Mamen Mendizábal, la curiosidad en el deporte visto desde fuera: "Me da rabia que lo que se recuerde del Mundial sea el manoseo de un tipo"
La periodista, que estrena una nueva temporada de Anatomía de..., comparte sus recuerdos, experiencias y opiniones sobre el mundo del deporte.

Mamen Mendizábal advierte de antemano que su vida no es la de una gran aficionada al deporte, pero el hecho de ser una buena periodista y una gran conversadora hace que no falten temas para hablar con ella. Empezó su carrera en la Cadena SER, fue una de las redactoras del mítico Hoy por Hoy de Iñaki Gabilondo, de ahí saltó a la televisión, primero en TVE, después en La Sexta, donde es desde su fundación una de sus caras más representativas. Su proyecto actual es Anatomía de... un programa de reportajes largos que revisita temas que en su momento fueron muy importantes. En la primera temporada se habló del fraude del equipo paralímpico español de baloncesto y en esta, que empieza ahora, se tratará uno de los grandes hitos del deporte español, el 12-1 contra Malta.
¿Cuál es tu relación con el deporte?
Mi relación con el deporte... creo que en la madurez ha llegado a su punto álgido. Yo no soy una gran espectadora de deportes en televisión, probablemente porque mis hermanos y mi padre son muy futboleros, pero muy futboleros nivel infernal. Teníamos dos teles en casa: una en la cocina y otra en el salón, en la casa de mis padres, y, siendo del mismo equipo, mi padre veía en el salón el fútbol mientras mi hermano lo veía en la cocina, porque entre ellos no se aguantaban. El nivel de pasión que ponían era tan desenfrenado... por tanto, colonizaron no solamente el espacio físico de mi hogar, sino todo el espacio que había, y creo que le cogí manía al fútbol, de pequeña y durante toda la adolescencia.
Por tanto, no he visto mucho deporte en la tele, pero te decía que es una relación en la madurez porque me he aficionado a un montón de deportes a nivel personal. A partir de los 35, 40 es cuando he empezado a hacer deporte de verdad. No a verlo, sino a hacerlo.
Eso que cuentas me suena a un comentario que he escuchado a más mujeres que contaban que, en los patios de los colegios, el fútbol las expulsaba, las llevaba a los márgenes, las orillaba. ¿Tú has sentido eso?
Es cierto que en el colegio el fútbol también invadía todo el espacio, el patio del colegio lo invadía el fútbol y en mi colegio el baloncesto también, pero normalmente era territorio para los chicos y las chicas quedábamos excluidas, pocas veces te invitaban a jugar. No era que tú no quisieras, es que tampoco te invitaban. Es cierto que yo formé parte del equipo de baloncesto del colegio y conquistaba la parte del basket, pero creo que parte también de este rechazo en la juventud viene de ahí, porque quedábamos en el margen. En el margen de la diversión también, porque había muy poco espacio quitando el terreno del juego.
¿Tienes buenos recuerdos de esos años de baloncesto?
Sí, sí que tengo buenos recuerdos del baloncesto, porque es un deporte muy de equipo, que yo creo que nuestra profesión también es una profesión muy de equipo, la del periodismo, con muchas frustraciones, con un nivel físico importante, te requiere estar muy atento también, ser muy ágil, rápido, y sí que tengo buenos recuerdos, la verdad.
Anatomía de... es tu programa actual, que ahora arranca la segunda temporada. En la primera dedicasteis un capítulo a contar uno de los grandes escándalos de la historia del deporte, el equipo español de discapacitados intelectuales que en realidad estaba formado mayoritariamente por individuos que no lo eran. ¿Qué te sorprendió de aquella historia? Porque era un tema conocido.
Sí, yo creo que Anatomía de... es un formato que consigue contar la historia tras la historia. Muchas veces conocemos el titular, sabemos que, o mucha gente podía saber que en Sídney, en los Juegos Paralímpicos de Sídney, llevamos a un equipo de paralímpicos donde la minoría tenía alguna discapacidad. Íbamos dopados, había una estrategia.
Yo conocía el titular pero no conocía la intrahistoria, cómo se gestó. No conocía que había una cabeza liderando todo aquello, que era un hombre que se quería hacer con el poder absoluto dentro de las federaciones de baloncesto, no conocía que la motivación era económica, no conocía todo el maltrato que recibieron también los deportistas que sí que tenían algún tipo de discapacidad y que desde el primer momento fueron excluidos, porque ellos no marcaban, porque no metían, porque no valían.
