Pedro León y Luisle no olvidan a su hermano: "Su muerte nos pilló juntos y cambió nuestras vidas"
El líder del Murcia 'habla' con León, fallecido en 2005, "antes de jugar". Al exciclista le encanta recordarle: "Lo que tuvo que sufrir mi madre… Yo, al final de mi carrera, tocaba más el freno por mi hija".
Murcia.- Hay algunas entrevistas que quedan más que apañadas cuando se transcriben y se llevan, a base de teclazos, de la grabadora al papel. Otras, como ocurre en esta ocasión, es imposible trasladar las vibraciones de la emocionante charla mantenida a un frío folio en blanco. Por eso, permítanme un consejo: primero echen un vistazo a los vídeos que complementan esta pieza y, luego, ya si eso, si los deberes, la familia o la dictadura del móvil se lo permiten, lean el texto. No recorran el camino al revés. No vaya ser que algo les distraiga, se queden a medias y se dejen sin degustar lo mejor. Charlar con Luis y Pedro León es un regalo. Por lo que han sido y son, y por sus valores.
Después de una primera parte que dio para analizar al detalle sus trayectorias en el mundo del ciclismo y el fútbol, especialidades que ambos han catado aunque luego sólo fueran profesionales en la que más le apasionaba, en ésta segunda entrega hablamos de temores, de la retirada, del futuro, de sueños, retos y tropiezos y, a fin de cuentas, de la vida. En ella, en la suya, sigue muy presente León, uno de los cuatro hermanos que falleció en 2005 por un maldito accidente con un quad. Hablar de él como lo hacen ellos, y como sus padres le transmiten a los nietos, es ejemplar, sanador y reconfortante.
Terminamos la primera parte de esta charla hablando, entre otras cosas, sobre ofertas y las opciones de trabajar en el extranjero. Y quiero que me contéis cómo vivisteis esas propuestas que os llegaron a título personal y cómo lo pasasteis cuando al que tentaban era al otro.
Luis León: A mí me surge la opción de firmar por el Rabobank, que en ese momento era de los mejores equipos del mundo y ahora me doy cuenta de que era así. Al principio te da miedo por todo. En el Caisse d'Epargne, que en la actualidad es el Movistar, se estaba muy bien y el ambiente era muy bueno, totalmente español, y en el que no hacía falta hablar otro idioma. En la mesa el ambiente era de 10, con los compañeros y con todo. Y, claro, cuando vas a renovar o ver a otras ofertas, económicamente no tienen nada que ver. Deportivamente tampoco. Pero te da miedo, vértigo, el salir fuera porque yo, por ejemplo, en el instituto, en la clase de inglés no entraba.
¿Cómo?
LL: Sí, sí. Siempre decía que yo nunca iba a hablar inglés, que nunca lo iba a utilizar para nada y que para qué iba a ir. Y preferiría, a lo mejor, en las dos últimas horas de clase, fugarme. No entraba y ya me iba a entrenar. Decía que con el inglés estaba perdiendo el tiempo. Y entonces era bastante negado a intentar salir fuera. Económicamente no tenía nada que ver el equipo donde estaba con lo que me ofrecía el Rabobank. Pero, aun así, lo estaba pensando porque me daba miedo esa incertidumbre. Yo decía 'es que no sé expresarme, no sé si por la radio van a hablar otro idioma, no sé inglés'. Y al final medio me convencí. Mi padre, el representante que yo tenía antes, Pedro, mi hermano... Decidimos irnos para allá y para mí fue una decisión muy acertada. El primer año lo pasé mal, pero tuve la gran suerte de que estaban en el equipo Freire y Gárate, y Barrero entró conmigo, había un masajista y estaba ahí Erik Breukink, que era el mánager del equipo y habla español. Incluso me pusieron un entrenador de habla hispana para poder relacionarme con él, para que todo fuera muy bien. Y el segundo y el tercer año era una maravilla estar en ese equipo porque funcionaba todo tan bien que no tenía en mente ni pensaba en poder volver a España. Estaba muy bien en ese equipo.
¿Aprendiste algo de inglés?
