentimiento que produce ese logro entre su gente y en el vestuario.

Óscar de Marcos, que no es canterano pero sí rojiblanco de cuna, ha sido muy criticado en estas semanas por haber dicho que "no es oro todo lo que reluce" en referencia a fichar por el Barça. Él definió a la perfección esto mismo hace unos años en una entrevista con el diario bilbaíno Deia, días después de que Argentina hubiese perdido la final del Mundial ante Alemania en 2014. "Vete hoy y pregúntale a Mascherano a ver si para ser campeón está dispuesto a jugar con otra selección. Te dirá que no, que quiere ser campeón con Argentina. Pues yo quiero ser campeón con el Athletic y si me ofrecieran otro destino que me asegura títulos, no me interesa, mi ambición es ser campeón aquí, sacar la gabarra, vivir eso que solo han podido vivir unos pocos". Ya lo ha conseguido.

Xabi Prieto no pudo lograrlo, pero dejó una frase en su retirada que es historia del club txuri-urdin. "Yo no soñaba con ser futbolista, soñaba con jugar en la Real". Y eso es muchísimo más importante que acumular títulos. Algunos prefieren tener el respeto y la admiración de los suyos que ser conocidos en todo el mundo. Y Xabi es leyenda absoluta.

Óscar de Marcos o Xabi Prieto son leyendas en Bilbao y Donostia por encima de títulos o éxitos deportivos. Lo son por una forma de ser y de comportarse

El pensamiento de Óscar o de Xabi Prieto puede no ser el de Nico, quizá tampoco el de Zubimendi. Eso solo lo saben ellos. Es natural que tengan visiones diferentes de lo que significa éxito en una carrera deportiva y todos pueden tener sus argumentos y, por supuesto, ilusiones o retos, para razonar sus respuestas y que ambas sean entendibles. No hablo de eso. Hablo de lo que algunos han llamado presiones en estas semanas de tanto ruido mediático. Y lo siento, pero no. No es presión, es sentimiento y sentido de pertenencia.

Es el peso emocional que tiene la camiseta rojiblanca o la txuri-urdin, lo que representa para su gente y, por tanto, lo que significa despojarse de ella. Y eso lo sabe Nico y toda su familia, que aman al Athletic por todo lo que ha significado en sus vidas. Y lo sabe también un chico de Gros que ha crecido soñando con ser ídolo de su Real.

El fútbol vasco saca pecho. Y todos deberíamos estar orgullosos de tener dos clubes de este nivel, que van a competir en Europa, que han redondeado sus ideales con una Copa del Rey en los últimos años y que llevan a la élite dos formas distintas de competir. Con la formación, la cantera y los valores propios de una tierra tan futbolera por encima de todo. Una forma de entender el fútbol profesional, ni mejor ni peor, pero aunque pueda escocer en algunos sitios, diferente. Y con cómo está el fútbol, se agradece y se celebra.