Claro, eso sitúa al deporte con discapacidad en el ridículo total. Si tú vas a competir en unos Juegos Olímpicos con una selección de personas con discapacidad y tú llevas a personas sin discapacidad, ¿qué sentido le estás dando a esas Olimpiadas? ¿Qué sentido le estás dando al deporte? ¿Qué mensaje estás dando sobre el deporte y la competición?
Para mí fue un descubrimiento en muchos ámbitos, sobre todo, la historia económica que había detrás, la historia de poder y entrevistar a algunos de los deportistas me partió el corazón en dos, porque para ellos sí era un proyecto de vida. Porque para los deportistas paralímpicos que competían sí que suponía su vida entera, su desarrollo. Probablemente, era el primer lugar en el que habían sentido que se les reconocía, se les respetaba, hacían equipo, no les discriminaban, tenían su grupo, tenían su clan, su comunidad.
En ese grupo de tramposos, de los que se hicieron pasar por discapacitados, hay algunas personas que trabajan en el sector audiovisual, que forman parte del mismo ecosistema en el que tú trabajas, por así decirlo. Cuando lo descubriste, ¿te sorprendió? ¿Cómo reaccionaste?
La verdad es que cuando estalló el escándalo, antes de que yo hiciera el programa de televisión incluso, en la tele, en La Sexta, supe que uno de los miembros de esa selección fake paralímpica pertenecía a la tele, era un realizador. Fue una sorpresa y mucha indignación.
Luego le llamé, por supuesto, para el programa. No se quiso poner. No se quiso poner casi nadie. Bueno, nadie de los que habían hecho trampas, ninguno. Siguen haciendo su vida normal, efectivamente, porque no ha tenido consecuencias. No ha tenido consecuencias para ellos, no ha tenido consecuencias para las personas que estaban en la cabeza de la organización, no ha tenido ninguna consecuencia para el cuerpo médico que esos informes los firmaban y esas discapacidades falsas las daban por buenas, no ha tenido ninguna consecuencia para el cuerpo técnico que también asistía como observador a esa estafa sin alzar la voz, aunque alguna excepción hay. Es uno de esos casos en los que nunca pasa nada. Por eso yo quise hacer el programa de Anatomía de..., porque se había celebrado el juicio, había terminado la historia, no tenía un final abierto. No, no, se había cerrado ya en los juzgados y había pasado como si nada. Me parecía importante contarlo, sobre todo, para que no se volviera a repetir.
Cuando llamaste a los deportistas fake nadie dio la cara. Supongo que como mucho algún off the record. ¿Qué te encontraste? Es verdad que no han matado a nadie, pero...
No has matado a nadie, no has cometido ningún delito, porque la justicia así te lo acaba de decir, pero sí que has participado de una estafa, de eso no hay ninguna duda. Tienes derecho al olvido, ese es su argumento. 'Oye, si a mí la justicia me ha exculpado, tú, como periodista, no me vas a condenar, déjame mi derecho al anonimato'. No saques mi cara, con amenaza de denuncia si sacas sus caras. Hubo gente a la que llamamos a su casa y nos insultaron, nos llamaron de todo... simplemente, por el hecho de ir buscando a los personajes que habían formado parte de la estafa, esos deportistas fake, como tú los has llamado. Por lo tanto, lo asumes con frustración, pero no es algo que no pase en el resto de las esferas de mi programa: pasa en política, pasa en economía, pasa en todo. Normalmente, los culpables no quieren dar la cara, o detrás de ellos hay un arrepentimiento y hay una motivación de tirar del hilo, o lo que la gente quiere es que se olvide su caso y cuentan con que el siguiente escándalo solape el anterior.
¿Hay algo que hayas visto en los temas deportivos que tratáis y que no se dé en otros campos?
A mí sí que me llama la atención, tanto en el deporte paralímpico como en uno de los temas que llevamos este año, que es el famoso 12 a 1 de España-Malta, ese partido épico, y es que en el deporte hay muchas emociones, hay mucha pasión. Hay algo que nace de lugares donde no nace la economía, o no nacen otros temas que llevamos. De hecho, las aficiones de los equipos lo demuestran cada día, van un paso más allá de la razón, se mueven por razones que desconozco, pero que tienen que ver con pasiones.