LL: Sí. A ver, cuando te sirve y lo necesitas, prestas atención y no hay mejor manera que irte allí, a una carrera sin españoles y tener que escuchar y aprender forzado. Es la mejor versión que puedes sacar de ti mismo. Ahora sé un poco inglés, no para perder la cabeza ni mucho menos. Italiano también sé y es lo único muy bueno que me queda en el mundo del ciclismo aparte de dar pedales: el haber conocido a muchísimo gente y el poder saber estos idiomas. Pedro también tuvo miedo...
A eso iba. ¿Cómo viviste tú esas ofertas que le llegaron a Pedro y que rechazó?
LL: Al final, ¿sabes lo que pasa? Que el ciclismo y el fútbol son deportes totalmente diferentes y a él, cuando le proponen irse fuera, tiene que mover a su familia. Es un factor negativo para este deporte, que no se mueve él solo. Tiene que trasladar a la familia, los niños tienen que ir a un cole de allí, tiene que estar muchísimo tiempo lejos y el ambiente español o la vida que haces aquí es otra. Yo sé que tuvo ofertas, por ejemplo de Inglaterra, y que él era muy negado incluso a escucharlas. Pero yo, insisto, del tema deportivo nunca le he dicho toma este edición o la otra. En temas personales sí, pero en cosas deportivas no me meto. Es una decisión que tiene que tomar él desde el principio.
Pedro, ¿te arrepientes?
Pedro León: No, no me arrepiento porque económicamente hubiese ganado mucho más, pero sobre todo porque, cuando yo recibí las ofertas de Inglaterra, jugaba o tenía equipos que económicamente no eran tan tan buenas pero no eran nada malas. Prefería jugar donde estaba. Uno era el Real Madrid. Y yo siempre he sido del Real Madrid y preferí jugar allí que aceptar tres ofertas de Inglaterra. Y la otra vez, cuando volví a recibir ofertas de Inglaterra, estaba en el Getafe. Siempre hemos sido del Real Madrid y del Real Murcia desde pequeños, ¡al menos yo!, y luego el equipo de mi carrera deportiva es el Getafe. He estado seis años allí y mi vida cambia cuando paso mi primer año allí. Asciendo con el Real Murcia, salgo de aquí al Levante y las cosas no van bien, voy a Valladolid, conozco a Mendilibar y la cosa va bien... Pero el primer año que juego en Getafe, con Míchel, termino siendo el máximo asistente de la Liga o empatado con Dani Alves o Xavi, no recuerdo bien. Estamos hablando del Barça de Guardiola... Nos metemos sextos y entramos en Europa. Es una comunión increíble con la afición y me siento como si estuviese en mi casa. Claro, cuando pasa lo del Madrid y tengo que elegir entre irme a Inglaterra, porque recibo ofertas, no las top mundial como tenía antes, pero sí suculentas de equipos de la Premier, yo elijo Getafe incluso no ganando tanto dinero como me ofrecían. Cuando recibo esas ofertas tengo otras opciones que me llenan más. Igual peco de no dar el paso o en futuras ocasiones tengo miedo pero...
¿Miedo a qué?
PL: A todo. Al cambio de vida, al cambio de aires, al cambio de país. Yo estoy muy a gusto en España.
Tu mensaje, que lo articulas muy bien y se ve que no es la primera vez que lo verbalizas, me suena a una justificación que igual esconde otra cosa. Como cuando yo tenía fobia a volar e intentaba convencer a mi pareja de que era mucho mejor irnos a Venecia en coche, como nos fuimos, que coger un vuelo de un par de horas...
PL: [Risas] Pues igual puede ser eso que dices a la hora de no valorar las ofertas. No escuchaba a nadie. Pero es el sentimiento que yo tenía por los clubes donde estaba. Cuando jugaba en el Getafe y fui al Madrid, y cuando volví al Getafe y me marché al Eibar. Mi representante, entonces, me dijo que existía la posibilidad de que nos hicieran una gran oferta de fuera y yo le dije que no quería ni escucharla porque me llamó Mendilibar y me quería ir con él.
Antes has remarcado que en tu familia erais del Real Madrid, «¡al menos yo!», dando a entender que no todos seguían tus pasos... Luisle, ¿eres del Barça?
LL: Sí.
PL: ¡Y mi padre! Del Barça cerrado.
LL: Sí, sí, jajajaja.
¿Cuántos hermanos sois?
