LIGUE 1

Marcelino, a corazón abierto tras su salida del Olympique: "Nunca aceptaré amenazas en mi trabajo"

El técnico asturiano se confiesa sobre los motivos que le hicieron renunciar al banquillo marsellés y habla de una situación "muy lejos de lo que debería ser la realidad en 2023".

Marcelino García Toral en una rueda de prensa. /Efe
Marcelino García Toral en una rueda de prensa. Efe
Guillermo García

Guillermo García

Han pasado tres semanas desde que Marcelino García Toral dijera adiós al banquillo del Olympique de Marsella. El técnico asturiano presentó su dimisión al club francés apenas 89 días después de asumir las riendas del equipo. No lo hizo por los resultados ni por conflictos con la directiva o la plantilla. Lo hizo por el ambiente con una parte de los aficionados y por las amenazas de muerte que recibió tras un empate ante el Toulouse.

Ahora, 21 días después de dejar el cargo, Marcelino se confiesa a corazón abierto en una entrevista concedida a L'Equipe en la que cuenta todo lo que pasó en esos días que terminaron con su aventura en Marsella. "Ese lunes entrenamos con normalidad, pero luego por la noche me llamó Pablo [Longoria, el presidente del club] y me contó lo que acababa de suceder en la sede del club. Él y otros directivos del club habían recibido amenazas y se vieron obligados a dimitir", confiesa el técnico asturiano.

Esas amenazas llevaron al entrenador español a pensar en dimitir. Pero como él mismo explica no fue una decisión personal "fue general dadas las amenazas absolutamente reprobables. No es que quisiéramos irnos, es que la situación era insostenible. No puedes aceptalas", reconoce Marcelino, que finalmente fue el único en salir del Velodrome. "No sé si soy el único o no. No es que quisiéramos irnos, es que la situación era insostenible. Si Pablo, Pedro Iriondo, Stephane Tessier o Javier Ribalta cambiaron de opinión está en las responsabilidades de cada uno y el hecho de no dejar al club sin dirección. Respeto todo eso".

Marcelino y Longoria en la presentación del asturiano. AFP
Marcelino y Longoria en la presentación del asturiano. AFP

Sin embargo, él tenía claro que no podía dar marcha atrás con su dimisión y no lo hubiera hecho aunque Longoria, con el que le une una amistad, se lo hubiera pedido: "Cuando Pablo decidió continuar ya habían pasado tres o cuatro días, no era el día siguiente. Nosotros ya habíamos firmado los documentos y varios miembros de mi personal ya se habían ido. No había posibilidad de regresar. Sobre todo porque en este ambiente de amenazas, aunque no tenga miedo, no se sabe cuál será el siguiente paso".

Fue el punto y final a la experiencia de Marcelino al frente de un Olympique de Marsella en el que "crear un proyecto aquí es absolutamente imposible, porque un club tan grande no lo pueden manejar unos pocos. Los clubes serios se gestionan desde arriba, y cada problema, cada situación se gestiona y se sanciona si es necesario. Los hinchas son hinchas, transmiten pasión y son necesarios. La afición anima, los dirigentes trabajan y, al final de la temporada, hacemos las cuentas. Pero no después de dos meses. Esto parece significar que todo fue orquestado con mucha antelación. Los clubes deben evolucionar, no retroceder. Y el OM, como lo demuestran los resultados desde hace tiempo, es un club que, en lugar de evolucionar, retrocede".

"No fue un problema de resultados, sólo un problema de algunas personas que utilizan el miedo como forma de hacer las cosas"

Marcelino

A pesar de no clasificarse para la fase final de la Champions League, los resultados no fueron el detonante de la salida del asturiano. De hecho, el conjunto marsellés no había perdido un solo partido en la Ligue 1 con Marcelino en el banquillo. "No fue un problema de resultados, sólo un problema de algunas personas que utilizan el miedo como forma de hacer las cosas. No trabajé más de tres prácticas con todo el equipo. Ni siquiera tuve tiempo de trabajar una semana completa con todo el personal. En veinte años de carrera, esto nunca me había pasado".

"Nunca aceptaré amenazas en el contexto de mi trabajo. Me apasiona mi trabajo, tomo decisiones como entrenador y siempre asumo mis responsabilidades. Pero nadie, ni los directivos, ni los aficionados, ni los periodistas, ni los jugadores podrán influir en mis decisiones", aclaraba Marcelino antes de poner el punto y final a una entrevista en la que el técnico tras salir de un Olympique que "pensábamos que era un gran club en todos los sentidos de la palabra, pero estos lamentables acontecimientos demuestran que no es un gran club como nos gustaría ser".