Cuando antes me has dicho que vais a hacer un capítulo sobre el 12-1, lo primero que he pensado es que esta historia está ya muy contada. Hay muchos documentales, hay muchas historias escritas, es un punto casi de inflexión para el fútbol español. ¿Qué podéis contar que no se haya contado ya?
El 12-1 está muy contado, pero yo creo que desde el mundo del deporte. Los temas deportivos se analizan y se diseccionan en las pantallas de los medios deportivos, pero desde la información generalista las miradas se amplían también. Y es verdad que hace tantos años, hace 40 años, del mítico 12 a 1, pero recordar con los protagonistas cómo fue, tiene muchas notas emocionales. Y luego descartar, que ese era nuestro propósito, de una vez por todas las acusaciones de tongo, de compra del portero, de fraude, acusaciones de esteroides...
Los jugadores de Malta en Fiebre Maldini llegaron a acusar a los jugadores españoles de haberles intoxicado con limones. No sé, es una acusación peregrina pero que ellos la hicieron. Yo creo que en este programa recorremos un fenómeno sociológico con una mirada más amplia de la que lo ha hecho el deporte hasta ahora.
¿Y hay algo que te haya sorprendido? Que se pueda contar.
A mí me ha sorprendido que 40 años después, jugadores que estuvieron en esa Selección, siguen emocionándose. Y cuando te digo emocionándose es llorando al verse en ese partido. Me parece... inexplicable [ríe]. Me parece que hay algo de épica. Creo que también, y digo creo porque yo no soy ninguna especialista en deporte y mucho menos en fútbol, pero sí que ha estado Relaño, ha estado Maldini, han estado pesos pesados del análisis deportivo, y es verdad que la Selección en aquellos años no daba ninguna alegría, casi daba disgustos solamente. Por tanto, fue el comienzo de una etapa diferente que es la que que estamos viviendo generaciones como la mía, que estamos entre los 40 y los 50.
Antes hablábamos de cómo el fútbol puede expulsar a las mujeres, pero ahora quiero preguntarte por lo contrario, por el momento en el que las mujeres han empezado a aparecer en el fútbol, a tomarlo como propio. Han pasado muchas cosas, pero, cuando yo te pregunto por la Selección femenina de España, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
Rabia, rabia. Me da rabia todo. Me da rabia que hayamos ganado un Mundial con la Selección española de fútbol y que lo que se vaya a recordar de ese Mundial y de ese esfuerzo tan brutal colectivo sea el manoseo de un tipo que hace tiempo que tenía que haber estado fuera del sistema.
El manoseo y cómo se agarró el paquete en la tribuna de autoridades, el nivel. Me da rabia porque las mujeres, por mucho que estemos haciéndonos un hueco también en el deporte de alta competición, no estamos ni al 20% del deporte masculino: ni en afición, ni en sueldos, ni en visibilidad, ni en absolutamente nada. Se está celebrando estos días, mientras hacemos la entrevista, el Mutua Madrid Open, creo que se llama ahora, aunque cada año cambia de nombre, pero vamos, el tenis, y en los partidos femeninos, si quieres, atiende a cómo están las gradas. La gente invitada en la sala VIP tomándose algo, y los que no están invitados pues sin acudir de forma masiva.
Es verdad que la Selección española de fútbol mueve otro tipo de público y sí que tiene otro tipo de atractivo, pero el deporte femenino en general necesita de mucho más impulso y no hablo solamente del impulso de las categorías superiores, sino de cuándo de verdad se crea, los espacios para competir en igualdad de condiciones, los lugares de entrenamiento necesitan igualdad, las subvenciones necesitan igualdad, las becas necesitan igualdad. Si no, lo que estamos creando es un poco de ruido, pero no un cambio de paradigma, que es lo que hace falta.
Cuando ocurrió la agresión de Rubiales a Jenni Hermoso, que así está considerada judicialmente, si escuchas las radios deportivas, que son eminentemente masculinas, la primera reacción es casi riéndose, por lo menos no dándole mucha importancia. ¿Tú qué pensaste?