PL: Cuatro.
LL: Éramos cuatro. Ahora somos tres [León falleció 2005].
¿Y de qué equipo es Antonio?
PL: También del Barça...
¿Te fastidia o qué?
PL: Si es que ahora tengo a mi hijo, que también es del Barça... Imagínate...
LL: Yo antes era del Barça cerrado. A ver, ahora políticamente y viendo cómo se está jodiendo todo en Cataluña, pues te cambia un poco la mentalidad… Porque el equipo también se ha posicionado. A mí, cuando Pedro me dijo que se iba al Madrid, le dije '¿pero dónde vas?'.
PL: La rama de mi padre es del Barça cerrada y en la de mi madre son madridistas hasta la médula. Y luego, bueno, mi abuelo era madridista a tope. Y ahora, por ejemplo, mis tíos, los hermanos de mi madre, me piden entradas para ver al Real Madrid en el Bernabéu.
Tiene que dar gusto ver un Clásico en esta casa…
PL: Eso es para verlo. Estás invitado la próxima vez que pases por Murcia...
¿Pensáis el uno del otro que alguna vez os habéis infravalorado y erais mejor de lo que os creíais?
PL: Él, como ciclista, sí. Él para mí, y no tiene por qué estar de acuerdo Luisle, se equivoca en los primeros años de su carrera deportiva. ¿Por qué? Y es mi opinión… Porque a lo mejor ahora me manda a la mierda... Si se hubiese centrado en clásicas, carreras de una semana, cuando estaba la Copa del Mundo, que ahora ya no existe porque ahora hay World Tour, Mundiales, etcétera... Él ya tiene un palmarés de la hostia, muy grande, con cuatro etapas del Tour, no sé cuántas competiciones en España, campeón de Europa, Clásica de San Sebastián, París-Niza... Un palmarés tremendo. Pero si se hubiera centrado en ese tipo de corredor, no en intentar ser un vueltómano, hubiera tenido mejor palmarés. No soy un experto, pero hubiera sido un Cancellara.
LL: Yo, por mi parte, creo que en ningún momento le hemos tenido que bajar a Pedro de arriba de la nube. Al revés. Yo le he tratado siempre igual. Sí que es verdad que cuando jugó en el Madrid, a mí me daba vergüenza salir con él por ahí porque era difícil que no lo reconocieran. Yo le decía, 'dime dónde quedamos y te espero dentro'. Y ahora pasa en el Real Murcia, que parece que esté jugando en el Chelsea o en el Manchester o en el Madrid otra vez. Es increíble lo que se vive aquí el fútbol y cómo están los niños con él. Incluso mi hijo tiene un póster suyo en la habitación. Ya le he dicho que lo quite. [risas]. Y en el tema de si se ha equivocado o no...
Dale, dale, sin miedo…
LL: A ver, yo lo he dicho pocas veces y si lo he dicho tres o cuatro veces ha sido a la familia. Pero lo comparto aquí. Es difícil decirle que no al Real Madrid, pero yo no hubiese firmado. No por nada. El Real Madrid venía casi de los Galácticos. Era difícil suplir a gente tan, tan, tan buena como había en ese momento y había que dar un paso a una generación diferente que Florentino estaba dispuesto a dársela. Y mi hermano no sé si estaba preparado para eso porque es difícil. Ya no el tema futbolístico, que sé que todo adónde mi hermano ha llegado, ha sido por él mismo. Porque aquí nadie le ha puesto facilidades ni mucho menos. Yo lo he visto crecer desde abajo, desde que empezó con el Muleño. Y si él está donde está es porque se lo ha merecido muchísimo más que nadie. Pero como te digo, yo no sé, un Sevilla, un Atlético de Madrid, un equipo de arriba… Hubiese aguantado muchísimo más su carrera deportiva en un grande, jugando Champions y UEFA, y no en un súper, súper, superequipo como el Real Madrid en ese momento. Pero es difícil decir que no. Ahora, a toro pasado, nos damos cuenta de que no era fácil tomar la decisión, pero yo la hubiese tomado.
Hablábamos en la primera parte de esta charla de ofertas y dinero, y sin ánimo de parecer Broncano... ¿Podéis vivir el resto de vuestras vidas sin trabajar después de lo que habéis ganado como profesionales?
