La lucha de Javier Tebas contra la piratería en LaLiga llega… ¡hasta los conventos de monjas!
El presidente de la patronal dedica la mitad de su tiempo a acabar con el fraude audiovisual.
Buenos Aires.- El enemigo más duro de Javier Tebas no es la Superliga, ni el Madrid o Florentino. Ni la FIFA con su Mundial de Clubes. Ni siquiera Rubiales le quitó tanto el sueño. Siempre durmió poco Tebas. Pero haciendo cuenta a ojo, según él mismo asegura, quitando cinco horas de sueño, de las restantes dedica aproximadamente ocho diarias a luchar contra el fraude audiovisual que ataca a LaLiga. Es su gran reto una vez superada la década al frente de la patronal del fútbol.
El mandatario se ha implicado personalmente como con pocos proyectos en LaLiga. Está en las reuniones y marca el rumbo, dentro y fuera de la oficina. "Hace 10 años empezó la unidad. Por entonces la piratería era como la tele en blanco y negro, poco evolucionada, muy simple. Con el COVID y los confinamientos se disparó el consumo. Y desde ahí ha crecido muchísimo. Algo teníamos que estar haciendo mal cuando no conseguíamos parar ese mayor consumo ilegal. Analizamos lo que estábamos haciendo mal y decidimos diseñar una nueva estrategia. ¿Cosas que vimos que estaban mal? No pelear esa trazabilidad entre el pirata y el consumidor pirata. Solo los atacábamos a ellos. Ahora hemos estudiado a todos los actores que hay de por medio". Ahí aflora la pelea contra Google, Cloudflare, X, Whatsapp, discord, incluso las compañías telefónicas proveedoras de internet… todas las plataformas que de una u otra manera ayudan a que el contenido pirata llegue al usuario.
La guerra se libra en todo el mundo y contra distintos ejércitos, esto es, no es lo mismo el modo de piratear en España que en Ecuador, que en Colombia, que en Estados Unidos u Oriente Medio. Por eso Tebas no para de viajar por todo el planeta, informándose él en la naturaleza del delito y el marco legal de cada estado por un lado y por otro, formando y sensibilizando a todos los agentes de la industria que están involucrados con el entorno de la explotación audiovisual de LaLiga. El viernes se despertó en Buenos Aires (donde LaLiga celebró unas jornadas a las que Relevo acudió como invitado), durmió cruzando el Atlántico y hoy estará en Riad. "La mejor ley es la italiana. La llevo traducida al árabe para mis reuniones allí". Un gesto que evidencia su empeño personal.
Del mismo modo que cortó por lo sano con todos los foros en los que estaba LaLiga contra la piratería. "Había muchas asociaciones, hemos estado en todas. Era demasiada gente opinando para un tema de una guerra. No puede haber 27 generales opinando. El ámbito de decisión era tardío. Luego había infiltrados, que paralizaban las cosas. Nos salimos y hemos buscado menos generales, de diferente tipo, ligas, operadores audiovisuales, compañías telefónicas… Pocos en total, ocho o nueve, con la que hemos formado una mesa de inteligencia audiovisual. Cada uno hacía la guerra por su cuenta. Ahora tenemos una mejor estrategia".
Uno de los puntos que más críticas generó a esta política era la de multar al usuario final. Desde marzo, y gracias a un auto de un juzgado de Barcelona, LaLiga puede reclamar una especie de multa a la persona que está en su casa viendo el partido por un sistema pirata. Poniéndolo en perspectiva, el enemigo número uno para Tebas en esta guerra es Google, al que ha acusado y demandado en multitud de países. Pero en la cadena no se salva nadie, según el argumentario de LaLiga. Por eso el eslabón final y el más débil también está sobre la mesa.
En los últimos meses, se han enviado centenares de requerimientos civiles a aquellas personas que LaLiga ha detectado que han visto partidos de Primera o Segunda ilegalmente. Esa notificación incluye el día y la hora en la que ese usuario estaba viendo el encuentro y se le reclaman 450 euros como compensación por daños y perjuicios, no es una multa propiamente hablando. El receptor puede ir a juicio, pero tiene todas las de perder. Esos requerimientos han llegado a algún alcalde e incluso a cinco conventos. La piratería, definitivamente, está en todas partes.
Tebas está convencido de que en menos de un año habrá logrado avanzar en todos sus frentes contra la piratería. Con Google, que tiene puestas 17 querellas, con la ley (en marzo la Unión Europea preguntará a todos los Gobiernos qué han avanzado), con más medidas judiciales… Para entonces, no habrá convento con señal pirata.