Qué asco. Yo nada más verlo pensé, qué asco. Pero realmente, claro, es que parece que en el momento del deporte las cosas cambian, pero tú te imaginas aquí en una empresa periodística como esta, que hayáis tenido un gran resultado y a ti tu jefe te dé la mano por ser hombre y a una mujer la coja en volandas y le dé un pico. Es que cuando lo trasladas a cualquier otro ámbito no tiene ningún sentido. Tú has dicho 'la radio eminentemente masculina', creo que ha sido demasiado blando, o sea, eminentemente masculina, no, masculina al 100%. Los programas deportivos, los de la noche, los carruseles, los tiempos de juego, todos son masculinos, excepto Onda Cero, que lo hace Rocío ahora.
Pero la radio es masculina, la radio deportiva es masculina. Por tanto, entiendo que las primeras reacciones fueran como de risa, de trivializar lo que había pasado, incluso de no entender, porque muchas veces creo que lo que pasa en un primer momento es que no se entiende lo que está pasando, pero creo que para una mujer queda meridianamente claro lo que está pasando. Por eso me da tanta rabia este asunto.
Ese gesto se resuelve judicialmente con una condena que no supone cárcel y una multa no muy alta. Es una condena, pero mucha gente la ha analizado como una condena menor.
Es que es una condena menor, pero creo que ha sido un paso muy importante. Da igual a lo que haya sido condenado, creo que se ha sentado en el banquillo, creo que se ha forzado un cambio también en la Federación, creo que hay un cambio de cultura que a la fuerza se tiene que instalar, creo que el silencio también, que formaba parte de todo eso, se ha roto en parte y eso también es un paso. Creo que Rubiales, socialmente, ha recibido una condena mayor que judicialmente. A raíz de eso también sus propios pufos tendrán mayores consecuencias, o sea, como que ha perdido esa capa de inmunidad y de impunidad que le rodeaba.
Por tanto, yo, con el resultado, tengo que decir que estoy satisfecha porque sí que ha servido de ejemplo y no de ejemplo con el dedo castigador de esa manera infantil, sino de ejemplo de que las cosas han cambiado y las actitudes también tienen que cambiar.
Siguiendo por esta mezcla de poder, dinero y, también, cuestiones relacionadas con las mujeres, me gustaría detenerme en Arabia Saudí y su vínculo con el deporte. Va a haber un Mundial allí, lleva España unas cuantas Supercopas, casi todos los deportes están allí. ¿Es este el camino que hemos decidido, no se puede hacer nada?
Cuando dices que este el camino que hemos decidido... ¿Quién lo decide? ¿Nosotros, los ciudadanos? No, aquí no hay una democracia que decide absolutamente nada, aquí hay unas federaciones, unos grupos de poder en torno a distintas disciplinas deportivas que llevan mucho tiempo además, que no son permeables, no hay un relevo, no hay una renovación, una sangre nueva ahí. Es un círculo cerrado para que no se escape nada. Si lo hicimos con Catar, ¿por qué no lo vamos a hacer con Arabia Saudí? Yo hice un programa, un Scoop, sobre el Mundial de Catar. Sobre el Mundial de Catar se denunciaron, no solamente en mi programa, sino en muchísimos otros, las condiciones de los trabajadores esclavos que construían los estadios de fútbol donde se iba a disputar el Mundial.
Con Arabia Saudí es exactamente lo mismo, los derechos humanos, el respeto a las normas más básicas de convivencia que tenemos en las democracias en las que estamos, nos dan igual en el momento en el que entran los millones y el deporte por en medio. Ha habido grandes polémicas también en torno a equipos españoles que han lucido sus camisetas, creo que el Barça llevaba Catar también en su camiseta. Por tanto, lo de Arabia Saudí no es nuevo, tienen el dinero y están comprando el deporte y nosotros nos dejamos comprar y celebramos finales españolas fuera simplemente para hacer caja, para hacer dinero, sin que tenga ninguna motivación deportiva, más que la puramente económica.
Yo que no soy una gran aficionada al deporte televisado, pero sí a la actualidad, lo miro con sorpresa, porque creo que el deporte permite lo que otros ámbitos rechazarían, pero absolutamente. No creo que se pueda trasladar lo que pasa en el deporte de Arabia Saudí a ningún otro aspecto de la sociedad.
Los que defienden este tipo de cosas te dirían que por supuesto que sí, que España ha construido el AVE a la Meca y que países de la UE han vendido armamento a los saudíes que bombardeaban Yemen durante años.