LL: Sí, si mantengo el nivel de vida que tengo ahora con los críos y no sucede nada raro. Sí.
Pero vas a trabajar.
LL: Sí. Es que si no, ¿qué haces con 40 años?
Entiendo que si el ciclista está así, un futbolista de élite como tú...
PL: A ver. Hemos tenido la suerte de estar bien educados, también en el tema financiero. Somos gente a la que nos ha gustado mirar el futuro y, en ese sentido, sí que es verdad que tenemos el derecho a elegir. Si no queremos, pues ninguno de los dos trabajamos. Y si queremos, trabajamos. Es lo que dice él, que al final lleva un año retirado: con 40 años te puedes aburrir en tu casa. Yo en ese sentido no sé si me voy a aburrir o no pero también me he ganado el derecho a elegir si hago algo.
LL: Yo he vivido igual estando en Rabobank, donde se ganaba un dinero, que al año siguiente en el Caja Rural. Tenía el mismo nivel de vida. No hemos tenido altibajos. No he dicho 'si gano esto voy a vivir aquí y si gano esto otro, a este otro nivel'. Mi vida no ha cambiado para nada. Nos han educado en una vida de lo más tranquila. No vamos a cambiar mucho la mentalidad de vivir, como la gente piensa, por encima de nuestras posibilidades. Hemos vivido lo más normal posible y pensando también que la vida no acaba cuando finaliza la carrera deportiva, sino que luego hay otra vida.
A esa voy. ¿Cómo estás viviendo Luisle estos primeros meses retirado y cómo crees que le afectará a Pedro cuando le llegue el momento de colgar las botas?
LL: Cuando tomo la decisión, la tomo por mí mismo. No se lo digo ni a mi mujer, ni a nadie. Es una decisión que tiene que tomar uno mismo. No es fácil. Son muchos años en el mundo profesional y quieras que no es una decisión que antes o después o la tomas tú o la van a tomar por ti. Lo bonito del deporte es tomar tú mismo la decisión. La mía llegó durante aquella última Vuelta a España, que es cuando ya la tenía meditada y ya sabía que iba a llegar el momento. Se lo comuniqué a mi mujer y a mi hermano Pedro la misma noche. Y lo bueno fue que ninguno me dijo el porqué o que lo pensara o que me iba a arrepentir. Nada de eso. Era una decisión que estaba pensada y la quería tomar así. Al día siguiente de acabar la Vuelta sentí un poco de miedo. Sientes pánico a lo que te puede suceder porque, ya no por el tema como estamos hablando, sino también por el tema psicológico. Creo que juega un papel muy importante en que psicológicamente tu vida está esté bien estructurada para que para que no te vengas abajo ni tengas problemas por el estilo. Al final son 20 años como profesional, pero desde los cinco llevo practicando el mismo deporte. Y he tenido suerte.
¿En qué sentido?
LL: Pues en que todos los sponsors que tengo ahora, al día siguiente de anunciar la retirada y de terminar la vuelta me llamaron al teléfono para que supiera que podía contar con ellos para lo que necesitase. Astana también me propuso seguir vinculado a ellos, porque tenía un año más de contrato, pero al final cuando te dejas la bici tienes que hacer lo que te gusta, porque si no no encuentras sentido a muchas cosas de lo que has vivido. Ahora lo que intento hacer es tener mi deporte como hobby, hacer realmente lo que me gusta en cada momento. Si un día me apetece bici de montaña, bici de grave o bici de carretera, cojo la quiero en cada momento. Los sponsors se portan de 10 conmigo. Me están llamando muchísimo de cualquier carrera, ya no aquí a nivel regional, sino nacional, incluso internacional. He tenido muchísima suerte en casi todos los eventos de encontrarme a gente que ya se había retirado y me están diciendo que me lo estoy tomando muy bien y que siga así, que son cosas que tenemos que pasar todos. Y al final a mi hermano pues...
¿Estás mejor de lo que esperabas?