Claro, lo que pasa es que el AVE a La Meca no representa los valores que representa el deporte. Pienso en el himno de la Champions, pienso en tantas cosas que representan al deporte y que identifican al deporte y que lo estructuran, creo que incluso la representación de nuestras comunidades autónomas, de nuestras ciudades, de nuestras señas de identidad. Se habla muchas veces de los valores, hay equipos que fundamentan en los valores también su identidad.
El AVE a la Meca es un buen negocio, efectivamente, o la venta de armamento, es un negocio difícil de justificar, pero, para mí, no tiene comparación con regalarles nuestro deporte, porque, además, los blanqueas al ir allí y disputar un encuentro deportivo, un Mundial o lo que sea, un acontecimiento que dura semanas, muestras una parte de la realidad, la normalizas, pero ocultas toda esa parte que no te interesa ni siquiera enseñar. Las autoridades de Arabia Saudí son expertas en hacer así.
Oye, nuestro rey emérito vive en Oriente Medio, por tanto, la relación es evidente.
La otra cuestión que se suele argumentar es que el deporte ayuda a que las sociedades se abran, que ayuda a que el país progrese.
Pero, ¿se abre al deporte de qué manera? Te pregunto yo. O sea, los que afirman que se abre al deporte, que las sociedades, las dictaduras árabes, por decirlo con claridad, viven una apertura después de acontecimientos deportivos... ¿Qué tipo de apertura? ¿Apertura deportiva? ¿Apertura económica? ¿Hay un cambio en lo que nos lleva a cuestionar que se pueda celebrar en Arabia Saudí encuentros deportivos? ¿Hay un cambio en los derechos humanos, en el papel de la mujer? ¿Cómo vamos a estar las mujeres en los estadios de fútbol? ¿Cómo vamos a estar las mujeres también compitiendo y en el desarrollo de actividades deportivas en Arabia Saudí? ¿Cómo se va a fomentar el deporte? ¿Qué cambio estructural se produce?
Yo no lo sé, en esto te digo que no lo sé, pero me cuesta creer que se produzca un cambio como el que yo quiero que se produzca.
Seguimos por esta ruta de deporte y poder, pero volvemos a España. ¿Alguna vez te han invitado al palco del Bernabéu?
[Ríe]
Porque Florentino Pérez es casi un emblema del poder en España.
Sí, sí, me han invitado alguna vez al palco del Bernabéu. Más de una vez, puedo decir, he ido solo una vez, pero he ido al Bernabéu muchas veces porque mi padre y mi hermano son del Real Madrid. ¿Por qué no decirlo? Y he ido varias veces con ellos al fútbol, al campo. Me gusta bastante más el abono de mi padre que el palco del Bernabéu, porque, efectivamente, es un centro de poder y creo que habrá gente en el palco que tenga interés en el fútbol, mucho, pero lo que hay ahí es un centro de relaciones públicas y de poder y de otras cosas.
Hay un halo de misterio alrededor de ese palco, algo que atrae, también a los lectores. No sé si con el día que fuiste te dio para comprobarlo.
Yo no he visto nada denunciable en el palco del Bernabéu, todo lo contrario. He visto un clima fantástico y lo cierto es que la vez que fui, acudí con muchos compañeros de la tele, por tanto no... Pero entiendo que esté revestido de misterio y de gran interés por parte de los lectores y espectadores.
Florentino Pérez es un personaje deportivo, por supuesto, pero va mucho más allá, aparece en otras áreas en las que tú has trabajado. ¿Qué te sugiere ese nombre?
Florentino Pérez es poder, te diría que poder absoluto, incluso. Es un hombre que no solo representa el poder, sino también un ejemplo de cómo alguien se mantiene en el poder. Todos los cauces para desbancarle de la presidencia del Real Madrid son difíciles, su permanencia es un ejemplo para otras clubes.
En esta serie de entrevistas que hemos hecho en Relevo he preguntado a Iñaki Gabilondo o Iñaki López por uno de los asesores más importantes de Florentino Pérez, Antonio García-Ferreras. Dicen que es un madridista, no voy a decir enfermo, pero sí muy muy madridista.
Yo sí calificaría a Antonio García Ferreras de madridista enfermo. O sea, yo sí me atrevería. Pero, bueno, al nivel de mi hermano o de mi padre, tampoco vamos a sorprendernos. Conozco a muchos aficionados de distintos equipos enfermos también, pero sí, él tiene auténtica pasión.
En su despacho hay una representación del estadio Bernabéu a escala, por supuesto, encima de una mesa donde tiene los sofás para recibir a gente. Él no se esconde, no se ha escondido nunca y es una declaración de intenciones.
Es un alto directivo en La Sexta. ¿Marca en algo su relación con el Madrid a la cadena?
Entiendo que puede marcar a la cadena, desde luego en la parcela en la que yo me he ocupado, que es la información, no, porque pocas veces en la información generalista entra el mundo del fútbol, a no ser que haya habido altercados o se ponga en marcha un dispositivo de seguridad brutal porque se vaya a celebrar algún acontecimiento. Si me preguntas si yo he vivido algún tipo de presión, yo no, porque no me dedico al deporte, pero entiendo que si alguien es muy forofo de un equipo, defiende a ese equipo hasta el final.
Luego, los profesionales estamos aquí para hacer nuestro trabajo bien, por tanto, intentar resistir las presiones.
Has presentado 59 segundos, por lo tanto, sabes bastante de lo que es un debate. En el deporte toca bastante, vivimos en un mundo en el que está El Chiringuito, que igual no lo ves...
¿Cómo que no veo El Chiringuito? Yo soy muy amiga de Pedrerol...
¿Qué te parece la espectacularización del debate? ¿Crees que eso puede pasar a otros ámbitos más allá del deporte?
Pero es que yo de verdad que tengo mucho cariño a Pedrerol, mucho. Y me parece que lo que ha hecho en El Chiringuito no es, sin quitarle ningún mérito, nada más que trasladar el debate radiofónico a la televisión. El debate radiofónico ya era así. Así de loco. Había personajes absolutamente exaltados en la radio deportiva, desde siempre.
De hecho, los prescriptores ya vivieron su propia batalla. José María García no era ningún templado, no lo era en su competencia directa con la Cadena SER tampoco. Por tanto, creo que la pasión, ni siquiera es pasión, es que es fervor periodístico en las tertulias deportivas, ha estado siempre.
Y eso, llevado a la televisión, se llama espectáculo siempre, de alguna forma porque creo que se intenta degradar, pero es el mismo espectáculo que existía en las radios. Yo no le veo ninguna diferencia.
¿Estabas en la SER cuando sucedió aquella guerra entre José Ramón de la Morena y José María García?
Claro, yo entré en la radio hace muchísimos años y José María García, por supuesto, ya no estaba, pero estaba José Ramón de la Morena y esa competencia directa existía. Y, además, te voy a decir algo más, ellos fueron los que inventaron también el periodismo más agresivo.
O sea, lo que vemos ahora en los programas de actualidad, 'me han robado un invitado, han secuestrado a no sé quién para que no le pueda invitar', perdona, esto lo inventaron en el periodismo deportivo, fueron los primeros. Yo tengo una pareja que ha trabajado en deportes toda la vida y me ha contado cómo encerraba en una habitación de hotel al protagonista, al protagonista del partido o al protagonista del rally o al protagonista de lo que fuera para que no le entrevistara la competencia y lo tenían hasta que le entrevistaba su jefe y luego lo soltaban para que le entrevistaran los demás. Por tanto, cuéntame tú ahora lo que hace la tele.
Se daba una especie de paradoja en aquella Cadena SER, que era una emisora que por las mañanas, en Hoy por Hoy, donde trabajabas tú, era muy seria, casi institucional, que era un poco la marca de la casa, pero llegaba El Larguero y era todo lo contrario. Si escuchas lo que eran aquellas noches, te llevas las manos a la cabeza.
No creas que yo he escuchado mucho la radio en esa época porque yo pertenecía al equipo de Iñaki Gabilondo y me levantaba a las 4 de la mañana. Por tanto, prácticamente cuando acababan los programas deportivos de la noche, yo estaba ya empezando a pensar que me tenía que levantar.
Pero bueno, sí estaba en el ambiente. Eran como dos realidades, como si se desdoblara la radio y se permitiera todo por la noche, que también es algo habitual, las horas fuera de lo normal permiten también los extremos, y está bien que la gente se desfogue, que la gente se libere, que se rebele. Pero, claro, yo trabajaba con la rectitud, que era Gabilondo, y por las noches ocurría el caos.