LL: Sí, psicológicamente sí. También tengo la suerte de que aquí en Murcia hace muy buen tiempo y me da por salir casi todos los días. A lo mejor hay uno o dos por semana que no salgo y tampoco tengo una preocupación como podía tener antes cuando era profesional. Pedro debe saber que es un duelo que hay pasar. Seguramente le dará vértigo el día siguiente. Ya no tiene la obligación de ir a entrenar todos los días, pero yo creo que no se lo tiene que tomar mal. Es una decisión que tiene que tomar todo deportista. Estamos viendo ahora como el mejor que ha dado este país, Rafa Nadal, ha tomado la decisión de dejarlo. No la tienen que tomar nadie por él. Ni el club ni los que estamos alrededor. Nadie. Llegará el día en el que tiene que decir hasta aquí y, cuando lo crea conveniente, que lo comunique.
PL: Él tiene, no sé si problema o la suerte, de que se ha tomado el deporte como un hobby. Eso ha hecho que ahora, en la retirada, lleve una vida parecida a la que tenía. Entrena una mañana, llega a su casa y aprovecha para descansar con la familia y para llevar a su hijo, que por cierto juega muy bien al fútbol.
Pues para el Barça, que es el equipo de tu padre y hermanos...
PL: [Risas] Eso le ha hecho también que ese duelo que él dice que hay que pasar, sea llevadero. Lo veo bien. Y sobre todo hay una cosa que a él le ha ayudado mucho, y que yo no lo voy a poder hacer: lleva una vida parecida a la de profesional. Yo no voy a poder. Si quiero llevar una vida parecida, tengo que juntar a 20 personas e ir a un campo de entrenamiento y entrenar. Yo no, yo eso no lo puedo hacer. Tendré que llevarlo de una manera tranquila, sabiendo que lo que he hecho en los últimos veintitantos años, pues no lo voy a seguir haciendo. Pero también te digo que mi retirada no la veo cerca. Para nada.
Vaya...
PL: Sé que voy a cumplir 38 años y son decisiones que están más cerca y que hay que tomar, pero me encuentro bien. Aunque parezca que es un guion que tengo apuntado y que lo digo siempre, es la verdad: estoy jugando en el Real Murcia porque quiero. Económicamente es insignificante para mí. Lo hago por placer. Es una decisión que tomé y estaba seguro, porque dar ese paso no era fácil. El Real Murcia en los últimos diez años ha sido un caos en el sentido de que cualquier persona que entraba era para meter la mano en la caja y desaparecer. Pero me dio la oportunidad de venir cuando el club empezó a sanearse. Y ahora tenemos la suerte de tener un club totalmente saneado con un dueño que ha hecho posible que crezcamos una barbaridad, quitando deuda, y ése es el objetivo por el que vine. Ese objetivo sigue siendo el de meternos en un mundo profesional y hasta que no lo intente con todas mis fuerzas, y ojalá se dé, pues no voy a parar. No veo la retirada cerca.
¿Y luego dónde te ves?
PL: No lo sé, Alfredo, no lo sé. Me gusta mucho el fútbol y me encanta el deporte. Quiero seguir ligado al fútbol pero no sé dónde. Ahora veo a la gente de la cantera y me gusta. Me gusta llevar a mi hijo y a mi hija y ver cómo trabajan, ver a los niños, verles jugar. Voy a ver los partidos del Imperial y me gusta analizar como trabajan los entrenadores que tengo en el Real Murcia.
¿Y te planteas darle a la bici de nuevo con Luisle?
[Luisle se ríe, como diciendo 'dónde vas conmigo…']
PL: [Un poco picado…] Él tiene un problema. Un problema gordo conmigo. Sus patrocinadores, por suerte, Etxeondo, Giant y 226ERS, me regalaron una bicicleta en verano y ropa para montar. Suelo salir en verano cuando termina la temporada... No, es serio, él quiere que salgamos juntos. Es imposible. Si él sale conmigo se tendrá que aburrir porque al final yo puedo salir durante 20-25 días, pero luego tengo que volver a empezar a correr, a empezar a fortalecer otro tipo de músculos y sobre todo hacer impacto. Y en esos 20 días, si salgo un día con él, me revienta. Pero me gusta y, bueno, no lo descarto.