He leído una frase tuya en la que decías que no era aceptable que un club de fútbol, en ese caso el Barcelona, doblase el presupuesto del CSIC [Centro Superior de Investigaciones Científicas]. ¿No te parece mezclar churras con merinas?
No recordaba esa afirmación, pero la suscribo. A tu pregunta de si no es juntar churras con merinas, te digo no, suscribo esa afirmación que no recordaba haber hecho. Si un equipo de fútbol duplica a todo el presupuesto de ciencia que tenemos en España, entonces es que tenemos las prioridades puestas donde las tenemos.
Pero no deja de ser una empresa privada.
Bueno, las empresas privadas también pueden financiar la medicina, la investigación, existen muchas leyes ahora del mecenazgo, existen muchas colaboraciones entre empresa privada y ciencia pública. Estamos asistiendo también en la Comunidad de Madrid a la llegada de los hospitales privados masivamente. Por tanto, la colaboración público-privada en lo científico existe, también en el fútbol, pero yo hablo de una cuestión de dónde ponemos los recursos, y los recursos en España están puestos en la fiesta. Y el fútbol representa, aunque sea un tema muy serio para algunos, el ocio.
Sí, los clubes tienen fundaciones también, pero no exigimos tantos a otras empresas, como las nuestras, que son enormes.
Bueno, yo trabajo en una empresa, en Atresmedia, que tiene un buen presupuesto para la responsabilidad social corporativa y yo misma protagonizo una campaña completamente altruista de ciencia en nuestra empresa. Es verdad que la comparación de la ciencia y del fútbol puede llegar a ser peregrina, pero creo que lo que describe, más allá de que nunca vayamos a estar de acuerdo en esto, lo que describe es en qué pone las prioridades un país y para mí las prioridades no están en el fútbol, en esto nunca nos vamos a poner de acuerdo, nunca.
Y es cierto que las empresas privadas tienen todo el derecho a hacer con su dinero lo que quieran, pero también la sociedad tiene todo el derecho a exigir a las empresas privadas que representan a España por todo el mundo que tengan una visión del mundo que se acerque a lo que entre todos hemos pactado. Por tanto, que intenten ir lo menos posible a dictaduras, a disputar partidos en dictaduras, que no representen entre sus colores y en sus camisetas regímenes que están cuestionados, que intenten también una parte de sus beneficios extraordinarios revertirlos en la sociedad. Todo esto me parece que es legítimo pedirlo.
Ya enfilamos el final. Una curiosidad, comentabas antes que practicas deporte ¿Cuáles haces?
Sí, hago mucha montaña, dentro de la montaña por modalidades, hago un poco de escalada, intento esquiar todo lo que puedo, mucho senderismo, trekking, como lo quieras llamar, hago bici, eso dentro del entorno de la montaña. Me gusta muchísimo el submarinismo también y soy una gran aficionada, cada vez que puedo también me escapo y luego en el día a día de mi rutina laboral lo que intento es hacer ejercicio de fuerza, que ya sabes que las mujeres de 50 años nos han dicho que es lo mejor.
Me han contado que, en la montaña, eres vecina de una persona muy poderosa en el fútbol, que es Javier Tebas.
Pues es verdad que Javier Tebas y yo compartimos pueblo de vacaciones, creo que él es aragonés, yo soy madrileña, pero le he conocido, le he saludado, he tenido pequeñas conversaciones con él, pero no puedo decir ni que conozca ni que tenga una relación con Javier Tebas.
La última. Hace unas semanas estuvo por aquí tu pareja, José Antonio Ponseti, una de las personas que más ha hecho para que se conozca la NFL en España. ¿Has conseguido que te guste el fútbol americano?
He conseguido que me guste el fútbol americano, sí, me gusta. Es verdad que he conseguido que me guste el fútbol americano cuatro partidos al año o cinco, pero sí, me gusta, me gusta. Es verdad que los parones de la NFL me resultan un poco pesados, pero sí que es cierto que la tarde de fútbol al final me va metiendo. Y claro, si tu pareja te da fútbol, no es como cuando tu padre y tu hermano te lo imponen. De alguna manera o te alías o cambias de pareja y he decidido que me tiene que gustar el fútbol americano.