LL: Hay muchos futbolistas que montan en bici ahora. Javi Martínez, por ejemplo, que hizo la Quebrantahuesos. David Silva también es imagen de Giant…
El último tema os lo propongo única y exclusivamente si os apetece. Si no, cerramos aquí. Preparando la entrevista y documentándome he recordado que uno de vuestros hermanos, León, murió tras un accidente. Y me gustaría saber cómo lo vivió la familia, seguramente influenciado porque mis padres tuvieron que encajar la muerte de una hija recién nacida, y que Pedro explicara también cómo cree que lo vivió Luisle y al revés.
PL: Claro que podemos hablar. No hay ningún problema.
LL: Nos pilló juntos.
También me gustaría saber de qué manera caló aquello en vuestras vidas y si tenéis muy presente lo que ocurrió a la hora de educar a vuestros hijos y estar pendiente de ellos.
LL: Bueno, la muerte de mi hermano, como te he dicho, nos pilló juntos. Íbamos en un coche con dos amigos a ver un partido de fútbol, íbamos para las Las Torres de Cotillas o así.
PL: Íbamos a ver a un amigo que jugaba en Molina o en Las Torres.
LL: Y nos llamaban por teléfono que mi hermano había tenido un accidente, sin más. Que iban en la ambulancia para Murcia, que estaba bien, y que nos fuéramos para el hospital, aquí en La Resaca. Cogimos el coche y dimos media vuelta. Y cuando íbamos por la autovía, nos pasaba nuestro padre con tres veces la velocidad que nosotros llevábamos. Llegamos allí al hospital y lo típico, una ambulancia llena de sangre y tal en la puerta. A nosotros nos habían dicho que mi hermano había tenido un accidente pero que no estaba grave ni nada de eso. Allí nos dan la noticia de que había muerto. Al final eso nos une muchísimo más como familia. Nosotros siempre hemos sido una familia muy unida. La parte de mi madre está formada por muchos hermanos muy unidos, somos una familia muy numerosa también en cuanto a primos y eso nos unió también como familia. Y el centro de todo ello siempre ha estado la casa de mi madre. Ella nunca estuvo en ningún momento sola. Ahora te das cuenta de lo que vivió mi madre en ese momento porque nosotros ahora somos padres. Él, de tres niños, y yo también de otros tres. Y aquel palo fue horrible para mis padres. Yo creo que mi madre todavía no ha pasado página. Nosotros sí, a mí me gusta hablar mucho de mi hermano. Y supongo que a Pedro, que ahora te diga. A mí me gusta hablar mucho de mi hermano e incluso mi hijo se llama como él, León. Son desgracias que pasan en la vida, que al final todos los días te acuerdas que tienes un hermano, de que lo sientes, de que lo compartiste durante equis años, pero que siempre te queda el pensamiento de por qué se tuvo que ir y por qué no disfrutaste más durante todo ese tiempo.
¿León le daba al fútbol o al ciclismo?
LL: A todo. Era muy alegre, muy impulsivo, muy nervioso. Empezó con el mundo del ciclismo, luego al final de su vida jugaba a futbito. También estuvo unos años jugando al fútbol. Era un culo inquieto en casa, ¿sabes? Era el típico por el que siempre había ruido en casa. Siempre estaba con alguna trastada. Y el tema de la moto también le llevaba un poco de cabeza. Se compró una de 125cc y mi padre siempre tenía peleas con él por eso. Y en uno de esos días, con una moto de cuatro ruedas, pues tuvo un accidente y se quedó ahí el pobre. Pero como te digo: son circunstancias que nos unieron muchísimo más como familia. Yo me pude olvidar un poco del problema tan gordo con la bici. Me dio por salir solo y tener mis pensamientos y psicológicamente me vino muy bien el tema del deporte. Nunca se me olvida, siempre me acuerdo de él, pero lo llevé un poco mejor, más a menos, y lo olvidé un poco con mi deporte.
[Se hace el silencio fruto de la emoción. Pedro apoya su cabeza en la mano y saca su móvil para mostrar su fondo de pantalla. Ahí está León]
¿Cuántos años tenía ahí?
PL: 20 o 22.
LL: Sí, qué joven.
PL: Yo estaba jugando en el Real Murcia, mi primera etapa, y recuerdo que veníamos de Tarragona, de jugar contra Nàstic. Llegué de madrugada, habíamos perdido, y me desperté tarde. Luis venía de hacer una etapa o una carrera de mountain bike. Y León venía con un quad que le había dejado un amigo. Y recuerdo, pues bueno, hablar con él y estar en mi casa. Se fue de comida y yo me quedé hasta que quedé para irnos a ver a un amigo mío con el que yo solía estar. Jugaba un partido de Tercera aquí en Molina, al lado del pueblo, y me iba a ir con dos amigos. Y Luisle, a la última hora, pues se apuntó y nos montamos en el coche y nos fuimos. Y después, pues lo que ha contado él. Nos llaman, nos dicen que está bien y luego.... Nos cambia la vida.
Normal.
PL: Al final, es tu hermano mayor. Luisle había corrido toda la vida con él. Ya en las pruebas deportivas él era un año mayor y corrió un año por encima, pero una vez que ya entra en cadetes y juveniles, ya siempre coincidían un año. Y luego cuando van al filial de la ONCE, pues también van juntos. Mi hermano había hecho la vida con él y es verdad que eso pasa factura. Y te das cuenta ahora que tienes hijos lo que tuvo que pasar mi madre. ahora me imagino eso y tiene que ser lo más duro que te suceda como persona. Te das cuenta por lo que sufrió tu madre. No sé si lo ha superado o no, pero todavía le cuesta el hecho de afrontar la situación y recordar aquello. Tengo anécdota…
Adelante.
PL: Tú me preguntas si a mi hijo le hablo de mi hermano o si les recuerdo aquello… Yo con mis hijos, cuando les he ido a hablar de mi hermano, he encontrado la misma respuesta. Mi hijo, antes de que continúe, ya me dice: 'Si sé quién es. Y de qué murió, de un accidente de moto, y que tenía equis años y que era ciclista'. Y les digo: '¿Y cómo lo sabes?'. Ya me lo ha contado el yayo... A ninguno se lo he podido contar, pues ya se lo ha contado mi padre y mi madre. Mi hijo pequeño tiene 7 años y ya sabe que quién es su tío, sabe que está en el cielo, sabe que montaba en bici y sabe todo.
Qué bonito. ¿Algunos de esos miedos que habéis contado que hubo en ciertos momentos de vuestras carreras deportivas se pudieron originar entonces?
PL: A mí, por ejemplo, me marca más porque… No sé… Hoy me pasa todo porque mi hija tiene 12 años. Se va con los amigos, se va a casa de una amiga o se va a casa de no se quién en la playa con los padres de la otra chica y te vienen ciertos pensamientos de aquellos. Al final, van en coche y… Tu hija se monta en bici y dices, ' a ver si se va caer o se va a dar con el bordillo y…'. Y luego te das cuenta que tú, de joven, ibas con la bici haciendo el loco y no te pasaba nada. Pero bueno, en este sentido, en lo de mi hermano, yo te soy sincero: desde que murió hasta ahora habré jugado 500 partidos en total entre Primera, Segunda y Primera Federación, y no hay ningún día en el no le haya recordado. En todos los partidos, antes de empezar, le hablo y le digo algo y me voy a jugar. Siempre.
LL: A un ciclista le da tiempo a pensar en todo en la carretera. Son muchas horas y también tienes que pensar en otras cosas porque si no mentalmente te haces daño por pensar siempre en la carrera. Al final, como dice él, te tienes que acordar de León porque era una persona muy querida. En casa era una persona que daba alegría. Los miedos en mi deporte, claro que aparecen. Al final tú, cuando eres padre, te cambia la mentalidad y luego te cambian las prioridades de la vida. Yo antes había ganado etapas de un Tour bajando. La primera etapa del Tour la ganó bajando un puerto y no veía miedo en ninguna curva, no tenía sensación de peligro por ningún lado. En los últimos años era el primero que tocaba el freno. Porque sabía que si me hacía daño o tenía alguna caída y se había visto por televisión, sabía que mis hijos me estaban viendo... Y no es la primera vez que me ha llamado a mi hija llorando, 'papá que te ha pasado, deja deja ya la bici'. Porque sabían que su padre se había hecho daño y que ellos veían peligro en lo que yo hacía. Realmente el ciclismo no deja de ser un deporte peligroso, con muchísimas caídas y que en muchas de ellas te haces muchísimo daño. Por eso últimamente tocaba mucho más el freno de lo normal porque al final hay niños en casa y tus prioridades cambian.